CAI EN EL ENGAÑO DE MI JEFE
La historia comienza cuando entre a trabajar a una empresa donde todo era muy moderno, por lo cual yo disponía de los mejores recursos para hacer mi trabajo y eso me motivaba muchísimo a pertenecer al selecto grupo de personas que integraban la compañía. .
La historia comienza cuando entre a trabajar a una empresa donde todo era muy moderno, por lo cual yo disponía de los mejores recursos para hacer mi trabajo y eso me motivaba muchísimo a pertenecer al selecto grupo de personas que integraban la compañía. Ya habían pasado varios meses desde mi ingreso cuando llego la fecha de aniversario de aniversario de la empresa y se celebró con una fiesta en la que la invitación incluyo a nuestras esposas. En esa fecha el presidente de la compañía conoció a mi esposa y desde el primer momento note una especial atracción hacia ella, pero creí que era mejor no darle mucha importancia y considerarlo fruto de mi imaginación, porque he sido consiente que mi esposa es una mujer atractiva y más de un hombre se ha fijado en ella.
Llegó la fiesta y vinieron nuevas reuniones con la participación de las esposas ya que el presidente sostenía que era importante integrar al trabajo la familia. Y en la última oportunidad el licor hizo de las suyas en mi esposa y en mí y terminando la reunión el presidente se dirigió hacia nosotros para invitarnos a pasar el fin de semana en su casa de campo y gracias a la emotividad del momento aceptamos y mi esposa se ilusiono creyendo que esta cercanía con el presidente nos beneficiaria con mejor una posición y remuneración para mí.
Así que nos preparamos de la mejor manera y el sábado en la mañana nos fuimos a la casa de campo siguiendo las indicaciones que nos dio Mario el presidente de la empresa. Apenas llegamos nos recibió con un saludo muy efusivo, agradeciendo que hubiéramos aceptado su invitación. Él estaba con una mujer muy atractiva, y como no conocía nada sobre su familia, supuse que era su esposa y cuando Natalia mi esposa me pregunto por ella le dije que seguramente era la esposa de Mario.
Durante ese día nos atendieron de maravilla, y por momentos Mario estaba muy afectuoso con Mariana, lo que me confirmaba que era su pareja.
Cuando llego la noche todos estábamos muy embriagados porque habíamos bebido demasiado licor y por supuesto estábamos muy efusivos y desinhibidos al punto que la relación con Mario, no era la de presidente y subalterno sino de amigos, había abrazos, risas, comentarios picantes y empecé a sentir cierta cercanía con Mariana que me rozaba constantemente, pero las copas y la belleza de esta mujer lograron hacerme flaquear olvidándome de considerar que Mario y mi esposa se pudieran disgustar.
El licor fue atrapando mi voluntad y no se cuando sucedió, pero de pronto me encontré solo con Mariana sentado en un sofá al lado de la piscina y ella inició innumerables caricias hacia mí, lo cual activo mi atracción hacia ella, olvidándome de mi esposa y del presidente.
Como en muchas oportunidades, los hombres pensamos que siempre vamos a ganar y nos dejamos llevar por el instinto de cazadores y no por la razón, lo que permitió que vinieran roces más íntimos con Mariana hasta llegar al primer beso, en ese instante revise alrededor y como no vi a nadie deje que las cosas siguieran adelante. Ella me invito, tomando mi mano, a acariciar sus senos y por supuesto ante semejante cuerpo tan maravilloso no me negué.
Todo fue avanzando con tanta rapidez que Mariana soltó el cierre de mi pantalón, saco mi verga y comenzó a mamarla efusivamente, y si antes no pensaba en mi esposa ahora ella había desaparecido de mi mente. A continuación, Mariana me invito a que le diera sexo oral y me encontré con un coño perfectamente depilado, sus labios vaginales sin señal de un embarazo y mi boca se confundió con ellos hasta llevarla a un orgasmo con gemidos controlados. En ese momento, la acumulación de deseos por follar a Mariana estaba al límite y por supuesto cuando ella termino de gozar su orgasmo yo me levante y estando arrodillado frente a ella mi verga quedo a escasos centímetros de su coño, así que sin pensarlo dos veces la tome por las caderas, la acerque al borde del sofá y la penetre fácilmente gracias a la abundante lubricación de su sexo.
Creo que no dure más de tres minutos follándola a toda máquina y sin preguntar estando al límite de la excitación, deje fluir mi semen dentro de ella. Al instante, quedamos inmóviles y ella como estaba tan alicorada se fue quedando dormida recostada en el sofá y con las piernas separadas.
