Candy ¡también es bonita!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por capicapicapicapi.
Estaba en Ciudad Juárez atendiendo unos asuntos de trabajo, algo aburrido en el hotel decidí salir a buscar algo para cenar.
Como no conocía bien el área decidí subirme a la camioneta y conducir sin rumbo hasta encontrar algún puesto de tacos por la calle, después de unos kilómetros llegué a una taquería, todo olía rico, el lugar agradable y muy limpio, poca gente, con tanta hambre que me cargaba ordené varios tacos y un refresco, iba como a la mitad de la cena cuando una voz fuerte de una niña me interrumpió la tranquilidad que tenía??—Muy buenas noches señor, disculpe que lo interrumpa.
Voy a contarle unos chistes cortos pero muy chistosos, no le quitaré mucho tiempo.
Sólo le pido que me escuche mientras sigue disfrutando de sus deliciosos tacos, sí esos que se ven tan sabrosos y al final si mis chistes le han sacado una sonrisa tal vez pudiera apoyarme con una moneda ya que yo no tengo padres pero si una linda panzita que me pide que coma.
—??Con la rapidez que hablaba y con esa voz gruesa que se cargaba era imposible no prestarle atención, voltee a mirarle la cara y luego le di un pequeño scan de pies a cabeza.
Ella no dejaba de poner una sonrisa y mientras me contaba sus chistes yo seguía cenando.
Cuando terminó la invité a sentarse, ella estaba un poco sorprendida porque inmediatamente se calló estiró la mano para recibir unas monedas las cuales yo no tenía intención de darle??—Siéntate niña ¿Cómo te llamas? —?—Pa’ qué quiere que me siente Señor— me dijo la niña?—Pues tus papás no te esperan en casa y tu linda panzita tiene hambre ¿no?—??En eso nos interrumpió una mesera que se disponía a pedirle a la niña, de la manera menos atenta, que se retirara del lugar (bueno eso creí porque tenía muy mala cara)??—¿Lo están molestando Señor?— me preguntó la mesera?—No…para nada.
Ésta niña se va a sentar a acompañarme a cenar ¿verdad que sí?—?—Si lo está incomodando no se preocupe…— me interrumpió la mesera, que por cierto era muy guapa y joven?—Pos’ sí me voy a sentar a cenar porque mi panzita tiene hambre, quiero 10 taquitos pero con doble tortilla y mucha carnita ehhh porque luego casi no le ponen carne— dijo la niña??Yo riendo un poco le dije a la mesera??—Ella ya sabe tomar elecciones, y sabe lo que quiere.
Tráigale por favor esos taquitos con doble tortilla y lo que pida yo lo voy a pagar—?—Oye mamacita y también tráeme una coca cola de esas grandotas, pero apúrale que tengo mucha hambre— le dijo esa niña que yo ya sentía que la conocía desde hace mucho tiempo??Ella no araba de hablar, yo la escuchaba como si todos los días cenáramos juntos.
?—¡¿Qué?! ¿Usted no habla o qué?—?—¿Cómo te llamas?— le pregunté?—Me llamo Candelaria pero prefiero que me digan Candy, porque soy bonita—?—Entonces te diré Candy…—?—Pero sí va a pagar mis tacos y mi coquita ¿verdad?—?—Sí, todos los tacos que quieras—??Ahí estábamos sentados los dos en una grande mesa cerca de las 23:00 horas, la poca gente que quedaba no dejaba de mirarnos al igual que la mesera.
Candy era una niña gorda, morena, de cabello negro corto y demasiado maltratado, hasta parecía que ella misma se lo había cortado.
Su cara estaba “ceniza” de esa que se rascan la piel y les queda blanca, unos cachetes grandes, ojos color café claros y muy brillantes que te atraían con la mirada, vestía una blusa que dejaba notar sus pechos que ya estaban creciendo y no sólo los pechos se le notaban, también su panzita, que mas bien era una panza grande, como si estuviera embarazada.
Tenía una falda con olanes muy corta y su ropa estaba sucia, bastantes cicatrices en las piernas y pantorrillas y unas sandalias azules ya muy desgastadas.
