CON MI FUTURA SUEGRA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por misterchuy1.
“…esta experiencia, solamente se la he contado a un gran amigo, que se que no cometerá la indiscreción de mencionar los nombres de quienes protagonizamos esta historia.
todo comenzó cuando conocí a la mamá de la que hoy es mi esposa.
esto sucedió hace aproximadamente 5 años, en ese tiempo yo contaba con 22 años y ella 20.
nos conocimos en el trabajo, en una compañía de bienes raíces, y desde el primer momento que nos vimos, no dejamos de mirarnos, fue amor a primera vista, y poco tiempo después iniciamos un bello romance que culminó con nuestra boda, en la cual, tuve el placer de quitarle su virginidad, pero eso se los cuento después.
despues de algunas semanas de iniciada nuestra relación le pedí se casara conmigo, aceptando de inmediato, y me propuso conocer a su familia, a lo cual accedí invitandolos a una comida en mi departamento.
cuando llegaron, el día indicado para la cita, me quedé como hipnotizado al conocer a su mamá, una hermosísima mujer de 40 años, blanca, de cabello negro, lacio y largo que le llegaba a media espalda, unos ojos negros también; boca de labios carnosos y sensuales; unos senos grandes y redondos como melones; cintura de quinceañera y unas nalgas redondas firmes y carnosas, que invitaban a ser perforadas sin descanso.
ese día vestía una blusa de cuello cerrado, pero tan ajustada, que hacía que sus hemosos pechos lucieran espectaculares y un pantalón también muy ajustado, que hacía resaltar sus deliciosas nalgas y su monte de venus que parecía invitar a comérselo a besos.
acompañaban a mi novia, además, su padre y dos hermanas, de 18 y 15 años; su papá era un señor mucho mayor que su esposa, tenía casi 60 años, y, según supe después, ya casi no mantenía relaciones sexuales con su esposa, por padecer varias enfermedades que se lo impedían.
casi sin querer, pude notar, al momento de las presentaciones, un cierto dejo de admiración en los bellos ojos de mi futura suegra, que inmediatamente reprimió, y que yo atribuí a que su familia se encontraba muy cerca, pero que no pasó desapercibido para mi.
como vivía solo en la ciudad de méxico, mi familia era del sureste del país, yo mismo preparaba mis alimentos, y ese día no fue la excepción, despues de 2 años me había vuelto un experto cocinero.
ese día, con la ayuda de mi novia, preparé uno de mis platillos favoritos: pollo en mole rojo y arroz; y al probarlo:
– ¡mmmmm, que delicioso mole – dijo mi futura suegra – ;¿dónde lo compró?
– no señora, yo mismo lo preparé.
– ¡¡nooooo, no te creo!!
– ¡si mamita!, intervino mi novia, yo misma lo vi hacerlo, y creéme es un verdadero experto.
todavía dudosa, la señora exclamó:
– pues eso tengo que verlo yo misma
yo sin dudarlo ni un momento le respondí:
– créame que, para mi será un verdadero placer.
– mmmmmm, pues mira, el sábado próximo es el cumpleaños de una amiga, y, debes de saber, que nos reunimos una o dos veces al mes para convivir, y ese sería un buen momento para que me demuestres lo que sabes hacer en la cocina, ¿te parece bien?
en ese momento, creí captar una leve insinuación al momento de decir, “…que me demuestres lo que sabes hacer…”, pero, en ese momento, creí que era mi imaginación.
terminada la comida, y después de una grata convivencia de varias horas, se despidieron, mi futura suegra me recordó:
– ¿dónde quieres que nos veamos para esa demostración?
– si lo prefiere, yo desearía que fuera aquí mismo, me acomodo mejor utilizando mis propios utensilios de cocina.
– de acuerdo, ¿te parace bien a las 2:00 de la tarde? mi reunión es hasta las 6:00.
– me parece muy bien –respondí-.
– mamita –intervino mi novia- ¿quieres que te acompañe?
– no hija, respondió la señora, como yo no voy a estar en casa, alguien se tiene que hacer cargo de arreglarla.
entonces nos vemos el próximo sábado futuro yerno, hasta entonces.
se despidió, dándome un sonoro beso muy cerca de mis labios, y acercando a mi pecho sus enormes, sensuales y hermosas tetas, que me hicieron reaccionar con una tremenda erección, que difícilmente pude disimular.
a la semana siguiente, después de siete días de pensar en esas tetas, nalgas y vagina, se presento mi, casi suegra, una hora antes de lo convenido:
– perdón que te haya hecho cambiar de planes, pero era necesario.
– descuide “suegrita”; perdón, ¿puedo llamarla así?