En ese momento recobré un poco la lucidez y pensé en mi esposa, ¿dónde estaría? y tras recomponer mi pantalón empecé a buscarla caminando en medio de las escasas luces, hasta llegar a las habitaciones, y cuando escuche susurros de voces me acerqué, encontrando a Mario y a mi esposa semidesnudos, y antes de hacer un escándalo, pensé en que me acababa de follar la esposa de Mario, y eso hizo que me contuviera manteniéndome a la expectativa respecto a que estaba por pasar allí dentro de la habitación.
Mario trataba de convencer a mi esposa que se desnudara totalmente para follar a gusto y ella le decía que era una mujer casada y no debía hacerlo. Mientras le hablaba él no paraba de rozarle el cuello dándole besos, al tiempo que le acariciaba los senos a dos manos.
Ella le decía que de pronto yo aparecía y se iba a formar un problema, en tanto que Mario le respondía, no te preocupes él debe estar feliz con Mariana, o ¿no te fijaste como desde la mañana la miraba con evidentes deseos de cogérsela?
Esto desde luego era mentira, pero seguro hizo dudar a mi esposa sobre mi fidelidad, dándose ella libertades para aceptar las proposiciones de Mario. Finalmente la convenció y comenzaron a besarse efusivamente, entrelazando sus lenguas, devorándose mutuamente, mientras Mario recorría con sus manos cada rincón del cuerpo de mi esposa, ella mostraba su aceptación abrazándose a él con evidente excitación.
Este momento fue el propicio para que los dos dejaran tiradas en el suelo la ropa interior que hasta ese momento conservaban. Jamás imagine tener que ver a mi esposa follando con otro, es cierto que antes de casarnos ella tuvo relaciones con otro u otros, pero desde que nos casamos todo fue fidelidad.
A continuación, Mario se arrodillo frente a mi esposa y comenzó a darle sexo oral, su lengua y sus labios se movían en medio de las piernas de mi esposa que las había separado un poco, pero al resultar incomoda la posición, Mario la invito a acostarse, y él se acostó en forma inversa a ella, para disfrutar un sesenta y nueve. Mientras Mario exploraba el sexo de mi esposa con sus labios y su lengua, ella acepto empezar a mamar la verga de Mario, que resulto de buen tamaño. Mientras yo observaba la escena, sin darme cuenta mi verga se puso dura y pensé, cómo es posible que ver follar a mi esposa con otro, me pueda llevar a este punto de excitación, pero esa fue la verdad.
Espere que la follada fuera algo de tramite rápido, pero me sorprendió al ver que mi esposa estuviera disfrutando tanto el momento dejando entrar la verga de Mario hasta su garganta y aunque le producía arcadas, volvía y repetía la penetración y no era que él le empujara su verga, sino que mi esposa lo tomaba por las nalgas y lo atraía hacía ella.
Pasaron varios minutos en esa posición hasta cuando Mario se detuvo y le pidió que ella se subiera sobre él. En ese momento cuando vino la penetración de la verga de Mario en el coño de mi esposa tuve una sensación tan extraña, casi como lo mismo que siento cuando me corro dentro de ella.
A continuación, más me sorprendió al ver a mi esposa disfrutando de la continua penetración que ella misma propiciaba al subir y bajar sobre ese mástil que se perdía seguidamente dentro de ella y luego escuchar los jadeos y gemidos de placer que me impresionaron. En esta posición y viendo como mi esposa se dejaba caer con fuerza sobre la verga de Mario le llego un orgasmo que disfruto al límite. Luego se inclinó sobre Mario y se besaron como dos enamorados. Ella le dijo que lo había disfrutado muchísimo y él le pidió que se acostara boca arriba para acomodarse en posición de misionero. Ahora nuevamente tuve que observar cómo se llevó a cabo una segunda penetración de Mario en el coño de mi esposa.
Después de las primeras embestidas, Mario tomo las piernas de mi esposa y las subió sobre sus hombros y de esta manera logro una penetración más profunda y pasaron al menos cinco minutos en los que Mario no se detuvo en follar una y otra vez a mi esposa y ella totalmente entregada solo gemía… aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, uhmmm que rico, sigue, sigue, eso, eso, así, así, métemela más duro, así, mas, mas… cada vez que la verga de Mario se perdía dentro de ella. Y si esto no era disfrutar del placer, que más podía ser.
