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Heterosexual, Incestos en Familia

Aventura con mi sobrina pt2

continúan los momentazos con mi sobrinita.
Tras lo sucedido anteriormente mi día a día fue relativamente normal, Sandra se comportaba como siempre pero cuando sus padres no la miraban había momentos que su forma de ser cambiaba, pasaba de ser alguien inocente a alguien pícara y seductora.  

Tristemente la casa era el lugar menos apropiado para “hacerlo” y tenerla que sacar en el auto tan seguido solo haría que sospecharan o que me pillaran. Era muy frustrante, tenía a una niña de ensueño y no podía aprovecharlo apropiadamente, pero curiosamente yo no era el único antojado. Una noche fue Sandra la que me dio una grata sorpresa. 

Aquella noche mi hermano, su mujer y yo nos pusimos conversar un rato frente de la casa mientras nos echábamos unos traguitos, excepto por mi cuñada que aún continuaba dándole teta a su hijo. Luego de un buen rato de cháchara se hizo tarde y nos fuimos a acostar. 

—¿y la niña? —, preguntó Ada, mi cuñada. 

—donde más—, respondo mientras la miro acostada en mi cama. 

—creo que deberían cambiar de cama—, y se ríe levemente. 

—es que le dije que veríamos una película juntos —, y tras eso nos despedimos. 

Antes de acostarme fui al baño para lavarme los dientes y después me meto con ella bajo la misma sábana no si antes admirarla un poco. dormía boca abajo con una pierna tendida hacia un lado mientras usaba un lindo pantaloncito corto, su esbelta figura era un deleite para la vista, no obstante, solo la acaricié un poco y me acosté hasta dormirme.
Horas después me desperté bien calentó que en cierta manera me sorprendí por lo dura que tenía la verga, curiosamente al poco tiempo se me bajó por lo que no presté mucha atención y volví a cerrar mis ojos. Una vez pasó cierto tiempo el cual desconozco me volví a despertar básicamente por la misma causa, tenía la verga bien paradota sin embargo no estaba sola, la mano de Sandra andaba masajeándome lentamente los huevos por lo tanto también hice lo mismo, metí mis manos en su pantaloncito y comencé a acariciarle su rajita. Sandra continuaba casi en la misma posición como la encontré, pero mirando al lado contrario de modo se me hacía cómodo mojarme mis dedos en su vagina para luego ir metiendo dedo en su ano. Sandra estaba encendida y no lo pensaba por la manera en que sus agujeros me apretaban o por lo húmedo de su chochito sino por los ligeros movimientos de cadera y en como paraba su culito de tal manera continuamos frotándonos un rato sin decir ni una sola palabra, pero con tanta fricción hacía que no se sintiera la frescura del aire acondicionado. Así que me bajo el short y me arrimo hacia ella para posteriormente bajarle los pantalones lo suficiente para descubrir su retaguardia. 

—no podemos hacer ruido oíste—, le susurro al oído mientras pasaba mi verga por su entrepierna para luego hacer presión en su ojete, una y otra y otra vez quizás por la hora andaba más estrecho sin embargo con cada repetición su anito se me iba aceptando nuevamente, dese modo estuvimos un buen rato en posición de cuchara.
El sexo que teníamos en ese instante era de lo más relajado ya que una vez su culo pudo tragarse toda mi verga nos quedamos en la misma posición repitiendo nuestros leves movimientos a la vez que acariciaba su vaginal. Sandra acompañaba mi mano mientras la otra acariciaba su pecho o apretaba el puño  

—teníamos tiempo—, le susurré y luego me muevo junto a ella y me pongo encima sin sacársela. Si alguien llegase a entrar no habría manera de como excusarse, pero tampoco había manera en que me detuviera estaba en un punto sin retorno donde me faltaba poco para acabar y mi niña me estaba recibiendo gustosa, mantenía su culito mientras apretaba las sábanas con cada penetrada. 

—si… ya falta poco—, y comencé a darle con algo más de fuerza e hice hundir su rostro contra la almohada para ahogar sus jadeos lo más silencioso así que tras unos breves minutos finalicé con una buena perforación hasta el fondo. 

—¿te viniste? —, me pregunta con cierta inocencia y se ríe levemente al mirar mi reacción.  

En ese instante solo podía jadear para recuperar el aliento esperando a soltar hasta la última gota. 

