Cogiendo con la hijastra de mi hijo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi hijo llegó a casa con su mujer (no están casados, pero viven juntos desde hace años), y con ellos una adolescente de nombre Luciana, quien es una muchacha morena de ojos grandes negros, de bonito rostro, dos pechitos en desarrollo del tamaño de una naranja y dos bellas nalguitas que buscan la perfección de lo paradas que son, y lo mejor la chica que se encuentre en crecimiento tiene la hormonas alborotadas y anda experimentando su sexualidad.
En mi caso, soy viudo, tengo 56 años, pero siempre me ha gustado el deporte amateur y practico, voy al gym, salgo a correr dos veces por semana y además no soy calvo, por eso me veo con menos años encima, soy muy cachondo, desde que enviudé, aveces levanto mujeres jóvenes o maduras, y paso ricos momentos, algunas veces me han cobrado esos favores, pero me mantengo activo, he tenido un par de novias, pero nada serio, solo sexo.
Al parecer a mi hijo no le fue bien en sus negocios y en su trabajo, asi que luego de varios meses sin trabajo, me pidió posada con todo y su familia. No pude negarme. Fue diferente tener dos mujeres en mi techo, pues me había acostumbrado a estar solo y andar en mi casa vestido como quisiera, pero ahora no. Pronto vi que Luciana le atraía mucho el sexo, la sorprendí en esos canales de tv de noche viendo escenas fuertes pero no explicitas de sexo, así también en mi computadora de escritorio que tengo en mi estudio, he visto en el historial, algunos links de paginas porno, así que la muchacha se ha informado de muchas cosas.
En las tardes, solía ver tv, algunas series del canal fox, pero algunos días Luciana llega a hacer tareas alli y se tira al piso, lleva su falda del colegio, la cual ella usa muy cortita, se pone frente a mi y puedo verle sus preciosos muslos, ella es provocadora, pues con el pasar de la semanas, ella se jala la falda para arriba y he podido verle sus diminutas bragas y sus duras y perfectas nalgas, me había puesto duro varias veces, y ella sabe cuando no están sus padres, pues cuando ellos están en casa no lo hace. Asi que decidí seguirle su jueguito.
Mi hijo y su mujer no estaban en casa. Llegó Luciana a hacer sus tareas, se tiró al suelo casi frente a mi, de nuevo subió su falda para dejar un espacio para verle las bragas y parte de sus nalgas. En eso yo la saludé y le pregunté que tipo de tarea estaba haciendo, ella me dijo que era de física, entonces me fui acercando, ella me sonrió y me dijo que si sabía algo de ese tema, -déjame verlo!- le dije y tome su cuaderno, me acordé que no había sido mal estudiante en esa materia, asi que me tumbé al suelo con ella los dos estábamos boca abajo. La noté algo nerviosa que yo estuviera alli con ella, pero eso era bueno, pues no me rechazaba la ayuda, en eso tomamos más confianza, hicimos bromas, ella en ocasiones riendo me abrazaba, lo cual aproveché para hecharle el brazo encima de sus hombros y de la espalda, ella no dijo nada.
Luego, mientras yo explicaba del hombro bajé mi brazo a la espalda baja, le hacia caricias suaves, ella no decía nada ni lo rechazaba de alguna forma, mi mano fue bajando y senti las curvas de sus nalgas sobre su falda del colegio, de veras que eran duritas y bien curvilineas, como no dijo nada, se las acaricie mientras le explicaba un problema de su cuaderno, pronto la atmosfera estaba cargada y caliente entre ambos, ella me sonreía y no le importaba que yo le acariciara las nalgas sobre su falda.
Segui adelante, mi mano bajo aún más y de su falda pasé a tocar la parte posterior de sus muslos, su piel morena era lisa y suave, fui introduciendo mi mano y mis habidos dedos debajo de su falda, ahora tocaba sus nalgas solo protegidas por sus braguitas, uno o dos dedos siguieron el camino de su rayita entre sus dos nalgas, de verdad que Luciana tenía un bello trasero, de pronto que ella frente a mi cierra sus ojos y hace muecas con la boca como excitada, aprovecho ese instante en meter mi mano debajo de su braguita, lo primero que siento es el calor de su sexo y de su cuerpo, ella esta que arde. A pesar de la dureza de sus nalgas uno de mis dedos se desliza entre sus dos hermosas montañas de carne, y lo primero que siento es lo arrugado de su ano, esta muy caliente alli, mi dedo pasa frotándolo una, dos y tres veces, ella gime por primera vez, está muy excitada.
