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Heterosexual

Confesión de una mamadora compulsiva (< de edad)

Colegiala de clase alta confiesa sus perversiones «Ser fácil no es fácil», dice. .

Rosario, escolar bogotana en redes.

𝙴𝚜 𝚕𝚊 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊 (𝚌𝚘𝚗𝚝𝚊𝚍𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕𝚕𝚊 𝚖𝚒𝚜𝚖𝚊) 𝚍𝚎 𝚞𝚗𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚍𝚎 𝟷𝟻 𝚊𝚗̃𝚘𝚜 𝚎𝚜𝚝𝚞𝚍𝚒𝚊𝚗𝚝𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚊 𝙶𝚛𝚊𝚗𝚊𝚍𝚊, 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎 𝚖𝚘𝚛𝚒́𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚙𝚎𝚛𝚝𝚎𝚗𝚎𝚌𝚎𝚛 𝚊𝚕 𝚐𝚛𝚞𝚙𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 «𝚙𝚘𝚙𝚞𝚕𝚊𝚛𝚎𝚜» 𝚍𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚕𝚎𝚐𝚒𝚘, 𝚚𝚞𝚎𝚛𝚒́𝚊 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛 𝚕𝚊 «𝚏𝚊𝚖𝚊» 𝚢 𝚕𝚊 𝚊𝚝𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘́𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚕𝚕𝚎𝚟𝚊𝚋𝚊 𝚙𝚎𝚛𝚝𝚎𝚗𝚎𝚌𝚎𝚛 𝚊 𝚎𝚜𝚝𝚎 𝚐𝚛𝚞𝚙𝚘, 𝚢 𝚕𝚊 𝚖𝚊𝚗𝚎𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚘́ 𝚙𝚊𝚛𝚊 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛 𝚛𝚎𝚊𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚏𝚞𝚎 𝚟𝚘𝚕𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎 𝚕𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚏𝚊́𝚌𝚒𝚕 𝚍𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚕𝚎, 𝚜𝚎 𝚍𝚎𝚍𝚒𝚌𝚘́ 𝚊 𝚝𝚎𝚗𝚎𝚛 𝚜𝚎𝚡𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚝𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚕𝚘𝚜 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚘𝚜 𝚙𝚘𝚙𝚞𝚕𝚊𝚛𝚎𝚜, 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚌𝚘𝚖𝚎𝚗𝚣𝚊𝚛𝚘𝚗 𝚊 𝚛𝚘𝚝𝚊́𝚛𝚜𝚎𝚕𝚊 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚘𝚜. 𝙰𝚕 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕 𝚕𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚝𝚎𝚛𝚖𝚒𝚗𝚘́ 𝚜𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚒𝚊 𝚙𝚘𝚛𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚕𝚎𝚐𝚒𝚘 𝚜𝚎 𝚎𝚜𝚙𝚊𝚛𝚌𝚒𝚘́ 𝚎𝚕 𝚛𝚞𝚖𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚊 𝚗𝚎𝚗𝚊 𝚝𝚎𝚗𝚒́𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚙𝚎𝚜. 𝚂𝚎 𝚜𝚞𝚙𝚘𝚗𝚒́𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚒𝚋𝚊 𝚊 𝚑𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚎𝚐𝚞𝚗𝚍𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚛𝚎𝚕𝚊𝚝𝚘, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚜𝚎 𝚊𝚛𝚖𝚘́ 𝚎𝚕 𝚎𝚜𝚌𝚊́𝚗𝚍𝚊𝚕𝚘 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚕𝚎𝚐𝚒𝚘 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚜𝚎 𝚑𝚒𝚣𝚘 𝚙𝚞́𝚋𝚕𝚒𝚌𝚊 𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚙𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚊 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎 𝚢 𝚕𝚘𝚜 𝚙𝚊𝚙𝚊́𝚜 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚌𝚑𝚒𝚌𝚊 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚌𝚊𝚛𝚘𝚗 𝚍𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚎, 𝚢 𝚙𝚞𝚎𝚜 𝚘𝚋𝚟𝚒𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚗𝚊𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚐𝚞𝚗𝚍𝚊𝚜 𝚙𝚊𝚛𝚝𝚎𝚜.
—𝙲𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚊𝚗̃𝚊𝚍𝚒𝚍𝚘 𝚙𝚘𝚛 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚙𝚞𝚋𝚕𝚒𝚌𝚘́ 𝚕𝚊 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚊𝚍𝚊 𝚎𝚗 𝚞𝚗 𝚏𝚘𝚛𝚘.

2016

EL SEXO VENDE
El sexo vende. Y mi historia no involucra mucho más que erotismo y todo tipo de locuras que por experiencia confirmó que llaman la atención de la gente. Esta es la típica crónica de una niña demente, pero involucra los sentimientos que ser tal trae y toda la realidad con la que viene.
Este es el relato de lo que los últimos 6 meses de mi vida han sido, y cómo mis decisiones estropearon mi reputación y me arrebataron mis valores, mientras me hicieron el mejor individuo que puedo ser.
Antes de empezar, me gustaría explicar donde empezó todo. Cuando eres una niña sin muchos amigos en el colegio, y eres extremadamente reservada, nunca tienes lo que se llama atención. La timidez es una parte de la personalidad, pero cuando no fuiste una niña tímida y de repente te vuelves una persona que no habla, es por alguna razón. Mis padres son divorciados y he estado en el medio de todo; mi madre me culpó durante mucho tiempo por haber sido la razón de tal separación, y mi autoestima se fue al carajo. Por tal situación, me cerré completamente ante todos por mas de cinco años. No estoy segura si me mostré como una persona tierna, pero eso siempre fue estar rota por dentro y no tener el coraje o motivación para crear una persona con la seguridad suficiente para compartir sus opiniones.

En mi casa nunca recibí mucha atención, además que la que traían los problemas, más que todo con mi mama, pero eso ya es otra historia. Las tardes me las pasaba acostada en mi cuarto sola en mi computador, sin mucha motivación ni metas por cumplir; nunca las tuve, honestamente.
El colegio siempre ha sido una tortura y algo muy odiado por mi; algo que siempre he temido. A la misma vez, era algo claramente importante para mi, y mi vida daba vueltas alrededor de él; me esforzaba en verme bien y en ser amiga de la gente “popular.”
En un colegio muy dividido y en el que las niñas son opacadas por las mas lindas que automáticamente ya tienen entrada al círculo social, la admiración hacia tal grupo es grande y la presión es mucha para ser una parte de él también. ¿Quién no quiere ser parte de los que parecen tener superioridad y son respetados, aveces temidos por todo el colegio? Además, cuando uno pasa la mayoría del tiempo ahí y muchos de los amigos los haces en este lugar, lo mínimo que se esperaría para tener una buena experiencia es ser parte de todo aquello que ser parte de este grupo incluye.
Honestamente, a mi no me parece que para pasarla bien hay que ser parte de ese grupo; Yo estuve un buen tiempo con muy pocas y buenas amigas, y la pasaba bien en los planes. En fin, mis amigos rechazados eran la gente que me apoyaba en todos los aspectos; me aconsejaban en mis problemas insignificantes. Pero la admiración hacia este grupo siempre permaneció, y el deseo de ser parte de él también.
Vi la entrada a ese grupo, siempre luchando escapar la timidez que me atormentaba, y eventualmente, después de mucho lamboneo y apariencias, lo logré. Me volví amiga de gente que pertenecía a este grupo, y finalmente mi nombre fue mínimamente conocido, fui alguien. Cuando sea que caminaba con alguien “popular” en un pasillo, sentía la atención en ellos y en mí al estar junto a ellos… pero yo quería esa atención al estar sola también. Ser conocida por [ser] MI [misma]. No por ser amiga de alguien “bien.” Aunque, debo admitir, me gustaba esa atención. De hecho, me moría por ella.

MARIA
No hay mala publicidad. Ver a una persona y a sus acciones de lejos te dan acceso a pensar lo que quieras de ellos y de sus situaciones. Si una persona parece y demuestra tener la vida perfecta, ¿cómo sabes que no es así? Al igual que si una persona es llamada ‘puta,’ ¿cómo sabes que no es así? Maria era una mezcla de estos dos ejemplos. Retrataba ser una niña ingeniosa, amistosa y feliz. Mientras a la vez, había sido hablada y categorizada como ‘******’ por una gran cantidad de personas. Yo nunca supe absolutamente nada de ella hasta que empezamos a hablar por medio de Paris, una de mis mejores amigas de hace años. Lentamente me fui acercando a ella por más que me dijeran que no lo hiciera, y alejándome de el resto de mis amigas. Pero así me acercara a ella, la sentía lejos. Me encontré a mí misma trabajando duro para conseguir ser parte de su confianza, tal como Paris había logrado serlo.
La atención que recibía cuando era vista con ella era más allá de ser vista con una persona “bien” en un pasillo. Era ser notada por absolutamente todos, hasta los atractivos y mayores hombres de mi colegio.
Y sin fijarme, me pegué a ella como un chicle, aprovechando cada porción de atención que ser su amiga podía atraer hacia mí… Cuando finalmente se empezó a abrir conmigo sobre sus puntos de vista y sentimientos sobre los chismes, no me pareció tan malo ni dañino. Me di cuenta que yo aspiraba ser tal y como ella. Porque aunque la atención que ella estuviera recibiendo fuera mala, es mejor que la gente hable a que no hablen.

