AVENTURAS IV (MI PRETENDIENTE Y EL NOVIO DE MIRIAM)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
En cierto momento de mi vida he decidido apartarme del núcleo familiar, buscar hacer mi vida, independizarme; con la ayuda de mi prima Miriam busco un departamento que en algún momento lo he compartido con ella y como no compartirlo si me ha acompañado en muchas aventuras.
Llevaba ya un tiempo comunicándome con un chico de mi ciudad, pero del otro lado de la misma por medio de las redes sociales y las conversaciones eran cada vez más calientes y ya teníamos nuestros respectivos teléfonos y habíamos tenido llamadas altamente eróticas, en dos o tres ocasiones hasta me masturbé, viendo su tranca por cam y le llegué a hacer por este mismo medio un Striptease, a cada instante me hablaba de mi hermoso culo y eso me ponía a mil, él se llamaba Rodrigo, poco a poco entrabamos en más y más confianza.
Llegó el día que nos conocimos personalmente, yo me fui muy atrevidamente vestida con una minifalda extremadamente corta, no podía ni respirar profundo porque se me veían las nalgas, una camisetica ombliguera de cargaderas y unas sandalias romanas, él era un hombre de estatura media, rapado totalmente, con un cuerpo muy bien formado, hecho en Gimnasio, y muy varonil, hubo química entre nosotros.
Ese día que nos conocimos personalmente me beso, me metió mano y me dio una revolcada que casi me come pero no lo deje, pues estábamos en un lugar público, en un Centro Comercial.
Seguimos charlando telefónicamente y por Facebook hasta que un día me propuso ir a mi casa para poder conocernos mejor y terminar con lo que habíamos empezado, la idea me pareció genial, la cita fue para el siguiente sábado.
Ese sábado llegué a mi apartamento, lo organicé, compre algo para beber, él dijo que traería algo para comer o que pediríamos a domicilio cuando decidiéramos que queríamos.
Me bañé, organicé mi cabello, mis uñas, me perfumé, me puse un panty hilo, negro, muy seductor y pequeñito, no me puse brassier, un vestido blanco de mezclilla, pero muy pegado al cuerpo y muy cortico, casi o más que la minifalda con la que me conoció personalmente, unas medias de malla hasta la mitad del muslo, negras también y unos zapatos de tacones que paraban más mis nalgas y formaba muy bellamente mis piernas.
Como a las 7:30 p.m.
tocaron en mi puerta, me pareció algo extraño, pues de la portería no me habían avisado por lo que pensé que era algún vecino, abrí y ohhh ! Sorpresa! Era Ricardo, el novio de mi prima, sin ella, pues por trabajo no podía venir hasta el otro día y él llegaba a amanecer en mi apartamento, lo dejé pasar porque eso ya había sucedido en otras ocasiones y no le vi nada de raro, rápidamente le comenté que estaba esperando a un amigo, me dijo que lo disculpara que si quería se marchaba y le dije que no, la habitación donde ellos, mi prima y el, dormían era la última del apartamento y si él se encerraba a descansar, a ver TV, allá, no habría inconveniente, él se me quedó mirando y me dijo que estaba hermosa, que mi amigo debería ser muy especial para que yo me hubiese arreglado así, gracias, le dije, me puse a conversar con él mientras Rodrigo llegaba, Ricardo me miraba, lo veía nervioso, la voz le temblaba, se acaloró y se quitó la camiseta era un hombre delgado, alto, pero bien formado, ojos oscuros y pelo negro, era apuesto, pero nunca lo miraba como un hombre, pues era el novio de mi prima, en un momento determinado se levantó de la silla y le alcancé a notar la tremenda erección que tenía, la trataba de disimular con la camiseta y no sé qué pasó, debió ser por aquello de que me gusta sentirme observada, deseada y exhibirme, pero yo me humedecí enseguida, mi vagina me palpitaba y comencé a tragar saliva, se me pasaron una cantidad de cosas por la mente, él se dio cuenta y me abrazo, sentí su verga contra mí, dura y se presentía larga, me cogió de la barbilla y me besó yo me dejé y peor aún le respondí; cuando de pronto, el cito fono, Uuufff, salvada por la campana, en la portería estaba Rodrigo, autoricé su acceso, me fui a organizar y a desacalorarme un poco, le pedí el favor a Ricardo que le abriera, se presentara y lo atendiera mientras yo salía, así lo hizo.