– ¡¡llámame como quieras!!
nuevamente noté la insinuación, aunque un poco mas notable.
aún así pude disimular mi turbación.
ese dia llevaba un traje deportivo de entrenamiento, con una camiseta que hacía resaltar sus bellos, redondos y apetecibles senos, y un pantalón de lycra, que igualmente se pegaba a su hermoso cuerpo, como una segunda piel.
durante la preparación del banquete, no les daré detalles para no aburrirlos, varias veces toque sus deliciosos, duros y jugosos pechos, algunas veces sin intención, otras deliberadamente y en otras, ya que la cocina de mi depa era muy pequeña, era ella quién, de repente, restregaba sus duras y bien paradas nalgas contra mi ya endurecida verga, aunque aparentemente lo hacía en forma casual.
cuando ya estaba todo preparado, me acerqué a encender el horno, pero antes de hacerlo, se paró detrás de mí y abrazandome por la cintura me dijo:
– por favor hijo, ya no puedo más, toda esta semana no he dejado de pensar en ti, y que mi hija me perdone, pero quiero que me hagas tuya, que me hagas el amor, que me cojas, que me folles, que me metas tu verga por todos mis agujeros; – me hizo volverme hacia ella, y con una miráda cargada de deseos reprimidos, continuó -, no puedo más, lo necesito, te necesito, por favor.
– yo también he pensado mucho en usted, en ti, y he luchado mucho con este deseo, pues amo a su hija, pero yo tampoco puedo más.
la tomé en brazos, y nos fundimios en un beso cargado de un deseo salvaje, bajé mis manos por sus redondas caderas hasta sus preciosas nalgas, masajeandolas con ardor creciente, ella pegaba su monte de venus a mi durísimo miembro, mientras me quitaba la camiseta y arañaba mi espalda, gimiendo con pasión:
– ¡si mi vida, cójeme, hazme tuya, hace mucho que no siento una verga dentro de mi y la necesito, aaaaaahhhhhh, siiiiiiiii, por favor no me hagas sufrir más, métemela ya!
– tranquila, tenemos tiempo.
– ¡no, por favor hazlo ya!
decidí obedecerla, la cargué en brazos y la llevé a mi recámara, donde con prisa nos desnudamos, y ella, totalmente desnuda, acostándose en la cama, abrió al máximo sus bien torneadas piernas, en una entrega total.
no se la metí de inmediato, todavía tuve la paciencia suficiente, para acercar mi boca a su delicioso coño, totalmente empapado de sus jugos vaginales, chupando con verdadero deleite:
– ¡aaaaaaaaahhhhh, que delicia mi rey, pero te quiero dentro de mi ahora!
no paso mucho tiempo, cuando se vino en su primer orgasmo:
– ¡mmmmmmmmm, ahhhhhhh, sssssssssiiiiii!
aproveché ese momento para meterme entre sus muslos, apuntando mi poderosa verga, en el centro de la entrada a ese caliente y jugoso paraíso, metiéndosela de un solo empujón hasta el fondo:
– ¡aaaaaayyyyyy, siiiiiiii, si mi rey, así lo deseaba, por favor no te detengas, no pares, sigue, sigueeeeeeeé!
– ¡si mi reina, nunca pensé hacerlo con la madre de mi futura esposa, pero no lo pude evitar, siente mi verga taladrar tu coño mamacita!
– ¡si la siento, la siento que me llega hasta donde mi marido nunca llegó, hasta el fondo, abriéndome todo por dentro, así, sigue así mi vida!
seguí metiendo mi tolete viril, en esa cálida vagina con tales bríos, que mi cama rechinaba como nunca lo había hecho, respondiendo a los embates que dabamos, yo empujando mis caderas y ella recibiendo totalmente y empujando las suyas al amoroso embate de la verga que se hundía con fuerza en sus entrañas, mis huevos chocando con sus nalgas, hasta lograr un nuevo orgasmo, cuando sintió mi leche caliente derramarse, inundando cada pliegue del interior de su ardorosa vagina.
cuando nos recuperamos del ardiente orgasmo:
– ¡que feliz me haz hecho cariño, hacia mucho tiempo que no lo hacía y me parece que es lo mejor que me ha pasado!
– ¿cuánto tiempo hace?, digo, si no es indiscresión
– ninguna indiscresión, hace como cinco años, ya que mi esposo está enfermo de varias cosas y sufre de disfunción eréctil.
– ¿con nadie?
– así es, fui educada a la antigua, y hasta hoy he sido mujer de un solo hombre, pero al conocerte, despertaste en mí todos mis deseos reprimidos y no pude contenerme.