SER FÁCIL NO ES FÁCIL
Aquí es donde la historia se pone interesante para muchos. Mi nueva meta era ganar una reputación que me ayudara a levantarme a cualquier persona que quisiera y que me hiciera ser reconocida. Porque seamos honestos, yo he sido fácil siempre y nunca me he valorado ni respetado mucho. Solo que nadie lo sabía ni tampoco me llegaban muchos hombres que me dieran la oportunidad de demostrarlo. No me van a caer, tocará caerles a ellos. Entonces, con esa nueva manera de pensar, empecé a hablarle a los manes. Mostraría todas las conversaciones que tengo que le dieron el inicio a todo, pero es el típico chat de «¿hola como vas?» Pero hay una conversación de la cuál es inevitable hablar, porque definitivamente fue el comienzo de lo que me vida es ahora. Un simple ‘hola’ que mandé, me llevó a una situación que le prendió el fuego a mi reputación. Créanme que dejaría screenshots de nuestros chats, pero no es mi lugar dejar evidencias de lo malparido y poco hombre que este niño fue conmigo, misma razón por la que cambiaré su nombre a Harry, aunque no creo que merezca mi respeto para hacerlo. Era un senior cuando esto paso, y sus atributos son ser alto, pelicafé, orejón y con cara de imbécil. Y para ser honesta, su apariencia nunca me atrajo a él, fue mas bien cuando le empecé a hablar que me rendí a sus pies; parte por la mucha atención que me estaba brindando, pero más que todo, por lo bien que me trataba, casi tanto como si fuéramos amigos.

¡MANDÁME UNAS FOTICOS PARA EMOCIONARME!
Estaba en mi cuarto haciendo videochat con mi vieja amiga Paris. Me paré, cerré la puerta con llave y partí a quitarme la ropa. Después de pedirle consejos acerca de la propuesta indecente que Harry hizo, conseguí la aprobación de mi amiga de mandarle un video. Me paré frente a mi gran espejo rosado admirando mi imperfecto cuerpo. Agarre mi celular, apreté el botón de grabar en snapchat y empecé a registrar el espejo. En él se veía una niña alta con las piernas largas y flacas, luciendo unos calcetines morados. Un estomago no tan plano ni agraciado, definitivamente siendo mi mayor inseguridad. Entonces mostré mi cuerpo por delante y moví la cámara de arriba hacia abajo, asegurándome de mostrar todas mis extremidades y mi cara con una expresión decente, tratando de verme lo más deseable posible para demostrarle que no sería un error de su parte meterse conmigo. Me voltee levemente y mostré mi culo, exhibiendo su entorno redondo. Entonces, me acosté en mi cama, silenciosa, y colgué la llamada que progresaba mientras no pensaba en nada más que lo que estaba pasando. Mande el video recién grabado, y tome una fotografía, esta vez presentando mi vagina al abrirla con mis dedos. Y para la sorpresa de nadie, su reacción y respuestas fueron exactamente lo que quería y esperaba; una promesa de que le gustaba lo que estaba viendo y que compartíamos el interés de que mis fantasías se volvieran realidad.

NUDES
—¿Quieres que te diga porque no te estoy hablando?
—Estaría bueno, Odi.
—Vi tus videos, tus videos mostrando tu vagina, mi hermano me las mostró.
Y en ese momento, mi mundo se hundió. Sentí una nueva dificultad al respirar y frente a mis ojos vi mi vida derrumbándose. Mi foto no pudo haber salido… Entonces la rabia se apoderó de mí al igual que el pánico. Y mi mente se empezó a llenar de preguntas. ¿Qué iba a hacer mi papá si se enteraba? ¿Quién tiene estas fotos? ¿Cuál de todas las que mandé salió?
Entonces, mi primer instinto fue negarlo todo. ¿Por qué, qué más iba a hacer? Pero de todas maneras, le tenía que sacar cada detalle de información a Odi que pudiese y ahí me enteré que la había mandado una niña desconocida para mí en un grupo de los “populares” de el grado 11. Después de mucha búsqueda tratando de encontrar a alguien que me mandara el famoso video, un niño de los más populares y lindos, Jack, se los mandó a Maria. Para hacer corta una situación prolongada, a Harry no le pasó nada ¿por qué? ¿Qué le van a hacer a un caso de estos sin evidencia? Me sentía difamada, avergonzada y muy asustada. Y Harry ni siquiera admitió que le cagó la vida a una niña de 15 años. ¡Ni siquiera tuvo la decencia de disculparse conmigo! Todo lo qué él quería hacer era librarse de la situación y claro, dejarme a mi con el problema que él había causado al mandar las fotos y videos. Lo negó todo y me hecho toda la culpa a mí, declarando que le mandé el contenido explícito a él y a otros 10 seniors, lo cuál creó otro chisme (notoriamente falso). Me dio mucha rabia con él y me di cuenta de su realidad, de lo cobarde y poco hombre que es. No solo por hacérmelo a mi, simplemente por poder poner a cualquier persona en una situación tan dañina; fallarle a mi confianza así de fácil. El tan poco respeto que tiene hacia las mujeres me impresionó, pues su cobardía al enfrentar la situación fue imposible de creer. No lo conozco en muchos aspectos, definitivamente nunca lo conocí al nivel sexual, pero por sus acciones puedo ver el tipo de persona que es… En pocas palabras, el man que me cagó la vida. Él salió muy tranquilo de la situación, pero el verdadero dilema era: ¿qué haría yo? El daño ya estaba hecho y fue definitivamente el chisme que me trajo a la luz. Y para ser absolutamente honesta, no supe cómo sentirme.. La situación del video me confundió y definitivamente me deprimió pero ¿no era esto lo que yo quería?

MULTIPLICANDO ERRORES
La tarde en la que mi video salió, no dominé como debía actuar ni supe que hacer, más qué rezar, temer y reposar. Y para mi sorpresa, me desperté a un amigable mensaje de Facebook de Jack, quien le había mandado mi video a María anteriormente… No voy a desmentir que me sentí algo halagada al comienzo…

Facebook¹
Jack: Tranquila que el video que le mande hoy a María yo no se lo mando a nadie…
Yo: Pero yo se que se lo has mostrado a todo el mundo
Jack: Obvio no, a mi me llego hoy after school
Yo: ¿Quien te lo mando?
Jack: No te puedo decir, Que pena…
Yo: Bueno, gracias por mandármelo igualmente.
Jack: Listo tranquila, pero ven.. Si no te importa la pregunta, ¿a quién se lo mandaste de primeras?
Yo: Se lo mandé a Harry…
Jack: Aaa yaya, ¿y pq se las mandaste? ¿Ps que te dijo el?
Yo: No se, porque me las pidió y fui muy boba y le mande muchas cosas…
Jack: ¿Y te arrepientes?
Yo: Pues obvio, pero ya no hay nada que yo pueda hacer.
Jack: Pues si es verda, pero no te preocupes que esas cosas pasan y además estaban cero graves… ¿O le mandaste cosas más graves que el video?
Yo: Si… Le mande de todo.
Jack: ¿Enserio? Pero no creo que haya sido tan grave ¿o si?
Yo: Si, pero ps ya no estoy tan preocupada la verdad, es que a mi no me importa lo que la gente piense de mi, lo que me preocupa es que le llegue a mi mamá. Y si.. Le mande de todo.
Jack: Ps si quieres y ps no te molesta y confías que no se las mando a nadie más, me las puedes mandar y te digo si estan graves o no. ¿Quieres?
Yo: Jajaa te las mandaria pero no las tengo…
Jack: Ps tomate unas parecidas ¿no?
Yo: Jajaja ¿para que se esparzan de nuevo?
Jack: ¿No confías en mí? Si casi ni te mando el video a ti ¿cómo voy a mandarselo a alguien más? Confia, créeme.
Yo: No, por acá no.
Jack: Por snap?
Yo: Tampoco
Jack: Por donde? Ayy ¡al menos mandame una y ya! Confia en mí…
Yo: Jaja pero no las quieres para decirme si están graves…
Jack: Ps si pero tmbn ps pq quedé antojado con el video jajaja
________
¹Los chats no tienen corrección ortográfica, para conservar el realismo. N. del E.
¯¯¯¯¯¯¯¯
Para resumir una historia larga, empecé a hablar con él por snapchat y le acabé mandando fotos explícitas. No por que fuera estimado, no por que fuera tierno conmigo, y definitivamente no porque haya hecho algo para merecerlas. Simplemente por el hecho de ser quien es; un niño en el que la perfección en todos los aspectos es evidente; y me estaba prestando atención. Él era Jack. Su presencia era especial, su persona era singular. Es un niño soñado. Y definitivamente no quería quedar mal con él, ¿Porque, quién quiere quedar mal con el rey de su curso? Porque él es el del mío.
Todo siempre fue más claro que el agua, me alimentaba de la atención que me estaban dando estas personas, así haya sido que me reconocieran por una cagada muy grande…

FAVORES SEXUALES
Después de un largo día en la escuela, llegué a mi casa cansada, y naturalmente, arrecha y con ganas de involucrarme en actos sexuales con otra persona. Entonces decidí escribirle a nadie más ni nadie menos que Jack, para ver si él sería de ayuda haciéndome la vuelta con su amigo Alex, a quien siempre le había tenido muchas ganas.

