Cogida en aula universitaria
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy una mujer que le encanta coger, físicamente tengo mis atributos como cualquier mujer, es decir, no soy perfecta, pero tengo mis encantos, tengo unas tetas lo suficientemente grandes como para guindarse de ellas y darles unas buenas mamadas, con unos pezones exquisitos cuando se ponen duros, deseosos de que los arranquen con mordiscos. Tengo una cuca carnosa con unos labios gruesos, ideales para ser mamados y succionados, rosadita y depilada y un culo redondo paradito y duro ya desvirgado. No obstante uno de mis mayores encantos es que soy una maestra mamando y cabalgando vergas.
Esta historia sucedió cuando estudiaba en la universidad, yo tenia un par de amantes, pues como les describí anteriormente me encanta coger, a veces pensaba que era ninfo mana, pero no lo soy, simplemente me encanta coger hasta sentir ardor en mi cuca.
Era un día domingo y yo amanecí como varias veces lo he hecho con ganas de verga, deseosa de ser cogida, tanto que cuando me duche, no pude evitar hacerme una buena paja sin dejar de pensar en tener una verga real que me quebrara ese día.
Ese día tenia que ir a la universidad a trabajar con unos compañeros y me acompaño uno de mis amantes, cuando llegamos a la universidad esperamos un rato el resto de los compañeros y no llego nadie, por lo que en ese momento se me vino a la mente que era el momento propicio para coger, siempre había deseado coger en la universidad, porque me encanta el morbo de hacer cosas en lugares públicos, me excita la adrenalina que se siente de poder ser cachados más la excitación de lo que hago, me hace llegar a la cúspide.
Mojada mi cuca solo con el hecho de imaginarme que pronto sería partida en dos, nos apresurábamos subiendo las gradas para llegar al cuarto piso, ya que allí hay menos gente, de hecho un guardia de seguridad ya nos había observado como nos comíamos a besos y nos rosábamos nuestros miembros y supongo que notó mi cara lujuriosa que mostraba las ganas de que mi amante me metiera la verga pero sobre todo las ganas de mamar que tenía, esa es otra cualidad perceptible en mi.
Llegamos al cuarto piso y nos metimos a una aula de clase que no tenia cerrojo, como ya no aguantaba mi calentura, me avalance directamente al zipper del pantalón de mi amante se lo baje le saque la verga que ya estaba dura y sin mediar palabras comencé a darle una mamada exquisita, me encanta meter la punta de mi lengua en el orificio de la cabeza de su verga, mordisquear suavemente la cabeza y lamer todo el tronco y meterme los huevos en la boca, tratar de tragármela o al menos que me llegue hasta las amígdalas hasta lograr que deposite su leche en mi boca y tragarme ese delicioso manjar.
Durante ese tiempo que estuve dándole esa mamada, yo con una de mis manos me exploraba mi cuca, la cual estaba mojadisima y eso me ayudaba a que hiciera un buen dedaso, mi amante por su parte con sus manos me masajeaba las tetas, dándome unos apretones en mis duros pezones que hacían que expulsará mas fluidos vaginales.
Una vez que trague su rica y caliente leche y estando más caliente que nunca, le dije: "ahora me toca a mi, quiero verga y quiero que a traveses con tu verga toda mi cuca, quiero que me partas en dos, quiero que deposites tu leche dentro de mi cuca, pisame, pisame, estoy lista" me dijo: "vamos pues mi puta rica, ponete en cuatro patas simula lo perra que te sentís deseosa de ser pisada". Yo inmediatamente obedecí como obediente perra, baje mi pantalón, ese día no usaba panty, pues sabia que cogería y que buscaría la manera de hacerlo; me puse en cuatro pata como me lo pido mi amante y me la dejo ir de un solo golpe, no fue difícil la entrada total, pues su verga todavía tenia saliva y residuos de su leche y yo estaba llena de mis fluidos, entonces empezó el mete y saca, una y otra embestida, sintiendo literalmente que me partía en dos, lo que yo había deseado tanto ese día lo estaba viviendo.
Gemía como perra en celo, me encanta hacerlo y no me importa quien me escuche, le gritaba "que rico, métemela mas, dame duro, soy tu puta, soy tu perra, pisame, lléname de tu leche, quiero sentir lo caliente de tu leche dentro de mi, atravesame hasta la garganta", a todo esto, observe que en el vidrio de la puerta estaba alguien viéndonos, pero no me importo, al contrario eso me excito mas, tanto que sin darme cuenta tuve un orgasmo tan intenso, que casi me desmayo, al mismo tiempo mi amante terminaba depositando su leche dentro de mis entrañas, lo que disfrutaba aún más.
Nos vestimos y salimos del aula al final del pasillo estaba el guardia con otros alumnos, cuando nos vio que salíamos quiso seguirnos pero nosotros cogimos para el otro lado del pasillo y caminamos rápidamente, pues suponíamos que quería amonestarnos, aunque bien que se calentó viendo toda la escena. Logramos perderlo de vista.
Después de ese día tuvimos más aventuras como esta, la cual les contaré en mis siguientes relatos.
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