Cuando salí, salude de beso a Rodrigo y de abrazo, su cara cambio cuando me vio, me detalló, me dijo que estaba espectacular, creo que adivinó mis intenciones, le expliqué quién era Ricardo y que hacía en mi apartamento, este a su vez se disculpó y se fue a la habitación donde dormiría esa noche.
Apenas quedamos solos Rodrigo me abrazo y me beso apasionadamente con su mano me cogió una nalga, que por lo corto del vestido quedaban fácilmente a su alcance le serví del licor que él había traído, lo mezclé y yo también me serví, nos sentamos en el sofá, lleno de cojines, a charlar, a tomarnos uso tragos a besarnos y a acariciarnos, oyendo música suave, la velada estaba deliciosa.
Ya me había tomado alrededor de 6 tragos y me sentía muy desinhibida, bastante contenta y muy excitada por los constantes besos y caricias y Rodrigo ya me había desabrochado el botón más alto del vestido, lo que le permitía ver mis tetas y mis pezones erectos.
Mi vestido tenía ocho botones en la parte delantera y lo hacían de entrega inmediata, yo me permití comenzar a tocar su entrepierna por encima de sus vaqueros, desde el primer momento sentí el descomunal tamaño de esa verga que se endurecía y palpitaba por mí, el metía sus dedos uno a uno y por parejas, en mi rajita, mientras chupaba una de mis tetas que me había sacado del vestido; de pronto se arrodillo delante de mí, desabrocho totalmente el vestido y empezó a darme lengua desde mis tetas bajando lentamente y se dedicó a mi rajita, mientras yo le ponía mis piernas en sus fuertes hombros con un dedo me penetraba y con su lengua jugaba con mi clítoris y bajaba hasta bordear mi culo que palpitaba al mismo ritmo de mi vagina, comencé a sentir que el vestido se abría más y más, me dejaba totalmente expuesta, desnuda, mis tetas y mis pezones estaban duros, mi vientre se contraía, se arqueaba mi espalda, mis nalgas se apretaban y comenzó a bajar hasta mi vagina una corriente que me hizo temblar toda, lanzar un gemido profundo, este maldito sabia jugar con su lengua y sus dedos y me estaba llevando a un éxtasis increíble, en un momento yo había tenido tres orgasmos con este juego, pero mi raja y mi culo estaban pidiendo verga, necesitaban ser penetrados.
Él se levantó a sacarse la camisa, su pecho y su abdomen perfectos me encendieron aún más, yo me enderece en el sofá y quedé con la bragueta de sus vaqueros al frente, la abrí, desabroche el vaquero, ese descomunal pedazo se veía atreves del bóxer, cogí el resorte del mismo y lo tiré hacia abajo, liberando ese hermoso monstruo que contenía, era grueso, cabezón, venoso golpeo deliciosamente mi rostro cuando lo liberé, yo solo lo quería todo dentro de mí, por todas partes, mi boca se humedecía, mi rajita y mi culo palpitaban, así que comencé a meter la cabeza de esa enorme verga en mi boca mientras que con las manos acariciaba toda la longitud de su palo y sus huevos, se sentía dura, palpitante y me gustaba ver su cara de morbo cuando yo le pasaba mi lengua por esa cabezota y luego la hacía perder entre mis labios !Que vergota más rica! ¿Qué tranca tan deliciosa tienes? le dije, me deleitaba tragándola y oliéndolo, olía a limpio a loción, a macho y eso me dio más confianza para seguir pegada de esa inmensa verga.
De reojo veía una sombra al otro lado del ventanal que separaba la sala del Patio interior de la casa, me imaginé que Ricardo estaba espiándonos; en eso escuche decir a Rodrigo ¿Que perra eres? ¿Eres una puta muy golosa? ¿Qué rico lo mamas? me decía, mientras me cogía del cabello con una mano y con la otra me agarraba mis tetas, soltó mis tetas y comencé a ver un flash, era la cámara de su móvil que me estaba tomando fotos mientras yo me ingería esa verga y la metía hasta mi garganta, volví a mirar de reojo y seguía viendo la sombra, sin pensarlo más me moví y me puse en posiciones para que Ricardo , si me estaba viendo, pudiera apreciarme mejor y se antojara más, recordaba su erección de hace un rato y me imaginaba esas dos vergas dentro de mi ¿Que calentura? pudo más lo puta en mí, que el recato.
