Caminate dominical con mi nieta y el indigente

Cualquiera puede aparecer en el camino contal de que mi nieta tenga un rato de esparcimiento..
Un día domingo nos levantamos tarde, el calor era insoportable, me levante en pelotas a como siempre, abrí la puerta del dormitorio de mi nieta y la ví ahí, boca abajo, despeinada, desnudita, rosadita linda, levantando su culito redondito bonito y con la cobija en el suelo, claro, con ese calor era de esperarse.

La dejé dormir un rato mas y me dirigí a la cocina a preparar el desayuno. Al cabo de unos 30 minutos, el desayuno estaba terminado y lo estaba preparando en la charola para subir y comer el desayuno junto a mi nieta en la cama, pero en ese momento…

Nieta: buenos días abu, cómo amaneciste?

Yo: ay mi amor, bien gracias, y tu como dormiste?

Nieta: bien abue, tengo días de no jugar y tengo muchas ganas hoy.

Yo: Mi vida, mira, yo te estaba preparando una sorpresa de desayunar y te lo iba a subir para que desayunáramos juntos en la cama. Que te parece si desayunamos en la terraza entonces, nos bañamos y salimos un rato a pasear al centro y nos vamos a comprar algo.

Nieta: si abue, yupi, este domingo será genial!!

Pues así lo hicimos, volví a sacar el desayuno de la charola, lo llevé a la terraza y nos pusimos a desayunar sabrosamente. Al terminar….

Yo: listo muñeca, mira, ve a bañarte mientras yo lavo la loza.

Nieta: abue, báñate conmigo por favor, ándale, por favor, y así terminamos rápido para salir de paseo.

Yo: esta bien muñeca, pero tengo que lavar, ve adelantándote y ya subo.

Pues la nena subió mostrando su culito hermoso al baño mientras yo me dispuse a lavar la loza. Al rato la escucho en el baño jugando con el agua….

Yo: amor, no juegues con el agua, ya voy subiendo, voy por toallas limpias primero.

Nieta: bueno abue.

Al llegar a la ducha, dejé las toallas limpias en el toallera y me metí a bañar con ella. Tomé el jabón y restregué todo su cuerpecito y a veces le hacía cosquillas y se moría de risa. Luego, tomé el champú, estábamos de frente, le frotaba la cabeza distribuyendo todo el líquido sobre su cabellera, en tanto, ella miraba fijamente mi verga, misma que estaba a su altura y no estaba parada, me sentía normal y no excitado en ese momento, pero bastó con que, por instinto, con su manita comenzó a tomármela y con la misma espuma del champú cayendo trató de lavarla; en segundos la verga comenzó a pararse dejando mostrar su cabezota y sus venas.

Nieta: wao abue nunca te la había visto así, que grande.

Yo: ay amor, ya estas acostumbrada a verla.

Nieta: Si pero nunca tan despierta.

Yo: Ah bueno, es que el roce de tu manita me la despertó, además, también estas acostumbrada a ver la de todos tus amiguitos que haces, seguro es diferente, es normal.

Nieta: (sin dejarla de lavar) Si abue, pero la tuya es especial, primero porque eres tú y segundo porque si es diferente, está bonita, me gusta, espero algún día juegues conmigo.

Como tenía tiempo de no tener sexo, con la manita de mi nieta, lo calientita del agua y el roce suave del champú, no me dí cuenta cuando comencé a regarme, fue cualquier cantidad de semen lo que arrojé, los primeros chorros salpicaron a mi nieta, ella abrió los ojos de felicidad y rápidamente metió en su boquita mi gran glande, yo solo cerré los ojos e incliné mi cabeza hacía arriba temblando de placer. Para ser sincero, esta es la primera vez que tuve un encuentro cercano de índole sexual con mi nieta.

Nieta: que rica abue!!!! he probado varias pero la tuya es esplendida.

Yo: Ay mi vida, no digas esas cosas, esto no volverá a pasar. Terminémonos de bañar.

