Cuando él sale, yo soy el hombre de la casa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Provengo de una familia humilde, desde los 16 he tenido que trabajar para poder estudiar, sin embargo eso no ha impedido de practicar deportes, hago mucho gym desde muy joven y por eso mi cuerpo es atletico y eso me ha servido para ligar muchas chicas. Soy muy caliente, me gusta todo lo relacionado con el sexo.
Pero volviendo al relato, para nosotros los trabajadores, esperar a que llegara la mujer de don Luis era un atractivo especial, ella llegaba dos o tres veces por semana, era un cuero esa mujer, piernas que iban de delgadas en las pantorillas a regordetas en los muslos, con una gran silueta en las caderas y un gran culo apretado, luego se reducía en una cintura y luego dos grandes senos, los cuales exponía a todos con buenos escotes, aveces tanto que don Luis la regañaba enfrente de nosotros por usar esas vestimentas. También por alli habían rumores que la mujer de don Luis visitaba seguido a su cirujano plástico, porque sus tetas eran casi perfectas y su culo demasiado redondo para ser real, pero como dije eran rumores.
Me había dando cuanta hacia unas semanas que la mujer de don Luis que llamaré Zully, me veía de reojo, me sonreía, y es que mis brazos y piernas era musculosas, además siempre llevaba t-shirt cortas, solo en pocas ocasiones ella y yo intercambiamos algunas palabras, lo cual no lo hacía con ninguno, por eso los compañeros me bromeaban por la mujer de don Carlos. Y yo la verdad en la menor oportunidad trataba de coquetearle y decirle cosas bonitas y aveces muy fuertes.
Cierta mañana, ella nos visitó y le dijo a su marido que iba a ir a arreglarse la uñas, pero que no quería manejar después de su manicure, pues se le despintaban las uñas porque iban frescas. Asi que le dijo -préstame a Carlos para que me maneje, por favor-, yo en ocasiones le había manejado a don Luis pero nunca a su señora. Don Luis me llamó y me dijo que le manejara el auto a su esposa. La verdad es que para mi era un enorme placer, no solo por la compañía de su mujer, sino porque ella tenía un Mercedes Benz Kompressor, una belleza de auto. En fin, ella se fue al sillón de atras y yo manejando, íbamos por un camino no tan poblado, pues la corporación queda en las afueras de la ciudad, yo la veía en el retrovisor y ella me hacia encuentro de miradas. En eso ella me dice -detente!-, -se me cayó un arete, debes aorillarte-, había un camino y me metí varios metros adentro y me detuve. Abri la puerta de donde ella iba y no pude evitar verle las piernas, pues ese día llevaba una mini, ella me dijo por donde creía podía estar, me puse hincado buscando el tal arete a su lado, no podía dejar de mirar sus piernas.
En eso siento las manos de ella en mi hombros, no de forma cualquiera, sino como acariciandomelos -uyy que bellos músculos tienes Carlitos, eres todo un hombre!-, yo que en esas situaciones no me quedo callado, le dije al tiempo que tocaba sus piernas por las pantorillas, -y ud señora que lindas piernas tiene!- en ese momento me estaba jugando que ella me diera una patada por atrevido, pero no fue asi, ella siguió acariciando mis hombros y brazos y yo sus piernas hasta las rodillas, lo hicimos por un minuto. Luego me dijo que me sentara a su lado y que cerrara la puerta del auto, quedamos los dos adentro uno al lado del otro. Yo presentía que ese podía ser mi día de suerte.
No sé en que momento nos empezamos a besar como desesperados, una mano de ella buscó mi paquete casi inmediatamente, yo seguí acariciando sus piernas, solo que ahora de sus rodillas para arriba, su lengua se enredó con la mia, no hubo muchas palabras, la excitación nos embargaba por completo. Ya pensando un poco mejor, mis manos registraron su escote, sus tetas eran increíbles, grandes y duras, le abri la blusa y bajé su sostén, dejé a un lado su boca y bajé a mamar sus tetas, uno de mis deseos más profundos, chupé, lamí y mamé sus senos, de uno me pasaba al otro y regresaba para iniciar, ella comenzó a gemir mucho. En eso estabamos cuando un auto pasó al lado nuestro, como el auto donde estábamos adentro es polarizado no nos pudieron ver claramente, pero si puso muy nerviosa a doña Zully, quien me quitó de sus tetas y se cerró la blusa, eso me hizo pensar rápido, me sali de atras, encendí el auto y volvimos a la carretera de nuevo, me acordaba de un motelito muy bueno que estaba por alli, la señora iba callada, divisé el motel y sin pensarlo entre y estacioné el auto dentro de uno de esas habitaciones con persiana propia. Ya estaba hecho, alli estábamos adentro. Me bajé, le abrí la puerta a ella, me dio la mano para bajarla y me sonrió. Alli mismo la tomé y le busqué los labios para besarla, ella respondió bien, su blusa no estaba completamente cerrada, asi que le busqué los senos para degustarlos de nuevo, pero lo mejor estaba por venir.