Rodrigo me despego literalmente de su verga, para poder controlarse y no venirse todavía, me levantó del cabello y como si supiera que nos veían, me exhibió, me hizo girar, dándome una vuelta completa, apreciando mis tetas, mi culo y mi rajita que estaba inflamada de excitación y mostrándolo, sin saber, a todo el que estuviera cerca, seguía con sus fotos de cada parte de mi anatomía; me hizo arrodillar en el sofá, apoyando mis manos en el espaldar y mirando contra la pared me puso en cuatro con sus dedos abrió mi rajita y tomó más fotos, puso ese monstruo de cabezota en la entrada de mi vagina, yo levanté la cola para que pudiera deslizarse mejor hacia adentro, sentí como esa cabeza de ese gran verga abría mis paredes vaginales, como la piel del prepucio se iba deslizando hacia atrás y como centímetro a centímetro se apoderaba de mi raja y la perforaba despacio, pero duro, vibrante y seguro lo sentía casi por mi ombligo, me dolió el abdomen pero por nada le hubiese dicho que me lo sacara, quería que me perforara, que me convirtiera en su perra, en su puta.
Comenzó un endiablado mete y saca que me hizo vaciarme en un cuarto e intenso orgasmo, el cuarto de esa noche, no sabía en ese momento que era el inicio de una noche inolvidable, yo gemía, bufaba, de placer, aumentado porque sabía que me estaban viendo, Rodrigo con sus fotos y Ricardo viéndome a través de la ventana.
El ritmo seguía, él se daba cuenta de cada orgasmo mío, ya llevaba tres en esa posición, cuando veía que llegaba, le bajaba el ritmo y me hacía disfrutarlo al máximo, luego yo me iba encendiendo, el volvía y aumentaba haciéndome venir nuevamente era una delicia, esa situación me tenía en un morbo descontrolado
Quiero tu leche, en mi boca le dije sin pensarlo, me volteé, me senté y me volví a meter su verga en mi boca, al instante sentí como se endurecía, como palpitaba y ese chorro de leche caliente inundo mi boca, mi garganta, yo la tragaba a borbotones pero parecía que no acababa y que no podría contenerla, la saqué un poco para mirarla y un último chorro me cayó en la cara, lo miré, miré para la ventana, y le lamía la cabeza con mi lengua hasta dejarlo seco, limpio, noté que su erección no mermaba, pero yo necesitaba descanso, me paré y me dirigí a un espejo en la sala, de reojo vi como la sombra detrás de la ventana huía y se deslizaba hacia los últimos cuartos del apartamento, una vez en el espejo con mi dedo, recogí el semen de mi rostro y me lo chupe, con el mismo dedo humedecía aún más mi clítoris con restos de esa leche.
Rodrigo me miraba y me dijo: en realidad estas muy rica y aunque me imagine que serias excelente en la cama, no pensé que fueras tanto, eres una puta muy golosa, le sonreí y le dije: no te imaginas cuanto puedo llegar a ser.
Me acerqué, lo besé en el cuello, en el pecho y sin flexionar mis rodillas, solo mi cintura, le pegué un chupetazo en la verga y le dije no pensé que después de toda la leche que me tragué, estuviera erecto todavía me fui caminando hasta el comedor, cogí una servilleta y sequé mi entrepierna, pues me chorreaban por mis muslos mis propios líquidos, había tenido 6 orgasmos en menos de media hora de acción y lo mejor, estaba dispuesta a que me sigan dando, paré en seco y lo pensé, porque ¿sigan? esperaba, deseaba que Ricardo me diera, también, esa noche.
Nooo, es el novio de mi prima.
Mis pensamientos fueron interrumpidos, sentí unas manos amasándome los senos desde atrás, giré levemente mi cabeza y era Rodrigo con una mano me empujó hacia la mesa, dejando mis tetas aplastadas contra ella y mi culo expuesto a la altura precisa, sentí que metía su rostro entre mis nalgas y comenzó con unos latigazos de lengua en todo el esfínter de mi culito la sensación era enloquecedora, a esta hora yo ya me había olvidado del novio de mi prima.
Rodrigo cogió la mantequillera de la mesa y con dos dedos comenzó a untarse mantequilla en el glande y a masajearme el culo, sabía lo que vendría, yo ya tenía experiencia con sexo anal, pero me acordaba del tamaño de aquella verga y sobretodo el grosor y me daba miedo, sentí cuando puso su cabezota en toda la entrada de mi excitado ano y comenzó a empujar, pero cuando comenzó a ensanchar por la parte grande de su cabezota, me cogió un dolor como de desgarro, que nacía en mi esfínter y me subía por la columna y golpeaba contra mis nalgas, sentí unas lágrimas brotando de mis ojos y le dije para, para, me vas a partir en dos, quiero que lo hagas pero con calma, ven vamos a mi habitación, ese hombre no podía quitar sus manos de encima y sus ojos me recorrían con una lujuria contagiosa que rica noche me estaba dando.
