CON MI FUTURA SUEGRA 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por misterchuy1.
esta es la segunda parte, del relato que mi amigo me contó, acerca de su relación con su suegra.
como recordarán, la única condición que puso mi amigo para este relato, es que no pusiera los nombres reales de quienes estuvieron involucrados; continúo:
“…después de esa primera relación con mi futura suegra, hubo otras, tanto antes, como después de casarme con su hija.
una de ellas, fue cuándo vinieron mis padres a la ciudad de méxico a pedir la mano de mi novia, cosa que sucedió dos meses después de que conocí a mi futura familia política, aunque en ese espacio de tiempo, la madre de mi novia y yo tuvimos oportunidad de hacerlo en dos ocasiones, y, en la tercera de ellas, nos prometimos mutuamente, que no volveríamos a cometer otra infidelidad a su hija y mi novia.
con mis padres vinieron mis 2 hermanos y 2 hermanas, todos menores que yo, razón por la que llegaron a un hotel, ya que mi departamento era demasiado pequeño, de solo una recámara, y que se encontraba a dos cuadras de ahí; aunque, mi madre se empeño en preparar el banquete que se daría, y se presento al día siguiente muy temprano, cosa que no me extrañó, ya que, siendo gente de campo, toda la familia estábamos acostumbrados a madrugar.
con lo que no contaba, era que mi suegra se empeñó en estar presente en la preparación de los alimentos, con el pretexto muy creíble, de que así aprendería las recetas de mi madre.
ambas, simpatizaron de inmediato, y, ni por un solo instante mi madre sospechó siquiera, que entre su consuegra y su hijo (yo), hubiese algo.
la preparación del banquete duró bastante tiempo, y mi madre agradeció sinceramente, la ayuda que mi mami-suegra le diera; yo, por mi parte, me dediqué a arreglar mi ropa y algunos otros detalles, tratando de no encontrarme a solas con mi suegra, para evitar la tentación, lo que ella también hizo, pues no era nuestra intención hacer el amor.
pero sucedió lo inevitable, gracias a que mi padre, como buen hombre de campo, no sabía preparar, remendar o arreglar su ropa, y llamó por teléfono, para decirle a mi madre, que le faltaban botones a su camisa.
como ya todo estaba casi listo, mi madre se despidió momentáneamente encargándome todo, y salió a toda prisa hacia el hotel, que, como les conté, se encontraba muy cerca.
yo, como medida precautoria, cerré todas las válvula de la estufa.
y, es que, todos nuestros propósitos de no volver a coger juntos, se fueron abajo cuando volvimos a quedarnos solos en la cocina.
casi en el mismo instante en que nuestros ojos se encontraron, ya estábamos fundidos en un abrazo, y en el más apasionado de todos los besos que nos habíamos dado.
sentirla, saborearla fue el inicio de una placentera sesión de sexo desenfrenado.
mientras nos besábamos, yo fui acariciando, primero su espalda, bajando lentamente mis manos hasta sus firmes nalgas, las cuales estuve masajeando suavemente, besando la deliciosa curva de su cuello, desabotonando su blusa y su falda, besando y mordiendo cada centímetro de piel que quedaba al descubierto, dejándola solo en sujetador y calzoncito, ambos de un color rojo encendido, mientras ella sobaba mi encendido y durísimo tolete.
más aprisa que nunca, me deshice de mi ropa, quedando completamente desnudo, la tomé en brazos y la llevé a la recámara, donde terminé de desnudarla, y sin más preámbulo, abrí sus hermosas piernas con las mías, colocando mi verga en el centro de su entrada vaginal, dejándosela ir, de un solo empujón, hasta el fondo de su encendido coño, que al recibirlo, provocó que ella se viniera en su primer orgasmo:
– ¡¡¡aaaaahhhhh, mi vida, que falta me has hecho todo este tiempo mi amor, ya necesitaba sentir tu verga penetrando mis entrañas, así, sigue así cariño, por favor no pares, no pares!!!
– ¡¡¡si corazón, yo también he extrañado mucho este coñito, que tanto placer me da!!!
mientras nos decíamos las cosas mas dulces y tiernas, yo seguía metiendo y sacando mi verga dentro de ella, que se estremecía bajo el látigo del placer, provocando en ella un nuevo y mas ardiente orgasmo, al mismo tiempo, que le dejaba ir un ardiente río de hirviente semen, que se fue a mezclar con los jugos de su venida.
– ¡¡¡yyyaaaaaaaggggghhhhh, siiiiiiii, siiiii mi amor, lléname toda con tu lechita, lléname todaaaaaaaa!!!!