—quédate así, me lavaré yo primero—, me levanté y me fui rápido al baño dejando a Sandra boca abajo para que no se le escurriera la leche y manchara las sábanas. En el momento que me lavaba solo podía tratar de digerir la euforia, una vez me relajé y pude orinar salí para darle chance a Sandra. Esta se levanta va corriendito al baño con una mano atrás por si se le llegaba a escapar algo entretanto yo me acosté y luego de un tiempo sale Sandra de baño, —tardaste bastante —. Ella se sonríe y sube a la cama —¿te estabas tocando verdad? —. 

—solo un poquito—, responde con ternura y picardía. 

—¿solo un poquito, entonces porque la tienes tan mojadita? —, y da inicio a un intercambio de besos mientras jugaba con su coñito. Ya después de un rato calmé sus ansias y nos quedamos dormidos. 

Las horas pasaron volando, en el momento que abrí los ojos parecía que solo hubieran pasado unos minutos, pero no era el caso el reloj marcaban más de las 10 am.
En el momento que salgo veo a mi cuñada amamantando a su nene 

—buenos días—. 

— buenos días, te levantaste tarde —. 

—sí, es que me costó agarrar el sueño—.  

—pero pareces contento —. 

Me toco el rostro y podía sentir que estaba sonriendo —supongo que es porque dormí bien—. 

Pasado los meses lo hice múltiples veces con mi sobrina, al menos 3 veces al mes le llenaba el culo de leche. 

—— 

Pasado un tiempo aproximadamente mes y medio prácticamente fui obligado a salir con alguien, por cuestión de que ya andaba sobre los 33 me presionaban por que consiguiera a alguien y formara una familia por lo que me presentaron una amiga de mi cuñada, si bien no estaba interesado al inicio ciertamente tuvimos cierta conexión acorde nos veíamos por lo que al final mi hermano logró su cometido. Después de 4 alquilé un apartamento y me mudé con ella, por lo que la íntima relación con Sandra lo dejé de lado y se lo hice entender porque a la larga no traería problemas, aunque no si antes comerle el coño una última vez y es que la muy puta me provocó haciendo sus pantys a un lado y diciendo —¿ya no quieres jugar más conmigo? —. la miré y como andábamos de regreso del colegio me desvíe del camino. —bueno, una última vez no hará daño—, me saqué la verga y me la mamó hasta que llegué a un sitio más solitario. 

En el lugar fue bajándome y acomodándola para comerle el coñito, Sandra jadeaba y reía en el momento que mi lengua se deslizaba dentro de ella, me sujetaba del cabello y movía sus caderas —te gusta, ¿no? —, ella me miraba con su boca entreabierta para luego dejarse caer y estrujarse su pecho plano mientras se encorvaba de placer. 

Sandra todo este tiempo se había estado desarrollando justo como quería, más allá de lo linda que era, su manera de entregarse a lo que le exigía el cuerpo era simplemente sublime. Si bien no era perfecta ya fuera sus mamadas o en el sexo apenas tenía 8 años y cuando vestía bikini era de lo más sexi, era una morenita acaramelada, esbelta, cabellos castaño-rizaditos y ojos de color ámbar y allí la tenía, apoyada en el asiento recibiendo verga por ese culo. 

—¡ay, tío!, ¡ay, tío! —, decía Sandra. 

Escucharla decir eso solo me provocaba y le daba con más ímpetu hasta hacerle perder fuerzas en sus piernas, una vez me despegaba de ella su culo el cual quedaba todo abierto comenzaba a expulsar el semen que le había dejado, pero no era lugar para relajarse había que limpiarse rápido y partir, a Sandra prefería dejarla sin pantys y sentarla en un trapo sucio con varias toallas desechables para que evitara ensuciar su ropa interior, una vez cerca se lo colocaba y me deshacía de las evidencias.
A pesar de lo ocurrido tenía la intensión de culminar esta relación principalmente y no porque verdaderamente quisiera sino por la dificultad en mantenerlo. Ahora tenía una pareja que cumple sus funciones por cual mi apetito sexual no estaría tan desbocado, el lugar donde me mudé queda un tanto lejos de modo que no podría hacer de transporte a Sandra, a su vez al no convivir en la misma casa no habría momentos deliciosos, así que tras despedirnos ese  día marcaría el fin de una etapa. 

35 Lecturas/7 octubre, 2025/0 Comentarios/por Buzuk
Etiquetas: amiga, baño, colegio, cuñada, hermano, hijo, semen, sexo
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