BORRACHA, PIERDO LAS INHIBICIONES Y ME TRANSFORMO EN UNA LOCA.

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para todo hay una primera vez y sucede que regreso de mi trabajo, cerca de las siete de la tarde y paso a la vinatería y compro mi primera botella de licor: una de wiskey, de unos perritos blanco y negro. Con mi botella y coca colas para mezclar, me encamino a mi turbio y gris apartamento.
Comienzo a beber y a escuchar música mexicana, llena de agravios y desaires amorosos que van de acuerdo con "mis sentimientos de aquel entonces".
Ya peda, bastante peda, me siento incontrolable. Un hormigueo y una sensación de "comezón" en mi vulva, no me dejan en paz y me mueven "a la acción".

No soy físicamente muy afortunada: de estatura corta, piernas delgadas y nalgas no muy prominentes me hacen sentir fea y no deseada, rechazada por "hombres normales", pero si tengo un bonito cabello, abundante y rizado, labios sensuales y ¡ unas verdaderas chichotas DOBLE D !, que me hacen ver muy rara, prominente y puntiaguda en mi pecho, pero todos me voltean a ver, deseando mamarlas y acariciarlas, es mi "punto fuerte" y no lo desaprovecho, usando blusas y brassieres que las hacen resaltar y las muestran abultadas para todo aquel que desee verlas.
Ya muy borracha, ésa noche memorable tomo una decisión y paso a la acción: " si no le gusto a los hombres normales, ¿que tal a los "anormales"?: gente ordinaria, "pelados", borrachos, fracasados y gente ocasional que solo busca una panocha para desahogarse.

Acaricio mi vulva , escucho la letra de una canción: "…acariciame, no importa que no sepa ni tu nombre, pues mañana habrá otro en tu lugar…… haciéndome el amor….." después sigue otra; "…..al primero que me "eché" (me cogió)….. me dió pena no lo niego….entra ya….. y te vas borrando de mi pensamiento conforme fuí saboreando, al primero que me "eché"…..al segundo que me eché , no fue difícil que hasta creo….me empezé a sentir más bonita más mujer, al segundo que me "eché"……….empecé a sentir placer…..".
Acaricio mi vulva, la siento "boluda", mi "bollo" es amplio y prominente, no peludo, pero si con pelos muy pegados a él, que dejan asomar mis labios gruesos y un clítoris muy marcado y mi "rajita " termina en un "agujerito" muy lindo, que se dilata a la menor provocación.
Paso a la acción y por lo borracha, decido conservar el bikini amarillo que traigo desde la mañana: oloroso a orines, a fluidos de mi vagina, todavía muy cerrada y "apretadita", así soy, así huelo, así excitaré al afortunado que buscaré ésta noche.

Me saco el pantalón que traigo y saco de mi clóset una minifaldita negra que hace resaltar mis delgadas y blancas piernas, me quito la blusa "del trabajo", me pongo un brassiere negro que aprieta y hace resaltar mis abultadas y blancas chichis. una blusa blanca que deja al descubierto "mi arma favorita": unas chichotas hermosas; me pongo unas zapatillas negras de tacón muy alto, de aguja y pinto mis labios de un rojo provocativo, delíneo mis ojos con lápiz negro y sombra obscura en mis parpados me hacen ver como una mujer "disponible".
Estoy muy peda y salgo de mi pobre apartamento al frío de la noche, apenas puedo caminar e incoherente me enfilo a la calzada.

No tarda en emparejarse un auto destartalado y un hombre joven, con acento "peladito" me empieza a "chulear" vulgarmente mis chichotas, mis piernas blancas y el calzón que muestra mi cola: " en tus curvas me entretengo y en tus hoyos me detengo", " ándale mamita vamos al coyote cojo (albur mexicano que significa el coyo te cojo, te meto la verga en tu panocha)", le respondo, "órale pues cabrón, vamos a ver si te funciona, llévame al estacionamiento de aquel supermercado, ahí en lo obscurito "me das mantenimiento (me coges)".

