de como sucumbimos ante el deseo y la pasión…
Llevábamos años deseándonos y al final caímos en la tentación.
Esa noche fue algo extraña, yo no esperaba que ella llegara al bar, ya la había invitado en un par de ocasiones y me había dejado plantado, pero sucedió; yo estaba en casa y me mandó un mensaje:
Ella – ¿no vas a venir?… te estoy esperando…
Yo – honestamente no esperaba que llegaras, ya me la habías aplicado antes y hoy no tenia ganas de estar solo ahí… pero si de verdad quieres que vaya dame 30 minutos y estoy ahí…
Llegue al lugar y la encontré ya conversando con alguien más, no me extraño siempre ha llamado mucho la atención a pesar de no ser una mujer voluptuosa; ella es mas bien delgada y curvilínea, caderas ligeramente amplias y piernas largas y sexys, también tenia unos ojos hermosos y una sonrisa que se contagiaba, me acerque y la saludo con un abrazo muy apretado y un beso en la mejilla, después me acerque a la barra y solicite una ronda mas de tragos, cuando llegue de nueva cuenta el tipo que estaba con ella se había retirado.
Llegaron los tragos y con ello una platica larga, interesante y divertida, como las que siempre teníamos, y con el paso del tiempo y de los tragos empezó a subir de tono y empezamos a tocar temas que antes habíamos dejado pasar por ser temas un tanto inmorales.
Los pondré en contexto:
La conocí hace aproximadamente 15 años, ella era novia de mi primo, me llevaba super chido con ellos y él en algún momento me pidió paro para que se quedaran en casa, ya que el transporte para llegar a casa de ella ya no pasaba pues ya era muy tarde. No le vi ningún problema y les preparé el cuarto de visitas para que pudieran descansar. Esta practica se hizo muy habitual y ya casi eran mis inquilinos, organizábamos maratones de películas y de video juegos y de tragos y la pasábamos super genial.
Después de algún tiempo ella descubrió que él tenía varios amores por ahí y empezaron a tener problemas, pero al final siempre lo perdonaba y regresaban.
Él no cambio a pesar de que lograron tener un par de hijos y poco a poco ella empezó a alejarse. Vivía con él si pero ya no tenían la conexión, y en sus días mas oscuros y tristes me dio la confianza de platicar como se sentía y se desahogaba, así que nuestra amistad se volvió bastante fuerte, éramos cercanos pero no en lo físico en ese sentido los dos manteníamos la distancia pues ninguno de los dos queríamos generar un problema familiar; ya que por la misma cercanía, las risas y largas platicas que teníamos, ya había por ahí un chisme de que ella y yo teníamos algo, lo cual no era cierto, aunque he de reconocer que la tensión sexual entre ambos era evidente.
Volviendo a la historia de esa noche platicamos de las diferentes ocasiones en las que tuvimos la oportunidad de hacer algo y por una u otra cosa no nos habíamos aventurado a hacerlo; note que en cuanto hablamos de esas ocasiones en las que me dio entrada se sonrojo y solo atino a decir que no recordaba eso… y se escondía tras una risita nerviosa.
La noche continuo muy amena, pero como todo en la vida llego el momento en que se tenia que ir, pedimos un taxi y la acompañe a su casa, seguíamos charlando, pero en cada momento estábamos más y más cerca; platicábamos a escasos centímetros y mi mano ya llevaba largo tiempo acariciando su muslo… veníamos tan a gusto que no nos dimos cuenta del tiempo y llegamos a destino.
Nos bajamos y la acompañe a la puerta de su casa, un momento sumamente tenso, nos mirábamos a los ojos con esa mirada de complicidad y de entendimiento mutuo, no pude mas y la bese… un beso largo, acompasado y que llevaba implícito toda la pasión que veníamos reprimiendo tantos años, nos dejamos llevar y la pasión nos consumió, de un beso pasamos a uno de los fajes mas ricos de mi vida, estábamos en medio de la oscuridad y aprovechamos la oportunidad yo deslice mi mano a su entrepierna y empecé a rosar su pubis y recorrí delicadamente su vulva, la cual ya se sentía sumamente caliente y húmeda, ella ya respiraba aceleradamente y finalmente se decidió hizo a un lado su cachetero y dirigió mis dedos a la entrada de su vagina, yo acariciaba e introducía mis dedos buscando darle el mayor placer posible… ella estaba extasiada y la humedad en exceso en su deliciosa vagina así lo expresaba le puse el mayor empeño hasta lograr mi meta… ella llego al orgasmo y me dejo los dedos llenos de su flujo… ya habíamos llegado muy lejos y aunque los dos deseábamos consumir el acto no se podría en esta ocasión; sin embrago me iba satisfecho de haber logrado darle ese placer a ella.
Tuvimos que despedirnos y quedamos de vernos muy pronto para poder concluir con esta tormenta de deseos que nos atormentaba; ya habíamos dado el primer paso y ahora no había vuelta atrás…
Pero eso es parte de otra historia…
Como pueden ver no soy un gran escritor, de hecho, es la primera vez que me animo tanto a escribir como a compartir esta historia que es real. Espero que les haya gustado y bueno estoy abierto a las críticas y comentarios que tengan.
Atte.
Iraza Realis
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