Después de esos minutos interminables para mí, Mario se bajó de mi esposa, se acomodó a la espalda de ella y desde atrás la volvió a penetrar, ahora quedando yo en primera fila para observar cada penetración, que era acompañada del gemido de mi esposa. Nuevamente se prolongo la función, Mario parecía incansable y en esta oportunidad tuve aviso que todo iba a terminar cuando él le dijo… estoy por correrme ¿lo puedo hacer dentro de ti? Y ella le respondió…Si, si hazlo córrete dentro. Y el dejo toda su carga dentro de Natalia. Cuando se despegaron pude observar cómo empezó a fluir del coño de mi esposa el semen de Mario. Como se quedaron abrazados unos minutos recuperándose del esfuerzo, pude escuchar algunas frases que se cruzaron entre ellos, algo así, como:
Mi esposa le dijo… ¿Y que le vas a decir a tu esposa? Y Mario le dijo…ella no es mi esposa, es amiga con derechos, y cuando queremos nos juntamos para pasar buenos momentos.
Luego él le dijo…eres una mujer maravillosa, desde el día que te conocí en la fiesta de aniversario de la empresa empecé a desear este momento y ahora que se ha hecho realidad envidio a tu esposo, si te hubiera conocido antes que él, estaría casado contigo. Y ella le respondió… No creo que sea para tanto. ¿Entonces la invitación a esta casa de campo estaba premeditada para follarme?
Bueno esa era la idea, que podía o no realizarse dependiendo que tu esposo estuviera más o menos pendiente de ti, pero ya que se dejó impactar por Mariana se lo agradezco y espero se vuelva a repetir.
Ella antes de levantarse a vestir le dijo… No sé si se pueda volver a repetir, porque creo que mi esposo acepte que su presidente se folle a su esposa cuando quiera.
Y antes que ellos salieran de la habitación regrese a la piscina y encontré a Mariana profundamente dormida, le acomode la ropa como si nada hubiera pasado y me senté a su lado en el sofá, con cara de niño bueno con sueño.
Minutos después apareció mi esposa con Mario y él dijo muy cínico, creo que es hora de irnos a descansar. Se acerco y tomando en brazos a su amiga la llevo a la habitación de él, y mi esposa y yo lo seguimos camino a la habitación que nos habían asignado en la mañana.
Estando en la habitación le pregunte a mi esposa… ¿Y dónde estabas con Mario? Y ella soportándose en el supuesto que Mario le había dicho, que yo estaría disfrutando con Mariana, me respondió… como estabas tan entretenido con la esposa de Mario, él me estuvo contando sobre la historia de esta casa de campo y las remodelaciones que le piensa hacer. En ese momento ella no aclaró que Mariana no era la esposa sino una amiga, por supuesto a ella esto no le convenía decirlo.
El domingo nos levantamos tarde y después de disfrutar de la piscina comimos algo delicioso que prepararon allí y en la tarde regresamos a casa, pero no mencionamos nada sobre lo acontecido. Al lunes siguiente cuando fui a almorzar con el compañero de oficina de siempre, me pregunto cómo nos había ido en la casa de campo del presidente, le dije que nos habían atendido de maravilla.
Y como nos tenemos mucha confianza me comentó… de seguro habrás estado muy pendiente de tu esposa y de recibirle poco licor, porque él acostumbra a invitar a los empleados que tienen esposas bonitas para entretenerlos con alguna amiga de turno, y emborracharlos, para luego follárse a sus esposas.
Le respondí… No nada de eso paso, porque mi esposa no me deja solo ni un minuto, simplemente nos atendieron muy bien y regresamos muy agradecidos por la invitación.
Después de esa oportunidad Mario me propuso volver a la casa de campo, pero le he sacado disculpas y no le he dicho nada a mi esposa, no quisiera imaginar que ella me diga que aceptemos y eso sería un indicio que le quedo gustando la verga de Mario. Hasta aquí mi relato, amigos cuiden sus esposas de sus jefes.
Como pueden ver, ya había terminado mi relato para enviarlo, pero aprovechando que se me quedo guardado al menos un mes, durante este tiempo, cada vez que tuve sexo con mi esposa me moría de ganas por sacar a flote la verdad de lo acontecido entre ella y Mario en la casa de campo y un viernes que nos fuimos de fiesta al llegar a casa como apenas eran las once de la noche le propuse a Natalia compartir una copa más, que terminaron siendo tres, de manera que los dos estábamos muy desinhibidos y considerando que era el momento oportuno, empecé diciéndole que había algo que quería comentarle, pero esperaba me escuchara antes de cualquier comentario de parte de ella.
E inicie… El día que fuimos a la casa de campo de Mario, en algún momento tu y Mario se separaron de donde yo conversaba con Mariana y mas tarde como ella bebió demasiado se quedó dormida, momento que aproveche para ir a buscarte y caminando por la casa llegue a una habitación donde tu estabas con Mario, los dos semidesnudos o mejor ambos en ropa interior y llegue en el preciso momento que él tratando de seducirte te decía que yo estaría encantado con Mariana, lo cual no era cierto, pero tú se lo creíste.
