Cogiendo con mi profesor de la UAEM Texcoco
Después de mis compañeros, mi siguiente objetivo eran los profesores.
Aún me faltaban cosas por conocer y cogidas por tener, estaba decidida a ser la más puta de UAEM Texcoco.
Mi siguiente objetivo serían los profesores. El primer se llama Luis (así lo llamaremos por obvias razones).
Todas clases yo no perdía oportunidad de exhibirme ante él, llevaba mis minifaldas y cada que podía le abría las piernas para que me viera la tanga. Hacía cualquier cosa para acercarme a él y embarrarle las tetas.
Con el paso del tiempo, él se dio cuenta de mis insinuaciones y un día, me dijo mientras caminaba por el pasillo «disculpe, señorita, ajá, mmm, no sé cómo decirle pero quiero que le pare a sus jueguitos y a sus insinuaciones»; la verdad, no sabía qué decir, me sentía como una estúpida tonta, tratándome de tirar a un profesor de mucha clase y más porque creía que no podía fijarse en mí, a pesar de lo linda que estoy, no sabía cómo actuar, así que decidí seguir mis instintos y le pregunté mientras le tocaba su pecho «¿por qué, profe?, ¿acaso no le gusta que se la ponga dura, o no quiero tener problemas por el simple hecho de pensar que si lo sigo haciendo, usted y yo podemos terminar en la cama?».
Ahora fue él quien se quedó sin palabras y solo contestó con un “lo discutiremos después, señorita” y se alejó pero la verdad, me sentí excitadísima de pensar que me podrían haber visto, o de imaginar que hubiera hecho mi novio si se enterara pero eso no me importó y seguí haciéndolo toda la semana hasta que por fin, me decidí a dar el paso que me llevaría a la gloria. Por fin, llegó el lunes y después de tanto pensarlo, le dije a mi novio que no fuera por mí, que me iba a regresar con unas amigas después del cole, él aceptó y no puso peros, ya que le prometí que saliendo, lo iría a ver para que me diera una buena cogida y claro que se la hubiera dado, si no fuera porque mi profesor se animó a cogerme por fin pero les contaré cómo sucedió con detalles.
Llegado el lunes, me levanté en mi casita, hice un poco de tarea y un poco de mi quehacer, claro, como toda una buena niña de casa hasta que las 11, me metí a bañar y cuando sentí el agua tibia rozando mi cuerpo, imaginaba que eran los dedos de mi profesor tocándome suavemente y no sé por qué razón, me excité y decidí dedearme mientras me duchaba. De esa manera, tuve un orgasmo tan maravilloso que ya quería llegar al colegio, para descargar toda esa excitación en un solo hombre, en mi profesor, por cierto, de cómputo.
Salí de asearme, me dirigí a mi cuarto y mientras miraba mi ropa interior y pensaba cuál le gustaría más y cómo me iría vestida, vi una tanga que unas semanas antes me había, era una diminuta tanga color rojo, muy sexy y provocativa. No sabía qué ponerme encima, si un short o una panty, así que me fui por la salida rápida y decidí no llevarme más que la tanga y encima, mi falda corta de cuadros blancos con líneas azules, ¡vaya, qué bonita falda era! y dije era porque a la fecha, no la utilizo más.
Seguí con la parte de arriba, no sabía si llevar bra o no, así que de igual manera, decidí ponerme sólo mi blusa y sentirme como toda una putizorra, eso me fascina, pensar de esa manera, deseada, sucia, me excita. También, no sabía cómo pintarme, así que eso fue lo de menos, un trazo por aquí, otro por allá y ya estaba lista aquella princesa putona para una buena cogida;
, me paré frente a mi espejo, me miré y me dije “Sonia , qué puta te ves, qué cogida te van a dar” y miles de cosas pasaron por mi cabeza en ese instante. Por fin, decidí irme y caminé a la esquina, a esperar mi combi pero en el camino, los vecinos que estaban en la tienda me decían “hola,¿a dónde tan sola y tan bella?, te van a robar” y solo les respondía con una sonrisa, incluso uno de ellos se atrevió a gritarme “¿todo eso se está comiendo tu novio?”, ¡wow, eso me prendió! y sólo me giré, contestándole “sí, ¿qué envidia, no?” y se quedó callado, aunque debo aceptar que eso me puso cachonda.
