Confesiones de dos amigas 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
«Hola Jorge, como estas, soy Mariela, te acordá de mi?, cuando nos podemos ver de nuevo vos y yo solos?», le dije hablando con él.
Quedamos de que él iba a venir a casa.
Le dije el horario en que estaba sola, que no estaban ni mis hijos ni mi marido.
Jorge me llama diciendo que estaba llegando.
Me puse bien sexy para esperarlo, me puse un baby doll sin nada abajo y estaba descalza.
Cuando llega, lo abrazo del cuello y nos besamos las bocas metiendo la lengua en la boca del otro.
Jorge me metía mano en la cola y pasando su mano por entre mis piernas, me acariciaba la concha, «estas empapada», me dijo metiendo un dedo.
«Estoy re caliente», le dije abriendo mis piernas y dejando que me dedee mientras nos seguimos besando.
Jorge me sacó el baby doll, dejándome completamente desnuda, sacó su tremenda pija, que la agarré con mi mano, me arrodille y se la empecé a chupar.
Me vuelve loca sentir como esa tremenda pija me llena la boca.
Jorge estaba parado y yo arrodillada chupando, lamiendo, disfrutando de esa hermosa pija para mí sola.
«Vamos a la cama?», le dije besando toda esa tremenda pija.
Nos fuimos de la mano a mi habitación, no era la primera vez que iba a coger con otro en la misma cama que comparto con mi marido.
Me acosté boca arriba, abriendo bien mis piernas, dejando que Jorge me vea la concha, «mira como tengo abierta la concha para comerme toda esa hermosa pija», le dije abriendo los labios exteriores.
Jorge ya se había desnudado, se acomodó entre mis piernas y yo empecé a gritar de placer sintiendo como Jorge me iba metiendo la pija, abriendo bien mi concha.
«Chupame las tetas, chupame las tetas», le dije envolviendo su cintura con mis piernas y moviendo mis caderas, sintiendo esa enorme pija bien adentro de mi concha.
«Cogeme, cogeme mi amor, cogeme bien cogida», le pedía entre gritos de placer.
Jorge se puso de rodillas entre mis piernas, me agarró de los tobillos y yo me tape la boca para que no se escuchen mis gritos de placer cuando Jorge empezó a meter y sacar su pija de mi concha.
«Dame la cola Mariela», me dijo sacando su pija, mi concha quedó palpitando.
Agarré la vaselina que uso, y mientras me envaselinaba el ano, le daba besos en su pija empapada en mis jugos vaginales.
Me puse en el borde de la cama, bajando bien mi cuerpo y levantando bien mi cola, me abrí las nalgas y esperé a que Jorge me la meta por el ojete.
Estaba nerviosa, yo ya había cogido muchas veces y con varios hombres por la cola, pero la pija de Jorge es la más grande que me entró por atrás.
Siento como Jorge apoya su pija contra mi ojete, «haaaaaaaaa», dije mordiendo las sábanas cuando Jorge me empezó a meter la pija.
Sentía como mi ojete se desgarraba, como se abría a medida que esa tremenda pija entraba en mi cola.
«Haaaa, haaaaaaa», me quejaba hasta que siento como mis nalgas se aplastan contra su cuerpo, me había metido toda esa tremenda pija en la cola.
«Me destrozas el ojete Jorge, me destrozas el orto con esa tremenda pija que tenes», le dije entre gemidos.
«Y no me llamaste para eso?», me dijo agarrando mi cintura y la empezó a meter y sacar de mi cola.
«Me duele, pero me encanta como me rompes bien la cola», le dije gimiendo y dejando que Jorge me siga abriendo mi ojete.
La sacó y me hizo poner boca arriba en el borde de la cama, haciendo que levante bien mis piernas.
La volvió a acomodar y si tendría abierto el ojete, que de una me la metió, haciendo que grite de dolor y placer.
«Que rico que me la metiste, sacala y volvé a meterla así», le dije mordiendo las palabras de placer, volviendo a gritar cuando Jorge la sacó toda y la volvió a meter bien adentro de mi cola.
Que cogida me estaba dando por la cola, me dolía un poco, pero sentir ese termo entrar y salir de mi ojete me hace gozar como nunca había gozado.
Yo así ensartada en esa tremenda pija, me empecé a acariciar la concha, mientras él seguía cogiendo mi ojete.
«Jorge, me voy a acabar, me voy a acabar, llename la colita de leche», le pedía mordiendo las palabras, con los ojos cerrados, sintiendo como mi concha está a punto de estallar de placer, pidiéndole a gritos que me llene la cola, hasta que no aguanté más y entre gritos empecé a acabar como una loca, me acababa y me meaba de placer gritando sin poder controlar los temblores de mi cuerpo y Jorge me clava bien adentro su pija sintiendo como latía, como me llenaba los intestinos de leche.
Que placer sentir esa enorme pija latir dentro de mi cola, ver su cara de placer vaciando sus huevos de leche en mi cola, «no la saques, no la saques todavía, dejame disfrutar un ratito más de tú pija en mi cola», le pedí con apenas voz.
Jorge seguía moviendo su pija dentro de mi cola, «que buena cogida me diste», le dije sintiendo como la iba sacando despacio, sin apuro.
Cuando la sacó, me seguía sosteniendo mis piernas en alto mirando mi ojete, yo empecé a hacer fuerza y sentía como salía la leche.
«Cuando quieras me volves a llamar», me dijo limpiando su pija con las sábanas y se vistió, yo estaba tendida en la cama sintiendo como me latía el ojete, me da un beso en los labios, me pellizco una teta y se fue.
Yo me quedé un rato más en la cama, sintiendo un leve dolor en el ano, cuando me levanté me seguia saliendo leche de la cola, tuve que cambiar las sábanas y dar vuelta el colchón porque estaban todos manchados de leche.
Me fui a bañar, contenta, satisfecha, aunque ahora me dolía el ojete no me importaba, me habían cogido muy bien y estaba felíz.
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