Clases particulares
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por culeonardo.
. Tendrás que repetir el ramo. Nunca has mostrado interés, se refleja en las notas. Pero la última prueba: el colmo. -¡Adelante!- Entras.
– Buenas tardes profe.-
Ninguna respuesta. Te dejo esperar unos dos minutos. Después voy directamente al grano:
-Usted es muy mala alumna. La última prueba era un desastre vergonzoso. Con su pormedio de notas ya es imposible aprobar el ramo. Quedan dos pruebas más este año y estos tendrían que ser un 7 para salvar el ramo. Además parece siempre aburrida. Así que le doy la libertad de no participar más en mis clases en este semestre. Esto tiene la ventaja que yo no tendrá que ver su cara de desganas. Espero que el próximo año muestra una actitud mejor.-
Luchas con tus lágrimas. -¿Y no se puede hacer algo?-
-¿Hacer qué?-
-Subir las notas-
El tono de tu voz tan timido, temeroso, suplicante y devoto de repente me pone a mil. Te miro. Ahora me llama la atención tu cuerpo delgado, bien formado con este culo despampanante que destaca. Mi polla despierta y con ella el animal en mi.
-Tendría que ser muy obediente.- me escucho decir.
-Lo prometo.- respondas con aun más devoción.
-¿Me prometes obedecerme en absolutamente todo? ¿Realmente en todo?-
– Si-
-¡Acercate!-
Te acercas. -Estoy a sus ordenes.-
En tu manera de decirlo se nota temor y excitación a la vez. Sabes a donde van las cosas Agarro tu culo y lo apreto. Ya se me olvidó que soy profesor. No pienso en el peligro de que me va a pasar si alguien entra en la oficina.
-¡Sácate la ropa!-
Quedas inmóvil.
-¡¡Hazlo!!
Te observo como te desvistes. ¡Qué cuerpazo! Los pechos grandes, pero no demasiado, pero sobre todo este culo sobresaliente, parado, firme me pone a mil. Pero no hago nada, solo te observo. No sabes que hacer, entonces decides tomar iniciativa y abir mi pantalón.
-¡No te dí permiso puta.!-
Te asustas y sacas tu mano de mi pantalón. Toco tu concha humeda.
-Tan mojado eres. Parece que solamente piensas en follar. Por eso estás tan distraida en las clases. Eres una malditaa puta.-
Te agarro en tu pelo y te inclinao sobre mi escritorio. Tomo el puntero que tengo aqui y empiezo a golpear tus nalgas. No demasiado fuerte, no para herirte, pero sí suficiente para provacar dolor, pero que no sea no insoportable. Te excita mi tratamiento. Los jugos fluyen abundantemente de tu concha.
-¡Aauuhhh, aaahh, profe!-
-¡Eres una mala puta, mereces castigo! ¡¿Lo reconoces?!
– ¡Siiii, reconozco! ¡Soy su puta!
– Buen dicho. Sí, eres mío, eres mi puta.-
Te levanto del escritorio. Te guío a mi sillón. Me siento.
-Ahora tienes permiso de chupar mi polla.-
Te inclinas y abres mi pantalón. Mi polla no es muy grande. Al contrario, es bastante chica. Pero cuando la agarras te sorprende la dureza. Como un palo de fierro. Lo chupas poniéndolo completamente en tu boca y en la entreda de tu garganta. Tu cabeza baja y sube dejando entrar y salir mi pene. Con ansias aumentas más y más el ritmo como si tu vida dependiera de esta chupada. Mientras tanto apreto tus nalgas. Te pongo mi pulgar en el ano y dos dedos en tu concha. Meto, saco, revuelvo tus jugos y masajeo la pared entre ano y vagina. De vez en cuando saco mis dedos para enrollar tu clitoris entre ellos. Tu posición es incómoda, junto con los movimientos de tu cabeza te causa malestar en la columna y leves marreos. Pero este te excita aun más. Corrientes electricos se extienden por todo tu cuerpo por la excitación de mi tratamiento.
-¡¡Aaaaaaahhh, siiiiiiiii, siga profe!! ¡¡¡Uuuuhhhh!!!!- El orgasmo te hace imposible mantenerte de pie. Caes sobre tus rodillas, temblando. Saco mi verga de tu boca. Te agarro en el pelo y te vuelvo al escritorio. Otra vez te inclino sobre él. Tomo el puntero y te lo meto en tu concha. Unto tu ano con saliba y meto mi polla de uno en tu trasero.
-¡¡Aauu!!-
-¡Cállate puta! ¡Toma y disfruta!- Empiezo el mete y saca. Siempre cuando meto mi verga empujo con ella la parte del puntero que está en tu concha hacia tu punto G. Gimes como loca. Aprendí separar mi orgasmo de la eyaculación, puedo tener muchos orgasmos sin eyacular y tiro mi leche cuando yo decido. Así que puedo aguantar sin limite, excepto por mi cansancio físico, pero tengo buena resistencia.. Te meto, saco, meto, saco sin terminar. Tu gimes, gritas y chillas como poseida. Cuando ya no tengo fuerzas, te guío sin sacar mi verga de tu culo al sillón y me siento. Ahora el trabajo físico es tuyo. Me montas como loca.
-!!!!!!!Aaaaaaahhhh, siiiiiiiiiiiiiiiiii, me corroooooooooooo!!!!!!!!!!
Uno tras otro orgasmo te transforma en una maquina vibradora. Al fin ya no puedes más y yo decido derramar mi leche en tu culo. Te quedas agotada, casi apática, pero muy contenta.
– ¡Vístete!-
Te pones la ropa, yo cierro mi pantalón y te ofrezco una bebida. La tomas como haber estado tres días sin agua en el decierto. Lentamente te recuperas.