Después, abordé mi transporte y me senté en la parte de atrás, ya que hay más posibilidad de robar miradas, me estaba poniendo más cachonda y por fin, llegué a donde tenía que bajarme, así que pagué pero mi falda se alzó, dejando ver un poco de mis piernas ricas y firmes a los chicos y a los señores que iban conmigo, ¡wow, qué miradas!. Bajé y caminé un tramo de siete u ocho minutos hasta que abordé el siguiente transporte, que me lleva directo al colegio, a donde llegué rápido, no tardé mucho, enseguida saludé a mis amigas y a mis compañeros con un gesto sincero y coqueto, como diciendo “ay, amigas, si supieran lo que me espera, ja, ja, ja”.
Durante toda su clase, no le coqueteé ni me le insinué, tenía todo planeado, solo me hice la que me sentía mal, la que no ponía atención y la que no lo pelaba para nada; obvio, él se dio cuenta de eso y unos minutos antes de terminar la clase, se dirigió a mí y me preguntó «señorita, ¿se siente usted bien?”, le respondí “no, la verdad no, me duele la cabeza y me siento un poco extraña”.
Enseguida, él dio la clase por terminada y me dijo que me iba a llevar a la enfermería, lo que acepté y caminamos hacia allá pero en lo que llegábamos, le iba platicando que me sentía mal y que la verdad, no sabía si iba a poder seguir en clases, entonces me propuso que pasáramos a enfermería y según lo que me diagnosticaran, veríamos qué hacer, le respondí “ok”. Llegamos, esperamos un tiempo y después pasamos, ahí la doctora me revisó y me dijo que tenía un poco de fiebre, no sé cómo era posible eso pero me hubiera diagnosticado calentura, ja, ja. Enseguida, la doctora dijo que les iba a marcar a mis padres, para que fueran por mí pero le señalé que podía irme sola pero ella insistió.
De repente, el profe la interrumpió, diciéndole “ajamm, am, si gusta, doctora, puedo llevarla y explicarle a sus padres lo que ocurre, usted sabe que lo principal es el resguardo de nuestros alumnos”. Con una voz no muy satisfecha, la doctora aceptó pero me insistió que le explicara a sus padres y que además, no se presentara hasta que se sintiera mejor, él aceptó, indicándome “ande, señorita Reyes, la voy a ir a dejar” y llena de alegría por dentro, no podía creerlo, mi profesor, aquel que tanto había deseado, por fin sería mío y sólo para mí, contestándole “vamos”. Entonces, caminamos a su auto, me abrió la puerta muy caballerosamente y nos dirigimos a mi casa, que estaba a un par de horas del colegio.
No pasaron ni 15 minutos y yo ya estaba muy caliente, así que aproveché el momento y el lugar, diciéndome “ahora es mi oportunidad” y le comenté “ay, profesor, la verdad es que ya me siento mejor, si usted desea, de aquí puedo irme sola y usted regresarse a sus deberes”. Al momento, me contestó «de ninguna manera, señorita, acepté el compromiso de llevarla y eso haré», le dije “ok” mientras le tocaba su pierna, quedándose mudo hasta que luego de un rato, afirmó «señorita, usted es muy traviesa y esas manos nunca se quedan quietas, quisiera saber por qué hace todo esto».
De inmediato, le contesté “¿qué no es obvio, no lo puede ver?, estoy que me muero por usted pero ni me toma en cuenta” y desconcertado, me señaló “aaahhh, ¿entonces es por eso?”, luego adicionó “la verdad es que siento mucha atracción por usted, señorita Reyes pero usted tiene novio y yo soy casado”. Rápido, le comenté “¿y eso qué?, ellos no están ahorita para vernos, ¿o sí?”, quedándose paralizado y le dije “no lo guarde más, quiero que me haga suya, profe, quiero que me de eso que tiene entre sus piernas” mientras le tocaba su miembro, ¡wow, lo tenía erectísimo, durísimo!.