Yo aún observaba su cabello, tan crespo y alborotado y ella no paraba de contar chistes, que por cierto eran muy malos.
??—¿Qué edad tienes Candy?—?—Tengo 10 añitos ¿Usted ya está viejo verdad? Hasta barba tiene—?—Ya estoy viejito, espero que me ayudes a subirme a la camioneta porque no voy a poder— le dije con una risa y fiengiendo la voz, ella se reía?—Que viejo va a estar usted señor, si se ve que está aún joven, yo creo que si tuviera papá sería de la misma edad de usted—?—¿En verdad no tienes papá?—?—Ni mamá— me respondió muy seria?—Y ¿entonces con quién vives?—?—Tampoco tengo donde vivir, bueno sí pero no es mi casa.
A veces una señora me deja quedarme en su casa cuando hace frío pero me levanta temprano para que me salga antes de que ella se vaya al trabajo y siempre me da comida—?—Pensé que era broma—?—No, la verdad nunca conocí a mis padres y vivía con un tío pero hace 3 años se murió y me echaron a la calle—?—¿Quién te ha echado a la calle?—?—Pues su esposa peor ya no importa, yo solita puedo.
Trabajo contando chistes—??Me quedé callado un momento mientras ella me contaba otro, llegó la mesera con los 10 tacos y la Coca Cola y Candy no desaprovechaba ni dejaba pasar el tiempo, cenaba muy rápido y hacía ruido al comer, pidió más tacos creo al final se comió 18.
No me sorprendía su hambre porque se veía que de verdad tenía bastante hambre, quizá tenía días sin comer o quizá aprovecho que le invitaba los tacos.
Yo pedí un café en lo que la observaba comer.
Cuando supe que ya no pediría más le pedí otros 10 tacos para que eso desayunara al siguiente día.
??—Estos tacos son para ti Candy, así mañana cuando despiertes tu panzita no sienta hambre—?—Ay gracias señor chulo Dios se lo va a pagar con muchos hijos ya verá—?—Bueno ahora ve a descansar, no te comas esos tacos hoy—?—Sí señor ya me voy, a ver si otro día viene por aquí y me invita otros taquitos—??Yo sonreí un poco, ella se fue y yo entré al baño.
Cuando iba saliendo del estacionamiento Candy me sorprendió, ahí estaba en el portón??—¿Qué haces aquí?— le pregunté un poco confundido?—Es que no sé a donde irme a dormir—?—Ve con la señora que te deja dormir en su casa—?—Pero hoy no hace frío, mejor me voy a quedar aquí a ver si alguien me invita a dormir a su casa—?—¿No crees que eso puede ser peligroso?—?—No.
Ya me he quedado con varios señores—?—¿Con puros señores?—?—Sí ¿usted no quiere invitarme a su casa? ¿o un ratito a que hagamos cositas?—?—¿Qué cositas?— Le pregunté y ella se alzó la falda y se hizo su calzón a un lado, dejándome ver su puchita regordeta?—¿Haces esto seguido?—?—Pos’ tengo que buscar donde dormir y un poco de dinero—??Me quedé pensando en esa situación, mi verga se puso dura y la adrenalina me corría, pero me fui.
Temía que alguien nos cachara.
Llegué al hotel y seguía pensando en esa imagen que vi, mi verga seguía dura, me masturbé y aún seguía así, me subí a la camioneta y regresé a la taquería.
Ahí estaba Candy aún, pasé un par de veces por la calle hasta que ella me miró, me estacioné y se acercó.
??—¿No encontraste donde dormir?— le pregunté con voz baja?—No señor, nadie me ha querido invitar a dormir—?—Estuve pensando en ti y no me podía dormir—?—¿Le gustó lo que le enseñé?—?—La verdad no vi bien— le dije disimulando —pensaba en que te vas a quedar en la calle—?—¿Quiere que se la enseñe otra vez?— me insistía?—Mira cerca de aquí miré un parque, voy a estacionarme allá, entonces llegas y de prisa te subes ¿Te parece?—?—Ya sé cual parque dice, voy para allá—?—No, no, no.
