Ayde, gordita tetonsísima
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gordilover.
En mi facebook familiar, pongo muchos comentarios irónicos, sarcásticos y gustan mucho. Ayde comenzaba a poner mensajes como: “soy tu fan” “me encanta lo que escribes”. Tiempo después la agregué y supe que era conocida de un primo.
Nos comenzamos a hablar y la agregué al MSN, ella era unos 5 años menor que yo y lo impresionante era que tenía unas enormes, impresionantes tetas. Aún y cuando por salud se había quitado aproximadamente 800 gramos en cada seno. Inmensurables, extraordinarias, y en todas sus fotos luciendo un escote muy provocativo.
Nuestras pláticas siempre fueron de lo más triviales hasta que un día en la oficina, estaba algo desocupado y empecé a decirle que había soñado con ella, pero que me daba pena contárselo. Como buena mujer insistió tanto y cuando vi el verdadero interés, le inventé una historia de lo más cachonda, donde ella era la protagonista, y como era mi sueño, yo le hacía lo que quería.
Escribí como 15 minutos seguidos y no tuve ninguna respuesta así que pensé que se había molestado. Como no era mi amiga no me preocupó tanto, pero 5 minutos después sonó mi celular:
– Hola, soy Ayde… le pedí tu teléfono a tu primo, espero no te moleste. Eso que me pusiste en el chat estuvo mmmm… me dejaste echa una sopa, estoy mojadísima y tuve que cerrar mi oficina para masturbarme, perdona pero te lo tenía que decir. Bye.
Aunque esperaba más o menos una reacción similar, no esperaba algo tan rápido. A partir de ese momento todo cambió. Ella me buscaba a diario, me decía “bebé”, “papí” y palabras de ese tipo. Una semana después me pidió de favor, si podía escribirle nuevamente, porque tenía muchas ganas de tocarse. Le dije que sí, pero que a cambio pusiera la webcam.
Como en su oficina no tenía aceptó, pero me dijo que lo haría llegando a casa. A media tarde se despidió de mí y a los 15 minutos volvió a conectarse desde su casa donde inmediatamente puso la webcam.
Aprovechando, le comencé a chulear las tetas y ella se puso de pie, cerró la puerta de su cuarto y se quitó la blusa.
– No seas mala Ayde, enséñamelas
– No, me da pena están bien grandes
– Por eso, son encantadoras, quisiera vivir entre tus tetas
Seguí insistiendo, hasta que se quitó el brasier. Le inventé una historia y ella se masturbó para que yo la viera, después se paraba y me enseñaba su culito que no estaba nada mal. No hay nada mejor que una gordita, en serio. No hay nada mejor.
Yo le insistía mucho en vernos, en ir a un hotel o estar en donde fuera. Ella no aceptaba, decía que sus horarios no se lo permitían y sus padres la mataban si se daban cuenta de lo que hacía para mí. Cierto día me llamó al celular y me suplicó que le dijera cosas sucias, escucharla gemir y jadear ha sido de las cosas más excitantes que he vivido. Yo no pude más y ahora el que suplicaba era yo, poder verla en persona pero siempre la respuesta era evasivas.
Lo de su webcam se hizo costumbre. Todos los días a las 3:45 de la tarde comenzábamos el espectáculo, y era tanta la cachondería que en ocasiones yo cerraba mi oficina para masturbarme. Buscaba sus fotos y esas tetas eran mi sueño, me las tenía que comer.
Ella empezó a tomarse fotos un poco sexys. Y las mandaba a facebooks de gorditas, de BBW´s y esas cosas. Pero yo sabía que se las tomaba para mí.
Era un sábado, yo me estaba levantando cuando me marcó al celular. Me dijo que sus papás se iban a ir de viaje hasta el lunes y estaría sola en casa, y que por un mensaje me mandaría la dirección. Que era toda mía.
Llegué a una tienda, compré cerveza, vino, condones y cualquier cosa que se me pusiera enfrente.