Ya no pude más, enseguida le bajé su cierre y se la saqué, dándole una buena mamada mientras manejaba hasta que él me dijo en voz excitante “¡qué puta eres, Reyes! pero ¡qué puta eres!, seguro tenías todo planeado, ¿verdad?”, le respondí “sí, profe, quiero que me lleve a donde usted quiera” mientras lo miraba a los ojos como la puta que soy, añadiendo “quiero ser suya y que me coja ya”. Íbamos por Chapingo centro cuando se desvió hacia la plaza Gran Patio , ahí cerca hay un hotel, que fue testigo de mis puterías, pues enseguida entramos y luego, luego, lo desvestí y le di unas buenas mamadas a ese pene grandote, me lo metía sin remordimiento.
Mientras lo hacía, él me dijo “¡qué puta te ves con ese uniforme!, ¡qué bella estás!, ¡qué puta eres, mi amor!, te voy a coger como tu novio nunca lo ha hecho” y le respondía “sí, métemela ya, ya que estoy ardiendo, papi, ya, profe, quiero ser su puta siempre, métamela”, pues estaba a punto de tener un orgasmo cuando me dio una lamida en mi panochita, uuufff, fue genial, sólo solté un grito lleno de placer. No lo podía creer, me estaba cogiendo a un verdadero hombre y él, al igual que yo, lo estaba disfrutando, ¡wow!. Después, me ensalivó aún más mi conchita, preguntándome “¿esto quieres, nena?, ¿esto querías?, pues ahora lo tendrás y te lo comerás todo, por puta”.
Enseguida, le respondí “sí, mi amor, cógeme ya, quiero tenerla adentro” y sin piedad, me la dejó ir de un solo golpe, ¡vaya que me dolió! pero me fue gustando tanto que decía algunas cosas, ya fuera de mí, como “sí, profe, cójame así, rico, ¿le gusta que me le insinúe en clase, profe?”, contestándome “sí, puta, me encanta y ya no aguantaba más, también quería ya cogerte desde cuándo”. A continuación, le comentaba “sí, profe, pues ahora haga conmigo lo que quiera, soy solo de usted”, luego me preguntó
Al momento, me di cuenta que el muy desgraciado me estaba grabando con su teléfono celular, al principio me sentía rara y ofendida pero no me importó y le dije “sí, profe, que se entere lo puta que soy con usted y con todo el salón, me gusta andar de provocativa con todo aquel que me guste, ja, ja, bien traviesa”. Él me cogió por todos los lados de la habitación, hicimos y deshicimos hasta que me dijo “ahora sigue este ano tan rico”, enseguida le dije que no porque ya me la había metido mi novio y me había dolido mucho pero insistió y al punto de lo caliente que estaba, termine aceptándolo y me señaló “ya ves, puta, como bien que quieres” y le susurré “sí, profe, métamela pero ya”.
De esa forma, él me la metió, al principio despacio y después, con movimientos duros hasta que tuvimos un grandioso orgasmo, se vino en mi anito y me sentía morir pero me gustó mucho sentir esa lechita tibia en mi interior, fue genial, nadie me lo había hecho así. Estuvimos así un rato hasta que me dijo “¿ya ves como sí tenías calentura, puta?, ya te di tu dosis y te la seguiré dando cuando quieras”. Posteriormente, salimos del hotel y me llevó a mi casa.
Unos días después el maestro entregó libretas, a mí en voz baja me dijo que no la abriera hasta llegar a casa, ya sabía más o menos lo que me esperaba jiji, así que le hice caso. Al llegar a casa y en mi habitación, revisé el cuaderno y vi que salieron dos billetes de 500, no supe que era así que leí el recado:
«Hola mi putita, te he estado pensando cómo no tienes una idea, te he dejado 1,000 pesos aquí, esto porque quiero verte mañana mismo después de clases y quiero que vayas a el centro comercial y compres un juego de lencería negro, que tenga tanga, brasier, medias, ligueros y esas cosas y también compres unas zapatillas que sean lo más alta, que te hagan ver lo putisima que eres. Y por último quiero que lleves un labial rojo.»