Sin preguntar abro la puerta y me subo al viejo y destartalado auto, raudo enfila al estacionamiento del gran supermercado, vacío por la hora, las tres de la mañana, busca el lugar más alejado y obscuro, se detiene y apaga el motor, con prisa sale del auto, abre mi puerta y me toma de las piernas con brusquedad y violencia, me levanta, acomoda mis patas en sus hombros y hunde su rostro entre mis piernas: " huy mamita, como te apesta", "huelo a mujer güey" le respondo, me huele, pasa su lengua sobre mis muslos y empapada pantaleta, me la jala y me despoja de ella, comienza a lamerme la vulva, me mordizquea el "bollo", "Que bolota tienes mami" me dice, mete su lengua muy adentro en mi apretada vagina, "que rica estás mamacita" jadea y empujándome hácia adelante, con mis patas más arriba, alcanza mi blusa y como puede me mueve el brassiere, mis chichis saltan, "pareces vaca" dice el vulgar, y se mete una en la boca, me la mama, succiona mi pezón, la mordizquea, bufa de lo grandes que están al ponérselas en la boca, sigue con mi otra chichi (todos los hombres que hasta hoy me han cogido se emboban con mis chichotas), jadeo, me empiezo a calentar, bufo, gimo lo que lo excita más; se abre la bragueta del pantalón y libera un pene cabezón, me jala de los cabellos y acerca mi rostro a su macana para que se la mame, apesta o orines y a sudor, me excita, hunde en mi boca su garrote y lo tomo, lo mamo, sabe a sal y ácido, violentamente lo saca y me acomoda en el asiento aún con mis patas muy levantadas, me las abre tanto que me quejo de dolor y comienza a tantear con su cabezota la entrada a su felicidad; estoy tan mojada que resbala fácilmete y me clava de una sola estocada, me la deja ir toda completa, la hunde hasta que siento sus bolas pegar contra mis nalgas, grito, gimo desesperada y sin misericordia ni gentileza alguna comienza a "bombearme" con su falo.

Siento bien rico, el palo se desliza dentro de mi vagina, inundándome de placer, "lo tienes bien mojadito, bien apretadito y calientito mamita, ¡es mi noche de suerte!, bufa el cabrón, pero no hago caso, disfruto la cochada que me están dando, me derrito al sentir su verga deslizarse´por las paredes de mi vagina que comienza a contraerse y empiezo a gemir, a contorsionarme, un gran deseo de orinar se viene con una sensación de "comezón" insoportable, mi orgasmo es tan potente que me sorprendo, lo baño con mis jugos, su verga entra y sale de mi panocha con un moco blanco: mi "eyaculación" y en un grito, comienza a venirse dentro de mí inundándome con chorros de leche, siento hincharse mi vagina con sus jugos y a gotearlos, "qué rico palo mi reina", es todo lo que alcanza a decir el tonto.

Se queda inmóvil, todavía con la verga dentro de mí y yo con las piernas bien abiertas a más no poder. Me besa largamente en la boca y correspondo hundiendo mi lengua en la suya, jadeanado nos quedamos largo rato, abrazados: nos hemos ver muy raros, yo tan chiquita y con las piernas bien abiertas y el tipo sobre mí con su cadera pegada a mi vientre y "enchufándome".
Empiezo a sentir como humedezco el asiento delantero del auto con los fluídos que brotan de mi "bollo", no me importa, si tiene esposa a ver como le explica ésa "mancha", río malévola en mi interior.

"Quítate ya cabrón", le espeto, "uyyyyy, que delicada me saliste, culito, hace ratito solo gemías y pedías más de mi verga", si, pero ya terminamos y me voy.
¿Te llevo?, me pregunta, no, respondo, ¿te vuelvo a ver?, no, respondo soy de una sola cochada, mañana otro me cogerá.
¡Uy que delicada! me responde y se aparta de mí sacandome la verga de mi panocha con un fuochhhh, sonido muy característico de lo empapada y apretada que estoy con sus mecos y mis fluídos vaginales.

Encuentro mi pantaleta, me la pongo me acomo el brassier y sin decir adiós doy la vuelta camino a mi apartamento.
Tengo muchos mas recuerdos que espero seguir escribiendo.
Honestamente calculo que en dos años de "loca" me cogí a cerca de trescientos hombres, después ya un poco mas cuerda, no dejé de ser "una caliente" y experimenté a otros cien hombres diferentes, muchos de ellos en borracheras incontrolables "con amigas".
Hoy vivo una sexualidad sin compromisos, que me hacen aparecer como una mujer "fácil", pero me respeto mucho a mí misma, aunque en la obscuridad, he experimentado el placer de tener a otros sesenta hombres diferentes, mas ó menos.
Anónima.