Autobus a Monterrey
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por KarenSym.
Mi nombre es Karen Beatriz, tengo 26 años, y soy residente de la Ciudad de México, mido 1.72, piel blanca y ancha de caderas, pechos un poco más grandes que lo normal, no soy hermosa ni guapa, pero trato de cuidarme lo más posible en la vida, así que sin más les relataré mi experiencia (O una de tantas).
Esta experiencia me pasó hace algunos años, en un viaje a Monterrey, en autobús, como muchos saben, en los mismos autobuses tienen baño, algunos otros con baños separados, pero este no era el caso, era un solo baño compartido (Creo que a todos nos ha tocado uno así).
Bueno, este era el caso.
Yo estaba sentada en la parte de la ventana, cuando se subió un hombre de acaso 30 o 35 años, (Yo en esos años tenía 21), el hombre era alto, y callado, solo lo saludé con modales y después solo se sentó, yo estaba en mi mundo, pensando en mis cosas y lo que haría, cuando después de unas horas sentía un leve roze en mi pierna, cosa que no me importó pues aveces cuando uno se mueve roza a la otra persona por accidente.
Después de algunos minutos solo sentí ese roze de nuevo, pero ahora más notorio, parece ser que ese era su propósito, yo solo me acomodé y me puse a ver por la ventana de nuevo, pero el seguía con esos roces más notorios cada vez.
Al cabo de unos minutos y entre el atardecer, el tipo se sacó su verga (La veía de reojo y era gruesa, venuda y algo grande), de la nada el comenzó a masturbarse, el se me insinuaba, pues a veces se rozaba con mi pierna o con mi mano, para ese tiempo ya me había gustado lo que hacía, así que solo la tomé y comencé a masturbarlo, sin mirarlo, solo movía mi mano y lo masturbaba, después de algunos minutos solo se paró y se metió al baño.
Yo ya estaba caliente, quería más así que solo me paré y entré al baño junto con el.
Sin decirnos nada, sin decir ni una palabra nos comenzamos a besar, el me tocaba el culo, y los pechos de una forma candente, parecía que sabía lo que hacía, solo me volteó de forma violenta, mientras me bajó el pantalón y mi tanga, y sin avisar me lo metió, se movía tan rico, yo solo tapaba mi boca para no gritar mucho, pues en ese autobús iban madres, niños y más personas,algunas dormidas y otras despiertas.
Yo solo aguantaba su gran verga, el solo subió mi blusa y sacó mis tetas al aire, las pellizcaba fuerte, cosa que me gustaba mucho, después de unos minutos solo se me acercó y me dijo lo siguiente;
— Desde que me subí sabía que eres una putita, tienes la facha de una.
Tienes un culo tremendo eso me gusta¿Verdad?, agáchate hermosa, tengo un regalo para ti.
Esas palabras me pusieron de lo más cachonda, solo obedecí como perrita en celo, y me agaché mientras el se masturbaba y después solo eyaculaba en mi boca, y algo más en mi tetas, solo se metió su verga y me dijo;
— Tragatelo putita, eso, ¿te gusta verdad?.
Pero límpiate, no olvides limpiarte bien.
Después de eso solo se salió y yo me quedé ahí, tragué su espeso y oloroso semen, mientras que con el papel, me limpiaba mis tetas el semen que me había echado, solo me arreglé, enjuagué la boca, y bajé al baño para que pensaran que había entrado.
Después salí y me fui a sentar, no lo miré, ni cruzamos miradas, ni palabras, todo el viaje fue en silencio, cada quien había tenido lo que quería así que no había necesidad de hablar, al terminar el viaje, cada quien se fue por su lado sin decir ni una sola palabra.
Es un relato corto, pues esa gran experiencia no fue muy larga, desde ese día he querido repetirlo, pero nada se compara a esa excitación que tuve con ese señor, si bien las nuevas experiencias me agradan, ninguna como él.
Pronto subiré más, de todo tipo, trios, exhibicionismo, con desconocidos, quedadas en internet, infidelidad, incluso con uno que otro maestro, pues exploro mi sexualidad y soy sexualmente activa desde los 15.
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