Cleopatra La gran Felatriz,mi sueño erótico !
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Dr.Freüd.
Este sueño me trasladó al antigüo Egipto,yo era un médico importante en la época de la hermosa reina Cleopatra,conocida por sus artes amatorias.
Era una noche calurosa que me hizo salir de mis aposentos para dar un paseo.Fuera,sobre mi cabeza se podia admirar un hermoso cielo estrellado y una luna menguante excepcional.
Al poco de iniciar mi andar me refugié en un pequeño tramo oscuro porque vi venir un gran grupo de guardias romanos. Al pasar,salí de mi escondite y fuí tras ellos para ver donde se dirigían.
Mi sorpresa,y creo que la de ellos también,fué descubrir una enorme carpa instalada a la orilla del Nilo,con una gran mesa repleta de comida,presidida por la gran Reina Cleopatra. Yo permaneci oculto,mientras ella invitaba a los soldados a servirse lo que gustasen,para asi poder hablar con el comandante de temas políticos. Ella como buena anfitriona,les sirvió sendas copas de vino. Yo no podia entender porque no estaba acompañada de su servidumbre para realizar ese trabajo.
Conversaron largo rato,y ya todos los guerreros,hartos y con unas copas de mas se disponian a marcharse,cuando de pronto la Reina se levantó y golpeando la copa llamo su atención. Yo no habia reparado en su atuendo,mi señora llevaba un vestido muy ligero de gasas que transparentaban sus atributos. Los guardias ya achispados,se giraron y la miraron con ardiente deseo,ella hizo caer una de sus telas y dejó un pecho al descubierto,era hermoso,tamaño medio,piel canela y aureola pequeña,color chocolate,rematada por un gran pezón que estaba duro como una roca. Ellos boquiabiertos no sabian que hacer,mucho solo la miraban,otros se acariciaban sus erectos falos,y el resto simplemente se miraban desconcertados. Su majestad,al ver sus reacciones y erecciones,comenzo una danza manual que recorría cada rincón de su cuerpo; lentamente se fue acercando al lider de los soldados,que la esperaba viendo como se despojaba del resto de sus vestidura y acariciaba sus pechos y su vello pubico de forma casi mágica. Frente a él lo miró con cara de deseo y ojos imnotizantes,tomó su mano y la posó sobre su precioso pecho izquierdo,el no pudo controlarse y con la otra mano iba a tomar su otro seno,pero ella lo detuvo de inmediato,el obedeció mientras la Reina deslizaba si dedo por todo aquel torso divinamente musculado,hasta llegar a la altura de su ombligo; en ese punto la erección ya era brutal,mi adorada señora libero el miembro de la poca atadura que tenía y deslumbrada admiró aquel hermoso falo,grande,grueso,venoso y rematado por un maravilloso glande rosado,lagrimeante y cabezón. Lo tomó entre su mano y empezó a acariciarlo lentamente mientras miraba fijamente a los ojos del guardia,notó cómo con su mirada ese descomunal pene,latía con fuerza y aún no paraba de crecer.
Yo en mi escondite me di cuenta de que tenía la mano puesta sobre mi falo caliente y palpitante acariciandome despacio,volví a ver que hacían el resto de guardias.
Ahí estaban masajendo sus miembros entre ellos,acariciaban sus grandes testículos cargados de leche,tenían un aspecto magnifico.
Tanto miembro viril y tanto aroma a sexo en el aire,harían enloquecer a cualquier mujer,pero no a mi señora,ella seguía masturbando a aquel bello guardia de pene monumental,aunque ahora lo hacía con un poco mas de ritmo. Unió sus carnosos y suaves labios con los del comandante e inicio un camino de besos por todos aquellos definidos pectorales y continuó bajando por la zona abdominal,hasta llegar a la altura de aquel divino obelisco. Paró en seco y miró a ese apuesto guerrero canoso a los ojos con interrogancia pícara y pasional,él,con mirada ausente,como en trance por tanto placer,solo pudo asentir levemente. Entonces ella agarró con fuerza esa gran tranca y empezó a lamer aquel apetitoso cabezote,saboreando cada gota de el elixir preseminal,con la otra mano acariaba sus piernas,sus labios y su clítoris.
Los subalternos,se encontraban disfrutando de aquel magnífico espectáculo,se besaban,acariciaban sus nalgas,lamían sus torsos,chupaban sus pezones y seguían masturbandose con frenesí entre ellos.
Yo a esta altura ya estaba más que exitado tenía el pene hinchadísimo masturbandome al aire libre.