Mi habitación es bastante espaciosa, con una cama King para matrimonio, y con su baño particular, tenía tres grandes espejos, una en cada pared de la habitación, la otra estaba ocupada por un gran closet, me dirigí al closet , lo abrí y en uno de sus anaqueles yo tenía organizados mis Juguetes sexuales tenia de todo, un consolador de muy buen tamaño, uno para doble penetración, cremas lubricantes, un par de esposas, correas, lazos, pues aunque el sexo Sado no me llamaba la atención habían juegos que si unas esferas vaginales y otras anales.
Cogí las esferas anales y el consolador sencillo y le dije con esto vas a irme abriendo hasta que me pueda meter toda tu verga en mi culo.
Sin mediar palabra, me arrodillé en el borde de mi cama, me puse en cuatro cogí un par de almohadas y recosté mi cabeza en ellas, levanté mi culo y lo dejé expuesto a su voluntad; yo entre mis piernas veía ese hermoso pito y deseaba tenerlo adentro, quería que me partiera el culo, él fue hasta el closet y cogió un lubricante con sabor con su dedo índice lo empapó y comenzó a lubricar mi culito, paso seguido se volvió a agachar y por algo así como 10 minutos le dio lengüetazos, cosa que me puso súper caliente y fue des tensionando mis esfínteres anales, luego sentí como fue introduciendo una a una las 5 esferas anales, cada una de mayor tamaño a la anterior, mientras masajeaba mi espalda, mis nalgas y mi raja, me daba lengua por los alrededores de mi culo, dedo por mi conchita y de vez en cuando unas nalgadas que me hacían brincar y hacían vibrar las esferas dentro de mi ano; este castigo duro casi 20 minutos, luego cogió la tira exterior de las esferas y las fue jalando, despacio pero constante y ellas fueron preparando mi ano de adentro hacia afuera, en una sensación de locos se sentía delicioso, una vez las extrajo completamente, sentí la punta del vibrador, él lo encendió y comenzó a penetrarme… este juguete tenía el tamaño y la textura de un pene de gran tamaño y él lo fue hundiendo lentamente con movimientos de meter y sacar, pero lo metió hasta el fondo por lo que dijo vi que estaba mirando detenidamente mi conchita, pues me dijo: te estas derramando nuevamente lo tienes empapado y lo acariciaba con su dedo, me dijo quiero chuparlo nuevamente a lo que le conteste: esta noche es tuyo, haz lo que quieras.
Dejo el vibrador insertado en mi culo, se acostó en mi cama y metió la cabeza entre mis piernas, yo de pie al lado de la cama, pero agachada para intentar hacerle una rica mamada, ese hombre permanecía duro yo no me explicaba como hacía, me dijo; cierra la puerta de la habitación y le conteste: no, déjala así nadie nos va a interrumpir, así no nos acaloramos tanto, pero yo sabía que en el fondo lo que quería era que Ricardo no tuviera problemas para vernos, eso me calentaba muchísimo, me cogió de mis muslos y me atrajo hacia su boca, comenzó a meterme la lengua en mi conchita y a mordisquear mi clítoris, con sus manos agarraba mis tetas, mis nalgas, las abría y metía y sacaba lentamente el vibrador, en segundos me vine en su boca y sentí un chorro de mis jugos brotar de mi concha, lo que empapó su rostro, pero él no mermaba el castigo con su lengua, mi culo al aire penetrado con ese vibrador, sentí unas manos en mi espalda y caí en cuenta que Rodrigo las tenía en mis tetas, giré un poco la cabeza y en ese momento el que sacaba y metía el vibrador era Ricardo ohhhh por fin se había decidido.
Rodrigo trató de incorporarse cuando sintió la presencia de Ricardo, Ricardo ya había sacado el vibrador de mi culo, yo puse una mano en el pecho de Rodrigo para que se quedara tranquilo ¡déjalo! Le dije; Ricardo estaba en un pijama corto y su erección era completa, deliciosa, desproporcionada, se acercó y baje su pijama, brotando un pene, no tan grueso como el de Rodrigo, pero a simple vista casi tan largo, duro y delgado, lo cogí, lo traje hacia mí y lo besé, el sin mediar palabra puso su verga en mi culo y lo fue empujando, lentamente pero seguro yo sentí ese largo entrando por mis intestinos, cuando sentí sus huevos contra mis nalgas me di cuenta que lo tenía todo adentro y me dio algo de risa, pues imaginé que esos huevos estaban rozando la frente de Rodrigo como si se hubiesen puesto de acuerdo, comenzó un mete y saca por parte de Ricardo y un acelere en la lengua de Rodrigo tuve más de 8 orgasmos en media hora pero eran muy fuertes, eran distintos, era como si me fuera a sacar la mierda en cada empujón preocupante pero delicioso.
