Como me cogí a un par de hermanos – parte 1
Felipe y Mari hacían cosas solos, hasta que los descubrí y los hice míos.
Hola a todos, les quiero contar sobre la experiencia que tuve con unos hermanos que hasta el día de hoy me siguen excitando. Mi nombre es Mateo, en ese entonces tenía 16 años era delgado pero como hacía deporte tenía un cuerpo atlético, de tez morena blanca bronceada, de estatura promedio. Para poner en contexto, mi mamá todos los viernes se reunía con una amiga, a veces en su casa y otras en la nuestra, su amiga tenía dos hijos menores que yo, Felipe de 13 años y su hermana Mari de 10. El primero medía 1.50, de tez blanca, cabello negro, delgado y con unas pompas notorias, mientras que su hermana era chaparra pero tenía un trasero muy redondo y parado para su edad, cabello castaño oscuro largo, piel blanquita y delgada aunque ya se podía apreciar su figura. Cuando íbamos mi mamá siempre se quedaba con su amiga platicando en la parte de abajo, a veces hasta se ponían a ver la tele juntas, mientras yo estaba en la sala de arriba con los hijos de la amiga. Las primeras veces realmente no hablábamos, solo veíamos la tele hasta que era hora de irse, pero un día noté algo extraño, estando en la casa de la amiga de mi mamá Felipe dijo:
-Voy a checar algo, Mari ayúdame
No me pareció raro que se fuera, él era al que menos le gustaba estar ahí, pero nunca le había pedido a su hermana que lo acompañara. Después de un rato prolongado, llegó Mari con una cara un poco molesta para después llegar Felipe pero se le veía un poco agitado, eso me llamó más la atención y decidí saber que pasaba.
El próximo viernes la reunión era en casa de ellos y tan pronto vi que ellos se fueron fui detrás de ellos para saber que hacían. Vi que ambos se metían a la habitación de Mari que era la más alejada de la casa, cerraron la puerta y todo quedó en silencio. Lentamente me fui acercando sin hacer ruido, al tener enfrente la puerta giré muy lentamente la perilla, me tomé mi tiempo para abrirla, esperando hacer el menor ruido posible, la abrí lentamente esperando que no rechinara y al poder ver en el interior lo que vi me dejó sin aliento. Mari estaba arrodillada con la ropa todavía puesta frente a Felipe que estaba completamente desnudo, como los veía de lado pude observar claramente como Mari estaba chupandole la verga a su hermano, lo que más me sorprendió era que lo hacía con ganas, él ni siquiera tenía las manos en su cabeza o algo así para forzarla. Yo pensaba que las niñas que hacían eso eran principalmente obligadas, pero por como engullía esa niña aquella verga de su hermano me di cuenta que también pueden disfrutarlo. Eso me encendió mucho, provocando que mi verga se parara al estar apreciando como se comía la verga de su hermano, quise saber que tan lejos habían llegado. Se lo siguió chupando como por 10 minutos, solo una vez se paró y así pude apreciar la pequeña verga de su hermano, no era super chica, pero debido a su edad todavía le faltaba crecer más. Cuando se separaron, Mari se recostó sobre el borde de su cama con los pies en el suelo y la mitad hacia arriba sobre la cama, bajó ligeramente su pantalón dejando ver la mitad de sus bien formadas pompas, empezó a mecerlo como si estuviera esperándolo impacientemente. Felipe al acercarse le agarró las pompas con ambas manos y las separó, dejando ver por un segundo el culito negrito de su hermana, puso se verga en la entrada y sin mucha delicadeza comenzó a penetrar dentro de ella a través de su culito. Cuando estuvo bien adentro los escuchaba gemir, Mari empezó a decir cosas como: «que rico», «más más», pero Felipe parecía que quería acabar rápido porque se movía ferozmente aunque de forma torpe, incluso no gemía mucho, debido a esto la cogida no duró mucho y Felipe se vino dentro del culito de su hermanita.
Cuando terminaron cerré la puerta con cuidado y me fui de la forma más silenciosa que pude. Me senté en la sala de arriba fingiendo que había estado viendo la televisión, en poco tiempo llegó Mari con la misma cara molesta que había tenido el otro día. No lo había notado pero debajo de mis pantalones mi verga seguía a mil por lo que había visto, entonces decidí que esa era mi oportunidad. Como Mari se sentó en el mismo sillón en el que estaba, le pregunté:
-Qué estaban haciendo?
-Nada- me respondió directamente y con un ligero temor por lo que pude ver en su cara
-Y por qué no regresa Felipe?- le insistí
-Dijo que todavía tenía que hacer algo- contestó un poco más nerviosa
-Seguramente todavía se tenía que vestir
Al escuchar eso Mari se asustó, intentó decirme algo como «no se a que te refieres» pero se le trababa la lengua por el susto, la tranquilicé un poco, me acerqué a ella y le pregunté desde cuando lo hacía con su hermano. Ella inseguro me contó que desde hace un mes, que primero solo se la chupaba hasta que empezó a cogérsela por el culito, al decirme eso me llegó una duda:
-No te ha cogido por tu vagina?
-No, solo por el trasero- dijo
-Y te gusta?
-Si
-No quisieras probar alguna vez por tu vagina?