Esa carta me calentó, sobre todo cuando dijo lo putisima, me hizo querer masturbarme y así lo hice.
Ese día fui en la tarde al centro comercial como lo pidió y compre lo que me dijo. Las vendedoras me veían y parecía como envidia o algo así. Compré una tanga, ligueros, medias lisas, un bra, muy sexy todo, además fui por los tacones que me pidió fueran altos jiji de punta el tacón. Al llegar a casa me metí lo más rápido posible para que no vieran lo que llevaba y no cuestionaran nada de donde compre o ¿porque?
Al día siguiente llevaba puesta la tanguita, sentía como se me metía a mi vagina porque era de hilo :3 y también llevaba puesto el bra. En la clase del maestro él no me veía, parecía como si me ignorase, creí que se había arrepentido 🙁 pero al final de la clase sólo me guiño un ojo, como para saber que si nos veríamos, saliendo de clases, como ya es costumbre, me recogió en una parada del bus poco alejada de la escuela, y cuando venía y como costumbre, me subí rápidamente a la camioneta. Cuando ya me había metido y unas calles después, quise empezar a jugar con él mientras conducía pero me alejó y dijo:
– Tranquila perrita, esta vez será diferente. Quiero que te comiences a masturbar mientras llegamos al motel…
Eso me gustó y como su perrita hice lo que me pidió, levanté mi falda y comencé a acariciarme. Estaba demasiado caliente que no me importaba que otra persona viese lo que hacía en esa camioneta, hacía mi tanga a un lado y me acariciaba mis labios, masajeaba cuidadosamente mi clítoris. Introduje un dedito a mi vagina e hice pequeños círculos, me gustaba tanto que me llevé el dedo mojado a la boca, sabia delicioso. Cuando vio que era deliciosa la forma en que me tocaba dijo:
– Que rico se ve que disfrutas sola, por eso te tengo un regalito…
Abrió la guantera de la camioneta y saco un vibrador, yo lo miré con asombro:
– Toma linda, quiero que te masturbes con él, que hoy haremos muchas cosas.
Era grande y me gustaba, en ese entonces nunca había tenido ni usado uno:
– No imagino lo que haremos pero me agradajiji :3
Estaba demasiado caliente que no esperaría más para usarlo. Realmente no sabía cómo encenderlo ni nada así que solo me limité a inclinar el asiento e introducírmelo haciendo mi tanguita de lado que ya estaba súper mojada. Era delicioso, no sabía metérmelo bien pues temía que se me quedara adentro, mi mente aun ingenua. Comencé a metérmelo más y más rápido, estaba a punto de tener un orgasmo y en eso inicio un vibración, no supe que ocurría pero me estaba gustando más, cuando de pronto mi orgasmo fue tan fuerte que mi grito fue tanto que creí escucharían afuera:
– Te viniste muy rico perrita, sabía que comprarte un dildo con control remoto sería de gran utilidad.
Yo todavía no me recuperaba y lo mire y sólo asentí con la cabeza, con una gran sonrisa. Llegamos al motel y entramos a la habitación.
– Ve a vestirte, quiero verte lo más puta posible.
Me metí al baño y me quite el uniforme de la escuela para ponerme lo que pidió, al terminar de ponérmelo sentía que era poco así que me puse el uniforme nuevamente, pero sólo la falda y la blusa escolar pero con un nudo que mostrara mi abdomen, me puse un labial rojo muy intenso. Al salir él estaba en un sillón y se quedó estupefacto cuando me vio. Tenía los tacones, las medias, el liguero, la tanga, encima mi falda escolar, después mi bra negro y sobre él mi blusa escolar y con una coleta de peinado.
Me acerqué lentamente a donde él estaba, me senté en sus piernas, sentí como poco a poco iba haciéndose un bulto debajo de su pantalón y le dije:
– Hola profesor, ¿me ayuda con una materia?- De una manera muy sexy-.
– Cl-Claro que sí, ¿de cuál se trata?… -Tartamudeaba un poco y mientras acariciaba mi culo por debajo de la falda.