Snapchat
Yo: Yo se que entre tu y yo ya nada que ver, pero te quería pedir un favor a ver si me puedes ayudar…
Jack: ¡Dime!
Yo: Me quiero meter con Alex, se lo quiero chupar..
Jack: Yo te ayudo con eso, con una condición
Yo: ¿Cual?
Jack: Me la chupas a mi primero.

Mi primera vez comprometiéndome con alguien sexualmente no es algo fácil de olvidar. Así no haya sido al punto de que ocurriera penetración.
Antes, cuando me daban un beso, mi corazón latía, mis piernas temblaban y me ponía completamente nerviosa. Para mí un beso era un big deal. Y el niño más deseado de todo mi curso, si no uno de los más deseados de todo el colegio, me estaba dando uno. Pero mientras lo hacía, no fuí capaz de disfrutarlo. Siempre enfocándome en que era ÉL el que me lo estaba dando, y preguntándome cómo pude haber llegado a esa situación. Y.. Y.. ¿Como le voy a contar a mis amigas? ¿Cómo van a reaccionar cuando se enteren qué Jack me dio un beso? Ni yo me lo creía.. Estaba en su casa, en su cuarto, con centímetros de distancia separándonos. Entonces ahí mismo sacó su pipí, y me dijo que se lo chupara. No supe qué hacer, entonces lo hice, mientras mi vagina era sentida por dedos ajenos por primera vez.

ALEX
Este individuo es como un dulce para los ojos con su perfecta quijada y claras pecas bajo sus ojos. Esta noche saldríamos, gracias a Jack. Pasó por mí en su carro y saludó a mi abuela como si nada sospechoso o inadecuado fuese a ocurrir prontamente. Luego de subirme al asiento delantero, condujo su grande y blindado automóvil hasta un callejón sin salida y me empezó a hablar de todo. Estoy muy sorprendida de que no me puse anormalmente nerviosa hablando con él, juzgando porque en el colegio cuando estaba cerca de él me daba una ansiedad que no puedo explicar. Cuando me miraba, mi corazón paraba. Pero este día, sabía que me lo había ganado y que no había razón para estar nerviosa. Osea, si ya estaba conmigo significa que me estaba dando una oportunidad. Ahora, lo que me tocaba hacer era impresionarlo. Este definitivamente fue un momento que nunca olvidaré, porque el niño más atractivo de todo el colegio (en mi opinión) estaba conmigo en un carro. Su carro. Y esto era un hecho que se me hizo muy difícil de procesar. Entonces propuso la idea de que nos pasáramos a los asientos traseros, y es evidente para que, ¿no?

TINTIN
Dos días. Dos niños. Un callejón. Me encontraba de vuelta en el callejón, solo que esta vez caminé hasta ahí, con nadie más y nadie menos que el buen amigo de Jack y de Alex, Tintin, quien me recogió en mi casa. La caminada hacia el callejón fue definitivamente uno de los momentos más incómodos de mi vida, debido a que él y yo no teníamos nada de qué hablar. En realidad, él ni siquiera había hecho el mínimo esfuerzo de animarme a que pasara algo sexual, solo lo esperó de mí…
—¿Me la chupas acá?
—Aquí hay cámaras de los edificios, cualquier persona nos podría ver…
Me encontré preguntándome por que estaba a punto de darle un blowjob a alguien que no se ha esforzado en lo absoluto, y que peor aún, alguien por el cual no sentía atracción alguna. Pero después me acordé: Yo me moría por la fama que involucrarme con Tintin me podía traer.
Pero por respeto propio, y acordándome a mi misma que no puedo ser tratada como una prostituta así actuara como una, me negué a hacerlo en el callejón. Entonces le propuse la idea a Tintin que fuéramos a la casa de su amigo Jason, que vivía cerca.
Después de una corta llamada en la cual Jason nos aseguró que estaba solo en su casa, Tintin y yo empezamos a caminar. Ya no tenía ninguna excusa para no involucrarme con Tintin ya que seguramente me sentiría obligada a meterme con los dos…Y así fue. Jason nos guió al cuarto de su hermana, donde habían colocado una almohada en el piso. Los miré confundida, y ellos, sin decir nada, se miraban, me miraban a mi, y luego [de] vuelta a la almohada…
Empecé tocando a Tintin en el pene y en las bolas, viendo como se le paraba con el rose delicado de mis manos. Me aseguré que le gustaba lo que le estaba haciendo con mis dedos al conseguir una erección como respuesta de aprobación. Puse su pene en mi boca y empece a saborearlo, claro que fue un poco difícil de hacer, ya que su pene estaba muy parado y yo estaba muy abajo. Jason estaba observando toda la situación, estimulado. Decidí poner su pene grande en mi boca y empecé a lamerlo buscando que se le parara. Llegó un punto en el cual estaba chupándosela a uno, mientras el otro miraba lo que estaba pasando por el espejo y se masturbaba. Y yo, sin sentir ningún tipo de placer, les seguía chupando sus penes, trayéndolos lo más al fondo posible en mi garganta. Puse todo mi esfuerzo y mi energía en que los dos salieran felices de la situación, pero apenas Tintin se vino, lo único que me dijo fue que tenía que ver porno y aprender como dar una buena mamada. Pronto nos encontramos en una segunda ronda de chuparles los penes, cuando Jason me propuso una idea muy interesante.
—¿Quieres tirar?

VIRGINIDAD PARTE 1
—¡Ayy marica no seas tan calienta güevas!
—Es que no se si quiero tirar…
—A ver, ya has venido dos veces a mi casa a hacerme blue balls y nunca me dejas ni tocarte, ya se pone aburrido y no me arrecho.
—Pues de pronto podríamos tirar…
Me quedé sola en el cuarto de Jack con la puerta cerrada, ya que él y Tintin decidieron darme mi espacio para alistarme y quitarme la ropa. Afuera, Jack estaba poniéndose el condón, también preparándose para la situación que se aproximaba. Mil razones por las cuales lo debería hacer y por las cuales no llegaron a mi mente ¿Será que si era una buena idea hacer esto? ¿Será que pierdo mi valiosa virginidad con Jack? Porque una cosa es dar un blow job, pero otra muy diferente es dejarse penetrar por alguien². Y más con alguien al que sé que no le importo…
________
²Este es el tipo de sin-sentidos (para un hombre) que demuestran que el relato es de verdad escrito por una mujer. Me acuerdo mucho de cuando edité los relatos de Maholys. ¡Puro Napalm! (El material editado no está disponible porque ella así lo decidió).  N. del E.
¯¯¯¯¯¯¯¯
Y no sé si fue por el destino que no quería que perdiera mi virginidad con Jack, pero me acordé, estaba en los días de mi período, solo que no me había llegado aún. Y yo, sin experiencia alguna, me asusté de que puede que mientras me metiera el pene me llegara. Asustada de decepcionar, salí del cuarto determinada a inventarme cualquier excusa para no tener relaciones con él y poder zafarme de la situación tan riesgosa en la que estaba.
—No lo voy a hacer —dije con certeza.
Jack estaba volteado con su espalda frente a mi, sin nada de ropa puesta, y no pude evitar fijarme en el entorno perfecto de su cola musculosa y bronceada. Lentamente se volteo y vi que ya tenía el condón puesto en su pene grande mientras lo agarraba con su mano. Vi la rabia en sus ojos mientras me miraba fijamente y vi como su mano se estiraba hacia las escaleras que dirigían al segundo piso de su casa donde estaba su puerta principal.
—¡TE VAS! —gritó.
—¿Te pido un Uber? —preguntó Tintin.
No, fresco, yo camino.. le respondí nerviosamente, ya alarmada por toda la situación. Me di cuenta que [tomé] la mejor decisión que pude haber [tomado] al no perder mi virginidad con alguien así. Si no hay caballerosidad, no hay nada.

