Ayudando 2

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por satirosex.
Después de platicar con su madre, ella estuvo de acuerdo en que siga investigando a fondo si alguien abusaba de su nena consentida, como amigo y ex amante, acepte

Después de nuestro primer encuentro, todo parecía de lo mas común, cuando su madre estaba con nosotros se comportaba muy atenta, muchas sonrisitas y se arreglaba muy bonita, hasta su madre me bromeaba que yo le gustaba a su pequeña, por que se portaba muy bien cuando yo estaba con ellas

Una tarde llegue previo acuerdo con su madre, mi amigo fingio sorpresa y me guiño el ojo, diciendo luego que era bueno que llegara por que iba al colegio por su otro pequeño y no tenia con quien dejar a su nena, yo fingiendo le segui el juego, en cuanto desaparecio, la nena también, según tenia deberes escolares, cuando asomo de nuevo con sus útiles, me hizo tragar saliva, solo llevaba una playerita y calzoncitos, no había falda o shorts, y unas sandalias, me sonrio y se fue a la mesa del comedor, apenas unos segundos después le pregunte si podía ayudarle, me contesto risueña que si, me señalo las tareas y era muy sencillas para mi, le fui explicando y ella se movia inquieta, tanto que me inquieto a mi, le tome su manita y mientras le explicaba se la puse en mi bulto haciendo que lo sobara, ella no miraba, como si no pasara nada, pero su sonrisita la delataba, conforme avance en la explicación mi tolete se inflamo, hasta que no pude mas y me lo saque, ella siguió el juego, me lo acaricio, temblaba, como si no pasara nada le acomode su manita agarrando mi verga

Comencé a subirla y bajarla, ella seguía cada paso, en breves minutos me masturbaba tan rico que mis jugos brotaban sin control, lubricándola, temblaba toda, su voz igual, su respiración se agito, cuando me acerque a su cuello le dije que merecia un premio por ser tan lista y le comencé a dar suaves besos, toda su piel se erizo, quedando callada, respirando agitada, cuando mis manos se metieron bajo su pequeña blusa y acaricie sus pezones apenas unos botoncitos, ella jadeo, note que apretaba sus piernas inquieta, me di cuenta que tenia cerrado sus lindos ojos, sin perder tiempo me baje las ropas, quedando solo con playera, me dejo bajar su pantaleta, la levante suave y la acomode en mi erección, procurando que esta se frotara plena en su tierna rajada, despacio la acomode de manera que sus hermosas piernas quedaran abiertas, no podía ver mas abajo, pero sentía como mi verga frotaba en sus labios vaginales, mientras ella se rendia recostando su cabecita en mi pecho, pregunte si le gustaba su premio, y un suave jadeo fue toda la respuesta, la movi a mi antojo, masturbándome con aquella dulzura, como la vez anterior, no se cuánto tiempo paso, pero pareció desmayar, lento se recuperó mientras yo seguía moviéndola, no opuso resistencia cuando la cargue, me la lleve hasta su cuarto, la recosté cómodamente, me miro mientras le quitaba su única prenda y después la mía, la acomode boca arriba con sus piernas bien abiertas, su tierno genital estaba húmedo, rosado, mis jugos mojaron hasta su pequeño ano, sus protuberantes nalguitas hacían parecer que tenía levantada su colita, era una maravilla, guie mi glande hasta su exquisita vagina, empuje abriéndola apenas, mientras ella por instinto mordía sus labios, con delicioso esfuerzo mi glande abria aquellos virginales labios genitales, mientras ella también ardiendo aguantaba el pequeño dolor, después de varios exquisitos intentos, la penetre, solo el glande, la deje acostumbrar, sus hermosos ojos se llenaron de pequeñas lagrimas mientras me la comía a tiernos besos, se dejaba hacer todo

Después de reposar unos minutos, comencé a meter y sacar, si penetrar más adentro, era suficiente, ella respondía, arqueaba su cuerpo al sentirme, mientras largos quejidos se le escapaban, no se cuánto duro, pero cesaron, en su lugar asomaron gemidos, jadeos y agitados suspiros, mientras le acariciaba toda, besándola por todos lados, sus mejillas estaban radiantes de un rosa hermoso, la cereza del pastel como decimos aquí, fue cuando me detuve y le pregunte si seguía o no, ella suspirando sin verme asintió, entonces la cambie de posición montándola en mi verga, enseñándola como debía frotarse, algo que aprendio muy rápido, se puso frenética, lloro, grito, hasta que reposo en mi pecho agotada de las sensaciones, yo excitado la movi mas rápido y fuerte, hasta alcanzar tremendo orgasmo, mojándola toda, era tal mi lujuria que aun después de eyacular no bajaba del todo, la acomode de perrito con una almohada debajo de su vientre, y la mire masturbándome, con su tierno culito erguido y mojado, coloque mi verga y comencé a masturbarme suave, disfrutando de la vista y el contacto, estaba bañado en sudor y ella también, su carita sonrojada, y su boquita que se retorcia ante la caricia, no había huella de miedo, lo estaba gozando, tentado le di suaves piquetes en su agujerito trasero, que se resistia riquísimo, ella solo chillaba suavecito, excitado empuje mas hasta que alcance penetrar, se retorcio de dolor, arrancadome pervesos jadeos de deleite, mi glande quedo atrapado en sus entrañas, sus ojitos lloraban, la deje acostumbrar, largos minutos después comencé a sacar y meter, no se cuanto tiempo corrió, escuchaba sus quejidos, hasta que estalle sintiendo que se me nublaba la vista

Repose un rato junto a ella, abrazados, haciéndole caricias, mire la hora, nos levantamos y nos arreglamos, lavándonos, tratando de no dejar huella, nos sentamos a ver televisión, pero la nena se durmió, asi nos hallo su madre, quien me vio llevarla a su cuarto, y dejarla en su cama

Baje y después de responder a sus preguntas parecio mas tranquila, su nena aun era “inocente” y ya mejoraba su comportamiento con los extraños, ya no enseñaba de mas, ni se paseaba en calzones, me dio un beso y nos despedimos, me pidió que cuando pudiera saliéramos a recordar viejos tiempos y que continuara ayudándola, ya que como decía ella necesitaba una figura paterna la nena y quien era yo para negarsela