COGIDOTA EN LA PANADERIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cada vez más me descubría pensando en él y recordando sus historias, platicabamos horas por whatsapp, saliamos por las tardes y cada vez, era más el tiempo que pasabamos juntos.
cada que salíamos, yo ya no aguantaba las ganas de besarlo, él me platicaba de escuela, de su familia, y yo solo imaginaba probando esa boquita tan rica.
Y él hacía tiempo, para quedarse más conmigo en el trabajo y ayudarme a dejar todo listo para el día siguiente, por lo que yo sabía que no le era indiferente.
Un día comenzamos a platicar de cosas un poco más intímas, sobre noviazgos y experiencias sexuales que habíamos tenido, fue muy interesante y me dí cuenta que aunque era todavía muy joven, sabía mucho del tema, por lo cuál me mataba la curiosidad como sería hacerlo con él.
Un día por la tarde, ya había cerrado la panadería, yo estaba en el mostrador y él llegó a platicar y estuvimos platicando un buen rato, yo lo sentía tan cerca, que podía ver sus nervios y me contagiaba, era tan raro, que provocara en mí esos escalofríos como niña de secundaria.
Me abrazaba y mi piel se ponía chinita, de pronto me dio un beso en la mejilla y le dije: no ya ya ya, vamos a trabajar.
Pero si ya terminé todo lo que hay que hacer, dijo Matías.
Hubo una pausa, estamos de frente, tan cerca, que solo se acercó más, me tomó la cara con ambas manos y me besó tan suave y delicadamente.
No puse resistencia, también lo anhelaba tanto, esa boquita está tan rica como la había soñado.
Fue un beso largo y lento, tan pasional, que sentí como se me iba a salir el corazón, su lengüita tan fresca.
Se escucho un ruido en la panadería, nos separamos por si alguien entraba.
Él regresó al taller a seguir haciendo sus actividades, los demás chicos se fueron, nos quedamos solos, llegó a mi escritorio, me dijo que lo disculpara por el beso, que se sentía tan avergonzado, que estaba seguro que no había sido buena idea y que no quería que las cosas cambiaran, le dije: Matías, no te preocupes, no pasa nada, y si te confieso algo, yo también quería hacerlo desde hace tiempo.
y de pronto comenzamos donde nos habíamos quedado.
Sus besos tan finos, esos ojos hermosos que me veían así, yo solo quería enseñarle un poco más, quería probarlo todito entero.
Le comencé a besar el cuello tan rico, y le decía: quieres hacerlo conmigo? mientras lo seguía besando.
Matías jadeaba un poco y decía, muero por hacertelo.
Saqué una cobijita que a veces uso cuando trabajo en el escritorio y hace frío, la coloque en el suelo, seguimos de pie, besandonos.
Yo me arrodillé ante él, tan suavemente desabroché su cinturón, desabotoné su pantalón, sus grandes ojos verdes no me perdían ni un segundo.
Bajé su cierre y Matías comenzó a temblar, eso me hizo excitarme más.
Saqué su pene, estaba tan erecto, tan rico, tan listo para mí.
Aunque él es tan delgado, tiene muy buena herramienta.
Él tocaba mis bubbies, con ternura y delicadeza, yo comencé a lamer su pene como un caramelo, tan suave, como si no quisiera que se acabara nunca, se notaba su buena higiene y eso me gustó más.
Seguí y seguí, cada vez con más fuerza, con más velocidad, él estaba excitadísimo, no dejaba de gemir y decir "ahh ahhh que rico, nunca me la habían chupado así", "te voy a hacer tantas cosas que no te han hecho" le dije yo.
Lo metí todo en mi boca, apenas cabía, él lo sacaba y lo metía, fue tan rico, luego comenzar a chupar sus huevos, Matías enloqueció, empezó a desvestirme de forma salvaje, me arrancaba la blusa, luego el pantalón, quitó mi brasier y se comía enteras a mis bubbies, las chupaba, las amasaba, las lamías, las jalaba.
Yo seguía jugando con su pene, su mirada de niño tierno, había cambiado, era un león, un león feroz que me iba a devorar, y yo estaba dispuesta a dejarme.
Matías metió su mano en mis calzonitos, me hacía caricias, estaba empapadísima, primero metió un dedo en mi vagina, lo movía con agilidad, lo sacó y me dio a probar.
Hicimos un 69, nos chupabamos tan rico, su lengua tan hábil me hacía explotar!! Taaaan rico, taaan intenso.
me vine la primera vez, Él terminó enseguida, con su lechita tan rica y tan calientita, la quería toda para mí.
Esperamos unos minutos, mientras besaba su boca y el cuello, pronto volvió a prenderse, le dije: estoy lista para tí.
Él sacó un condón de su mochila.
"Es que acaso siempre vienes listo para todo", le dije con un risa complice
"Venía listo para tí", me dijo
Me acosté, Matías, de frente a mí, con los ojos bien clavados en los míos, abrió con cariño mis piernas y se introdujo, comenzó a penetrarme tan lentamente, su pene tan rígido como un fierro ardiente, todo su cuerpo temblaba.
Por qué tiemblas? le pregunté, "nunca pensé que se haría realidad esta fantasía contigo, te deseaba tanto, que no sé si es verdad".
Se me hizo tan tierno y a la vez tan varonil, nos comiamos a besos, él me daba tan recio y tan rico, que me dio miedo que los vecinos nos escucharan.
Matías no dejaba de mirarme y sus ojos brillaban.
Me sentía tan agusto, tan cómoda en ese momento, con él, tan segura de todo.
Simplemente nos dejamos llevar, me tocó arriba, lo cabalgué con su verga tan paradita, el me ayudaba a brincar, movía mi culito para que sintiera rico.
Matías rugía como un león, me hacía sentir tan mujer, tan deseable.
Luego lo hicimos de perrito, con lo rico que se siente, entra tan profundo, que parece que te va a salir por la boca, él nunca lo había hecho así y estaba fascinado.
Terminamos Matías 2 veces y yo 3.
Acostados y agotados en el piso de la panadería, se hacía de noche, él me dijo: gracias y me besaba la frente.
Le dije: es la primera y la última vez, esto no se puede repetir, trabajas para mí, esto no puede estar pasando.
Matías dijo: 🙁 está bien, lo intentaré
Los días pasaron y no podía borrar de mi mente esa tarde tan rica, que no fue ni la primera, ni mucho menos la última, que entre aroma a panes, nos amasamos entre caricias y besos calientes.
Desde entonces tenemos una relación casual, cada que salimos, ahora es él quién me sorprende con nuevas posiciones y caricias cada vez más ricas.
Pero la primera vez, nunca la voy a olvidar.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!