– Mmm… Español, tengo problemas orales…
– Cl-claro que sí!
Me bajé de sus piernas y me arrodillé frente a él y acaricié su bulto, bajé el zíper del pantalón y saqué su pene por ahí, ya lo tenía duro. Pasé mi lengua por todo su pene, desde abajo hasta la punta de ella, muy suave para iniciar ya la tenía algo dura y comenzaba a recordar que me encantaba por lo gorda que la tenía. Me la metí a la boca entera, la saque y le sonreí como niña buena, esto mientras lo miraba a los ojos:
– Eres estupenda Sonia , sigue así…
Mi cabeza subía y bajaba, metiéndome y sacando esa verga tan deliciosa mientras lo miraba a los ojos. Él empezó a quitarse la camisa y dijo:
– Oh! Espera, quiero te metas esto mientras me la mamas.
Sacó el dildo, yo lo tome y excitadísima me lo metí en la vagina mientras estaba arrodillada, no quería dejar de mamar:
– Mmmm… Sí que eres una experta perrita.
Desabroché su pantalón y lo bajé con todo y su bóxer. Tome su pene y chupé sus testículos, luego pasé mi lengua desde ellos hasta recorrer todo su paquete. Metí nuevamente ese trozo a mi boca y él me empujó a metérmela toda, que me llegara lo más profundo, saben que me gusta eso :3, me apretaba a su bulto, quería que me metiera sus testículos a la boca también, me ahogaba pero ya saben…. :3 cuando me soltó la volví a meter pero no tan profundo, ahora quería jugar con mi lengua mientras la tenía adentro:
– Ay! Dios! Sabes lo que haces, lo haces demasiado bien para tu edad.
– Entonces profe… ¿si me ayuda a pasar?
– Claro que si perrita, pero haremos otros ejercicios para mejorar.
– Gracias profe, :3
Y le di un besito en la cabecita de su pene.
Me levanté saque el dildo y me senté nuevamente en sus piernas, aplastando su pene, esperando que no se metiera, pero como niña mala, me senté y frotaba su bulto en mi vagina que sólo era cubierta por la tanga le di el dildo a probar, estaba mojado con mis jugos.
Me cargó y me llevó a la cama, me arrojó a ella y bajó lentamente a mi vagina. Me levantó la falda y la tanga la hizo a un lado para pasarme la lengua, estaba tan caliente que sentí demasiado rico.
– Que fantástica te ves así vestida, toda una puta.
– No hables más y sigue!!
Me dio el juguete y me pidió que lo limpiara como si lo estuviera mamando:
– Ya me dijeron que ya te estrenaron el culo, y hoy si voy si disfrutarte entera…
– ay! Pero la otra era delgada, la suya es muy gorda.
– vas a ver cómo te va a gustar.
Me puso boca abajo pero con el culo hacía arriba y me dijo:
– Tu tranquila, si te quejas mucho te dolerá, relájate…
Me pasó la lengua por el ano y suavemente lo masajeó, era muy rico, yo sólo apretaba las sabanas de la cama. Escupió en mi ano y puso uno de sus dedos, lo fue introduciendo poco a poco, lentamente fue sacando su dedouna vez afuera pasó su lengua, tenía muy delicado el culito que la humedad de su lengua me gustó demasiado.
– Ahora pasemos de nivel… Chupa muy bien el juguete perrita.
Hice caso y él seguía lamiendo mi ano, me pidió el dildo y escupió a mi ano, así con su saliva en mi culo lo fue introduciendo, suave y lentamente. Hacia fuertes gemidos, me estaba doliendo.
– Tranquila nena, no pasa nada, ya vi que te está gustando.
Mientras seguía metiendo comenzó a lamer mi vagina, se sentía estupendo. Cuando sentí que llegó a fondo me dio una nalgada y apretó mi culo.
– Ahora si perrita, vamos a jugar.
Me quitó la tanga de hilo que ya estaba súper mojada y me volteó boca arriba y me puso la tanga en la boca, como si fuese una mordaza. Me quitó también la blusa y la falda, me dejó sólo con el bra, las medias, el liguero y los tacones, me sentía demasiado sexy…. Y puta. Él se fue a sentar al sillón y dijo:
– Ahora si putita, ven aquí y mámamela, si se te cae ese dildo de tu culo te reprobaré.