-Ahora vamos a estudiar.- digo. -En tres semanas vas a repetir tu última prueba. Te daré clases particulares para ponerte al tanto de la materia. Mañana vas a las 20 horas a mi casa dirección tal y tal. Mañana es Martes, hasta la prueba vas cada Martes y Jueves a las 8 de la tarde a mi casa para clases particulares.- Mientras piensas que este con las clases particulares refiere solo a sexo, añado: -Ahora vamos a estudiar.-
Los próximos dos horas soy nada más que profesor. Escuchas con más atención, entiendes muchas cosas que antes no entendías.
Después que has estado tres horas y media en mi oficina te despido.
-¡Cuándo mañana vengas a mi casa ponte un vestido y nada de ropa interior abajo! ¿Entendíste?-
-Sí profe, entendí.-
En casa tratas tu culo dolorido con crema y no puedes dormir de excitación. El próximo día te pones un vestido y andas, sin ropa interior, a mi casa. Ya en el camino te salen los jugos.
Llamas a la puerta. Te abro. -Entra.- Te dirigo al living. Cuán grande es tu sorpresa cuando vez en el sofá otro hombre sentado. Está desnudo y muy grande. Debe medir casi dos metros. (Yo tengo solamente 1,70) Su verga es enorme. Cuando la miras empieza levantarse. Crece a un tamaño enorme. El hombre tiene más o menos 30 años. (Yo tengo 50.)
-Te presento. Este es Dr Fulano del Instituto Tal. Le conté de tu colita, así que ¡no lo deilusiones, muestra tu culo!-
Estás sorprendida, no reaccionas. Solamente miras esta enorme polla de más o menos 26cm.
-¡¡Dije que muestres tu culo!!-
Asustada levantas tu vestido.
-¡Gírate!-
Te giras y Dr Fulano se masturba. Me acerco a tí y te saco el vestido. Beso y muerdo tus pechos, chupo tus pezones ecectos. Después te agarro en el pelo y te guío a él. Acerco tu cabeza a su verga, pero sin que puedas tocarla todavía con tu boca.
-¡Pide al Dr Fulano permiso para chupar su polla!-
Timidamente preguntas: -Dr Fulano, ¿Me permite chupar su verga por favor?-
-Sí.- responde el hombre. -Pero hazlo bien.-
Yo me saco la ropa mientras tu primero masturbas el pene de Dr Fulano para ponerlo después de un rato en tu boca. Él agarra tu cabeza y mete su verga en tu garganta causandote asfixia.
-Grrrrrr-
Me pongo detrás de ti y lamo tu ano y tu concha. Mi lengua se pone dura, entrando en tus hoyos. Chupo tu clitoris, meto mis dedos, bebo tus jugos … Pero Dr Fulano no te deja suficiente aire para gemir, ni para gritar. Se escucha solamente: -Grrrrjjjjrrr- Cuando el hombre al fin te saca su verga sobredimensionada de tu sobreexigido cuello liberas un grito que hace temblar las paredes. Fulano se acuesta boca arriba en el piso y te ordena: -¡Siéntate!- Sabes lo que tienes que hacer. Te arrodillas sobre él y bajas tu trasero introduciendo su enorme verga en tu concha estrecha. Lo quieres hacer con cuidado, lento. Pero cuando la cabeza de su polla entra en tu vagina, te agarra en los hombros y te empuja hacia abajo con tanta fuerza que su verga enorme entra en uno y completo. -¡¡Aaaauuu!!-, gritas de dolor. Dr Fulano no se mueve y te deja tiempo para acostumbrarte un poco. Toma tu cabeza y te tira tu cuerpo hacia abajo.
Esto es el señal para mi turno. Unto con vaselina tu ano. Ya sabes que te espera. La verga gigante de Fulano llena tu vagina por completo y otra verga, la mía, empieza abrirse camino por tu ano. Tanta es la excitación que ya te corres. Lo aprovecho para entrar mi polla completamente.
-!!!!!!Aaaaahhh!!!!!- Gritas y tiemblas mientras nosotros ni siquiera nos movemos. Cuando te tranquilizas empezamos con los movimientos de sacar y meter. Primero nos cuesta coordinarnos, pero lo logramos. ¡Es divino! Mientras muevo mi verga en tu estrecho culo siento la de Fulano. Las dos apretan y masajean la pared que separa tu vagina del ano. Siempre más aumentamos el ritmo. Te follamos hasta el delirio desatando en tí una cadena interminable de orgasmos que te llevan a tus límites físicos. Gritas y chillas como si fueras sometida a un exorcismo.
Después de no sé cuanto tiempo Fulano chorrea cantidades de leche en tí, como si su polla fuese una mangera de encendios. Se queda quieto, exhausto, pero no saca su polla. Yo sigo acelerando aun más mi ritmo. No puedes descansar todavía. Otro orgasmo más se desata. -!!!!!!Aaaaahhh, Uuuuuaaaahhhhh!!!!!-
Ya no puedes más y decido liberarte. Saco mi pene, tiro tu cabeza hacia atrás y chorreo mi leche sobre tu rostro.
Estás tan agotada que pareces una zombie drogada. Te dejamos unos minutos para recuperarte mientras nos duchamos. (En baños separados) Después fascilito también a tí la ducha. Dr Fulano se va. Y yo dedico dos horas más para explicarte la materia de mi ramo. Estás agotadísima, pero tu mente funciona mejor.
El Jueves de la misma semana vienes otra vez, y los Martes y jueves de los siguentes dos semanas. A veces se encuentra Dr Fulano, a veces estamos solos. Pero siempre después del sexo estudiamos.
Después de tres semanas escribes la prueba. No son las mismas preguntas, son más complicadas. Pero te sacas un cien por ciento. Sin embargo quieres seguir con las clases particulares.
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