Aventuras sexuales en el bachillerato 4.
Al igual que el resto del personal de la escuela, Karla también tiene sus aventuras para contar, y en esta ocasión hablaremos de una muy especial..
La siguiente es una historia de ficción basada en personajes reales.
Ya hablamos de algunas aventuras sexuales de casi todos los miembros del personal de la escuela conde todo esto ocurre, pero nos falta alguien, Karla, la psicóloga. Ella es una chica muy linda de tez morena, delgada de buen cuerpo, todo en buena proporción, pechos de tamaño regular un lindo culito con nalguitas paraditas, una silueta bien formada, de 1.55 de estatura, con lindos ojos, una bonita carita tierna y un carácter muy alegre y simpático, razón por la cual sintió que su vocación era la psicología, es buena dando consejos y escuchando a la gente. Karla tiene 31 años, es casada y tiene una linda hija de 3 añitos.
Al igual que el resto del personal de la escuela, Karla también tiene sus aventuras para contar, y en esta ocasión hablaremos de una muy especial.
En el grupo de primer año hay un chico un poco problemático, Agustín de 15 años, es rebelde, no le gusta hacer tareas y a menudo no entra a clases. Un caso sin duda alguna para Karla. En una ocasión, Karla al recibir quejas de los profesores sobre la conducta de Agustín, decidió agendarle una cita. Karla atiende a los alumnos y alumnas de la escuela en un salón especial, en cuarto pequeño acondicionado especialmente, con un escritorio, sillas y un sillón.
Cuando Karla tuvo la cita con Agustín, al comenzar a hablar con él, noto que en realidad era un chico tranquilo, al indagar sobre su vida salió a la luz la causa de la rebeldía del chico era el reciente divorcio de sus padres. El chico se mostro muy sensible al hablar de ellos e incluso rompió en llanto. Karla lo consoló con algunas palabras de aliento que lo reconfortaron un poco. Pero Karla pensó que seria prudente citar a la madre de Agustín quien se había quedado a cargo de el para charlar también con ella.
Karla llamo por teléfono a la madre de Agustín, Silvia, una mujer trabajadora de 30 años, atractiva de muy buen cuerpo, un culo hermoso, lindas tetas, de tamaño regular, delgada de tes clara y cabello lacio largo, cualquiera que no la conociera y la mirara no se imaginaria que ya era madre, pues a pesar de su embarazo de Agustín su cuerpo no cambio, se mantuvo en excelente forma.
Karla: Hola buenos días, ¿Señora Silvia?
Silvia: Hola, si ella habla.
Karla: Hola le llamo del bachillerato donde estudia Agustín, soy Karla la psicóloga.
Silvia: Oh si dígame.
Karla: Mire le llamo para ver si es posible agendar una cita para poder platicar con usted sobre Agustín, no es nada malo, pero creo que es necesario que platiquemos.
Silvia: Uy, pues es que yo trabajo todos los días, pero creo que puedo pedir permiso el miércoles.
Karla: Si comprendo, pero seria perfecto que pudiera venir, déjeme agendar su cita para el miércoles, le parece bien a las 10 de la mañana.
Silvia: Si claro, a esa hora está bien allí estaré.
Karla: Ok, entonces ya quedo, la espero el miércoles alas 10 en las instalaciones de la escuela. Que tenga un lindo día señora Silvia.
Silvia: Gracias igualmente.
Y bien, el día de la cita llego y Silvia se presento puntual, al llegar a la escuela pregunto a Raúl el conserje en donde estaba la oficina de la psicóloga.
Raúl: Es la oficina que esta atrás de los salones a un lado del laboratorio.
Silvia: Gracias, muy amable.
Silvia se dirigió a la oficina en donde ya la esperaba Karla, al ir caminando, algunos alumnos que estaban afuera de sus salones la miraron, no sabían que era la mamá de Agustín, el chico de su escuela, pero no pudieron evitar mirarla con morbo, era una señora madura pero muy atractiva, llevaba puesto un pantalón de mezclilla azul claro muy ajustado, una blusa blanca y zapatillas blancas. Cuando finalmente Silvia llego a la oficina de Karla entro, la psicóloga Karla estaba sentada en su silla detrás del escritorio, al ver entras a la señora Silvia se puso de pie para recibirla.