Cuando dijo eso me asusté demasiado y no me levante, me fui arrastrando como una perra, apretando mi culo para que no saliera.
– Si… Anda, ven.
Cuando al fin llegué escupí la tanga y pase mi lengua desde abajo hacia arriba, poco a poco iba pasando el dolor, o quizá ya no le prestaba atención… Mientras tenía ese trozo de carne en mi boca pensaba que me dolería demasiado cuando me la metiera por el culo, era demasiado gorda.
– Anda así… Me gusta lo puta que puedes ser.
Lo miré a los ojos y mordí sus testículos de forma suave.
– Ah… Tranquila, no hagas eso amor.
Me hizo pararme y me llevó a la cama, el dildo se me medio salió
– Mira el estupendo culo que te cargas, y con esos tacones…. Sale más.
Me dio una nalgada que marco su mano…. Y me pidió que me pusiera de perrito y me metió nuevamente bien el dildo, y después se acomodó para metérmela en la vagina su pija.
– Me encantas Paoli.
Yo en la orilla de la cama y el parado junto a mí, empezó a meterla, suave y poco a poco inició un rápido entra y sale. Con el dildo en mi culo y el penetrándome no se hizo esperar el orgasmo, que fue muy fuerte, algo estruendoso, me quedé ahí tranquila sin moverme y el bajó su velocidad pero seguía con el vaivén.
– ¿verdad que te gustó así?
Yo aun recuperando mi aliento…
– Mmm… Si papi… Me encanta mucho, sabes que soy tu perra. Dame más!
Me hizo tirarme a la cama y mis piernas las tomo, y de los tacones me agarró doblándome las piernas, ahí en la orilla de la cama quedaba perfecta para ser penetrada… Así lo hizo, fue introduciendo su gordo pene, me sentía un poco incómoda por el dobles de las piernas pero no me esperaba lo siguiente… Tomando mis pies me empezó a penetrar de una forma brutal! Usaba mis pies como palanca para empujarse más hacia mí! Sentía fantástico, esa forma tan bestial de penetrarme nunca me la habían hecho.
– Ahhhh!!! Dios!!! Si! Sigue! Así!!
Me dio una nalgada, fue delicioso. Cuando creí que no podía mejorar me tomó de mi cabello y lo jaló hacia atrás, me tenía toda doblada, me comenzó a gritar:
– Quien es mi putita? Quien lo es? Dime!
– Ah ah! Yo!
– ¿Tu qué?
– Yo soy tu puta papi! Ay!!!!
Me jalaba más mi cabello y mis pies, me excitaba mucho! Sentía que estaba haciendo gimnasia (algunos ya saben que la practico) me excitaba contorsionarme toda y que me penetrara así. De pronto sentí que el dildo en mi culo empezaba a vibrar, lo había encendido!
– Ahhhhh!!! Si!!! Dios!!!! Me encanta!
Tuve otro orgasmo increíble, fascinante y rico. Mi mirada se nublaba, quien me viera diría que puse mis ojos en blanco. Me soltó y quedé rendida en la cama, él dando suaves movimientos y entre ellos una fuerte embestida, me estaba encantando.
– Te está gustando perrita?
No podía responder con un sí, así que sólo gemí.
Apago el dildo, lo tomó y lo empezó a mover de forma muy brusca.
– Pero que haces!!! Ahhhh! Me duele!!! Para! Para!
– Tranquila amor, es para que despiertes porque ahora sigue lo que tanto esperé…
Saco el dildo suavemente, sentía mi culo descansar. Me empezó a masajear el ano y le ponía más y más saliva, se sentía rico.
-Vuelve a ponerte de perrito pero más al centro de la cama.
Hice lo que pidió, yo estaba nerviosa por el grosor de su pene y ya no sabía que hacer más que esperar. Se puso frente a mí y:
-Ten, dale un besito de buena suerte perrita, te va a gustar, ya verás.
– Pero muy suave 🙁 -mientras le besaba el pene.