Toqué la puerta de su casa y me recibió envuelta en una bata rosa. Era la primera vez que nos veíamos en vivo sin embargo de saludo me dio un húmedo y delicioso beso en la boca.
– Pasa mi amor, estoy solita
– Gracias Ayde, tengo que decir que en vivo estás aún más espectacular
– Ay bebé, me lo dices porque andas cachondo
– Cachondo ando siempre, por ti
– Ay papi
Nos sentamos en el sillón, y comenzamos a besarnos. Ella rápidamente se apoderó de mi entrepierna. En ese momento recordé que ella me dijo alguna vez, que lo primero que iba a hacer la primera vez que nos viéramos sería mamármela.
Me desabrochó el pantalón y sin más se la comió toda, era toda una experta. Yo quería tocarla y ella se apartaba, quería toda la atención en el trabajito que me estaba haciendo.
– Avísame cuando te vayas a venir papito
– Pues no falta mucho mi amor
Se la sacó de la boca y se la puso entre sus tetas. Es una de las mejores sensaciones que he tenido en mi vida, me corrí en sus tetas. Ella gemía de placer, tantas veces le relaté lo que haríamos en vivo que, lo estaba viviendo y estaba súper caliente.
– Vamos a mi cuarto papi
Llegamos, se recostó y le dije que le iba a dar un masaje. Su reacción no fue de total alegría, ella quería sexo y yo le ofrecía relajación. Pero lo que ella no sabía es que una de mis especialidades es masajear de manera muy sexy. La puse boca abajo y apenas puse una mano encima de ella, suspiró de placer. Es como tocar la seda, mis manos saben acariciar y al momento de pasar por sus nalgas le rosaba su agujerito con un dedo, ella solo se movía de placer y de su conchita le brotaba líquido precioso.
Estaba teniendo un orgasmo y yo aún no le hacía nada.
La puse boca arriba, y seguí tocándola. Cuando llegué a su panochita comencé a jugar con ella. Deslizaba mis dedos alrededor de su rajita, nunca metiéndoselos. Rozaba su clítoris y ella gemía de placer. Subí por su pancita deliciosa, acariciándole. Dejándole saber que las gorditas son las más sexys del mundo.
Cuando llegué a sus pechos los pasé por alto, ese era el postre. Comencé a besarle los oídos, a besar su boca. Ella estaba tan relajada y caliente que se dejaba hacer lo que quisiera, no puso ninguna resistencia, no podía.
Humedeciendo mis dedos con sus propios jugos, pasaba en forma circular los dedos por sus areolas, pellizcando los pezones. Ella solo soltaba de repente suspiros y “así, así”.
Comencé a besar sus tetas, impresionantes. Mientras la comenzaba a masturbar lentamente, con un ritmo muy romántico, ella ya no decía nada, era un momento de puro placer. Le abrí las piernas, y le ponía uno de mis dedos en su culo, sin metérselo pero haciendo presión y lo deslizaba por sobre toda su rajita, dejando un camino de humedad en su pancita, llegando a los pezones y terminando en su boca, donde ella se prendía como si fuera una verga.
– Te dije que te iba a dejar semi muerta de placer
– Papito no sé que me haces pero es lo mejor que he sentido en mi vida
Me levanté, y me puse sobre ella como misionero, se la metí y su grito de placer casi me asusta. En el entre y saca me llenaba a placer de sus tetas, ella solo volteaba la cabeza a todos lados, ya no sabía que decir. Terminé, me salí de ella y me recosté a un lado. Ella se movió para abrazarme y nos fundimos en un beso que duró minutos. Nos quedamos dormidos y más tarde nos metimos a bañar. Donde también la bañé con puro placer.
Puso música, nos tomamos las cervezas, seguíamos besándonos hasta que me despedí
– Espero que tus papás se vayan más seguido Ayde
– Si papito te lo prometo que apenas se vuelvan a ir te digo
– Me encantas, y me encantan tus tetas
– Son tuyas, por webcam y por donde sea, hoy sentí cositas que nadie me había hecho sentir, y estoy en deuda contigo.
Y vaya que tiempo después, saldó la deuda y muy bien.
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