Espera a que me vaya—?
Llegué al parque y busqué una parte no muy iluminada para estacionarme, tardó en llegar pero llegó.
La puerta no tenía seguro y se subió de prisa tal como le dije, miré a todos lados y no se veía gente, aún temía que nos descubrieran.
Arranqué y me fui a un libramiento??—Ay señor ya vengo bien asoleada, no encontraba su pinchi camioneta—?—Pero ya estás aquí, eso es lo importante—?—¿si va a querer?— me dijo mientras se alzaba su falda?—¿Cuánto cobras?— le pregunté aún con temor?—No señor, nada.
Ya me pagó la cena y el desayuno, para usted es gratis—?—Pero no sé a donde podemos ir—?—Pues a su casa—
—No, ahí no puedo llegar contigo.
Estoy en un hotel—?—A ver por dónde andamos— y observando un tiempo agregó —Por aquí hay un lugar a donde podemos ir—
Me explicó y fuimos pero no me parecía un lugar seguro, le dije que podía avanzar a otro lugar y me dijo que a donde yo quisiera, salimos de la ciudad rumbo a Samalayuca, mientras íbamos en el camino le pedí que se quitara sus calzoncitos y que me los diera.
Eán unos color amarillo o naranja, no sé ya estaban perdiendo el color, el elástico estaba flojo y tenían varios huecos.
Tan pronto los toqué mi verga se puso muy dura.
Bajé la velocidad y los olí, tenían bastante el olor impregnado y estaban sucios, le pedí que se acercara, lo hizo, humedecí mis dedos con saliva y le metí la mano debajo de la falda, su panochita se sentía gordita, le frote un buen rato y me llevé los dedos a la nariz, luego los chupé y probé su néctar.
??—¿No se va a sacar el pito señor?—?—¿Quieres que me lo saque?—??Con la cabeza me dijo que sí, totalmente segura.
Me la saqué y ya la traía bien lubricada, ella se sorprendió al ver el tamaño y lo gruesa que la tengo, le pedí que me masturbara un poco, escupió sobre mi verga como toda una experta y me comenzó a acariciar la verga y los huevos, yo le metía dedo en su panochita, ya estaba lubricando también ella, busqué una brecha y por ahí nos metimos hasta que me aseguré de que por ahí no pasaran autos.
Bajamos y exploré un poco el área con las luces apagadas, no se veía nadie y era muy poco probable que alguien pasara.
?Me saqué la verga, mi bóxer ya estaba lleno de precum.
Ella, sin decirle nada, se hincó a mamarmela.
Ahora si sentía tremendo placer, le toqué su cabello maltratado, su cara rasposita, y la dejé que solita mamara como ella sabía.
Y sabía hacerlo muy bien, mamaba los huevos y la verga y escupía sobre ellos, intentaba metérsela ella más pero era obvio que no le iba a caber más, aún así se esforzaba, me veía a los ojos y de vez en cuando me preguntaba si me gustaba, yo con movimiento de cabeza le decía que sí.
??—Eres muy bonita Candy, tus ojos son hermosos—?—Ya sé, todos me dicen cosas de mis ojos—?—La mamas muy rico—?—Sé hacer más cosas—?—¿Cómo cuáles?—?Sin decir nada siguió mamando, luego me mamaba los huevos mientras me masturbaba con una mano y con la otra intentaba meter su dedo en mi trasero, le dije que eso no me gustaba pero que siguiera mamando.
Y así lo hizo.
??—¿Me dejas mamarte la puchita?—?—Todo lo que usted quiera me dejaré hacer señor—??Fui a la camioneta, saqué una cobija que siempre llevo y lubricantes y condones.
