Cogiendo en un parque con mi hija

Cada ves mas adictos al exhibicionismo, ahora lo hacemos en un parque con mi hija de 9 años.
Acá va otra de las aventuras que hice con mi hija, aun con 9 añitos pero mas arriesgada cada ves.

A medida que pasaba el tiempo, sentí que el amor entre nosotros crecía, ya no nos veíamos como padre e hija si no era algo más, cuando miraba a mi hija mi corazón se aceleraba, solo comenzaba a sonreír y no creía la suerte que tenía, pero al mismo tiempo tenía la necesidad de protegerla, ese amor paternal nunca desapareció, simplemente se convirtió en algo más fuerte, mi hija se volvió muy apegada a mí, solo tenía una amiga en su colegio, no hablaba con nadie, era la mejor estudiante pero constantemente tenía quejas de sus profesores, solo me mencionaba a mí y el psicólogo del colegio tenía miedo que la pérdida de su madre le afecte aun, pero nadie sabía que la verdad era que ella estaba enamorada de y ya era mi novia.

El sexo era increíble, 3 a 4 veces por día, mi niña queria más y más, ella sabía que tener sexo me hacía muy feliz y se esforzaba por darme ese rico cuerpo de niña, acababa muy agotada y su rendimiento en colegio empezó a fallar un poco, igual tanto sexo me afecto en mi trabajo siempre andaba cansado, pero a pesar de que sabía que debia parar un poco y tener descansos apenas sentía ese cuerpo o tocaba su rica vagina ni pene se ponía duro y tenía que hacerle el amor, ideamos una forma de tener sexo solo lo hacíamos cuando ella cumplía todas sus tareas de colegio y de alguna forma hizo que sea más rico.

Tal vez algunas personas piensen que me aproveche en mi posición de padre y adulto, pero es algo que ella queria, el cuerpo no miente y cuando estaba por terminar de hacer su tarea, notaba su ansiedad y cuando por fin mi pene ingresaba en esa vagina de niña, la sentía tan húmeda, estaba chorreándose de la excitación y deseo, sus gemidos eran intensos, no importante cuando sexo teníamos, esa vagina siempre apretaba tan rico como siempre, jamás me aproveche de mi hija y nunca hicimos nada que ella no queria hacer.

Tuvimos sexo en mi auto algunas veces, intentamos hacerlo de nuevo en su colegio como conté en mi anterior relato, pero era casi imposible, demasiada gente cerca, dentro de ella algo crecía, queria hacerlo en público y volver a sentir esa sensación, nuestros corazones latiendo a mil a punto de ser descubiertos, después de todo era mi hija, tenía mis gustos y esa fascinación por lo prohibido lo lleva en la sangre, comenzaba a pasar clases sin ropita interior, me llevaba al límite, varias veces tuvimos sexo en el auto antes de que empiece clases y salía así, sin ropa interior y la vagina llena de semen, sus medias largas tenían rastros de nuestro amor, esa niña ya sabía cómo provocarme y como llevarme al límite, llego al punto de no querer tener sexo, solo en la calle se ponía muy provocativa, me mostraba su vagina y se restregaba con mi pene finalmente paso lo que tenía que pasar.

Volvíamos a casa un día por la tarde a eso de las 7 pm, su colegio era muy exigente y algunos días pasaba clases hasta muy tarde, ella se sentó a mi lado y bajo la ventana comenzando a ver la calle, no sé si lo hizo a propósito, pero su falda se levantó dejándome ver sus hermosas piernas, yo la acaricie, pero ni se inmuto, algo raro en ella porque apenas sentía mis manos y reaccionaba de otra forma, estaba intrigado por su comportamiento, hasta que de repente grito.

Jessy; Papi detente

Yo: (Luego de parar el auto) Que pasa mi niña esta todo bien

Jessy: Mira un parque, quiero ir

Yo: Pero es casi de noche, vamos a casita te daré algo especial alli.