A continuación, vi como aceptaste el primer beso en la boca, durante el cual me pareció los dos trataban de devorarse, lo que me indico que te habías entregado a Mario para disfrutar del sexo.
Enseguida se desnudaron totalmente y Mario se arrodillo frente a ti para darte sexo oral, no logrando totalmente una buena posición a pesar que tu separaste las piernas para que el lograra su objetivo. Como no resulto posible se acostaron en la cama en la posición adecuada para disfrutar de un sesenta y nueve, el se concentro en tu coño, recorriéndolo con su lengua, tratando de penetrarte y más tarde se dedicó a motivar tu clítoris hasta que disfrutaste un orgasmo. Pero al mismo tiempo estuviste dándole sexo oral a Mario, mamándole reiteradamente su verga, dejándola entrar hasta tu garganta y a pesar que te generaban arcadas volvías a hacerlo, porque vi como atraías el cuerpo de Mario con tus manos.
Al mirar la cara de Natalia, me pareció que el efecto del licor se le había pasado ante la sorpresa de mi relato.
Y continue… después de disfrutar de la verga de Mario y de tu orgasmo, te invito a subirte sobre él, y estando allí, tu misma tomaste la verga de Mario para ponerla en tu coño e iniciar una follada fenomenal, toda propiciada por ti, subiendo y bajando por ese mástil que note disfrutabas mucho, al punto que pensé que no ibas a parar nunca, pero finalmente llegó un nuevo orgasmo.
Luego cambiaron de posición y Mario inicio la follada en la que el sería el director, metiendo y sacando una y otra vez su verga de tu coño y de parte tuya solo vi que estabas totalmente entregada y gimiendo… aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, aaigg, cada vez que Mario te penetraba, acompañado de otras palabras como… uhmmm, que rico, sigue, sigue, eso, eso, así, así, métemela más duro, así, mas, mas… Y si esto no fue disfrutar del placer, que más podía ser.
Después de esos minutos interminables para mí, Mario se bajó de ti, se acomodó a tu espalda y desde atrás te volvió a penetrar, ahora pude observar cada penetración, que era acompañada de uno de tus gemidos y nuevamente se prologo la función, Mario parecía incansable, pero en esta oportunidad supe del aviso que todo iba a terminar cuando te dijo… estoy por correrme ¿lo puedo hacer dentro de ti? Y tú le respondiste…Si, si hazlo, córrete dentro. Y el dejó toda su carga dentro de ti y cuando se despegaron pude observar cómo empezó a fluir de tu coño el semen de Mario, parte del cual quedo en el panty que usaste ese día y que al regreso a casa lo encontré en el cesto de la ropa usada, impregnado del semen de Mario.
Aparte de lo que te he contado, cuando estuvieron conversando brevemente me entere que Mariana era su amiga con derechos y no su esposa como habíamos creído en la mañana. Y a continuación te confeso sus deseos de follarte desde el día que te conoció y yo en parte tuve la culpa al desconocer las intenciones de Mario, haberte dejado sola con él y que hubieras bebido tanto licor.
Pero me queda una duda si serias capaz de volver a follar con Mario, al escucharte decir que… No sabias si se podía volver a repetir, porque creías que yo no aceptaría que el presidente de la empresa te follara cuando quisiera. Esto me dejo la duda de si yo te daba permiso, volverías a follar con Mario cada vez que él te lo propusiera. ¿Es esto es lo que piensas?
Al terminar mi recuento de lo acontecido le dije… Ahora quiero escuchar tu versión.
Al comienzo ella sin levantar la cabeza, porque debía sentir alguna vergüenza, dijo… Desde luego que es muy difícil dar una explicación después del recuento que me has hecho, donde en algunos apartes mencionas lo que yo disfrutaba follando con Mario, pero debes tener en cuenta que ese día habíamos bebido tal cantidad de licor, en una forma que no estábamos acostumbramos, además la mentira de Mario diciéndome que tu estarías disfrutando con Mariana la supuesta esposa de él, lo cual yo creía al comienzo, trastorno mi voluntad y deje que las cosas pasaran como ya lo has contado. Solo me queda la opción de pedirte perdón por lo acontecido y mas por haber dudado de tu fidelidad. Además, mirando ahora las cosas con calma creo que sería bueno que cambiaras de empresa porque con un presidente como Mario cualquier deslealtad puede suceder.
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