Se puso atrás de mí, escupió a mi culo y puso saliva a su pene. Comenzó a frotar su pene entre mis nalgas, yo simplemente esperaba el momento en que me la empezara a meter. Me dio una fuerte nalgada.
– Estas lista putita? Recuerda que tú tranquila…
De pronto sentía como iba ensartando poco a poco la cabeza de su pene, grande y gorda. Me estaba doliendo demasiado, la sacó.
– Mmmm… Nena, lo tienes más apretado de lo que creí.
Puso más saliva a mi culo y nuevamente comenzó a meter, esta vez entraba un poco más y yo estaba gimiendo de dolor.
Me dio el dildo, lo tome y acerqué mi mano a mi vagina, con cuidado fui introduciendo. De pronto él empezó el vaivén! Era doloroso, no aguante más y me dejé el consolador adentro y volví a morder la almohada, no estaba gimiendo, está gritando de un dolor único, un dolor que causa placer.
– Mmmm… Amor… Quien diría que gritabas así.
Intentaba mantenerme levantada pero era demasiado doloroso que me tiraba a la cama dejando el culo levantado, el sólo me sostenía de la cintura, me dolía tanto que doblé las piernas y le pegué, él sólo dijo:
– Mmmm… Amor, había olvidado que aun tenías los tacones puestos.
– Ay! Que rico, si! Papi! Muévete mas, hazme gritar como perrita ah!!!
– Mmm… Si perrita, me encanta cuando me hablas así.
Ese sentir era tan placentero que ya me estaba gustando aunque me estuviese doliendo.
– Veo que ya se te está acomodando bien, hagámoslo más fuerte.
De la cintura me tomó y empezó a darme unas embestidas demasiado fuerte.
– Ahhh con cuidado! Recuerda que aun soy una niña!
– Lo se amor… Por eso mismo, te has portado demasiado mal…
Me encantó que dijera eso, pero seguía dándome esas brutales embestidas, no aguantaba el dolor que me tiré completa a la cama, creyendo que ya no me haría más nada y mi sorpresa fue que aun ahí me seguía follando el culo, tomaba mis nalgas como apoyo y las apretaba esperando que mi culo apretara más. Comencé como a querer llorar pues realmente me dolía. Tomó el dildo y lo saco.
– Tranquila amor, ya vamos a acabar…. Mmmm… Que delicioso, dejaste bañado de tus jugos el dildo.
Yo sólo gemía, no podía ni responder. Se paró junto a la cama y me dijo:
– Ven perrita, quiero que acabes con esto en tu cara…
Me quedé tirada en la cama, no podía moverme, había tenido un orgasmo que aún no se pasaba…
-Te dije que vinieras perra.
Me dio una fuerte nalgada e hice caso, estaba muy dolida, sentía mi ano palpitar después de la cogida que me dio, doblé mis piernas para agacharme en posición de cuclillas y empezar a mamar, mi culo quedaba abierto en esa posición, sentía lo húmedo que había quedado mi culo de tanta embestida que me dio.
-Bájate el Bra, quiero ver esas nenas que no me has enseñado hoy…
Me lo bajé y como loco fue a agarrarlas y me pellizcaba fuertemente los pezones.
– ¿Eres mi perrita o mi putita?
Yo aun mamando me pellizcó fuerte gritándome que contestara.
– Las dos papi, tu puta y tu perrita.
– Mmmm…. Así me gusta… Ahora pon la cara, que ya voy a venirme.
Le di unas últimas mamadas, desde los testículos hasta su glande y me preparé. Comenzó a masturbarse y se vino en mi cara, muy espesa me cayó en ojos y cara, una cuanta me cayó en los pechos. Yo sólo le sonreí cómo niña buena, no sé porque pero me gustó. Le seguí mamando, exprimiendo ese gordo pene mientras acariciaba mi clítoris. Tomo su pene y lo embarró del semen que tenía en mi cara y dijo:
– Pon el culo que quiero embarrarlo.
Yo creía que me la metería nuevamente, ya no quería. Me puse de perrito y así fue, sólo limpio su pene en mi ano.
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