Karla: Hola buenos días, la señora Silvia me imagino.
Silvia: Hola buen día, si soy yo.
Karla: Pase por favor tome asiento, ¿le ofrezco un café o un vaso de agua?
Silvia: No gracias, así estoy bien.
Karla: Bueno como le dije por teléfono soy la psicóloga de la escuela, Karla, la cite porque me gustaría charlar sobre el comportamiento de su hijo Agustín.
Silvia: Si claro, pues adelante dígame que sucede con él.
Karla: En los últimos días los profesores se han quejado, me han comentado que no entrega tareas y no quiere trabajar en clase, es un poco rebelde y a veces no entra a sus clases. El otro día estuve hablando con el y me comento que le ha afectado su divorcio con su padre.
Silvia: Pues sí, yo también note un cambio en su conducta a raíz de mi divorcio con su padre, sea vuelto rebelde no me obedece, el era un chico muy dulce tranquilo, pero ahora es diferente, ay no se que hacer, yo trato de comprenderlo, pero mi trabajo a veces no me deja pasar suficiente tiempo con él.
La señora Silvia rompió en llanto quejándose amargamente de su situación con si hijo Agustín.
Silvia: ¿Qué puedo hacer?, no quisiera que Agustín tomara un mal camino por esta situación.
Karla: Tranquilícese señora, para eso es que la cite para tratar de darle la mejor solución a esto y apoyarlos a usted y a si hijo en esto. Mire voy a traer a Agustín para que platiquemos de esto.
Y así, Karla salió de su oficina y fue al salón de primero donde la profesora Viviana estaba dando clase y le pidió que Agustín saliera un momento. La profesora Viviana no tuvo inconveniente y Agustín y Karla se dirigieron a la oficina de psicología, al llegar y entrar Karla le indico a Agustín que sentara en la silla junto a si madre. Comenzaron a charlar y poco a poco madre e hijo fueron expresando sus sentimientos, Karla guiaba la charla y los escuchaba atenta, tanto Silvia como Agustín expresaban el dolor por el divorcio e iban entrando en confianza, paso casi una hora y parecía que todo se iba arreglando, Agustín le pedía disculpas a su madre por su conducta y Silvia también le pedía disculpas a su hijo por su ausencia, por no poder pasar mucho tiempo con él.
Karla: Me da gusto que hayan expresado sus emociones, es lo mas sano, tu Agustín, ahora comprendes que el divorcio de tus padres no fue tu culpa, que lamentablemente era algo necesario.
Agustín: Si lo entiendo.
Karla: Bien, ahora que los dos han hablado hay todavía algo pendiente. Ti madre trabaja duro para sacarte adelante, por eso no esta mucho tiempo en su casa, pero por lo que ha dicho, tu madre te quiere mucho, eres todo para ella y tú también la quieres mucho ¿no es así?
Agustín: Si, mucho.
Karla: En ese caso, les propongo algo, me gustaría que hicieran una terapia para reforzar sus lazos, con esta terapia los dos mejoraran su relación. Debo advertirles, puede parecer algo extraño, pero créanme que funcionara y mejorara su relación.
Silvia: Por mi no hay problema, para eso he venido, me gustaría recibir esa terapia y mejorar las cosas con mi hijo.
Karla: ¿y tu Agustín, estas dispuesto a hacer la terapia?
Agustín: si claro también quiero mejorar la relación con mi mamá.
Karla: Bueno ahora que los dos están de acuerdo comenzaremos la terapia, como les comenté, puede parecer algo extraño, pero créanme funciona y los ayudara mucho. A partir de este momento necesito que hagan todo lo que les pida, sin poner pretextos ya que eso afectaría la terapia y no tendría los resultados esperados, ¿ok?
Silvia y Agustín: Ok, esta bien.
Karla se levanto de su silla y cerro la puerta de la oficina y también la cortina de la ventana. Se quedo de pie y se paro en medio de Silvia y Agustín.
Karla: Por favor pónganse de pie.