ÁLVARO
Ring Ring Ring ring…
—¿Quien putas me está llamando? no me han dejado tomar mi siesta en paz ¿Qué putas?
Agarré mi celular de mi mesita de noche y me encontré con 18 llamadas perdidas de Alex. Sentí a mi corazón pararse ¿Alex porque me está llamando hoy? el último día de colegio antes de vacaciones.
—Alex ¿me llamaste?
—Sí, mira, yo sé que a tí te gusta Tomás, estoy con él ya y quiere hablar contigo.
—Ok, pásamelo.
—Emm, hola Rosario, hablas con Tomás, quería preguntarte si quieres venir conmigo, con Alex y con Álvaro al Club, y quiero que me lo chupes.
Después de un paseo incómodo en carro, nos encontramos en el club y, obviamente, Tomás no estuvo ahí cuando me recogieron en mi casa. Desde la llamada, era bastante evidente que solo lo obligaron a llamarme para que yo accediera a ir, ya que Tomás sí era mi traga y si le tenía muchas ganas.
—Juguemos un juego de stripping —propuso Alex después de poner su celular en el piso con el juego abierto.
—Emm Alex, estamos en el medio de un pasillo de un club.
—Entonces vamos a un baño…
Estaba arrodillada en el pequeño espacio dentro del baño mientras Álvaro, quien estaba parado al frente mío, se desabrochaba los pantalones. Pronto vi un pene pequeño y flaquisimo, con una clara erección y con sus líquidos bañando su parte intima. No voy a mentir, me dio un poco de asco tener que meterme eso a la boca, pero ya me había metido a mi misma a esa situación y ya no me podía zafar de ella… Además, yo quería quedar bien con esta persona… con esta gente. Entonces me metí su pequeño tamaño a la boca, saboree su salado pre—semen, y comencé a mover la boca. Me moví de adelante a atrás intentando actuar entusiasmada, colocando su miembro al fondo en mi garganta, tratando de provocarle mucho placer. Me enfoqué en la punta de su pene, porque noté que eso era lo que más le incitaba reacciones apasionadas; siempre rezando que no le saliera más de ese fluido con mal sabor. Inesperadamente, oí la puerta abrirse, y recordé que no estábamos en la cómoda privacidad de una casa; estábamos escondidos en el baño del club, y alguien acababa de entrar.
—MARICA —susurré —¿que putas hago?

PLACER PROPIO
—Súbete al inodoro, ¡dale rápido marica! —me susurró Álvaro.
Torpemente seguí sus instrucciones, deseando esconderme y que no fuera evidente que estábamos haciendo algo sospechoso. Una risa surgió del costado de la puerta principal de el baño.
—¿Cómo van ahí adentro? —preguntó Alex, asustándome terriblemente.
—Todo bien, Alex, por favor sálgase y vigile la puerta —dijo Álvaro, claramente aliviado de que había sido su amigo quien había entrado.
Un problema monumental se pudo haber desatado si alguien me encontraba a mí en el baño de hombres, y si se enteraban que estábamos involucrándonos sexualmente en esta ubicación tan pública. Pronto, acabé de darle el blow job, y quedé con la mandíbula más adolorida que nunca.
—Oye, no exageres. No te puede doler tanto que no me la puedes mamar a mí también —me dijo Alex, claramente irritado.
—Te juro que no doy del dolor…
—Tratemos…
Me volví a meter al baño del séptimo piso del club, excepto que esta vez fue con Alex. Nos ubicamos un poco diferente: me senté en el inodoro mientras él se paraba en frente mío. No entraré en detalle acerca de este encuentro, pero que quede claro… De todos parejas sexuales a lo largo de esta historia, y todos los actos orales que aparentan ser ‘incómodos’ o ‘asquerosos’, Alex definitivamente era el único que me permitía disfrutarlas… No se si era por su atractivo físico o por su personalidad seductora cuando me convencía de hacer cosas, pero me moría por él. Esta fue la primera vez que accedí a que un hombre me tocara la vagina. Y de hecho, el placer llenó cada parte de mi cuerpo. Por un par de segundos, me paralicé de lo rico que me sentía mientras Alex me metía sus dedos.
Alex caminó conmigo a mi casa y me dejó en la puerta de mi edificio. Un rato después, me recogieron Odi y Paris para ir a una reunión en la casa de un amigo, cuyo nombre no mencionaré.

JOSÉ
Mientras gozábamos del entorno social, Paris recibió una llamada de su ex novio, Pablo. Considerando que ambas queríamos divertirnos un poco más, decidimos que era una buena idea invitarlo a él y a sus amigos a mi casa, ya que no había nadie. Desafortunadamente, hubo un cambio de planes, pues a la mama de Paris no le gusto la idea. En poco tiempo, ambas estábamos de vuelta en nuestras casas, preparándonos para descansar, y a mi se me olvido toda la situación.
Ring Ring Ring Ring
—Hola, hablas con Pablo. Ya sé que a Paris no la dejaron ir a tu casa, pero mis amigos y yo vamos a ir igual a verte a ti.
—Emm dale, pues avísame cuando lleguen y bajo por ustedes a la recepción.
¿Pablo iba a venir a mi casa y a traer a todos sus amigos? A Paris definitivamente le iba a dar un ataque cuando se enterara de esto. Pronto llegaron cinco chicos mayores y atractivos a mi puerta. Los saludé a todos de beso en el cachete. Entraron a mi casa y de manera desprevenida se sentaron en mi sala a hablar, mientras uno de ellos caminaba a mi cocina a buscar vasos, hasta que dicha persona con la que me di besos me preguntó si tenía un parlante para poner música. Caminé hasta mi cuarto a recoger lo que me habían pedido y al voltearme me encontré de frente con Pablo, quien me había seguido. Se sentó en mi cama y tocó el puesto al lado de él, señalando que lo acompañara.
—Mi amigo quiere saber si tiene alguna posibilidad de meterse contigo.
—¿Quién?
—Adivina.
Procedí a nombrar a dos de los chicos, hasta que me di cuenta de que Pablo se seguía acercando a mí cada segundo. Antes de poder procesarlo, junto sus labios con los míos. Quedé paralizada por un segundo y cuando finalmente le acepté el beso, recordé que era el ex de una de mis mejores amigas.
—Oye, no puedo hacer esto. Paris me va a matar.
—No se tiene que enterar…
Después de una simple conversación, desistió en sus intentos de lograr algo conmigo y cambiamos de tema.
—Bueno, como no te quieres meter conmigo ¿con cuál de mis amigos sí te meterías?
—Siempre le he tenido como ganas a José ¿sabes?
José me dio los mejores besos que me han dado en toda mi vida. La forma en la que chupaba mi labios mientras me besaba es inolvidable. No quería que dejara de tocar mis labios con los suyos. Además, seguía bastante arrecha por situación en la que había estado con Alex más temprano en el día. Entonces no tuve dudas cuando me propuso verle el pene y que pasáramos un tiempo sexual y divertido. Me senté en mi cama y le di un handjob, mientras él me convencía de que era una buena idea quitarme la camisa, y procedió a decirme que no entendía porqué era tan tímida, si era divina. Para ser completamente honesta, su pene es de los más grandes que he visto… En toda mi vida, hasta el día de hoy.
Mi mama llego a la casa y me tocó echarlos; imagínense en el problema en el que me metí.

WINTER BREAK
Al quitarme la última prenda de ropa, y observar mientras él se ponía el condón, seguía asombrada por la situación. Si tan solo esta mañana mi mayor preocupación era pasar los Semester Exams, y ahora iba a comenzar Winter Break de una manera inolvidable. Aquella tarde había empezado llena de emoción, el primer día de las vacaciones de Diciembre. Claro que, a diferencia de mayoría de la gente, yo no salí a celebrar, pues no tenía con quién. Paris, se había enterado de lo que había pasado con Pablo, y paró de hablarme, y María, había decidido soltar todo el estrés de los exámenes saliendo a trotar, y no le interesaba salir por la noche. A las 11pm, mientras gastaba mi tiempo viendo películas, sentí mi celular vibrar, y mi corazón se detuvo al ver la pantalla. Me llegó un snapchat de Andrés.
Andrés era el típico fuckboy del colegio, que además de churro y popular, tenía reputación de perro. Simplemente dicho, se comía a lo que le pasara al frente. Al abrir el snapchat, vi una foto de Andrés con Mateo, uno de sus mejores amigos, y uno de los niños más deseados de mi colegio. Mateo, con su fuerte apariencia, ojos claros y pelo negro, siempre había sido uno de los seniors mas churros y sin pensarlo, le escribí.