Ella son mi mando una sonrisa pícara y se bajó del auto corriendo al parque, algo en mi intuía lo que pasaría, pero el sentido común me volvía a la razón un parque con gente no es normal, habían unos 4 niños aun jugando y algunos padres, solo me sonreían cuando nos vieron entrar, una mamá “que enérgica su hija” de forma cordial solo asentía mientras la buscaba, cuando oí su voz en lo alto de un tobogán, y ella me tiro una sonrisa y se levantó la falda, dejándome ver que no traía nada debajo, me llene de miedo al ver esa imagen solo voltee a ver a los padres y me percate que estaban distraídos con sus hijos, finalmente bajo y yo la espere al pie del tobogán, ella abrió las piernas y quedamos así frente a frente. mi pene se encontraba muy duro y tenía ganas de penetrarla alli mismo, ella con las piernas abiertas su uniforme de colegio y esa sonrisa que me invitaba a poseer nuevamente su cuerpo.

Pero teníamos mucha gente a nuestro alrededor, aun no podía, pero la excitación comenzaba a nublar mis pensamientos, me aleje y ella fue corriendo a otro juego, jugando como lo haría cualquier niña, se subió a un columpio y me pidió empujarla, ella abría las piernas mientras jugaba, queria que la vean, de verdad esa niña era como yo viviendo al límite deseando que descubran su más oscuro secreto, la adicción incontrolable al sexo, la idea de que los papas vean su vagina y se exciten al verla me llevaba al límite, mi pene estaba muy duro y ya no podía ocultarlo, ella solo iba corriendo a otros juegos y donde se sentaba quedaban resto de lo que pasaba, estaba un poco mojado, mi niña estaba muy excitada de provocarme, ella queria que se lo meta, pero jugábamos ese juego de provocarnos.

Algunos niños se fueron al caer aún más la noche solo quedaba 1 madre y sus 2 hijos así que ya no aguante, le agarre de la mano y la lleve donde el tobogán, pero nos metimos debajo de él, estábamos ligeramente ocultos, aunque aún existía algo de luz y teníamos casas al frente, la verdad ya no me importo, la cargue y comencé a besarla con una pasión incontrolable, metiendo mi lengua en su infantil boca y mientras la cargaba por la cintura.

Jessy: Papi que haces pueden vernos

Yo: Llevas horas provocando ahora te harás responsable

Jessy: Pero no hice nada solo queria jugar un poco estas enojado

Yo: Si nos ven será tu culpa

Me sujete a mi niña por la cintura y le levante su faldita, saque mi pene sin si quiera fijarme si nos veían y trate de penetrarla de 4, pero apenas tenía 9 años, era muy pequeñita para esa posición aun, solo me senté en el piso frio y ella entendió lo que queria, se subió sobre mí y mi pene por fin sintió un esa húmeda y caliente vagina, era la sensación más hermosa del mundo, la inocente vagina de mi niña tan cerca de mí, ella comenzó a morir a su alrededor y vio donde estábamos, cualquier persona que vendría al tobogán nos vería inmediatamente, además el parque era abierto se podía ver el interior desde la calle estaba vacía, pero obviamente su alguien caminaría por alli seriamos descubiertos y finalmente casas frente a nosotros, algunas con las luces prendidas, cualquier persona que pasaría y vería una chica con uniforme de colegio montando a un hombre seguro daría un grito al cielo, pero ya no aguantábamos, ella solo me miro a los ojos y dio una hermosa sonrisa

Jessy: Te amo papi hare todo por hacerte feliz

Yo: Tu eres mi mayor felicidad, está segura de hacer esto ¿

Sujeto mi pene con su pequeña mano y lo acomodo en su entradita y con cuidado fue bajando, yo la ayude con ambas manos sujetando su cintura y por fin estaba dentro de ella, esa sensación de estar en un lugar tan peligroso solo me excitaba más, ella acomodaba un poco su falda intentando ocultar lo que hacíamos, aunque yo sabía que era evidente, subía y bajaba de mi pene, cada vez más rápido, quedamos frente a frente y cuando ya no aguantaba sus gemidos comenzaba a besarla, para ahogar sus gritos, acariciaba su espalda y su cuerpo y ella no dejaba de moverse, esa vagina apretaba como ninguna, me sentía en el cielo veía a nuestro alrededor y estaba vacío, escuchaba autos pasar cerca, el corazón se me aceleraba más y más.

Jessy: Alguien viene

Yo: ¿Quieres parar mi niña?

Jessy: Ay no termina dentro de mí por favor

Yo: Y si nos ven

Jessy: Tu estarías en problemas, para si quieres papi no quiero que te pase nada

Yo: Quiero que nos vean, que venga alguien y vea cómo te hago el amor mi niña.