Cuando pude me agaché más y comencé a mamárselo a Rodrigo y a masturbarlo no sé si yo internamente coordiné las cosas pero sentí el segundo chorro de Rodrigo llegando a mi garganta y el pito de Ricardo palpitando y soltando chorros de semen en mi culo, que sensación más loca.
Sin darme tiempo de recuperarme Rodrigo se sentó en el borde de la cama y apuntó su tranca hacia arriba, invitándome a sentarme en ella, Ricardo se masturbaba para que se volviera a parar su verga, yo me introduje toda la verga de Rodrigo, el chupó mis tetas y se acostó para permitirme elevar mi culo y que Ricardo me siguiera dando por el mismo orificio, esa verga de Rodrigo me llenaba toda mi cavidad vaginal, cuando Ricardo empezó a empujar por mi culo nuevamente, sentí un dolor inmenso que me hizo gemir, no creía que soportaría esas dos vergas dentro de mí, pero mi esfínter comenzó a ceder y ellos a coordinar su ritmo y fue un viaje de un gran dolor placentero, a un placer indescriptible, hice un rápido barrido de esa noche y había tenido muchos orgasmos y mi cuerpo ya no daba más, pero al mismo tiempo quería más, Ricardo fue a lavarse su pene, yo me quedé exhausta en cuatro con mi culo al aire Rodrigo se paró atrás y me dijo: te lo voy a meter por el culo, lo quiero ya, solo acaté a decirle vamos.
El sin pensarlo dos veces, puso su cabezota en mi entrada anal y empujó de un solo envión ahhhh, me hizo gritar, pero siguió sin compasión y llenó mi culo, sentí que me lo abrió mucho más.
Esta vez no lo disfruté tanto, solo el morbo de sentirme partida por el culo, pero no hubo orgasmo de mi parte, el sí sacó y me hecho todo su semen en mis nalgas, comenzó a regarlo con la mano y yo lo sentía frio, me recosté en la cama, me dejé caer y sentía mi culo palpitando y me parecía distinguir el semen de dos hombres distintos en cada parte donde estaba ubicado.
Que puta me había vuelto, pero lo había disfrutado tanto.
Me levanté, me dirigía a mi baño, abrí la ducha y me pegué un baño cogí la toalla y salí, cuando salí, Rodrigo y Ricardo estaban hablando y mostrándose las fotos tomadas por uno y por otro.
Ricardo ¡le dije! no las vayas a dejar ver a mi prima ¿a qué horas tomaste tu fotos? Río pero no me contestó, los tres desnudos nos recostamos en la cama y me mostraron las fotos de cada uno mientras las veía mi conchita comenzó a palpitar y vi esas dos enormes vergas volviéndose a endurecer; que golosa y puta me había vuelto en una noche, pero lejos estaba de terminar ahí la noche.
Yo me dedique a masturbarlos a los dos, a chupárselos por turnos, al mismo tiempo, traté de meter ambas vergas en mi boca, hasta que decidía sentarme en la verga de Ricardo que creía me maltrataría menos, y a chupar la de Rodrigo esa noche ellos comenzaron una gran amistad y comenzaron compartiéndome a mi todo lo que quisieron.
Al otro día hice pereza todo el día, no me levanté sino a ducharme y prácticamente no salí de mi cuarto, ni me vestí, en mi memoria estaban todas las nuevas sensaciones que había experimentado la noche anterior y la madrugada de este día me había fajado literalmente con dos hombres.
Ricardo estaba totalmente ocupado pues mi prima había llegado temprano y no lo soltaba para nada, sin embargo, cada que podía se escurría por mi cuarto y me decía: nunca le vayas a decir nada a Mirian, por favor y en dos ocasiones entró con su verga en la mano, para que le pegara un chupetón rápido, cosa que no me disgustó, para nada, y que hice con mucho placer y picardía.
Claro que no diría nada de mi aventura con él y Rodrigo, como el nunca sabría de mis aventuras con mi primo, mi prima, mis hermanos y las deliciosas noches que pasamos juntas, ya sea disfrutándonos la una a la otra o atendiendo a nuestros hombre.
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