Madre e hijo hicieron lo que les pidió Karla.
Karla: Recuerden, deben hacer lo que les pida, por favor pónganse de frente el uno al otro y quítense toda la ropa.
Al escuchar aquello tanto Silvia como Agustín se sorprendieron, y comprendieron porque Karla les advirtió que podría ser algo extraño.
Karla: Adelante por favor, sin pena, son madre e hijo no hay nada de malo en verse desnudos.
Silvia y Agustín, habían aceptado hacer la terapia, y sin más remedio y con un poco de vergüenza se desnudaron por completo, la ropa de ambos quedo tirada en el piso y Karla se agacho para recogerla y la puso sobre el escritorio.
Karla: Ahora tómense de las manos y mírense a los ojos.
Madre e hijo obedecieron a Karla.
Karla: Señora Silvia, dígale lo mucho que quiere a su hijo.
Silvia: Agustín, mi amor, te adoro, sabes que eres mi vida entera, que te quiero mucho y que, aunque me haya divorciado de tu padre siempre te apoyare y estaré para ti.
Karla: Ahora tu Agustín, dile a tu mami que sientes por ella.
Agustín: Mami, yo se que me quieres mucho, lamento mucho mi comportamiento de los últimos días. No es mi intención ser rebelde y hablarte mal, también te quiero mucho, y te pido una disculpa.
Karla: Les pedí que se desnudaran porque de esta forma es un contacto mas directo entre ustedes, estando así, desnudos no hay barreras, y los sentimientos afloran con mas facilidad. Y no hay pena ¿verdad?
Silvia: No, se siente bien estar desnuda frente a mi hijo, como que siento mas amor, y mas cariño al decirle lo que siento y al escucharlo.
Agustín: Me siento cómodo estando desnudo frente a mi mamá, siento que la quiero más.
Karla: Muy bien, la terapia va funcionando bien. Ahora necesito que se abracen que sienta sus cuerpos desnudos y mientras lo hacen díganse cosas bonitas.
Madre e hijo obedecieron a Karla y al abrazare un rico escalofrió recorrió sus cuerpos, el contacto cuerpo a cuerpo desnudos les resulto placentero, podían sentir mucho amor mutuamente mientas se sentía y se decían cosas bonitas de amor.
Karla: Señora Silvia usted quiere mucho a su hijo ¿no es así?
Silvia: Demasiado.
Karla: Bueno, en ese caso hágaselo sentir, no solo con palabras, quiero que le de un beso a su hijo, pero no en la mejilla, dele un rico beso de amor…
Silvia y Agustín comenzaban a sentirse excitados, eran madre e hijo, pero esa terapia de Karla era sin duda era excitante. Silvia entendió lo que Karla le pedía que hiciera y comenzó a besar en la boca a su hijo, en ese momento madre e hijo sintieron una chispa, una poderosa conexión de amor, pero también de lujuria. Agustín correspondía el beso de su madre.
Karla: Eso muy bien, ahora tóquense, sientan sus cuerpos desnudos, muéstrense lo mucho que se quieren.
Silvia y Agustín comenzaron a tocar sus cuerpos desnudos mutuamente, cada vez se sentían mas conectados y por supuesto, más excitados. Aquella escena también excitaba a Karla, era algo profesional pero no podía evitar sentir morbo y lujuria al ver a madre e hijo besándose con pasión y tocándose mutuamente, su chocha comenzaba a mojarse.
Las manos de Agustín recorrían el cuerpo de sui madre, manoseaba su culo, sus tetas su chocho, el chico podía sentir el néctar de su madre brotando de su sexo. Por su parte Silvia, besaba con pasión y amor a su hijo al tiempo que también lo tocaba, tocaba sus nalgas y cuando por din se atrevió a tocar su verga pudo sentirla completamente dura, bien parada como roca, podía sentir como sus manos se mojaban del precum de Agustín que brotaba de su joven verga de 17 centímetros. Karla los dejo así por unos minutos.
Karla: ¿Ya sintió como se puso su hijo señora Silvia?
Silvia: Siiii (dijo con una voz excitada)
Karla: Pues eso es porque él la quiere mucho, porque le gusta besarla y sentir su cuerpo, es una muestra del amor que le tiene. Ahora señora Silvia arrodíllese.