– ¿te arrepientes?
– ¡por supuesto que no, ¿y tú?!
– ¡no, claro que no, pero…!
– si lo sé, estas enamorado de mi hija.
pero esto ya no tiene remedio, solo te pido que me hagas el amor solo una vez más, por favor.
– creéme que no es ningún favor, lo hago porque yo también te deseo.
la volví a besar, metiendo mis dedos entre sus labios vaginales con una mano, y con la otra, sobando su enormes tetonas, las cuales apenas si cabían en mis manos, bajando a sus nalgas y volviendo a chupar y morder esos deliciosos melones.
la puse en posición “de perrito”, sin dejar de besar todo su hermoso cuerpo, deteniendome en su vagina, siguiendo con su orificio anal, nuevamente a sus pechos, haciéndola gemir de placer, y finalmente posicionando la cabezota de mi verga en la entrada de su vagina, enterrándosela de un solo y poderoso empujón:
– ¡aaaaaaaaaaaauuuuuuuummmmm –gimió ella-¡
– te gusta corazón, te gusta que te meta mi verga
– ¡aaaaaaahhhh, si me encanta!
segui cojiéndomela, hasta que le vino un nuevo orgasmo, que casi la hizo desmayarse de placer.
aprovecahndo su desmayo, le saque mi miembro todavía erecto, y abriendo con mis manos sus enormes nalgas, lo apunte a su culito; por su semi-desmayo, ella no sintió como entraba la cabeza de mi tolete en su pequeñisimo ano, al tiempo que me inclinaba sobre ella para meter mis dedos en su mojado coño.
cuando dí un empujón, y mi verga se fue hasta el fondo de su culo, se dió cuenta de lo que estaba haciendo y sintió el dolor de la perforación:
– ¡aaaaaaayyyyyy, noooooooooo, por ahí nunca me lo han metido, aaaaaaaaaaaagggghh!
– tranquila mi reina, solo duele al principio, además tú dijiste que te la metiera por todos tus orificios.
– ¡aaaggggghhhhh, noooo, nooo, noo, no, mmmmm, si, sii, ssssiiiiiiii!
poco a poco, su esfínter anal se dilató lo suficiente para empezar a bombear dentro de su intestino, y al mismo tiempo, hacerle una verdadera obra maestra de masturbación en su coño, lo que logró hacer que reaccionara con renovada pasión llendo con sus mullidas nalgas al encuentro de la verga, que por primera vez perforaba su, hasta entonces, virginal culito:
– ¡aaaaayyyy, corazón, nunca había dejado que mi marido me la metiera por ahí, sin saber de lo que me perdía, aaaaahhhh, sigue metiéndomela, no pares, no pareeeees!
– no preciosa, te la voy a meter hasta los huevos, hasta que te vengas, no una, sino mil veces.
– ¡aaaaaaayyyyyy, me duele, pero me encanta, aaaaaaaaayyyy!
no paré de meter mi poderoso miembro en ese culito, recién estrenado, hasta que sentí como mi futura suegra, se estremecía con un orgasmo más, lo que provocó que en pocos minutos derramara mi semen dentro de su intestino, haciendo que ella se viniera una vez más, dejándose caer sobre la cama y arrastrándome con ella, con su hermoso culo firmemente ensartado por mi verga, la cual seguía soltando chorros de esperma en su interior.
permanecimos así durante algunos minutos, hasta que mi verga, poco a poco fue perdiendo dureza, saliendose del recién desflorado esfínter anal, arrastrando restos del semen depositado en él.
me levanté hacia la regadera para lavarme y de inmediato a continuar con la preparación del banquete en la cocina, lugar a donde me siguió ella, despues de ducharse, terminando a tiempo para que ella se fuera a su reunión, no sin antes despedirse con un tierno beso y un:
– ¡gracias cariño, por estos bellos momentos!
– creéme que ha sido un verdadero placer.
nos volvimos a besar, y ella se fué.
para finalizar, les cuento que después de ese encuentro, y a pesar de nuestros propósitos de no volver a hacerlo, hubo algunos acostones más con mi bella suegra, tanto antes, como después de casarme con su hija.
hasta que su primer marido falleció, como dos años después, y ella conoció al que hoy es su segundo marido, quién se la llevó a vivir a la ciudad de monterrey, en el norte de méxico, tal vez con el propósito de no seguir cayendo en la tentación; pero, como se darán cuenta, no la he olvidado, y creo que ella a mi tampoco…”
espero que este relato, contado por mi, pero vivído por mi amigo, les haya gustado, y les debo el relato de su noche de bodas, cuando desvirgo a su esposa…
saludos a todos desde méxico.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!