Dándole gusto a Tatiana, la amiga de mi hija. Parte I
Tatiana tiene la edad de mi hija. Apenas cumplido los 11 años. Pero ya es toda una mujercita, con pechos bastante creciditos para su edad, posee unas hermosas y rellenitas nalgas y para colmo de males la conozco desde que tenía 2 años. La he visto crecer y cada día está más linda..
Convengamos que es difícil para el hombre no posar la vista en una pequeña mujercita. Y más cuando te das cuenta que las hormonas las tienen al 100% activadas. Se visten y se mueven provocativamente, se ponen hasta cargosas para que uno les preste atención. Y la verdad es que para entonces, yo ya le tenía echado el ojo a la niña.
Tatiana pasa mucho tiempo en casa, ya que son tan amigas con mi hija que hasta se queda a dormir. Sus padres nos tienen confianza y somos como sus tíos postizos. Mi mujer la trata como una hija. No lo haría tanto ahora si descubriera lo que pasó entre esta niña y yo.
Tanto Tatiana como Luisina, mi hija, forman parte del equipo de andball del colegio, por lo que tres veces a la semana concurren al gimnasio de la escuela a entrenar fuera del horario de clases. Como yo trabajo desde casa, soy el que siempre las lleva y las trae. Mi esposa es médica y tiene horarios variados y extensos por lo que casi nunca está en casa. Las niñas concurren al gimnasio de 18:00@20:00hs. Por lo que al volver siempre es de noche, de vuelta del gimnasio dejamos en su casa a Tatiana y regresamos a la nuestra.
Mi hija Tatiana pidió permiso y organizó una piyamada en casa, a la cual vendrían algunas chicas compañeras del colegio. Ese viernes al volver del entrenamiento venían en mi camioneta, mi hija, Tatiana y tres chicas más. Parecían cotorras, estaban muy entusiasmadas ya que yo les prometí que haríamos pizza y hamburguesas para la cena. Al llegar a casa recibo una llamada de mi esposa donde me comenta que debe quedarse en el hospital hasta muy entrada la noche, y que si es así dormirá directamente allí. Obviamente que se me complicaba la cosa, no es fácil manejar cinco adolescentes mujeres. Pero bueno, ya estábamos en el baile y había que bailar.
Las niñas se organizaron ellas solas, nuestra casa tiene el dormitorio matrimonial y tres dormitorios más, todos armados y equipados, ya que cuando viene la familia a visitarnos se alojan todos en casa. Por lo que camas y lugar sobran. Pero las chicas eligieron poner colchones en el piso y allí dormirían todas juntas. Por mi todo Ok.
Se pusieron a ver cosas en sus tablets y celulares en la habitación. Luego jugaron un rato a las cartas mientras yo preparaba la cena. Al estar lista la cena ponemos todo en la mesa del living y la gran sorpresa fue ver a estas ninfas prácticamente no desnudas pero les puedo asegurar que para atener menos ropa encima debían estar desnudas. Ya eso me revolucionó la sangre. No podía dejar de observar esos pequeños pechos sin sostén, un par de ellas traían unos calzones tan ajustados que la vagina se podía apreciar sin esfuerzo. Y la verdad es que comencé a excitarme a tal extremo que tuve una tremenda erección. Estaba en la cocina esperando se me baje la tripa cuando Tatiana viene a buscar vasos. Me preguntan donde están, le indico la alacena, pero como no es tan alta se tiene que esforzar para llegar a los mismos. Al verla así toda estirada no se me ocurrió mejor idea que aproximarme desde atrás y alcanzarle los vasos, pero el tema es que ella quedó en el medio de mi verga y la mesada. Mi pija calzó justo en medio de sus nalgas. La niña sintió el apoyón y se quedó quietecita. Giró la cabeza y sonrió. Y muy pícaramente sin molestia alguna me dice, Tío, tenés tu verga dura. Y estirando la mano hacia atrás me agarra l a pija por arriba del pantalón, la apretó un par de veces como midiendo el tamaño. Yo me separé y permití que Tatiana se de vuelta. Al hacerlo la pija dura le quedó a la altura de sus tetas. Bajó la vista y observó el bulto en mi entrepierna. Volvió a acariciarla, le toqué las tetitas y ella se sonrojó, pero no soltaba la verga. Yo ya lanzado le pregunté si alguna vez había visto una pija de verdad. Me dice que no, por lo que simplemente cierro la puerta de la cocina, me bajo el pantalón y el calzoncillo y le presento a la pendeja mi badajo de carne. Son 19×6.0cms que están duros y con las venas marcadas. La cabeza fuera del prepucio parece una ciruela grande. Tatiana la toma por el tronco y corre el cuero varias veces adelante y atrás, se nota fascinada. La tomo por los costados de la cabeza y la hago agacharse hasta que la punta de mi pija le queda al lado de su boca, entonces le pido que me la chupe. Duda un poco, le insisto y finalmente abre la boca y se mete la cabeza dentro. Tiene la boca caliente, su lengua se mueve suave sobre la cabeza de mi pija. La presiono y se mete un pedazo más de tripa, me la está mamando, no lo hace muy bien pero no se amilana, lo hace con entusiasmo. De pronto se abre la puerta de la cocina y entra mi hija. Al ver ese espectáculo se quedó paralizada, Tatiana se asusta y suelta la verga. Y sale corriendo hacia la pieza. Luisina, mi hija, queda shockeada. No atina a nada. Pero también noto que no deja de mirar mi pija. Me le aproximo con la verga afuera todavía dura, la tomo de la mano y la hago entrar bien a la cocina, cierro detrás de ella la puerta, me aproximo a mi hija, tomo sus manos y las pongo sobre mi poronga. Ella se deja hacer, le enseño como hacerme una paja, lo hace de forma robótica, le pellizco sus tetitas y comienza a suspirar fuerte, creo que todavía no cae en lo que vió. Pronto tengo la pija a reventar, le pido se la meta a la boca que le voy a acabar en ella. Abre grande la boca y se mete media verga, y sin más aviso le disparo unos chorros de semen que tiene que tragar por la sorpresa. Ya está, la macana más grande del siglo ya sucedió. Mi hija me sorprendió haciéndome mamar la verga por su amiga y luego le llené su boca de semen. Quien lo iba a arreglar ?
Buen relato
Uuuuuffff ke excitante tu relato Bro… Espero y compartas más🔥🔥🔥