Facebook
Yo: Hola
Mateo: Hola que mas como vas
Yo: Bien acá super cansada y tuu
Mateo: Y eso porque así tan cansada. Cae a mi casa si quieres.
Yo: Con quien estas
Mateo: No hombre solo
Yo: No estas con Andrés?
Mateo: Sii los dos. Cae
Yo: Uyy no cuando estés solo me avisas
Mateo: Bueno ya vente ya estoy solo
Mateo: Vente con maria b
Yo: Se durmió
Mateo: Espérate 15 mins y vienes para acá

Después de más conversación, y unas pequeñas mentiras de mi parte para que mi mama me dejara salir, me encontré con Mateo en mi portería. Juntos caminamos hacia la casa de Andrés, a unos metros de distancia, y mientras esperábamos a que llegara el Uber, Mateo me dio un pequeño y corto beso.
Sentada entre Mateo y Andrés, e intoxicada por el olor a aguardiente que todavía los perseguía, me di cuenta que iba a ser una larga noche.

MATEO VIRGINIDAD PARTE 2
Guiada por Mateo, dejamos a Andrés en la sala mientras caminamos hacia su cuarto. Con la confianza de un hombre que sabe que va a conseguir lo que quiere, me sonrió al sacar una botella de whiskey “para calmar los nervios.” Después de un par de tragos, nos encontramos acostados en la cama. Besos que comenzaron delicados se convirtieron en besos hambrientos y apurados, mientras me susurraba que me quitara la ropa. Rápidamente desabroche mis pantalones, dejándolo acariciar mi recién expuesto culo, y en pocos segundos sus manos se arrastraban por mi cuerpo, acercando su gran mano a mi parte intima. Al rozar sus dedos por mis panties y sentir la leve humedad que se estaba formando, movió su otra mano hacia mis senos, y me comenzó a acariciar. Pronto me quitó el brasiér, asegurando un fácil acceso a mis sensibles pezones, los cuales se endurecían con la proximidad de su mano. Inesperadamente, la mano que estimulaba mi intimidad femenina, y la que me traía placer, desapareció, seguida por la que Mateo usaba para masajear mis senos. Me desperté del trance que había causado el placer sexual a encontrarme con su pene. En ese momento de mi vida ya había conocido a suficiente miembros masculinos para reconocer que este era pequeño. Pero hey, el tamaño no importa, ¿o no niñas?
Decidí devolverle el placer que me había traído a mi y empecé a masajear su erección, sintiéndola crecer bajo mi mano. Después de un tiempo, me intrigó con una propuesta:
—Linda, ¿tiramos?
¿Como le iba a decir no a esos ojos claros? Libres de incomodidad, Mateo se paró de la cama y fue a buscar un condón, mientras yo me senté en la esquina. Al verlo de vuelta preparado para continuar, abrí las piernas y me preparé. No me lo creía. Yo, la niña que antes nadie conocía, sentada en la cama de uno de los más populares de mi colegio —y en esas de Bogotá—, a punto de perder mi virginidad con él.

ANDRÉS
Toda la expectativa y emoción murió cuando, en vez de placer, cada vez que Mateo intentaba penetrarme, me invadía un inmenso dolor, y para ahorrarme la formalidad: no entraba.
Luego de lo que sentí como horas de frustración, se paró, y sin dirigirme la palabra, camino hacia su baño. El hombre mas churro del colegio se había aburrido, y yo; yo seguía virgen. Mateo, encerrado en su baño, me dio el espacio y tiempo para pensar. No sabia si estaba frustrada o aliviada. ¿Quería perder la virginidad a los 15? ¿Quería hacerlo con alguien que no me apreciaba? El regreso de Mateo interrumpió mis reflexiones, y aunque intenté esconder mi asombro, se que él percibió mi reacción. La erección que tanto me había intrigado antes había desaparecido, y en su lugar estaba un pene flácido, y un dueño cansado.
—¿Rosario quieres quedarte? —me preguntó, disimulando un tono irritado.
Me demoré mucho en responder.
—¿Por qué no sales y acompañas a Andrés? —insistió, guiándome hacia la puerta. Poco a poco, su voz cambiaba de irritado, a cansado, y pronto a dormido. Hice caso a sus señales, y me dirigí pausadamente hacia la sala, donde Andrés estaba sentado.
—¿Como les fue? — preguntó entre pequeñas risas.
—Bien —respondí, con pocas ganas de elaborar.
—¿Y Mateo?
—Se durmió.
Andrés se río, y aprovechando la situación, comenzamos a hablar de nuestras vidas. Durante estos últimos meses aprendí que estar o haber estado expuesta sexualmente abre las puertas para conversaciones extremadamente interesantes. Mientras discutíamos su extensa vida sexual en comparación a la mía, que apenas comenzaba, nuestros cuerpos reaccionaban al estimulo de la conversación. Lentamente, noté como sus ojos me trazaban el cuerpo, y sus palabras perdían sentido en mi mente. Una vez más, volvían a mi las sensaciones que había tenido con Mateo, pero esta vez nadie me tocaba; el placer venía de mi imaginación. Sentí de nuevo la humedad en mi entrepierna y la firmeza en mis senos. Guíe mi mirada al espacio entre las piernas de Andrés, y observé como la tela se templaba y un leve levantamiento se formaba. Andrés, descifrando lo que no pude expresar en palabras, me extendió la mano, y con el deseo animal que evidentemente compartíamos, me guío al cuarto adjunto, que permanecía abandonado.

VIRGINIDAD PARTE 3
Plenamente llevados por las ganas, Andrés y yo compartimos besos violentos y hambrientos. Al buscar cerrar mas y mas la distancia entre nuestros cuerpos, nos aproximamos a la cama, y en la oscuridad de la noche, usábamos nuestras manos para estudiar nuestros cuerpos. Sin distanciar los labios, nos apresuramos a remover todo lo que se encontraba entre piel y piel. Dentro de poco, todo menos mis panties habían quedado en el piso, y me acosté en la cama, buscando maximizar el placer que crecía dentro de mi.
Al sentir los ágiles movimientos de Andrés indicar que había retirado sus boxers, dejé que guiara mi mano hacia su pene. Pese que ya había tenido una variedad de encuentros con diferentes tamaños, seguía bajo la impresión que la estatura de un hombre era directamente proporcional al tamaño de su miembro. Y Andrés, siendo distinguidamente más bajito que yo, despertó una curiosidad y leve preocupación por lo que me iba a encontrar. Afortunadamente dentro de pocos momentos, mis dudas y preocupaciones desaparecieron, pues mi mano se encontraba con un firme, grande, y grueso pene. Mientras mi mano continuaba explorando, sentí como la de Andrés se deslizaba bajo mis panties, encontrando mi mojado interior. Metió sus dedos dentro mi cuerpo, desatando pequeñas olas de placer cada vez que aplicaba mas presión. Comencé a mover mi mano, imitando su ritmo, y compartiendo el placer que me otorgaba. Entre gemidos y suspiros, me hablaba y me alentaba con su voz seductora, describiendo lo bien que se sentía. Cada vez que hablaba, mi cuerpo reaccionaba, lubricando mas mi zona intima, y endureciendo mis pezones.
—Déjame metértelo —me susurró.
—0k.
Al quitarme la última prenda de ropa, y observar mientras se ponía el condón, seguía asombrada por la situación. Si tan solo esta mañana mi mayor preocupación era pasar los Semester Exams, y ahora iba a comenzar mi Winter Break de una manera inolvidable.
Volvimos a acomodarnos, y tome mi posición encima de él. Comencé a deslizarme sobre su pene, dejando que entrara un centímetro a la vez. Aquí se acaban los pleasentries, el sugar-coding, y la formalidad: DOLIÓ COMO UN *******. Eso dicho, no duró mucho. Luego de haber entrado y salido unas cuantas veces, desistimos en los intentos y caímos en cuenta que aquella actividad no me iba a traer placer.
Con las ganas todavía en alto, cambiamos de posición, y coloqué mi boca en la punta de su pene. Mientras movía mi lengua por lo largo de su miembro, sentí que sus dedos separaban mis labios, y colocó su lengua en mi clítoris. Sin necesidad de moverla, mandó corrientes de placer por mi cuerpo, las cuales devolví al incrementar mis movimientos sobre su pene. Moví mi cabeza de arriba a abajo, lamiendo y chupando, buscando conceder la mayor cantidad de placer posible. De misma manera, su lengua continuaba encendiendo la pasión en mi vientre, y en poco tiempo comenzaron las contracciones placenteras acompañadas por los dulces gemidos. De un momento a otro, recibí en mi boca el viscoso fluido erótico de mi pareja, indicando que mi trabajo había terminado. Suavemente desenredamos los cuerpos, nos vestimos, y nos despedimos.