Mis dedos siguen ahora hacia abajo y cada vez que me acerco a su parte prohibida siento que me quema el dedo del calor que emite su vagina, la muy cachonda abre un poco sus piernas para que yo pueda llegar con menos problemas hasta tocar algunos de los pelitos de su rajita, ella emite otros dos gemidos fuertes, uno de mis dedos, el de en medio se desliza y puedo tocar sus labios vaginales, logro sentir la punta de mi dedo mojado de sus jugos que salen de su vagina. No puedo evitarlo, pero mojo bien mi dedo y luego lo llevo a mis labios para saborearlo, Luciana ve lo que yo hago con sus juguitos íntimos y luego nos besamos. En ese momento yo tengo un tremendo paquete que lucha por salir de mi pantalón, pero todo se arruina pues se oye la puerta del frente abrirse, es mi hijo y su mujer, casi inmediatamente me levanto y me pongo de pie, me regresó al sofá, Luciana se compone la falda y la jala hacia abajo. Ese fue inicio de toda una aventura sexual.
Ese mismo día durante la cena, nos intercambiamos miradas con Luciana, yo tomo un dedo y lo meto a la boca y lo saboreo, como hice con mi dedo después de estar entre sus labios vaginales, ella se sonrie y me hace unos ojos cachondos. Después de cenar, me quedo en el comedor con mi hijo y bebemos un par de cervezas, charlando y platicando sus planes futuros. Dan las 10 de la noche y me hijo me dice que debe irse a dormir, pues mañana tiene unas entrevistas de trabajo, lo mismo hace mi nuera, minutos después hago lo mismo, paso por enfrente de la habitación de Luciana que había habilitado para que tuviera un espacio propio, era pequeño eso si, por eso hacia sus tareas en la sala. Tuve la intención de tocarle la puerta, pero me mentalicé que por hoy era suficiente, que equivocado estaba yo.
Pues al entrar, sobre mi almohada había una notita pequeña, era de Luciana, decía que esperara a las 11 de la noche, pues sus padres ven un rato tv y a esa hora ya estan dormidos y que llegué a su habitación, abajo de la notita bien doblada estaba su braguita, la tomé, y me la llevé a la nariz, era el olor que había tenido mi dedo horas antes. Solo de olerla se me puso la verga dura. Quedaba una media hora para las once, corrí a darme una ducha y me puse un boxer y una camiseta, apenas pasó un minuto de la once y yo sali de mi habitación apagué todas las luces del pasillo y fui a la habitación de Luciana y giré la perilla, estaba sin pasador, la habitación estaba en penumbra, entré y dije -Luciana!-, ella contestó que estaba en la cama, casi a oscuras y despacio pude llegar a la cama, me fui subiendo por pos pies de la cama, y me fui a horcajadas, toqué sus piernas, luego mis manos siguieron hasta sus muslos y sorpresa, Luciana estaba sin bragas, esto me puso como loco de pasión.
Comencé a besar sus piernas desde las rodillas y sus muslos, yo besaba, lamía y chupaba cada centimetro de su piel, le fui abriendo las piernas y primero mis manos tocaron su sexo, ella gimió cuando mis dedos acariciaron sus pliegues vaginales y su clitoris, sin perder tiempo me metí entre su entrepierna y comencé a lamer su deliciosa rajita, lamí y lamí sus labios vaginales y su clitoris, la chica comenzó a gemir mucho, me tomaba de los cabellos y en ocasiones casi me los arranca, la bella Luciana se retorcía en las sabanas de la cama, mi lengua trabajaba en su rajita y luego metiendo mis manos debajo de sus nalgas yo la levantaba para lamer también su ano redondo y arrugadito, era tanta su excitación que aveces me decía que no parara de "chuparsela" y en otras me decía -"ya no por favor, ya no"-. Luciana me regaló un eyaculación cuando tuvo un enorme orgasmo, sus líquidos amargos salieron de su rajita y yo los degustaba.
A mi en lo personal, toda mi vida me ha gustado el sexo oral, es decir darlo y recibirlo de las mujeres que he tenido en la cama, asi que no estaba satisfecho todavía, asi que le di la vuelta a Luciana en la cama y quedó con sus nalgas hacia arriba, comencé dándole pequeñas mordidas y lamidas a sus carnes, en ese momento ella trataba de normalizar su respiración, pero, con mis experimentadas manos, le abrí sus nalgas y en vez de deslizar un dedo, deslicé la punta de mi lengua y lamí su culito y luego de abrirle sus piernas a un mayor ángulo, llegué hasta su rajita y la chupé metiendo casi mi rostro entre sus nalgas, de nuevo la pequeña Luciana daba de gemidos que más parecían gritos, tuve que callarla, pues en el silencio de la noche se pude escuchar estos gemidos. Ella se puso la mano sobre la boca mientras yo me comía su rajita y su culito con labios y lengua. La hice correrse de nuevo.
Luego de eso, ella quedó como muerta sobre la cama, siempre boca abajo, yo me puse de pie, prendí la luz de un lamparita de noche que yo había puesto en esa habitación, pude ver a Luciana solo con una camiseta sin sostén, que era lo único que tenía puesto, sus nalgas eran algo bellisimo y de preciosas formas. Me quité toda la ropa y vi la erección que tenía, la mayor que había tenido en años, como ella quedó con las piernas abiertas boca abajo, fue fácil subirme y ponerme entre ellas, puse mi pija entre sus nalgas, la bajé para frotarla contra sus labios vaginales, sentí lo caliente de su sexo que estaba mojado por mi saliva y por su eyaculación.
