Compañera de viajes sexuales
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Silvia tengo 28 años y la que siempre fue, es y será mi mejor amiga del alma se llama Rocío y la maravillosa Rocío es mi fiel acompañante sexual desde los primeros comicios de la sexualidad en nosotras.
Como todas las buenas amigas del alma no faltaron toqueteos y e intercambio de inquietudes.
Sin embargo nuestra historia es mucho más curiosa ya que, sin ser lesbianas en absoluto, hemos pasado juntas todos hitos sexuales que hemos tenido en nuestra vida hasta hora, con la excepción del primer pene que toqué.
Lo perdimos todos a la vez.
El primer pene que toqué, por quitarlo de en medio, lo hice en una excursión del colegio, tenía 12 años y fui a los asientos de atrás donde le hice una paja a uno de los mayores.
Dado que Rocío no fue a mi cole, no pudo participar.
Por cierto no se corrió.
Fue el verano siguiente en el que Rocío y yo, que cumplimos 13 años, fuimos al pueblo juntas a veranear.
La pubertad ya había llegado al pueblo.
Éramos las dos únicas chicas en un grupo con 12 chicos entre los 15 y los 21 años.
Os podéis imaginar que todos nos tocaron todas las partes del cuerpo y mas durante las vaciones.
Y nosotras claro, nos quejábamos pero sin ganas.
Uno de los últimos días de vacaciones salimos un poco, bebimos un poco (primeros tragos) y con la tontería nos empezamos a juntar con dos chicos del grupo, los dos tenían 17 años si no recuerdo mal.
Nos besamos con ellos y en un momento dado fuimos a un parque los cuatro solos.
Uno de ellos sugirió que porqué no se la chupábamos, nos miramos y.
, nuestra primera mamada, las dos juntas de rodillas en el césped chupando dos pollas de los chicos guay.
Estuvimos chupando como 20 minutos pero hubo una pequeña diferencia entre una mamada y otra, para mi fue también la primera vez que me tragué la leche masculina (no sería la última)
Una vez recuperados de la mamada nos empezaron a desvestir, a meter los dedos y finalmente meter la polla,nos follaron bastante rato y lo contrario que dice la gente de su primera vez, esta estuvo muy bien, yo creo que las dos salimos contentas.
Nos pusieron a cada una con la espalda doblada hacia adelante y con las manos apoyadas en un árbol.
En el momento final, nos giramos y pusimos la boca otra vez.
Aquel día habíamos perdido la virginidad vaginal y oral.
Desde entonces tuvimos diferentes experiencias, alguna más juntas, como dos hermanos con los que salíamos uno cada una.
Tres años más tarde de nuestra experiencia en el pueblo fuimos por primera vez a una discoteca en Gijón.
Fuimos al parking nosotras dos con unos litro de calimocho y enseguida nos juntamos con un grupo de chavales que estaban bebiendo (y algo más) en una furgoneta.
Aquí me gustaría recalcar que Rocío y yo llevamos haciendo baile y gimnasia desde pequeñas, así que sin enfatizar, estamos bastante en forma y diría que gustamos mucho a los hombres, vamos que la mayoría no pondría reparos con follarnos
Estos chicos, que tendrían entre 30 y 35 años, nos dieron algo de las sustancias que traían.
Fuimos a la fiesta y dos de ellos se nos empezaron a arrimar claramente, conmigo se juntó el más joven que era al más gordito y con Rocío uno de los mas mayores, pero el más guapo de todos.
En el momento álgido nos comentaron de salir un poco a la furgoneta a descansar, tomar una copa y algo más de sustancia si era necesario.
En la furgoneta con la copa al mayor me pide que me desnude que le gustaría verme.
En ese momento todo era amor.
Me desnudé completamente dentro de la furgoneta sin dudarlo un instante.
Me pidió que me pusiera en el asiento de la furgoneta boca abajo para poner las rayas sobre mi culo.
Disfrutaron de mi culo mesa otros siete amigotes que también les apeteció.
Una vez acabaron el gordito me sentó y me puso una a mi a una altura para ponerme de rodillas.
Detrás iba su pene que era bastante grande por cierto, de largo y de diámetro.
Empecé a chupársela y Rocío empezó lo propio con el mayor.
Estuvimos chupando un poco mientras se terminaban la copa.
Cuando el gordito acabó se levantó y se puso por detrás de mi y dijo "Adoro follar culos y adoro tu culo" y me la metió directamente por el culo, yo pegué un chillido y se oyeron risas y ánimos de los de fuera de la furgoneta.
Poco a poco me fue gustando cada vez más y los gritos eran ya de dolor mezclado con placer.
Rocío dudó un rato, pero finalmente se apuntó.
Empezamos a gritar las dos como las dos cerditas que éramos (aún somos) y fuera el escándalo se aumentó.
Al cabo de 10 minutos de follarme el culo, el gordito se cansó y me pidió que me tumbara y él se tumbó encima mío y me siguió follando el culo fuerte mientras me aplastaba completamente.
Se corrió en mi culo y se quedó tumbado encima mío otros 10 minutos hasta que acabaran ellos.
El mayor no se corrió en el culo, prefirió sacarla e ir a la boca.
Mientras se corría en su boca el gordito se puso de pie y me puso el pito en la boca para limpiarlo de semen y de mi culo, el se pone el pantalón y sale dejándome desnuda con todos los amigos que ya habían vuelto.
Risas y ruidos no faltaron.
Y así perdimos la virginidad que nos quedaba
Salí desnuda de la furgoneta y me puse en medio del corro de chavales, Rocío salió, sin bragas y con la ropa removida.
Con todo el semen en la boca se puso delante de mi y me besó con lengua un rato.
Parte del semen nos lo tragamos, otra parte nos calló por la cara y por mi piel y el top de Rocío.
La recordamos siempre como una de las mejores experiencias sexuales de nuestras vidas.
Después de esto nuestras vidas sexuales siguen ligadas, ya no vivimos en la misma ciudad pero de vez en cuando nos juntamos y siempre la liamos (incluso habiendo tenido novios.
) la última juntas fue en una reunión donde acabamos solas tomando copas con un señor de unos 60 y pico años y su ayudante de unos 40.
Nos propusieron subir a su habitación y no sé lo que habría tomado el señor mayor por que estuvo como un toro, primero con Rocío y luego se cambiaron.
Después de correrse el ayudante, dijo que iba al baño a hacer pis y el mayor le dijo que esperase y nos preguntó que si lo habíamos probado y que si nos gustaría, nos miramos a la cara y, otra vez, por qué no? Y así nos estrenamos con la lluvia dorada, tragando las dos el pis del ayudante del señor al que le ponía cachondo vernos.
No quedan muchas más cosas que probar, pero estoy seguro que nuestra relación sexual seguirá tan floreciente como siempre por siempre
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