CARTAGENA DE INDIAS
El mar y playas contaminadas, los atardeceres incomparables, su ciudad histórica y la localidad en cuál las vibras apasionadas se sienten en la brisa. El espacio en el cual los días de mucha duración me hicieron radiar por la sensación tan abundante de prosperidad que sentí, donde una gran multitud de personas me revelaron lo amada y sustancial que soy, y donde las noches nunca fueron más sombrías y depresivas. Inevitablemente, también fue el sitio en el cual pase las mejores vacaciones de mi vida: donde mi existencia cambió eternamente.
Simón, mi traga Tomás y Álvaro habían confirmado que iban a ser parte de los integrantes que visitarían Cartagena de Indias estas vacaciones. Y en parte desee que pudiese pasar tiempo con ellos, tanto como mi cuerpo me pedía no tener que entregarse para tener la compañía de estos personajes.
Cuando fue la hora de mis tíos y primos de marcharse de vuelta a su país, también supe que era cuando la gente iba a empezar a llegar a Cartagena para pasar el año nuevo. Un meme en el centro nacional de gomelos³ confirmó que la belleza tropical, el senior moreno, popular y tierno Santiago iba a estar acá… Como hace cada Diciembre. Entonces sin pensarlo le escribí… Y ahora les va la historia de mi primera coronación, y mi primer acto sexual en la ciudad que ahora todos podemos llamar: el sitio donde me comí a todo quién se me cruzó por delante.
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³Gomelo: Col, adj. Persona joven de clase alta caracterizada por su acento al hablar y estilo de vida holgado y presuntuoso. N. del E.
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Santiago
Cedí a encontrarme con Santiago en frente del Hotel Santa Clara, en la Ciudad Amurallada a las 8:30pm. Aparentar una edad superior me pareció importante, ya que él era un senior, razón por la cual decidí exhibir mis hermosas, largas y bronceadas piernas en unos shorts de jeans con botones lóbregos. Los complementé con una camisa de encaje negra, la cual revelaba la piel de mi abdomen por sus pequeñas aperturas, que creaban la horma de una flor. Al llegar a dicho lugar, vi a Santiago acercándose a donde yo estaba. Fue difícil no fijarme en la delicada y cautivadora sonrisa plantada en su rostro, que formaba unos hoyuelos delicados en sus bronceadas mejillas. La forma en la que estaba vestido lo mostraba peculiar y adorable. Vestía una elegante camisa blanca y unos jeans azules oscuros con un cinturón negro. Mientras se acercaba más y más a mí, me di cuenta de algo impensado: era casi la mitad de alto que yo. No digo que esto sea algo malo, pero no puedo negar que me sentí un poco disgustada al notar lo extensa que me veía junto a él.
Su personalidad no decepcionó la perfecta impresión que su apariencia había creado en mi mente. Su ternura y la forma en la que me trataba era excepcional, y su expresión risueña me incitaba a apachurrarlo. Las cosas que me decía eran cumplidos para mí en la época, pero que ahora me suenan como insultos.
Declaro que soy linda y fácil, y que como no tenía mala fama ni la reputación perjudicada, no dudó cuando la oportunidad de meterse conmigo se le mostró. Posteriormente a una larga caminata hacia el edificio de su primo, seguí a Santiago a un minúsculo y gastado apartamento. La entrada daba directo a una mesa redonda y a un sofá grande. Santiago me guío al sillón. Algo que siempre he odiado es mi inhabilidad de mostrar mi personalidad ingeniosa. Yo quería impresionarlo, tomase lo que tomase. Entonces incite lo que mejor sé hacer: dar mamadas que complacen. Me le acerqué, iniciando contacto al juntar una de mis piernas con la suya. Una sonrisa se manifestó en mi rostro cuando sentí su mano en mi muslo. Me aplaudí a mi misma mentalmente, ese fue un buen movimiento.
El contacto visual penetrante que manteníamos pronto se convirtió en un beso profundo y mojado; deleitoso. Después de un besuqueo duradero, decidí finalmente actuar, poniendo mi mano encima de su gran bulto, rozándolo lentamente. El tamaño de su miembro era predecible a juzgar por el evidente levantamiento en sus pantalones. El tiempo que poseíamos era limitado, ya que Santiago debía irse a comer con su primo pronto, mientras a mí, me había invitado mi amigo Daniel a un parche que estaba pasando el tiempo en un bar. Me paré del sofá, separando nuestros labios, y desabroché los botones de mis shorts.
—Jajaja, me encanta tu rapidez, démosle —se carcajeó Santiago, confirmando que le gustaban mis acciones y repitiéndolas.
Su pene oscuro y de gran tamaño luego se presentó ante mis ojos. Me alegré al haber podido comprobar por mí misma que su amiguito no compartía el atributo de minúsculo que su estatura poseía. De hecho, el tamaño me asombró, pues ¿quien se hubiese imaginado que este niño tendría semejante verga?

𝙻𝚎𝚜 𝚟𝚘𝚢 𝚊 𝚎𝚡𝚙𝚛𝚎𝚜𝚊𝚛 𝚊𝚕𝚐𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚎 𝚎𝚗𝚘𝚓𝚊 𝚖𝚞𝚌𝚑𝚘 𝚎𝚗 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚊 𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚗𝚌𝚞𝚎𝚗𝚝𝚛𝚘𝚜 𝚜𝚎𝚡𝚞𝚊𝚕𝚎𝚜: 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚖𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚎𝚛𝚊𝚗 𝚋𝚎𝚜𝚊𝚛 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎́𝚜 𝚍𝚎 𝚑𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚙𝚞𝚎𝚜𝚝𝚘 𝚜𝚞 𝚙𝚎𝚗𝚎 𝚎𝚗 𝚖𝚒 𝚋𝚘𝚌𝚊; 𝚎𝚜 𝚕𝚊 𝚌𝚘𝚜𝚊 𝚖𝚊́𝚜 𝚒𝚗𝚖𝚊𝚍𝚞𝚛𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚑𝚊𝚢.

Entonces me sentí gloriosa cuando Santiago no me decepcionó. Después de poner su gran tamaño en mi boca, me siguió dando los apasionados besos que habíamos compartido más temprano. Estuve en acción con su parte íntima durante aproximadamente media hora, hasta que finalmente tuve la reacción esperada: Salió semen caliente y gratificante de su punta.
Después de haberle producido tanto placer a aquél personaje, me fui al aburrido “chuzo” en el que se encontraban Daniel y sus amigos. Muchos de ustedes, lectores, estuvieron ahí esa noche⁴. Nada más acuérdense de mi presencia tan extraña entre ese grupo de seniors.
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⁴Obviamente esto debió ser publicado originalmente en una red social para todos los involucrados y conocidos. ¡Me imagino el escándalo! Comentario del editor.
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KARIBANA

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𝙲𝚕𝚞𝚋 𝙺𝚊𝚛𝚒𝚋𝚊𝚗𝚊

Uno más, uno menos ¿quién lleva la cuenta? Verdaderamente, me dejó de importar cuantos se aprovechaban de mí. La cercanía que en algún momento compartí con mis amigos se deterioró, desaproveché mi virginidad, y perdí el respeto de una multitud razonable de personas… Al menos ya no tenía nada más que perder… A raíz de las vueltas inesperadas que había tenido mi vida, aprendí a aceptar que los planes nunca resultan ser como uno los espera: Mis fotos no debían haber salido, mis amigos no me debían haber abandonado y no se la debí haber chupado a medio colegio… Quien sabe, quizás todo lo que he vivido y hecho sea para mejor…
A raíz de un accidente tras comentar al Daniel equivocado en un post en Facebook, me empecé a hablar con el comprensivo e inteligente senior: Nos volvimos buenos amigos. Daniel me presentó a uno de sus buenos amigos: Manuel. Al conocerlo, mi primera impresión de él no indicó qué sería el más tentador ni acuerpado. De hecho, no me sentí lo más mínimamente atraída a él. Su estatura era normal, y tenía mucho acné en el rostro, encima de su piel pálida. Una pregunta que aún da vueltas en mi mente hasta el día de hoy, es por qué acepte la invitación que me hizo Manuel a el apartamento de uno de sus amigos en Karibana. Y establezco que la única respuesta lógica que se me ocurre es que finalmente tuve la realización de que la única forma en la que me conseguiría un plan y “amigos”, sería estando dispuesta a entregar mi cuerpo.
Me encontraba sentada en la parte trasera de un Uber. Junto a mí se encontraba el propietario de la casa a la que íbamos… Llamémoslo Alejandro. La verdad, no sé qué hubiese sido de este recorrido de hora y media sin este personaje tan accesible y chistoso, ya que de parte de Manuel solo recibí vibras incómodas. Mientras me mantuve entretenida con las preguntas aleatorias que a Alejandro se le ocurrió hacerme, y con el capítulo de ‘Los Simpsons’ que puso en su celular, Manuel no dijo ni una palabra, lo que me pareció extraño.
—Te voy a hacer la vuelta con Manuel, pero coquetéale mucho —me susurró Daniel.
Fue decepcionante lo evidente que era la inexperiencia que tenía Manuel con las mujeres, ya que lo único que hizo para tratar de seducirme fue tocarme la rodilla. Y para empeorar las cosas, debo admitir que mientras veía su cara más y más detalladamente, cada vez tenía menos curiosidad en cuanto a cómo podría verse su miembro… Si su pene era poco atractivo y flácido como él [mismo], zafaba tener que verlo, y peor aún, tener que meterlo a mi boca. Pero seamos honestos, en este punto, ya me tocaba. Sino, hubiese sido un viaje perdido… Y ya todos sabemos que yo no me atrevería a decepcionar a un senior.
Para qué voy a mentir, tenía su encanto y toque personalizado al dar besos ¿Será que sus habilidades en la cama eran similares a la forma deliciosa como besaba?
—Tómate esto —me dijo, entregándome un vaso con un líquido transparente, tomando un sorbo antes.
Se paró y se dirigió a la entrada de la habitación, apagando la luz y poniéndole llave a la puerta.
«Oh oh ¿En qué me metí?»
—¿Me das un blowjob? —rogó con un raro murmullo.
—Supongo… — le contesté nerviosamente.
Antes de tener la oportunidad de pensarlo dos veces, vi la horma de su pene en la oscuridad. Nada que hacer ahora. Lentamente estiré mi mano, poniéndola alrededor de su corta y gruesa verga. Inmediatamente noté la piel de gallina que se formó apenas puse mi mano en él, y el boner que permanecía empezó a tener contracciones de placer. Yo NO voy a poner mi boca en eso.