Jessy: Si papi lo que tú quieras yo te hare feliz siempre

Yo: Si mi amor grita que te escuchen

Ya estábamos totalmente poseídos, ella comenzó a gemir más y más yo levante su falda de colegio dejando al descubierto su cuerpo, si alguien pasaría vería de frente como mi pene entra en mi hija, ella brincaba para sacarlo casi entero y bajaba con fuerza para sentirlo por completo, solo disfrutaba el momento y veía en su cara un deseo enorme, sentía que las casas del frente nos veían y si alguien estaba grabando, los celulares son muy modernos y seguramente a esa distancia se vería todo, pero ya llegaba al punto que nada me importaba, algo dentro de mi queria que nos vean es una sensación difícil de describir pero así somos con mi hija, vivimos siempre al límite, sentir esa vagina ajustadita siempre es lo mejor del mundo, no podía evitar mirarla a los ojos con lujuria y deseo y ella hacia todo para evitar gritar, su carita de placer era lo mejor del mundo, jamás imagine que una niña de 9 años podría disfrutar tanto del sexo.

Mi niña comenzaba a cansarse de saltar sobre mi pene así que sujete su pequeña cintura y la ayude a seguir moviéndose, cuando escuchamos voces acercarse, claramente oíamos un niño y una madre, seguramente eran las personas que seguían en el parque, las voces venían de la calle con direccion a nosotros, mi hija se asustó mucho

Jessy: Papi alguien viene debemos irnos (intentando levantarse)

Yo: No recuerdo decirte que te detengas (sujetando con fuerza su pequeña cintura)

Jessy: Pero nos van a ver y te meteras en problemas estan muy cerca

Yo: Que vean cómo te hago el amor no me importa

Su cara estaba llena de miedo, pero igual comenzó a moverse, movimientos lentos, pero aun evidentes, ella oculta su rostro en mi hombro cuando nos percatamos que la señora pasaba frente a nosotros, yo con mis manos sujete su cintura y continue moviéndola sobre mi pene, ella temblaba de miedo o quizás por algo más. Pero vi una señora caminando de la mano con su hijo pequeño, ella hablando con su celular muy atenta a la conversación y pude ver como el niño volteo a vernos, mi corazón se aceleró a mil al ver su mirada, podía decirle a su mamá que vio algo raro y seria nuestro fin, el niño nos miró con cara de miedo y curiosidad, como un niño que ve algo que no entiende que es, pero de alguna forma sospecha que es algo malo, estiro el brazo de su mamá intentado llamar su atención y eso fue demasiado para mí, mi pene comenzó a botar semen dentro mi hija, mientras esas personas seguían caminando, por suerte la mamá estaba muy atenta en su llamada y simplemente no hizo caso al pequeño, podría sentir como chorros y choros de mi semen llenaba la vagina de mi hija, mientras ese niño nos miraba aun perplejo, sin entender que sucedía, finalmente siguieron su camino y yo acabe de llenar esa vagina, fue tanto que mancho nuestra ropa, ella comenzó a jadear con fuerza y temblar con fuerza, estaba teniendo un orgasmo muy intenso mi pequeña hija, apenas me detuve y empezó a jadear con fuerza, su carita estaba roja por completo pero tenía una sonrisa enorme.

Jessy: Papi acabaste mucho

Yo: Debo dejarte bien llena mi amor

Jessy: ¿Nos vieron papi?

Yo: Si, pero no dijeron nada, tranquila

Jessy: Enserio vieron cómo me hacías el amor

Yo: Si hermosa pero no dijeron nada

Jessy: Hay si era que levantes mi falda para que vean mejor

Escucharla decir eso me excito nuevamente y mi niña comenzó a sonreír sintiendo mi pene ponerse duro nuevamente dentro de ella, se levantó y solo pude ver una cantidad enorme de semen salir de esa pequeña vagina, pero era algo que le encantaba a mi hija, se volvió adicta a tener mi semen dentro para ella era un logro, camio a ver si había alguien aun en el parque yo me limpie lo que pude y salir tras de ella, el parque ya estaba vacío y con unas luces tenues aun prendidas sin nadie, unos autos pasaban en una calle alejada y todo demasiado tranquilo, solamente me sonrió y veía restos de nuestra sesión de amor en su ropita de colegio, esas medias blancas con rastros de semen, el piso de parque con manchas blancas y ambos muy felices, caminamos con direccion a la puerta con la tonta idea de que había terminado esta noche de pasión.