Le puse la pija en la entrada de su vagina y hasta en ese momento pensé si ella era aun virgen, pero no podía parar, le fui hundiendo mi pija en su rajita, ella gimió cuando mi glande entró en su intimidad, pero no era virgen, se la fui metiendo lentamente, metía y sacaba, bombeandosela suavemente, ella la fue recibiendo cada vez con gemidos, poco a poco la fui penetrando hasta lo más profundo de su vagina mojada, cuando presentí que se la había metido un ochenta por ciento, comencé a bombear más fuerte, la sacaba casi toda y se la hundía hasta que por fin mis huevos rebotaban contra sus nalgas, puse mis manos alrededor de su cabeza para asirme y darle con más furia, la cama que no era nueva, rechinaba cada vez más, parecía que podría desplomarse.
Ella tenía la cabeza metida en la almohada y aún asi se escuchaban sus gemidos de placer. Yo le daba varios golpes secos con mi pija dentro de su rajita, a diferentes velocidades, su hoyito era bastante estrecho, me estaba llevando al punto de no retorno. Entonces ella se corrió por tercera ocasión y cuando la oí venirse, no pude aguantar más y apenas pude sacar mi pija de su rajita y acabé en sus nalgas, la cantidad de semen era abundante a pesar de mis años, la cantidad más grande en mis últimos quince años posiblemente. Yo también emití varios gemidos que apagué con un cojin que había a la mano.
Me acosté a su lado, hasta que los dos nos calmamos, ella se puso en mi regazo asi estuvimos varios minutos. Luego le pregunté si la habia pasado bien, ella me dijo que de maravilla, que la había gozado mucho. -Esto lo podemos repetir cuando quieras- le dije y ella me respondió que estaba bien.
Los días siguiente, no he tenido suerte pues mi hijo y mi nuera han estado en casa a la hora que llega Luciana del colegio, asi que nada de nada. Pero un día por fin, no estaban ellos, en eso llegó Luciana del colegio, yo estaba en la sala como la mayor parte de las tardes, ella preguntó por sus padres, le dije que no estaban, tiró la mochila y se subió sobre mi quedando encima de mis piernas como jinete, nos besamos mucho, de labios y de lengua, mis manos se metieron por detras de su falda y atraparon sus dos buenas nalgas, luego metí mis manos entre sus bragas y ahora apretaba sus nalgas, ella se movía sobre mi como si estuviera jineteando, mi pija se puso erecta, -espera!- le dije y libere mi pija sacándola por el cierre del pantalón, entonces ella se bajó y se puso de pie frente a mi y se quitó su braguita, luego se fue subiendo sobre mis piernas de nuevo y mientras yo detenía mi pija con la mano ella se fue sentando encima clavándose en al rajita, ella emtió un quejido y cerrando los ojos se dejó caer por completo, mi pija entro toda en su cavidad vaginal, luego ella misma se puso a montarme como jinete de forma más que rica, yo le quité la blusa tipo camisa, luego le quité el sostén y comencé por primera vez a mamar aquellos preciosos pechitos redonditos, le pasaba la lengua por sus pezones y ella gemía mucho sin dejar de moverse encima de mi pija, los dos estábamos como perros en celo, pues yo mamaba y ella se movía a mil por hora sobre mis piernas y sobre mi pija.
De pronto ella llega a un orgasmo y muerde mi labio inferior de la boca y me saca sangre, yo la tomo por la nalgas y comienzo a moverme a su ritmo siendo más incisivo el movimiento y metiéndosela hasta los ovarios, estoy por llegar, me preparo para sacarsela y eyacular afuera de su interior por seguridad, sin embargo, ella misma me dice al oido que no esta en sus días fértiles, me mira con ojos de sinceridad, entonces yo acelero más y comienzo a eyacular dentro de su rajita, otra vez es una buena cantidad, tanto, que cuando hemos terminado y hemos descansado unos minutos, al quitarse de encima caen gotas gruesas de mi leche en el piso de la habitación.
Otra vez me quedó un rato, un rato que matamos con besos y abrazos, cuando me despido de un beso en la boca a Luciana ella me dice que me quiere, yo no se que decir en ese momento, mejor no digo nada.
Todavía vive mi hijo y mi nuera conmigo. Ya consiguió trabajo, pero tuve decirle que se quedara más tiempo, con la excusa de que ahorre lo de la renta por un tiempo, pero lo que quiero es estar con Luciana. La chica es pura candela, es casi insaciable, quiero coger cuatro o cinco veces por semana, he tenido que ir a nutricionista y en ocasiones he tomado viagra para estar más tiempo haciéndole el amor. No se por cuanto tiempo más, pero bien vale la pena estos mis años.
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