– si mi vida, ahí te va, aaaaahhhhhhh, asíiiiiiiiiiiiiiii!!!
tres, cuatro, cinco veces descargué mi leche hirviente dentro del ardiente coño de mi suegra, haciéndola venirse, con cada descarga, hasta quedar totalmente desfallecidos, yo encima de ella y ella satisfecha y feliz.
nos quedamos deliciosamente adormilados, mi verga aún dentro de ella sin bajar la erección que me había provocado, por lo contrario, después de unos instantes de recuperación, volvió a endurecerse y al sentirla revivir, volví a montarla entrando y saliendo, saliendo y entrando otra vez en esa cálida funda, aún cuando ella no se recuperaba totalmente de su último orgasmo, pero que al sentir nuevamente mi verga entrar y salir en su vagina, recomenzó sus movimientos de pelvis, cadera y nalgas al encuentro de mis embestidas, volviendo a venirse en otro orgasmo:
– ¡¡¡cariño, no te cansas, pero que importa, cógeme, méteme toda tu verga, empújala dentro de mi, así, asíiiiiiiii, aaaaaauugggggghhhh!!!
– ¡¡¡no necesitas pedírmelo vida mía, te la doy con todo mi amor!!!
aprovechando su momentáneo desmayo, me salí de ella, la puse boca abajo colocando una almohada en su vientre, y dirigiendo mi tolete en medio de sus hermosas nalgas, lubriqué mi verga con los jugos de nuestros mutuos orgasmos metiéndola en su coño, procediendo a perforar su culito, posicionando la punta de mi verga en la entrada de su esfínter anal, presionando la cabezota y abriendo poco a poco su culito hasta enterrarla completamente dentro de ella, sintiendo un poco la resistencia y la presión de su anito contra mi enhiesto pene, al mismo tiempo que mis manos se dirigían a su vagina masturbándola y haciéndola estremecer de gozo:
– ¡¡¡¿¿te gusta mi vida??, ¿¿te gusta mi verga perforando tu culito??!!!
– ¡¡¡aaaaahhhhhgggg, si, me duele pero me encanta, ooohhhhh, aaaaaahhhh!!!
– ¡¡¡pues gózala mi reina, tómala toda!!!
diciendo y haciendo, metía la verga una y otra vez dentro del delicioso intestino de mi suegrita linda, que lloraba y gemía de placer, gozando con la maestría con que mis dedos manipulaban su coño, sintiendo sus jugos derramarse entre mis dedos, con otro orgasmo, al mismo tiempo que mi verga descargaba en su culito su lechita blanca y ardiente:
– ¡¡¡ahí te va mi lechita amor, me vengo, me vengooooo!!!
– ¡¡¡dámela cariño, déjamela dentro de mi, yo también me vengo, siiiiii!!!
nuevamente volvimos a quedar semi-inconscientes, después de tan tremendos y al mismo tiempo deliciosos orgasmos.
cuando nos recuperamos:
– ¡¡¡cariño, no podemos continuar con esto, no es justo para mi hija!!!
– ¡¡¡lo sé amor, pero no podemos evitarlo, por lo menos, yo no puedo, todos los dias pienso en ti, en tus preciosos pechos, tus hermosas nalgas, tu ardiente vagina –con esto mi verga volvió a
adquirir una tremenda erección, y ella lo notó inmediatamente-!!!
– ¡¡¡no, por favor no sigas, que solo de oírte hablar así, me vuelvo a encender y desear que me vuelvas a meter tu verga hasta venirme una y otra vez!!!
– ¡¡¡¿¿y creés que yo no lo deseo!!!
y uniendo la acción a la palabra volví a colocarme encima de ella, quién abrió sus piernas al máximo, en una entrega total, y nuevamente la volví a penetrar, primero con mucha lentitud, disfrutando el roce de nuestros cuerpos desnudos, el delicioso placer de entrar y salir de esa ardiente vagina, sentir mis huevos posarse sobre sus deliciosas nalgas, acelerando poco a poco el ritmo, que se volvió desenfrenado y culminó una vez más cuando mi pene derramó otro río de leche ardiente, inundando su coño que se vino también y que con la cantidad de sus jugos y mi lechita, se desbordaron por los bordes de su vagina.
cuando nos recuperamos de nuestras mutuas venidas, nos dirigimos a la ducha, donde una vez más se la metí, poniéndola de espaldas a mi y hundiendo mi tolete por atrás en su coñito, viniéndonos una vez más.
salimos de ahí para arreglarnos y terminar la preparación del banquete, que fue muy apreciado por todos, en la reunión donde hice la petición formal de la mano de mi novia, no sin antes despedirnos una vez más en la puerta de mi depa con un ardiente beso, que fue la culminación de esa deliciosa tarde con mi futura suegra…”
espero les haya gustado este ardiente relato, que, cuando me fue contado, me puso tan cachondo, que al llegar a mi casa le hice el amor a mi mujer durante toda la noche.
saludos desde méxico.
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