Aventura en internet
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace dos años cuando estaba en el chat de una de esas páginas de citas me saludó una chica e hizo algo nada habitual en estos sitios poniendo su teléfono directamente apremiandome a guasapear rápidamente.
En un minuto ya estábamos chateando por whatapp y al poco rato yo ya estaba un poco mosqueado pues no tenía fotos y no me cuadraba esa forma tan directa de abordarme. La conversación no tenía sentido alguno por lo que decidí ir al grano y pedirle una cita sin más. Sin dudar me dijo que sí, que le encantaría tener esa cita pero que ella vivía en Segovia y yo soy de Madrid. A continuación me preguntó si yo podía ir a verla a su ciudad, le dije que sí, pero la experiencia que tengo con los contactos en internet me hizo sospechar y traté de asegurar las cosas al máximo. Le pedí una foto y va la tía y me manda una foto de carnet desenfocada de cuando iba al colegio (tenía 53 años entonces). Ante un panorama tan surrealista no sabía como reaccionar y la emplacé a seguir charlando otro día y ver la posibilidad de concretar algo.
Después de varios días de conversaciones absurdas y mil tonterías, para quitármela de encima le dije que yo solo estaba interesado en el sexo y si iba a visitarla a Segovia era para acostarme con ella. Me dijo que sí que ella también quería sexo y quedamos en que reservaría una habitación en un buen hotel y la pagaríamos a medias.
Me presenté en Segovia un sábado hacia las doce del mediodía en la antigua estación del tren. Al poco rato nos reconocimos y empezamos a charlar, comimos algo y fuimos al hotel.
Mi intención era tener una buena sesión de sexo tranquilo sin prisas e ir poco a poco pero la señora se me tiro a besarme como una fiera, empezó a desnudarse y a meter prisa para que yo hiciera lo mismo. Le dije que quería asearme un poco y que se tranquilizara pues no teníamos prisa. A mi me gusta hacer las cosas con cierto sosiego buscando la sensualidad y la excitación necesaria. Me encerré en el baño para asearme y tomar una pastilla para mejorar la erección. La verdad es que la actitud de la tía no me ponía nada y estaba un poco confuso.
Salí del baño en calzoncillos, ella estaba tumbada en la cama en bragas y sujetador. Quedé impresionado con el enorme tamaño de sus tetas pero me las reservé para más tarde y empecé como me gusta a mi a toquetear y acariciar sus pies. Enseguida noté que la chica estaba muy extrañada, jamás la habían tratado así, le pareció muy raro que le tocara los pies, aguantó unos segundos pero en un momento me pidió que me quitara los calzoncillos, ella se sacó lo suyo, se tumbó y se abrió de piernas diciendo que se la metiera ya.
Yo estaba bastante desconcertado con tantas prisas, quería haber descubierto esas enormes tetazas, disfrutar con esas maravillas enormes muy blancas y suaves pero la tía ahí despatarrada sólo me pedía que se la metiera sin más.
Ni siquiera había alcanzado una buena erección pero ya que la tía se había puesto así se la metí y me puse a bombear mecánicamente, era como follar un saco de patatas, no se movía, no hacía nada, una muñeca hinchable daría más juego que la señora ésta. Ya cansado de empujar sin motivación alguna la saqué pues estaba perdiendo la erección y aunque me dijo que me podía correr dentro de su coño no veía la manera de llegar al orgasmo.
Intenté reiniciar el juego con caricias en su pequeño culito y sobando delicadamente sus grandes tetas, bajé a comerme el chochito que tenía recién rasurado pero dió igual, la tía estaba en una actitud totalmente pasiva y me volvió a pedir que se la metiera. Así lo hice, me concentré como pude, aumenté el ritmo de las enculadas y por fin me corrí en su interior.
Con éste relato he querido contar una experiencia totalmente verídica que no es del todo feliz y supongo que más de uno de vosotros habrá dejado de leer a los pocos párrafos pues carece de recursos excitantes, pero no siempre las relaciones y actos sexuales son plenamente satisfactorios, a veces tenemos experiencias sorprendentes en diversos sentidos, mi relato es un homenaje a esas experiencias extrañas que a todos nos han sucedido.
Para terminar os diré que aquella noche termine echando tres polvos a aquella chica. La pastilla potenciadora de la erección que tomé era muy efectiva y el hecho de tener junto a mi una mujer desnuda con sus enormes tetas a mi disposición me ayudaron a culminar un par de folladas más. Días más tarde comprendí que la señora esta era una mujer divorciada y resentida con su exmarido a la que el sexo no le interesaba lo más mínimo y se había montado ésta película como una especie de venganza.
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