Cleito continuaba con la majestuosa felación,cuando el alto rango militar tomó sus negros cabellos entre las manos y sujetó con firmeza su cabeza para empezar a follarle la boca con mucha fuerza y rapidez.El tamaño de su miembro y el ritmo desenfrenado
limitaban la respiracion y atragantaban a la Reina,que parecía disfrutar de todo aquello. El macho romano paraba para dejarla tomar aire,pero ella no lo hacía,solo quería que aquel semental siguiera follandole duro la boca hasta eyacularle dentro.
Mi anhelada Cleito notó como crecía más el cabezote y se aferró fuertemente con las uñas a las nalgas de su inquilino oral,subió la velocidad y el ansia del mete y saca hasta que sintió como sendos temblores del falo y latigazos de esperma invadían su boca. Chupo y chupo sin desperdiciar ni una gota.Cuando ya no salía nada mas,tomó su cáliz real y depositó todo el semen de su boca en él,lamió el glande de su compañero hasta dejarlo limpio y se acercó hacia una pareja de soldados.
Uno de ellos le practicaba una felación al otro cuando su majestad de una patada lo apartó y ocupó su lugar. El resto de la guardia,al saber cual era la intención de mi Cleo,enloqueció; comenzaron a practicarse mamadas,lamerse los esfinteres y otros incluso a praticar sexo anal.
Mi señora ordeno al comandante que se pusiera debajo de ella y le practicara sexo oral y al resto de soldados que hicieran lo que quisieran entre ellos pero formando fila ante ella. El alto rango obedeció y allí permaneció lamiendo su jugosa vagina,chupando sus labios y mordiéndole el clítoris mientras ella iba liberando oralmente la tensión sexual de cada uno de los cien soldados y depositando su semen calentito en el cáliz.
La bella dama alcanzó su enécimo orgasmo con el último de los soldados dejando empapada la cara del comandante,que tumbado boca arriba entre las piernas de mi señora había disfrutado dando placer anal a más de uno de sus subalternos y de cada una de las corridas de su majestad,deleitandolo con sus jugos.
Yo,que detras de la pequeña duna,habia gozado con tres ricas pajas con sus respectivas venidas,esperé a que el ejercito se marchara.
Me dirigí hacia la gran carpa,donde se encontraba mi adorada reina Cleo,exhausta tirada en el suelo. La tomé en brazos y la lleve a la mesa.
La vestí y levanté su cabeza para darle un poco de agua,cuando despertó y me pregunto que hacía yo allí.
-No os preocupeis de eso ahora mi Reina,no pienso revelar vuestro secreto- le dije.
Entonces ella me contestó que en otro momento me compensaría por ello,pero que ahora estaba demasiado cansada para hacerlo.
Le ofrecí el agua y se negó,me pidió que le pasara el cáliz que estaba en el suelo al lado de la mesa.
-Mi adorada Cleito,podeis compensarme ahora y sere el hombre mas feliz del mundo-dije.
-¿Qué quieres? ya te he dicho que estoy agotada.
-No,no os disgusteis señora. Solo quería preguntaros si puedo verter el contenido de este pequeño recipiente en vuestro cáliz.
-¿Acaso piensas envenenarme?
-De ninguna manera,mirad,es solo mi semen,resultado del gran momento que me habeis hecho pasar.
-Pasadme el cáliz y no vertais vuestro semen en él.
Un poco desilusionado se lo acerqué,y desconcertado vi como bebía todo el contenido de aquella hermosa copa. Lo poco que escapó por la comisura de sus labios,lo recogió con sus dedos y lo chupó.
Me pidió por favor que la llevara a palacio porque estaba demasiado cansada para andar sola,y así lo hice.
Entramos por un camino oculto hasta sus aposentos,la tumbé ya dormida en la cama,le quite sus telas sudadas y permanecí un rato contemplándo su cuerpo esbelto,brallante de sudor y perfumado a sexo.
Había pasado un rato cuando decidí marcharme a descansar,cuando me encontraba a la altura de la puerta la oí pronunciar mi nombre y me giré.
-¿Mi señora?-pregunté
-Acércame tu frasco,por favor.Déjalo junto a la cama y dame un beso de buenas noches.
Probé sus suaves labios y me despedí de aquella mujer que estremecía cada centimetro de mi cuerpo,mi amor platónico,esa señora que consideraba la Reina de mis deseos,y que a partir ese día tambien ,la más grande Felatriz.
Continuara…
PD: no lo escribo todo junto porque no quiero aburrirlos haciendolo tan largo,pero ese maravilloso sueño fue un poco mas largo.
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