Terminé de bañarla quitándole el semen que estaba desparramado en todo su cuerpecito, ya que el resto se lo había tomado. La saqué y le dije qu se fuera secando mientras yo me terminaba de bañar también. Al salir, me sequé y cuando llegué al dormitorio ya estaba mi nieta seca sacando su ropita de unas gavetas. La verdad, como ya saben, no nos gusta usar ropa por nuestro estilo de vida, pero, dadas las circunstancias, en salir de paseo a la calle, pues tenemos qu vestirnos. Para que ella no se sintiera incómoda, le puse un vestidito fino por el calor, sin nada por debajo, unas sandalitas y el pelo suelto, todo lo mas sencillo posible. Yo me puse una camisa de botones fina por el calor, abierta a la mitad, un short delgado sin ropa interior y unas chanclas y listo.

No subimos al choche, al llegar al centro, dejé en lugar seguro aparcado y nos dispusimos a recorrer el centro; vimos tiendas, nos comimos un helado, nos fuimos a playground a que mi nieta jugara un rato, en fin nos dieron las 2pm entre tanta actividad. A esa hora, nos fuimos a un centro de comidas dentro de un mall que queda cerca par almorzar, sin embargo cuando íbamos de camino al mall, pasamos por un lote baldío, que muy adentro había una casa a medio construir y abandonada, de ahí iba saliendo un tipo, que al decir verdad no se veía muy viejo, pero claro, la indigencia y las drogas hacen que las personas se vean mal y mas viejas de lo que son. El tipo le calculaba unos 35 años, sucio, barba y bigote descuidados, pelo largo mechudo, ni gordo ni flaco, camiseta verde sucia y con huecos, lo mismo el pantalón, era tipo buzo azul con huecos y por supuesto sucio, andaba descalzo mostrando sus uñas y pies sucios.

Nieta: Mira abue, pobrecito él, seguro esta triste y con hambre.

Abue: si mi vida, seguramente, pobre hombre.

Seguimos nuestro camino, llegamos al centro de comidas y nos dispusimos almorzar. Mi nieta no comió mucho y me dijo que le pidiera una bolsa a la señorita que nos atendió, no sabía para que, pero lo mas probable es que el resto de comida la guardaría para terminársela de comer en casa. Le pedí la bolsa, me dieron una bolsa de papel y en ella, mi niea guardó, la mitad de su hamburguesa y la mitad de las papas fritas.

Yo: amor ¿segura que vas a guardar eso?

Abue: si abue

Salimos del establecimiento, y nos dispusimos a caminar rubo a donde había dejado aparcado el vehículo, claro está, teníamos que pasar nuevamente por la casa abandona en el lote baldío. Al ir pasando por ahi, el indigente estaba sentado en la banqueta en las afueras del lote, él extendió la mano como pidiendo alguna moneda y, mi nieta, tan buen corazón que tiene……

Nieta: seguro tiene hambre señor, tenga (entregándole la bolsa de papel con la comida que había guardado de su almuerzo)

Indigente: gracias linda!!!! (y abriendo la bolsa dice: que rico, ya me lo voy a comer)

Nieta: claro ¿quieres que te acompañe un rato?

Indigente: no amor, tenemos que irnos a casa ¿cómo te vas a quedar con él? no lo conocemos.

Nieta: abue, pero tu me has enseñado  hacer el bien a los demás.

Indigente: claro viejo, déjala un rato, a donde crees que me voy a ir, si vivo ahí, ya sabes donde vamos a estar.

Al fin de cuenta, entre los dos me convencieron, con el buen corazón que tiene mi nieta no le quería dar mal ejemplo. Yo les dije que entraría con ellos para ver el lugar y saber exactamente donde estaría. Nos adentramos al lote baldío, al caminar unos cuantos metros entre un poco de maleza, nos adentramos a la casa semiconstruída y abandona. Había basura por todo lado, periódico, cartones, papeles de revistas sucias regadas por todo el suelo, el olor era nauseabundo y un rincón, un poco escondido una especie de colchoneta, muy delgada, usada y sucia, por supuesto era donde dormía, alrededor de esa colchoneta, noté que las hojas de revistas que habían al lado era pornográficas, mujeres jóvenes y maduras desnudas teniendo sexo.

El indigente se tiro al suelo sobre unos cartones, abrió la bolsa y se dispuso a comer el resto del almuerzo de mi nieta, y ella, como si nada, sin medir, se fue a donde la colchoneta sucia y se tiró ahí.

Yo: amor, pero eso está sucio, no te sientes ahí.

Nieta: ay abue, no importa, si es por mi vestido nada mas me lo quito y ya.