Este capítulo fue hecho en honor a Nacho, quien dice que soy una repartida y *****… Tiene razón.

JUGANDO A LAS ESCONDIDAS
Me encontré de vuelta acompañada de la presencia del pelinegro y encantador Simón, acostada en su cama. Mi palma se deslizó pausadamente desde su pezón derecho hasta la mitad de su tonificado abdomen. Descansé mi mano ahí, acercando mi rostro hasta su cuello; Su esencia acaramelada enviaba vibras gratificantes y sugestivas a cada pulgada de mi cuerpo, haciéndome cuestionar cómo obtuve la conveniencia de ser penetrada por semejante personaje tan seductor. Mi mano siguió su recorrido hasta encontrarse con unos pelos insuficientemente rasurados, pronto encontrándose con un delicado, fuerte y estático pene. No era mi primer encuentro con este personaje ni con su minúsculo miembro, pero esta vez estaba decidida: quería ser penetrada y besada por Simón.
Observe mientras deslizaba el condón lubricado de manera perfecta en su verga, todo mientras sus ojos miraban fijamente a mis pequeños ojos marrones. Se posicionó encima mío. Y yo, perdida en su mirada y en el deseo tan extraordinario de que me diera un beso, ignoré el contacto que la punta de su pene formó con los labios de mi vagina. Su cara se acercaba más y más paulatinamente; Movimientos placenteros fueron compartidos cuando nuestros labios se tocaban rítmicamente y nuestras lenguas tenían contacto ligero. Mientras los besos se volvían más salvajes y profundos, y yo gemía de placer, Simón vio la oportunidad perfecta que se le presentó de finalmente meter su pene dentro de mi hueco apretado. El placer que en algún punto sentí, pronto se convirtió en un dolor agudo y cautivador mientras ingresaba la punta completamente. Separe mis labios de los suyos para soltar un fuerte gemido de desconsuelo; Siguió empujando su pequeño tamaño dentro de mí, ignorando las señales de suplicio que le estaba dando.
—Puta, me duele demasiado —le comencé a susurrar débilmente, hasta que sus labios interrumpieron mis súplicas con otro beso.
—Relájate… Si me dejas metértelo una vez hasta el fondo, te va a dejar de doler —prometió.
—No sé…el dolor está demasiado intenso —le contesté, pero nuevamente, me encontré siendo interrumpida por su boca rozando mi cuello, lo que pronto se convirtió en besos absorbentes. Su pene continuó empujando cada vez más profundo, creando un dolor más y más comprometedor cada segundo. Sentí un gran alivio al asumir que empezaba a retirar su pene de adentro de mi vagina, pero fui decepcionada al darme cuenta que solo lo hacía para ingresarlo nuevamente. Repitió este movimiento varias veces, sollozando en placer. Resumió dándome besos gozosos, los cuales no puedo negar, mandaban olas de placer por todos mis interiores; el goce de mis labios se empezó a reflejar en mi vagina al volverse más lubricada instantáneamente. Finalmente convencí a Simón de que ser penetrada no generaba placer mutuo, solo dolor. Accedió a terminar la velada con una mamada, lo cual me alegro plenamente.
Me senté en la cama de manera India frente a su pene, admirando su tamaño y perfección. Entonces se me ocurrió la idea de darle el último beso antes de empezar el blowjob; si se han metido conmigo, sabrán que esa ahora es mi firma: dar un pico antes de chupar.
Sus exigencias en cuanto a cómo lo debía hacer eran muy específicas: prefería mucha lengua y quería que hiciera un gran trabajo en cuanto a el deep throating. Su líquido viscoso y blanquecino bañó mi mano, indicando que los resultados de mi handjob y blowjob habían sido exitosos. Simón instantáneamente dejó la ternura que había compartido conmigo cuando escuchó la puerta principal de su pequeño apartamento vacacional abrirse.
—A ver, métase al closet ¡rápido huevón! —exclamó, parándose y arrastrándome hasta el armario junto a su cama.
Cautelosa y asustada me pare ahí, escuchando como la mamá de Simón se aproximaba a su habitación.
Su madre, amargada, entró regañándolo por no haber salido de la casa en toda la tarde. Y él, bravo, empezó a pelear con ella y a preguntarle si prefería que no regresará a la casa borracho hasta las cuatro de la mañana. En cuanto su mamá se retiró, me arrastró fuera de su casa apenas notó que nadie se daría cuenta. Y me dejó abandonada, como un perro. ¿Será que su belleza y el placer que me producía cuando estábamos juntos excusaban sus comportamientos tan groseros hacia mí?

ROOFTOP
Rayos de luz provenientes de una luna llena en La Heróica causaban que mi cuerpo recibiera espectros cargados de energía en una de las tantas terrazas lujosas que rodean esta hermosa ciudad. Disfrutando de la sensualidad como resultado de una noche a solas relatando mi fantasiosa vida a las estrellas, comencé a percibir una sombra que ocultaba a la mía. Ingenua a la situación, alguien agarró mi espalda y de repente me susurro al oído “Matemos las ganas, haz tú lo que sabes y yo sigo tu juego.” Era Simón…; justo en ese momento, en mi mente merodeaba la simple idea propuesta por este individuo a la cual no había sido sincera en dar una respuesta. Finalmente concluí las ganas que rodeaban nuestro espacio que no tenía vías de escape sino únicamente cuando esto se diera por terminado y mi cuerpo, la luna y las estrellas fueran los únicos testigos de lo que realmente había sucedido en este lujoso estacionamiento de helicópteros.
Afortunadamente, esto no termina aquí: Al paso de las horas, comencé a ser rodeada por amigos desconocidos de Simón, quienes se habían enterado acerca de la manera en la que Simón había pasado por mi cuerpo y yo por el suyo anteriormente en la noche. Simón, naturalmente, me impulsó a hacer algo con uno de sus amigos. Prácticamente me obligó, hasta el punto en el cual no me pude negar.
Cuestionando mi experiencia y profesionalismo, al igual que mis ventajas al hacer alguna otra locura, termine besándome con uno de sus amigos locales, Rafael, en algo placentero y excitante; Momentos especiales inmediatamente se convirtieron en algo muy personal y ganoso para hacer en público; me encontré siguiéndolo a su apartamento para poder ampliar la demencia de la noche, al igual que posiblemente ganarme un amigo, o eso deseaba.
Su pene estaba rozando mi lengua. Nos encontrábamos ubicados en la parte superior de unas escaleras descoloridas y oscuras, yo sentada en una mientras él se sostenía parado. Comenzó a hacer de las suyas para ir en busca del premio mayor o la reconocida satisfacción que todo hombre busca cuando su pene es saboreado por una mujer: que ella sienta ese líquido caliente dentro de su boca. Su verga masiva, imperfecta, y no amigable al olfato impactó en mis ganas, causando desinterés, el cual eventualmente se empezó a mostrar en mi rostro y acciones. Pensándolo bien y evitando ganar una mala fama en cuanto a mis habilidades de dar un blowjob, decidí acabar sin hacer muy evidente lo que me ocurría y lo que pensaba. Ya eran nueve. Nueve en menos de un mes.

