CON SU MADRE EN LA CAMA DEL LADO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, les cuento soy un hombre de 37 años al que lo ponen muy caliente los relatos eróticos, hace algunos días publique por primera vez un relato ‘’HISTORIA DE TAXI’’, lo cual me animo a escribir este, que como el anterior no es una historia propia, es la historia de una amiga que me lo conto hace ya algún tiempo, la cual voy a relatar tal cual ella me la conto.
De ella les cuento que es una mujer, trigueña, de 1,65 de estatura, troza, senos grandes talla 36, pezones cafés claros.
Una tarde de aquellas de confidencialidades, ella inicio su relato de la siguiente forma.
Por halla a principios del año 2014, contaba yo con 30 años, sufrí una decepción amorosa, después de 1 años de relación, descubrí que él me era infiel y tenía no solo otra, si no otras, esta noticia me destrozo por completo y más aún cuando yo me entregaba a él en cuerpo y alma, en medio de mi pena decidí llamar a un amigo que aunque no lo conocía de mucho tiempo, me generaba la confianza suficiente, es un chico que mide 1,74 aproximadamente, de contextura media, de piel trigueña y contaba en aquel entonces con 25 años.
Cuando el llego a mi casa me encontró llorando, hablamos un rato y decidimos salir mejor a un parque cercano con el fin de distraerme, pero fue en vano , yo seguía desconsolado llorando mientras el escuchaba mis penas, a pesar de ser de noche había una buena cantidad de personas transitando el parque, las cuales nos miraban extrañadas por mi llanto, en vista de esto el me propuso ir mejor a su casa que quedaba también cerca del parque y así dejar de lado a todos aquellos mirones que a su vez pasaban susurrando quien sabe qué.
El caso es que me convenció y nos dirigimos hacia su casa, estando allí él me dijo que ya podía llorar hasta que me cansara y entre llantos y lamentos, él me escuchaba sentado al lado mío, des pues de un momento él se acercó un poco más y con gran delicadeza acerco sus manos a mi cara y me seco las lágrimas, se quedó mirándome fijamente a los ojos y sin mediar palabra alguna me beso de una forma fuerte y apasionada
la verdad me quede sin aliento, no sabía qué hacer, pero sus besos continuaron y ya no eran solo beso si no también caricias que me producían escalofríos y una extraña sensación de placer, seguimos por un tiempo entre besos y caricias y cada minuto subía más la intensidad, hasta llegar a un punto que se empezaron a restar prendas, primero fue mi camisa, una linda camisa negra con un pronunciado escote que dejaba ver mis muy bien formados senos, luego fue la suya, el mientras tanto masajeaba de una manera sutil mis senos, sin quitarme el brasier, luego fue mi pantalón y seguido fue el suyo, en cuya ropa interior ya resaltaba un prominente bulto, me quede extasiada viéndolo, fue en ese momento que me dijo que mejor subiéramos al cuarto, pero que teníamos que hacer mucho silencio por que su madre y el compartían la misma habitación, lo dude un momento, era algo que no me esperaba, pero ciega por la excitación acepte , termine recostada en su cama, fue ahí cuando sentí por primera vez sus dedos con afán buscando mi sexo por encima de mi tanga, el cual se encontraba empapado de lo caliente que estaba, los besos subían cada vez mas de intensidad, pero siempre estaba la zozobra de no despertar a la madre, seguimos con nuestros juegos mudos, ya era yo la que por encima del bóxer jugaba con su miembro que luchaba por salir, fue ahí cuando no aguante más y en un giro que lo sorprendió, lo saque y con frenesí me lance hacia el para engullirlo con mi boca, era un miembro grueso, duro, no muy grande pero tampoco chico, me cabía a la perfección en la boca y cada vez lo engullía con más locura, estuve dedicada a él durante largo rato en el que mi amigo se esforzaba por no gritar del tremendo placer que le estaba proporcionado, ya llego su turno de retribuirme a mí el gran placer que le proporcione, me giro quedando sobre mi , mientras con su boca iba chupando mis senos, mordisqueando mis pezones, con l otra mano me terminaba de quitar el tanga, fue bajando con su boca, se detuvo en mi ombligo, siguió su camino hasta llegar a mis pierna, beso y mordisqueo mis muslos, para luego entregarse con su lengua a mi caliente y mojada vagina, en este punto no sé cómo hice para no gritar, hacía tiempo nadie se entregaba con tanta dedicación a mi almejita, me lamia, me chupaba, juaga con su lengua y de vez en cuando me proporcionaba pequeños mordisco que me tenían al punto y con las manos en mi boca para no gritar, el se dio cuenta de esto y entendió que no me debía dejar esperando más, se incorporó, se ubicó entre mis piernas con su miembro entre las manos y empezó a rozarlo contra mi vagina que clamaba por que estuviera adentro, pero no me hizo esperar tanto, de un solo empujón sentí como llegaba a lo más profundo de mi ser, empezando un rico vaivén, lento pero fuerte, que con el pasar del tiempo iba subiendo cada vez mas de ritmo y me hacían llegar al cielo.
Sentir su miembro en mi interior me hizo olvidar de todo, cada vez me envestía con más pasión, a lo que yo solo alcance a cruzar mis piernas en si cintura para recibirlo mejor, estuvimos largo tiempo así, hasta que sentí una contracción en mi vagina y como si estuviéramos sincronizados, llegamos juntos a un orgasmo increíble pero en silencio, donde termine inundada de su semen en lo más profundo de mi útero, nos dimos un beso y nos quedamos dormidos, eso sí, no sin antes ponernos algo para no levantar sospechas.
Al otro día cuando su madre se despertó se asustó de vernos Juntos en la misma cama, pero no se dio cuenta que fue lo que pasó.
Fue una experiencia súper genial.
El hoy en día es mi mejor amigo y mi confidente, pero esto nunca más se volvió a repetir.
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