Silvia obedeció y al quedar de rodillas, miro la hermosa y dura verga de su hijo frente a su cara.
Karla: Pero mire que hermosa verga tiene Agustín, adelante señora Silvia tómela con sus manos acaríciela, bésela, demuéstrele a su hijo lo mucho que lo ama y deje que sus instintos hagan el resto, solo déjese llevar por el amor que siente por él.
Silvia tomo la dura verga de su hijo en sus manos y comenzó a besarla y lamerla suavemente, el chico no daba crédito a aquello, su propia madre arrodillada frente a el apunto de chupar su verga. Karla miraba aquello con morbo y lujuria, ver a una madre con la verga de su propio hijo en la boca le resultaba sumamente excitante, aunque no era la primera vez que, hacia ese tipo de terapia de reconciliación, si era la primera vez que lo presenciaba entre madre e hijo.
Tal como Karla se lo indico, Silvia se dejo llevar y de acariciar y besar la verga de su hijo, paso a chuparla, primero suavemente y poco a poco fue perdiendo el control hasta comenzar a mamarla con pasión y lujuria, estaba consciente de que era la verga de su propio hijo, pero no le parecía algo malo, por el contrario, sentía que estaba demostrándole al chicho lo micho que lo quería. Agustín miraba a su madre chupándole la verga y le provocaba un placer indescriptible. Madre e hijo comenzaron a gemir.
Karla: Dígale a su hijo cuanto lo ama.
Silvia: Te amo mucho mi amor, eres todo para mí, te amo, ¡te amoooooo!
Agustín: Oh si, si mami, también te amo, te amo muchooo
Karla: es hora de que le demuestres a tu mami cuanto la amas Agustín. Vengan al sillón. Acuéstate Agustín y usted señora Silvia colóquese sobre él, siga chupando su verga y permita que el le coma el chocho.
Y así, madre hijo se fundieron en un 69 muy depravado y amoroso. Cuando Agustín provo el chocho de su madre se sintió en la gloria, el aroma y el sabor de ese hermoso sexo lo enloquecían, lamia y besaba el sexo de su madre provocando que esta gimiera de placer mientras devoraba la joven verga de su hijo. Los dos gemían ante la mirada llena de morbo de Karla quien había mojado ya su panty con el néctar que le brotaba de chocho al presenciar la escena de madre e hijo comiéndose al mismo tiempo.
Agustín: Mami que rico tu chocho te amo.
Silvia: Ay si mi amor cómeme, mmm que verga tan hermosa y deliciosa tienes te adoro, te amooo
Después de varios minutos, mágicamente madre e hijo llegaron al orgasmo juntos, Agustín gemía mientras su leche brotaba de su dura verga entrando en la boca de su madre, mientras que el cuerpo de Silvia sobre el de su hijo se estremecía, temblaba al sentir el orgasmo más rico que había tenido en su vida, producto de las chupadas de chocho que le dio su propio hijo. Los dos se quedaron un rato jadeando de placer, poco a poco la verga de Agustín se fue tranquilizando y Silvia fue reaccionando, había quedado como adormecida como en transe después de ese tremendo orgasmo.
Karla: Bravo, muy bien, felicidades a los dos, realizaron la terapia de manera excelente.
Silvia y Agustín se levantaron y quedaron sentados sobre el sillón, relajados y llenos de amor entre madre e hijo.
Karla: Bueno, ahora les voy a pedir que continúen en casa, que cada que puedan hagan esto, verán como su relación funcionará de maravilla y lo ayudara a comprenderse mejor.
Silvia: Ay psicóloga Karla, estoy infinitamente agradecida con usted, es una gran terapeuta.
Karla: No hay nada que agradecer señora Silvia, lo hago con mucho gusto.
Finalmente, Silvia y Agustín se volvieron a vestir y la terapia llego a su fin. El chico regreso a su salón y su madre se retiró de la escuela.
