Como me volvía más cachonda
Cuando vi a Vanessa me sentí retada, mi orgullo se sentía lastimado, ella se atrevía a mamar, y cuando volteo Luisa y Paola estaban haciendo lo mismo, con mucho mas torpeza pero Vanessa era claro que no era su primera mamada.
En esta narración terminaré con mi relato anterior y describiré como fui deslizándome a descubrir mi gusto por las situaciones cachondas, morbosa, sexosas.
A mi corta edad, tenía muchas inquietudes sexuales, y después de lo ocurrido con mi tío, estas se repitieron algunas veces más en su departamento cuando él se quedaba solo por las tardes, ya que vivíamos muy cerca y nunca nadie sospecho. Lo iba a buscar y se estaba haciendo una rutina, pero el insistía mucho en que le hiciera sexo oral, a lo cual yo me negaba. Me gustaba recostarnos en su cama y besarnos como novios mientras él disfrutaba de mis caricias masturbatorias.
En ocasiones él era quien me buscaba, pero la mayor parte de las veces era yo la que iba a buscarlo. Era tanta su insistencia por que le hiciera una mamada que casi me convence, lo más cercana que estuve era de poner mis labios en su glande cuando eyaculaba, notaba que eso lo ponía como loco y a mi me provocaba un morbo enorme sentir su semen de hombre. No me atrevía a chupársela pues sabía que eso daría pie a dar el siguiente pasó, y yo quería conservar mi virginidad para alguien especial, después me arrepentí un poco, aunque disfruté mucho de ser su sobrina masturbadora.
Cerca del mes de junio o julio él consiguió un trabajo en otro estado, por lo que se mudo y aunque a lo largo de los años nos vemos en fiestas y reuniones, las sesiones masturbatorias ya no se repitieron.
Durante esos meses aprendí a disfrutar también del autoerotismo. No solo hablo de masturbación, sino de ser más sexy, mas femenina, mas coqueta. Compartíamos tips entre amigas, consejos de revistas y tonterías que en su momento me sirvieron de mucho, algunas las pude poner en práctica con mi tío, y aunque no tenía mucho dinero, me las ingeniaba para conseguir tangas e incluso un liguero que una compañera de la secundaria me consiguió, pues ella tenía un puesto en el mercado de ese tipo de ropa, tarde en pagárselo una eternidad, pero estoy convencida que valió la pena.
Como muchas y muchos de ustedes saben a esa edad de las hormonas, se hacen juegos como la “botella”, “verdad o reto”a veces en la escuela o en pequeñas fiestas. Esos juegos antes me daban como pena o asco pues los niños de mi colegio eran muy “calientes” pero tontos. Pero mi perspectiva cambió mucho al saber lo que un hombre disfruta, además perdí por completo la pena. Y aunque los juegos de la secundaría mayormente eran de besos, o retos infantiles, en algunas ocasiones se volvieron mucho mas atrevidos, y creo que en parte fue por mi culpa.
Recuerdo varias situaciones bastante excitantes para esa edad, como tocarles el pene a los chicos sobre el pantalón. Las chicas solos nos dejábamos tocar los senos, pero de forma rápida, nunca nos tocaron el pubis, pero morían de ganas. Un día hicimos que tres de los chicos se masturbaran delante de todos, pero ninguno eyaculo, aunque fue muy divertido.
Una de las situaciones más alucinantes para mi fue un día en que nos fuimos de pinta, sino recuerdo mal éramos 7 chicos y 4 chicas, las mas rebeldes, Luisa, Vanessa, Paola y yo Ale.
Luisa tenía su casa sola, vivía cerca de la escuela, por lo que fue la primera idea, irnos a su casa a planear algo, ya que a las 7 u 8 de la mañana pues no hay mucho que hacer, asi que fuimos a su casa. Mi mente empezó a volar y estando en la casa les propuse jugar algo, para hacer tiempo (además seamos realistas, a esa edad, al menos en México, nadie traíamos dinero). Luisa saco un juego de Jenga, no todos sabíamos jugarlo, nos explico las reglas, y decidimos que quien tirara la torre recibiría un castigo o reto. Primero perdí yo, por lo que todos querían ponerme castigos, lo cual no funcionaba, y cambiamos a la botella, pero estaba aburrido; nada nuevo, en eso veo que Luisa tenia una cantina bastante grande, bueno para mí, pues en mi familia las botellas no duran nada, y les propuse hacer un juego de shots, o sea al que apuntara la “botella” debia tomar un shot. Despues de discutir que eso estaba mal y bla bla, decidimos que las mujeres serviríamos los shots y debia ser muy poco, pues nadie tenia experiencia bebiendo, además los papás de la anfitriona podían darse cuenta. Total que empezamos a girar la botella, y todos perdíamos mas o menos igual, y al poco rato ya todos estábamos bastante risueños. Y en eso dice unos de los chicos, y si jugamos de prendas? Todos nos quedamos callados.