Y poniéndose de pie, simplemente se quitó el vestido y posteriormente sus sandalitas, quedando completamente desnudita. El indigente con la media hamburguesa quedó con la boca abierta y los ojos bien abiertos impávido.

Yo: ay amor, bueno, dame para guardartela, regreso en unos minutos si quieres para darles privacidad. No te vayas de aquí, yo voy a venir por tí en 30 minutos.

Abue: tranqui abue, aquí me quedo hasta que vengas por mi.

Me marché a buscar mi vehículo llevándome la ropa de mi nieta, al darme la vuelta, volteé a ver y el indigente, masticando la hamburguesa, se estaba quitando la camiseta sucia que andaba, sin embargo no supe si se quitó el pantalón que andaba.

Llegué al vehículo y me dieron ganas de un café, me fui a una cafetería muy famosa por ahí a tomarme un cafecito rico y asi daba tiempo y privacidad de mi nietita. En ese momento llegó, el hijo del vecino del frente, el tipo de cuarenta y resto de años, el hijo del viejo [se acuerdan? en mis entregas anteriores les hable de los vecinos nudistas del frente], entró a la misma cafetería y me diviso en una de las mesas en las que estaba sentado…

Vecino: hey amigo ¿que onda, como vas?

Yo: hey mi amigo, pues aquí tomándome un cafecito no más ¿y vos?

Vecino: pues se nos antojo un café, ando solo con mi padre, pero lo voy a pedir para llevar, es que tenemos que hacer otra diligencia ¿y tu nieta que onda, que no la veo, está en el baño?

Yo: no estoy solo, ahorira voy por ella, la dejé con un nuevo amigo que acaba de hacer, ya tu la conoces.

Vecino: que si que! que niña! a ver que día vuelven a llegar a casa para divertirnos como la otra vez.

Yo: muchas gracias hombre, pero esta vez toca en mi casa, así que los espero pronto.

Vecino: si tienes razón, ahí nos ponemos de acuerdo. Me voy, hasta pronto.

Yo: si claro, nos vemos

Mi vecino pidió los cafés, se los entregaron rápido y se marchó, en cambio yo me terminé mi café y cuando calculé los 30 minutos, salí para ir a recoger a mi nieta.

Al llegar nuevamente a la casa abandonada, mientras me acercaba escuchaba gritos, quejidos, rebuznos y resoplos, al llegar y asomarme, estaba el indigente completamente desnudo en la colchoneta boca arriba, mi nieta sobre él cabalgando como que si no hubiera un mañana mientras decía «vamos caballito, vamos«, el indigente con los ojos en blanco y temblando del placer resoplaba diciendo «toma, toma, toma, lo que querías«. Pensé en quedarme hasta que acabaran pero aproveché en darme otra vuelta y me marché dejándolos ahí.

Regresé a mi vehículo, puse música a todo volumen, arranqué el carro y me dispuse a andar sin rumbo, solo recorrer el centro, al fin de cuentas, quería dar una vuelta y pocas veces tenía tiempo para mi solo. Al calcular otros 30 minutos, regresé a la casa abandona a recoger a mi nieta, esta vez, sin importar si hubiesen terminado, estaba dispuesto a llevármela de una vez, ya era mucho tiempo con ese indigente.

Al llegar nuevamente al lugar, al parecer ya habían terminad, los encontré acostados desnuditos, mi nieta pegada a su verga sucia y mojada a la vez, el cuerpo del indigente estaba sudado, sucio como siempre, semen, sangre y mas fluidos, mi nieta sudada, despeinada, mamando la verga dormida del indigente, su coñito bastante irritado y bien abierto. Al verme….

Nieta: hola abue, llegaste justo a tiempo, ya terminamos

Yo: ya veo mi amor, aquí te traje tu ropita para irnos (sin decirle que ya había estado ahí)

Indigente: oye amigo, gracias por dejarme este tremendo regalo, nunca había tenido comida y sexo al mismo tiempo.

Sin decirle nada, ayudé a vestir  mi nieta y nos marchamos. El indigente quedo en pelotas arrecostado en la colchoneta sacando de uno de sus huecos un cigarro ya usado y lo encendió, de repente me grito diciendo «vuelvan pronto«. Ya oscurecía, subí a mi nieta al coche y nos fuimos a la casa, de camino, mi nieta medio dormida de lo cansada que había quedado me dijo «gracias por el día de hoy abue» y quedó dormida en el asiento del coche.

Fin.