Puse la cobija cerca de la camioneta y acosté a Candy, me puse entre sus piernas y comencé a mamarle su panochita, ya tenía algunos vellitos, entre más se la mamaba más se humedecía, ella me tocaba del cabello, cada que le frotaba la barba se retorcía más de placer, no pude aguantar más, me puse un condón, mi verga estaba bien chorreada, ese sabor que tenía Candy era tremendo, le pedí que se sentara en mi cara para mamarle más, su colita olía un poco sucia pero esa no se la mamé, luego agarré lubricante y ella me dijo que así, entonces le pedí que se sentara en mi verga, se quitó la falda y su blusa, se veía tan rica, morenita, con esas chichitas brotando, se metió los dedos en su puchita y así húmedos frotó el condón de mi verga, luego intentó sentarse en mi verga, frotó la puntita sobre sus labio exteriores que estaban regordetes, yo deseaba sentarla de un empujón pero tenía que ser paciente.
Apenas sentí que iba entrando mi verga en ella y me puse más caliente, ella pujaba e intentaba metérsela más, cuando la cabeza de mi verga ya estaba adentro sentí uno de los mejores placeres de mi vida, pudo sentarse un poco más y meterse la verga un poco pero como la tengo gruesa no le iba a entrar toda, así le pedí que subiera y bajara, ella o hacía feliz, pujaba y me preguntaba si me gustaba, tomó mis manos y me hizo que le tocara sus chichitas.
Se las apreté un poco, la hice que se arrimara a mí para mamarle sus sabrosas chichis y en eso se salió mi verga, ella la agarraba y quería metérsela otra vez.
??—Así déjala Candy, quiero saborear tus chichis—?—Ya las tengo grande verdad—?—Sí, las tienes muy ricas y tu puchita con pelitos, vamos ven y siéntate otra vez en mi cara para que me des tus juguitos—??Sin dudarlo se sentó en mi mi cara y yo le comía su panochita ya bien mojada, a ella le encantaba eso porque me agarraba de la cabeza para que no parara de mamársela.
??La puse ahora de perrito y me puse detrás de ella, fui sintiendo como poco a poco mi verga se metía en ella, ya iba casi la mitad, quería metérsela más pero no podía porque ya era mucho para su pequeña puchita gordita??—La tienes muy grande papi pero me gusta ¿Quieres metérmela por detrás?—?—No Candy, así está bien—?—Por atrás me cabe más—?—Me imagino que sí pero aunque no te quepa toda en tu puchita quiero seguir aquí, me encantas, me gusta como se siente, quisiera no terminar—?—¿Cuántos palos me vas a echar?—?—No lo sé, por ahora disfrutemos este momento—??La tomé de la cintura y comencé a darle más duro peor sin metérsela toda, ella pujaba y me apretaba las mano, yo le daba más y me gustaba tenerla así de perrito.
No duré mucho cuando sentí que ya me iba a venir, saqué la verga y ella ya sabía lo que iba a pasar, rápidamente se puso cerca de mi verga con la boca abierta??—No bonita, no te los voy a echar en tu boca, acuéstate boca arriba—?me obedeció y se acostó, me puse arriba de ella para que me mamara los huevos, me quité el condón y cuando estaba a punto de vacearme se los eché en su chichitas, la verdad me salió tanta leche que los primeros chorros se estrellaron en su cara, le dejé bastnate chorreados los pechos, cuando me salió la última gota Candy me la limpió con su boca, su puchita estaba muy mojada y ambos estábamos sudados.
??No hablamos mucho después de terminar, ella me preguntó que tan bien lo había hecho.
Conduje rumbo a Ciudad Juárez, le dije que a donde la llevaba porque tenía que regresarme a el hotel.
Ella no sabía y al final me dijo de una casa de una amiga, creí que ella no tenía amistades.
La llevé cerca de donde era la casa, pasamos por ahí y se veían unas luces encendidas, seguí avanzando y me detuve un poco adelante, le agradecí todo.
Le di dinero para que pudiera comer durante semanas y ella no lo quería aceptar, al final lo aceptó.
Casi olvidaba sus tacos cuando se los recordé, se bajó de la camioneta y corrió a esa casa, me quedé esperando un rato hasta que se metió.
Regresé a mi cuarto de hotel porque al siguiente día tenía más cosas por hacer pero no olvidaré a esa nena.
Candy, la bonita
Y no, no regresé a buscarla de nuevo.
Terminando lo del trabajo me regresé a mi ciudad.
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