Karla, había quedado sumamente excitada por lo que había presenciado, su chocho estaba muy húmedo, mojaba su panty, sus pezones morenos duros, no podía quedarse así, entonces si poderse contener se fue a sentar al sillón de su oficina, se desabrocho el pantalón y se lo bajo hasta las rodillas con todo y su cachetero de encaje blanco abrió un poco sus morenas y delegadas piernas y comenzó a frotar su sexo con su mano, cerraba los ojos recordando la escena de ver a madre e hijo comerse al mismo tiempo, gemía ligeramente, ocasionalmente se llevaba la mano a la boca para lamer su propio néctar y continuar fritando su mojado chocho.
Estaba Karla muy concentrada en lo suyo cuando la profesora Viviana llego a su oficina, necesitaba pedirle un poco de papel higiénico. Cuando la profesora Viviana entro en la oficina de Karla la miro sentada en el sillón dándose placer.
Viviana: Ohh Karlita, disculpa, jaja veo que estas un poquito ocupada.
Karla abrió los ojos, la inesperada y repentina entrada de la profesora Viviana el saco de concentración, pero no la asusto en lo mas mínimo.
Karla: Ay profa Vivi, jaja me cacho con las manos en la masa.
Viviana: Jaja, mas bien con las manos en la chocha
La profesora Viviana entro en la oficina y se acerco a Karla, y la miro con una sonrisa pícara.
Viviana: Mmm, que linda tu chochita Karla (aunque no era la primera vez que la miraba)
Karla: Ay gracias profa Vivi, usted siempre chuleándome
Viviana: Y con justa razón, eres una mujer muy hermosa.
Karla: Gracias profa Vivi, pero somo las dos jaja
La profesora Viviana simplemente sin decir más, se arrodillo frente a Karla entre sus piernas, miro la hermosa y húmeda chocha frente a ella:
Viviana: Mmm Karla, te he dicho que es mas saludable que te dejes los pelitos, pero te encanta depilarte
Karla: Jaja ay profa, pues es que me siento mas cómoda así
Viviana: Bueno, debo reconocer que así se te ve mejor, más linda.
Karla: Mmm gracias profa.
Viviana: Bueno ya que te interrumpí me gustaría ayudarte con lo que hacías, ¿puedo?
Karla: Adelante profa…
Entonces la profesora Viviana acerco su cara al hermoso sexo de Karla y comenzó a lamerlo y frotarlo con su mano, al sentir la lengua de Viviana en su chocho, Karla comenzó a gemir a retorcer ligeramente su cuerpo sobre el sillón.
Karla: Mmm ay que rico profa, asiiii
Viviana: Tan hermos tu chochita Karla, tan rica, mmm
Viviana, besaba y lamia la vulva de Karla, con su lengua lamia la zona del clítoris mientras introducía sus dedos en el agujero. Karla se acariciaba los pechos sobre su blusa y también tomaba por la cabeza a la profesora Viviana como pidiéndole más.
Viviana: Ay que rica chochita mmm
Karla: Si profa así, cómamela que ricooooo
La profesora Viviana continúo dándose un festín con el hermoso chohco moreno de Karla por varios minutos, las dos gemían y gozaban. Finalmente, Karla comenzó a retorcer su cuerpo sobre el sillón al tiempo que jadeaba y gemía de placer, el placer que le provocaba el rico orgasmo que le indujo con su boca la profesora Viviana. El néctar de Karla brotaba de su sexo y la profesora Viviana lo lamia, se lo tragaba todo.
Karla: Mmm que delicia profa…
Viviana: Delicia tu juguito Karla, me encanta…
Karla se tranquilizo después de su orgasmo y la profesora Viviana se puso de pie sonriéndole.
Viviana: Bueno Karlita, solo venia a ver si me regalabas un poco de papel higiénico y mira, termine comiéndote la chochita jaja
Karla: Pues que bueno que llego en el momento exacto profa Vivi. Y si claro, en el cajón de mi escritorio tengo papel higiénico, tómelo…
La profesora Viviana tomo lo que necesitaba y salió de la oficina de Karla, quien se acomodó su pantalón y continuo después con sus actividades cotidianas en el bachillerato. Esa escuela donde todos los días ocurre algo diferente a todas las demás escuelas.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!