En ese momento pude ver como sus ojos se iluminaban, parecía que lo había deseado desde hace tiempo, pero su hermano no quería. En ese momento me le acerqué tocándole el muslo, acariciándolo con mis dedos lentamente yendo hacia la parte interior para luego subir hacia su vaginita, al hacerlo escuché como se aguantaba un gemido, parecía que nunca había sentido eso. Me acerqué su cara y la besé a lo que ella me respondió instintivamente metiendo su lengua, hice lo mismo y comenzamos a besarnos mientras pasaba mis manos a su redondo trasero que le hizo besarme con más ganas. Sentí como sus manos luchaban por desabrochar mi pantalón, hasta que le ayudé y me lo bajó junto a mi boxer, haciendo que mi verga completamente dura saltara a la vista, ella al verlo se sorprendió porque era más grande que el de su hermano, por lo que comenzó a chuparlo. Sentir esa boquita sobre mi verga fue como estar en la gloria, ella tenía tantas ganas que desde un comienzo la chupaba con toda su boca subiendo y bajando rápidamente al mismo tiempo que hacía sonidos de estar gimiendo al disfrutarlo. No aguanté mucho, por lo que le pedí que se detuviera para no venirme, quería cogerme a Mari para quitarle su virginidad yo mismo. Le quité su blusa dejando ver un vientre plano con dos pezones claros, todavía no tenía sus pechos, pero eso me prendía más, le desabroché y bajé sus pantalones junto a sus calzones rosas, así pude ver en su plenitud aquella vagina sin pelo que se veía como una línea entre sus dos piernas. Puse su cuerpo desnudo sobre el sillón, me quité por completo el pantalón y me preparé para penetrarla.
Ella dijo que no debíamos hacerlo ahí porque nos verían nuestras mamás o Felipe, pero en ese momento no me importaba, no creía que llegaran nuestras mamás porque nunca subían y si Felipe nos encontraba pues mejor para mi porque así vería como se coge realmente a una putita como ella. Puse mi pene en la entrada de su vaginita rosa, pude sentir lo mojada que estaba aunque me dijera que no, realmente deseaba que se lo hiciera ahí mismo. Al entrar estaba tan lubricado que la punta entro sin problema, seguí metiéndolo con cierta dificultad, pero aunque parecía que le doliera solo me decía que siguiera, Mari realmente lo estaba disfrutando. Cuando sentí que llegué al límite dejé de moverlo y esperé un poco a ver su reacción, parecía que le incomodaba, pero también gemía ligeramente por la excitación, al ver su cara no pude evitar empezar a moverme y comenzar a experimentar la mejor vagina que había cogido hasta el momento, lo caliente que estaba, lo lubricado que me permitía moverme con libertad y sus expresiones de placer me llenaban de un éxtasis que me hacían olvidar de todo el mundo. Ya no me importaba si subía alguien o si Felipe ahora mismo nos veía, yo quería ser la primera persona en llenar la vagina de esa niña. Para evitar que sus gemidos se escucharan la besaba continuamente hasta el punto que tuve que taparle la boca para cogerla más fuerte, me movía adelante y atrás continuamente sentí como me abrazaba con sus piernas, hasta que ya no pude aguantar más, le di tres fuertes embestidas y vi en su rostro claramente como ponía los ojos en blanca mientras su vagina me apretaba más fuerte, estaba sintiendo como se venía esa idea me excitó tanto que me hizo venirme dentro de ella, llenándola de mi leche.
Al quitarme de encima de ella me senté sobre el sillón, Mari estaba tan cansada que no se movía, solo respiraba profundamente intentando recuperar el aliento:
-Nunca lo había hecho así- dijo entre jadeos
-Por tu vaginita?- le pregunté
-Tampoco desnuda o había sentido como si me orinara
-Cómo?
-Mi hermano me dijo que no me desnudara y nunca había sentido lo que sentí contigo
Me di cuenta que su hermano siempre terminaba rápido, lo que quería decir que ella no se había venido hasta este momento. Eso me hizo esbozar una sonrisa porque no solo le quite su virginidad, sino también tuve su primer orgasmo. La vestí como pude e igual yo me vestí, como me extrañaba que Felipe no nos hubiera sorprendido me dije que quisa debería ver que estaba haciendo, dejé a Mari descansando en el sillón para ver a Felipe.
Fui silenciosamente por el pasillo que daba a su cuarto, algo me decía que podría encontrar algo interesante si no hacía ruido. Vi que la puerta del cuarto de Mari estaba abierta así que él debería estar en el suyo, me acerqué y con el mismo cuidado anterior abrí su puerta, en ese momento vi a Felipe tumbado sobre su cama, lo primero que aprecié bien fue que estaba jalándosela lentamente pero lo que más me sorprendió fue que llevaba puesta una tanga que parecía ser de su mamá, incluso podía ver como la hizo un poco a un lado para meterse un dedo en su culo. Con eso comprendí bastante sobre porque actuaba así y al mismo tiempo me llegó una nueva idea sobre que hacer con él, si quería verga eso le iba a dar.
Los demás relatos estarán en otras categorías. Si quieren contactarme mi telegram es: @mae012 y mi correo es [email protected]
sigue contando mas amigo tienes buenos relatos saludos… 🙂 😉 🙂 😉
FASCINANTE COMO ME GUSTO ESTE RELATO Y ESO KE ME FALTA LA OTRA PARTE KE SUBISTE SALUDOS BRO CUENTA MAS EHHH