Luego de besarnos y tocarnos alli de pie, dejé en un buzón lo del pago, entramos a la habitación, era elegante, una inmensa cama tipo king en el centro, bastantes luces y espejos por doquier. Entre besos nos caimos a la cama, alli le quité la blusa y el sostén, me coloqué encima para tener más comodidad para chuparle las tetas y sus pezones, la señora era muy cachonda, pues a los pocos segundos ya gimoteaba de gusto. Fui moviendo mi mano izquierda de acariciar sus muslos a acariciar su raja por encima de su braga. -Asi carlitos, te gusta mi cuerpo carlitos?- me decía entre gimoteos doña Zully. Meti mis dedos debajo de braga para palpar sus largos labios vaginales, noté que mis dedos se impregnaron de sus jugos íntimos, recuerdo que nunca había sentido eso, ella era muy caliente.
Le fui metiendo un dedo en su raja y ella gimió más fuerte, luego un segundo dedo acompañó al primero dentro de su vagina, ella volvió a gemir fuerte, luego me puse a sacar y meter esos dos dedos, cada vez salían más empapados de los jugos de la señora, al tiempo que lamía sus pezones, el ambiente era caliente, yo no estaba conforme, le quité sus bragas y luego la blusa y la falda, ella quedó en cueros. Definitivamente era una gran hembra, fui lamiendo desde sus tetas hacia abajo, pase lamiendo su ombligo y seguí hacia su raja, ella abrió más sus piernas como ofreciéndome lo más íntimo, lami varias veces los labios vaginales y ella gimió cada vez que lo hice, luego con los dedos separé los pliegues y comencé a chupar con los labios su clitoris y toda su vagina, la señora se contorsionaba y sus fluidos amargos escapaban por su vagina y lo atrapaba mi lengua, de pronto ella gritó como si la hubieran herido, era un orgasmo.
Mi verga quería romper mis pantalones y cuando me desnudé ya habían gotas gruesas en mi calzoncillo de mi preeyaculación, en el momento en que estaba listo para cogerla, ella se abrió de piernas frente a mi mostrándome lo hermoso de su sexo húmedo, luego con los dedos de una de sus manos se abrió los labios de su raja, fue todo un espectáculo, casi me corro alli parado viéndola. Luego me subí a la cama me puse en medio de sus piernas, puse mi verga en la entrada de su raja y la clavé profundo, nuevamente ella emitió un gemido fuerte. Yo estaba sobreexcitado, por lo cual me puse a darle duro y profundo, cada empujón hacia rechinar la enorme cama, le ponía tanta fuerza a la cogida que le metía toda la verga y solo mis huevos quedaban afuera, por un momento me detuve pues estaba a punto de correrme apenas diez minutos después de penetrarla, lo cual sería un fiasco, asi que me puse a besarle la boca y las tetas casi sin mover mi pelvis, eso hacia yo con algunas novias para evitar correrme y hacerlo más duradero, Asi lo hice y degusté unos besos de lenguita que medio doña Zully deliciosos cargados de mucha saliva, además mamé pezón por pezón suave y duro.
La espera rindió frutos, pues cuando comencé de nuevo a cogerla, a los pocos minutos ella se corrió otra vez, emitió un sonoro chillido. Luego me zafé, como indicándole que cambiaramos de posición, la bella dama se puso en cuatro elevando su gran culo, otro espectáculo, como sus dos carnes se abrían y mostraba su raja dilatada por mi verga, mojada y brillosa, me puse atras y no pude evitar lamer el ojete de su culo, le pase la lengua y a ella le gusto porque movia sus nalgas al compás de mi lamida, deguste ese ojete como si fuera un banquete de los dioses, luego bajé a lamer su raja mojada e intenté meterle la punta de la lengua, la dama aulló mucho en ese instante, dijo algunas cosas que no pude entender, me puse atras y tomando mi verga la penetré, su raja mojada engulló mi verga hasta el fondo, no fue dificil para tanta lubricación. La tomé por las nalgas y la folle duro, luego ella respondió moviendo su gran trasero, me detuve y dejé que ella me cogiera a mi con sus movimientos, lo hacia en circulos y adelante y atras, degusté toda la experiencia de esa hembra. Ahora si no pude evitar correrme, mientras ella se movia con mi verga adentro, yo le daba latigazos de esperma dentro de su raja, ahora yo fui quien gritó y me sacudí.
Una hora y diez minutos después salimos del motel. Aun en ese preciso momento no sabía lo que vendría y como la hijastra de doña Zully entraría en mi vida.
CONTINUARA
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