Yo envalentonada, alegre y naturalmente caliente hablé por todas y dije “ok pero nosotras no nos quitamos ni bra ni calzon, pero ustedes si todo” Discutimos un rato y al final se acepto esa propuesta, con una condición adicional, las mujeres podíamos decidir “prenda o reto” y los hombre no. Al inicio todas nosotras solo pedíamos reto, los cuales fueron desde un trago, hasta bailar sexy. Consideren que en esos momentos todos traíamos algunos tragos y creo que nadie sabia beber.
Yo estaba notablemente caliente en algún momento, y para no extenderme demasiado, ya todos estábamos en ropa interior, incluso ellos que deberían no traer nada. Entonces decidimos ya solo jugar retos. Los cuales se volvieron toqueteos y besos. Vanessa ya sin pena propuso un reto, ver que todos se masturbaran, a mi me brillaron los ojos y los animé, mientras las otras dos solo callaban. Ellos no aceptaban y decían que les ayudaramos. Yo sin pensar demasiado estire mi mano a la verga del que estaba a mi lado, el cual salto, y sus amigos le decían cosas en lo que yo encontré su miembro notablemente duro. Las tres se quedaron viendo y salvo la música, nadie hacia ruido, lo masturbe cerca de 1 minuto cuando ya estaba eyaculando, mi mano se batio de mucho semen bajo su boxer pero el no gemia ni hacia nada, creo que fue su primera paja con mano ajena, al calor del momento yo solo dije quien sigue y todos soltamos unas carcajadas sonoras pero con reserva. La siguiente para nuestra sopresa fue Paola, la mas timida, se acerco con el chico que le gustaba y sin mas busco su pene, Luisa hizo lo mismo y ahí estábamos viendo todos la faena. Los otros chicos se veían ansiosos, Vanessa y yo nos quedamos mirando una a la otra, y sin pensar mucho nos sentamos en medio de los chicos, dos para cada una.
No quiero alargarme mucho, pero es necesario que imaginen la escena. Luisa y Paola, estaban hincadas sobre sus talones en el piso en medio de las piernas de los chicos sobándoselas como podían, no se veían demasiado experimentadas, pero no era necesario.
Por otro lado estábamos Vanessa y yo con dos chicos, uno a cada lado. Yo me sentía con experiencia y seguridad por lo que empecé a masturbarlos a los dos alternadamente, estaba descubriendo la sensación que eso me provocaba cuando volteo la mirada y veo a Vanesa hincada chupando uno de los penes y masturbando al otro, yo me impresioné, pero me calenté en exceso.
Segui masturbado a mis dos chicos alternadamente, mientras veíamos a Vanesa y a las otras dos chicas. El primero en eyacular fue uno de los que me toco a mi, no duro casi nada, por lo que me concentre en el otro.
Cuando vi a Vanessa me sentí retada, mi orgullo se sentía lastimado, ella se atrevia a mamar, y cuando volteo Luisa y Paola estaban haciendo lo mismo, con mucho mas torpeza pero Vanessa era claro que no era su primera mamada. Yo no me quede esperando e hice lo mismo con mi amante en turno. Conocia el ritmo y los gustos de un hombre por lo que trate de imitar a Vanessa pero con mi poca experiencia. El chico duro mucho, tanto que cuando me estaba eyaculando me levante sin comerme su semen y todos nos estaban mirando, yo me senti apenada jajaja, los chicos chocaban sus manos en el aire y nosotras corrimos lejos de su vista con nuestra ropa en las manos.
Fue super morboso, y nunca he estado en una “orgia” igual, o sea tanta gente, pero si mejores, aunque para esa edad, lo único que provoco en mi fue querer probar mas.
Ese día terminó cuando salimos a comer pues todos teníamos hambre y prometimos no platicar de eso con nadie mas. Ese día Vanessa y yo nos volvimos muy buenas amigas.
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