Semanas después, recibí una llamada extraña a mi celular en una de las tradicionales tardes soleadas de Cartagena, en la cual la voz de un hombre conocido, Simón, expresó “Eres lo mas puta y ****** con la que tenido algo,” incluyendo muchos otros insultos a los cuales ignoré y dije “nunca intentes matar a la culebra por la cabeza sin saber”.

La regresada a Bogotá y al colegio definitivamente iba a ser dura, y los chismes de mis actos serían próximamente conocidos por todos. Pero lo que nunca esperé era ser tan brutalmente maltratada por la gente en la que invertí tanto tiempo en Cartagena…

BOGOTÁ
Ya nada era lo mismo. Los ojos cautelosos de aquellas personas que se encontraron presentes en los momentos de demencia que sucedieron en Cartagena me seguían en los pasillos. La nueva atención que fue evidente desde que puse mi primer pie de vuelta en el colegio ¿Los estudiantes se habrán enterado de todo lo ocurrido en las vacaciones?
En el pasado, siempre muy pendiente de las pocas miradas que recibía o del contacto visual que ocurría con extraños de vez en cuando, ya dominaba quienes eran las personas que posiblemente poseían algún tipo de interés en mí. Por lo tanto, no fue difícil notar que más ojos de lo usual descansaban en mi presencia cuando pasaba por los corredores. Y admitiré que al comienzo no estaba resguardada; quizás era mi mente que lo estaba imaginando, pero lo que pronto me llevó a darme cuenta de que mis actos inadecuados no parecían haber causado daño alguno a mi reputación fue la cantidad de miradas multiplicadas y de saludos inesperados en los corredores; esta fue la oportunidad en la cuál me di cuenta: Esta divulgación desagradada por muchos no me estaba llevando a ningún lugar en el cuál no quería estar… Estaba mejorando mi entorno social.
Y debo admitir que la atención rutinaria me estaba agradando… Me estaba fascinando. Se resumía en ser infinitamente reconocida por hacer algo que siempre esmeré poder engendrar: divertirme con hombres que no me prestarían atención de ningún otro modo… Aunque, con pena, supe instantáneamente por ocurrencias anteriores que pronto iba a disminuir esta porción de esmero temporario, tal como lo hizo cuando se reveló mi gran debut, mi video desnuda. Con esto, tuve otra ocurrencia: no podía dejar a esta atención morir…
Permítanme saltar algunas fases de mi historia y de su demencia, para finalmente poder relatar esta esperada y conocida instancia en el que fui el tema de habla de todas las bocas; la situación que hizo que el bullying empezara.

¿HERPES?
Adivino que todos los lectores que atendieron a mi colegio, tarde o temprano fueron notificados del rumor que yo tenía herpes. Y si no conocen el chisme, les voy a contar cómo fue: Los estudiantes entablaron que después de compartir besos y ser penetrada por un senior (llamémoslo Victor), contraje una infección vaginal… Lo que pronto generó que yo empezara a ser tratada por muchos como sucia y repugnante. Sobresaltar por algo de este tipo es muy difícil, pero lo que es más complicado aún, es cuando la murmuración es sobre algo ficticio…
Nuevamente me encontraba destacando gracias a el rumor que esta vez estaba rondando. Y quiero contarles cómo comenzó todo y cómo se dieron los sucesos, pero para confirmar que sí están interesados en seguir leyendo mis historias, esta siendo de como se la chupe a este atractivo jugador de fútbol en un baño público y como tuve relaciones sexuales con él en un motel.

VICTOR PARTE 1
Ser fácil definitivamente no es fácil, y cada instancia más me daba razones para darme cuenta de aquello. Esta vez me encontraba en un motel de 45 mil pesos la hora con el caleño, Victor. Y debí haber tomado como pista no seguir con lo que pronto iba a suceder cuando una trabajadora del motel casi no me entrega el cuarto por no tener cédula y claramente ser menor de edad; pero Victor, entusiasmado por que pronto iba a poder clavármela, utilizó su dominio seductivo para convencer a dicha mujer.
Empecé a hablar con Victor por Facebook, gracias a la muy insignificante razón de hacerle un favor a una amiga cercana; esa conversación rápidamente se convirtió en algo más, de la cuál dejare screenshots al final de esta larga y continua historia. Y después de mucho sexting (así él no se atreva a admitirlo) e intercambio de fotos explícitas, accedimos a encontrarnos en la institución después de clases para encontrar un sitio donde pudiésemos involucrarnos en los anticipados actos sexuales.
Y esa tarde, caminamos por todo el lugar, buscando un baño desocupado que nos brindara la privacidad para hacer lo que queríamos hacer. Todo esto mientras hablábamos y nos conocíamos un poco, y la conversación transcurrió algo así:
—¿Mami, uste a quien se ha pichao?
—A Tintin, Juan, Alex y Jason…
Y Victor, con la arrechera evidente en su voz sobre la situación que se aproximaba, se acercó a mi oído y me susurró:
—Vea mami me la voy a entucar deli —mientras agarraba una de mis nalgas en sus fuertes manos.
Y después de dar un par de vueltas, nos hallamos en un cubículo con un inodoro en el baño de hombres, ambos parados. Nuestros cuerpos rápidamente se juntaron y mis labios se encontraron bailando con los suyos en un rápido y profundo beso, que no puedo negar, me arrechó bastante. Mientras, simultáneamente, no lo pude disfrutar con el temor de que nos hallaran en este acto tan comprometedor. Me senté en el retrete mientras Victor se paraba en frente mío, descubriendo a su pequeño amigo. Y mientras lo apreciaba, es importante definir que era evidente que estaba recién depilado y tenía muchos puntos negros y bolitas blancas de grasa en la parte superior de ella. Sus pelos púbicos siendo oscuros, al contrario de su cabellera un poco más clara.
Entablé contacto visual con él nuevamente, para encontrarme con una mirada profunda, confirmando que pedía que lo tocase inapropiadamente. Con su permiso otorgado, la agarré, y me la metí profundamente hasta que tocara mi garganta. Su olor era rico; él sabía que terminaríamos en esta situación y se aseguró de lavarse su pequeño tamaño muy bien. Entonces moví mi lengua en movimientos circulares para producirle placer, mientras me la metía y sacaba. Y así el lo trate de negar: yo soy muy talentosa, y claramente fue uno de los mejores blowjobs que di en mi vida. Le provoque tanto placer, que su explosión de leche salada…

Fin (Abrupto)

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Aquí termina repentinamente esta maravillosa narración. Debo comentar que tiene claros indicios de haber sido traducida del inglés. Hay, también, evidentes saltos en el estilo. El texto tiene dos episodios cuya redacción parece haber sido corregida y embellecida por la autora en un tiempo de mayor madurez. Pero ¿por qué solo dos? También se nota a leguas que era bilingüe (por lo menos) y muy adinerada. Al menos en comparación al promedio de nosotros, digo. Nos comparte bastante de su estilo de vida, por su jerga y la cultura a la que pertenece. Eso hace a este relato como leer una novela erótica de principios del siglo XX. Las clase alta siempre otorga un aire exquisito a una lectura. Y ni se diga ahora la parte escandalosa. Sí, sí, una menor de edad narra su vida sexual. Inapropiado, ilegal, si quieren. Pero esto es una JOYA LITERARIA, toda vez que sepamos que la literatura es un registro de la realidad humana, usando el idioma con altura. A la literatura le importa un culo si es inapropiado o no. Por eso he corregido esta obra de arte y la he compartido. Quizá en su momento fue un escándalo de proporciones. Quizá, a la luz de este día, ya no sea sino uno de cien mil casos iguales. Pero Rosario nos ha dejado este exquisito manifiesto de su juventud, su tragedia, su placer y según ella “su demencia”. Además es una prodigiosa antología a la felación. 

O quizá sea solo un cuento inventado por una autora arrecha y que goza de escribir. Así como mi obra. Pura paja de un soñador reprimido. Se pregunta uno ¿Por qué Dios puso a las mamadoras compulsivas tan lejos de los solitarios?

Por último, en este comentario no pedido, quiero recalcar cuán superiores son los relatos eróticos basados en lo percibido como no apropiado. Por otra parte, cuán superiores son también los relatos eróticos escritos por mujeres. Ahora sumen ambas cosas. Lástima que los relatos que tienen este par de condiciones sean uno de cada mil.

Mucho amor a Rosario donde esté.

–Stregoika

No es el original, pero lo encontré aquí. Pero es muy difícil de leer porque no tiene puntuación de diálogos ni otros estilos necesarios.

57 Lecturas/2 agosto, 2025/0 Comentarios/por Orlok82
Etiquetas: amigos, colegio, hermana, mayor, mayores, primos, sexo, vacaciones
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