Cuando pasamos a lado de los columpios mi hija se sentó, abrió sus piernas y levanto su falda

Jessy: Sigue muy duro papi lo sentí dentro de mi

Yo: Que haces acá es muy peligroso

Jessy: No te gusto cuando nos vieron, házmelo acá papi debo dejarte satisfecho

Yo: Pero mi niña acá nos verá

Ella solo sonreía, mientras levantaba aún más su falda, dejándome ver esa pequeña vagina, sin pelito alguna apenas una rayita pero con restos de semen, verla así me excito demasiado, tenía demasiado miedo, pero sin si quiera darme cuenta ya tenía mi pene en mi mano frotándolo en su entrada, hacerlo alli era algo incomodo, porque el columpio se movía, sujete las cadenas con ambas manos para mantenerlo firme y mi pequeña hija con sus pequeñas manos sujeto mi pene y lo metió dentro de su vagina, volver a estar dentro de ella fue demasiado rico, una luz tenue sobre nosotros nos delataba, pero las calles estaban muy silenciosas era demasiado rico todo esto, tener una niña de 9 años en esa posición y tan cerca de ser descubiertos.

Para un fanático del exhibicionismo estaba en el cielo, apunto de cruzar un montón de límites, tener sexo en público con mi propia hija era demasiado para mí, veía a mi alrededor y este lugar donde los niños vienen a jugar ahora estaba siendo usado para tener sexo con una niña, mi niña tenía una mirada que jamás olvidare, ahogando sus gritos, con la boca abierta, sonrojada pero con una expresión de felicidad único, sujete su cuerpo con ambas manos y comencé a penetrarla con más fuerza aun, ella levanto sus pequeñas piernas las mantenía rígidas, podría ver esa piernas con medias largas hasta las rodillas, esos zapatos de colegio, ese cuerpo que deberia ser totalmente prohibido para mi estaba siendo penetrado, la sujete con fuerza y comencé a penetrarla más fuerte, tenía que acabar ya porque cada segundo en ese lugar se hacía más peligroso para los 2, si alguien nos vería seguro terminaría en un escándalo enorme, mi pene entraba y salio con fuerza de esa pequeña vagina, gracias a mi anterior corrida se podía deslizar fácilmente en su pequeña vagina, ella de rato en rato daba un pequeño gemido y finalmente metí mi pene nuevamente dentro su cuerpo, hasta el fondo, no entraba todo, pero lo metí lo más adentro que pude, a pesar de sentir el fondo queria meterlo más aun, queria dejarla llena de semen, alli empecé a eyacular con fuerza, esa niña lograba llevarme al límite, las corridas más intensas las tengo con mi propia hija, podía ver cómo me miraba fijamente a los ojos, con una mezcla de lujuria y felicidad, mientras sentía mi semen llenarla.

Finalmente acabé, le di un beso intenso en su boca que ella respondió feliz, y la levante de ese asiento, su falda ya estaba muy manchada de semen, pero nuevamente ella caminaba orgullosa, sabiendo que estaba llena del semen de su padre, cogí su mano y caminos así con direccion a nuestro automóvil, al coger esa pequeña mano la sentía mi novia, ya no mi hija un sentimiento difícil de explicar, subimos y nos dirigimos a nuestro hogar, ella cayo rendida a su asiento aun respirando con dificultar

Jessy: Papi yo te hago feliz

Yo: Demasiado mi niña, más de lo que te imaginas

Jessy: Tu eres el mejor papá del mundo hare todo lo que pueda para hacerte feliz

Yo: Pero lo que hacemos es muy peligroso

Jessy: Si te gusta papi yo lo hare, no me importa que sea, cumpliré todos tus deseos

Yo: Hagamos más cosas como esta entonces

Jessy: Las que quieras siempre y cuando solo me ames a mi

Yo: Si mi amor, eres la luz de mis ojos

Cayo rendida en mi brazo y se durmió el resto de camino, mi pequeña hija ya era mi mujer y tan solo iniciábamos nuestra vida sexual, más locuras sucedieron estos años, que las iré contando poco a poco