De cuando la putita que hay en mí salió a relucir (Parte 1)
Después de esa experiencia de ver a mi papi desnudo solo quería más y no tardé mucho en empezar a conseguir lo que quería .
Por fin salió a relucir mi parte más sexual (1a parte)
Después de lo sucedido con mi papi aquella noche de mi cumpleaños, todo cambió en mi vida en el transcurso de ese año.
Yo seguía instruyéndome cada vez más en el mundo del porno, con mi primer masturbación y el recuerdo vívido de cuando mi papá se bañaba, quería ver más, pero como si se tratara de estudiar para el examen más difícil de mi vida, no solo veía porno por ver, trataba de asimilar lo que pasaba. Sí, la mayoría es coger por coger, pero ¿qué le gustaba a los hombres? ¿Qué situaciones los hacían perder la cabeza por unas nalgas y unas tetas? ¿Podía yo llevar a la realidad la fantasía latente de que mi papito me penetrara?
La respuesta llegó con algo inesperado que cambiaría por completo mi vida, no solo sexual, sino en todos los demás aspectos. Mi papá ya no había dado la más mínima insinuación a algo conmigo y por más que yo intentaba vestirme provocativa (playeras de tirantes sin brasier, shortcitos lo más pegados y cortos posibles que acentuaban mis nalgas cada vez más carnosas), no lograba absolutamente nada. Eso me confundió un poco pero al final llegué a la conclusión de que aquella vez fue un hecho aislado y que de alguna manera se arrepintió de pensar por un momento en mí como mujer y no como su pequeña niña.
Transformé esa repentina derrota en pura fantasía y supe distinguir mis fantasías sexuales de mi vida en familia; seguía bajando cada que podía a ver a mi papá bañarse e imaginar que era un hombre cualquiera que de pronto abriría la puerta y diría, “Noemicita, sé que estabas mirándome, pasa, hoy te voy a coger por primera vez y te va a encantar la manera en la que lo haré”. Después pasaba a mi cuarto y con la imagen de su verga en mi cabeza, comenzaba a dedearme nuevamente, aunque pronto dejaron de ser suficiente y buscaba en mi cuarto qué podía meterme en mi vagina, pues quería algo más grueso penetrándome y así empecé a meterme cosas como mangos de peines y algunas frutas y verduras como zanahorias y plátanos (los enjuagaba muy bien para evitar que me pasara algo), hasta alguna vez intenté con un pepino pero ya excedía la estrechez de mi pequeña vagina que ya empezaba a asomar algunos vellos, que de inmediato me quitaba pues no me agradaban las actrices porno que tenían mucho y no quería llegar a ser como ellas.
Pues bien, a mediados de ese año mi papá fue asignado a un proyecto en su empresa en Canadá y mis papás vieron una grandísima oportunidad para mí pues ir a una escuela en el extranjero iba a potenciar mi vida profesional y personal. Mi mamá no viajaría con nosotros en un inicio pues tenía que entrenar a la persona que se quedaría en su lugar así es que viajé solo con mi papi.
Quedé maravillada con el país desde el primer momento en el que bajamos del avión, recuerdo que aún hacía calor y ver a gente tan atractiva vestida con minifaldas, pantalones pegadísimos, blusas con escotes maravillosos en el caso de las mujeres y con playeras pegaditas en el caso de los hombres, me hizo saborearme todo lo que podía lograr, desde el simple hecho de que ya iba a poder vestirme así sin poner sin que se me cuestionara y sobre todo que con gente así, mis posibilidades para el sexo se me hicieron infinitas.
Llegamos a casa de mi tío por parte de mi papá, ahí nos íbamos a establecer en lo que conseguía en donde vivir. Hacía ya 3 años que mi tía había fallecido y su muerte fue beneficiosa para mi tío en el aspecto económico pues ella venía de una familia rica de Canadá y aparte él se había abierto un muy buen camino en las bienes raíces del país por lo que podríamos decir que era realmente millonario.
Imagínense mi asombro al llegar a su casa, solo había visto casas así en películas y ya entonces me impresionaba, pues quedé realmente perpleja al estar en una. Tenía alrededor de 10 habitaciones y algunas ni las ocupaba, por lo que no estorbábamos en lo más mínimo.
Tenía dos primos más grandes que yo. Nicole de 19 años en ese entonces, una mujer súper bonita, con unas facciones finísimas y un cuerpo que fue el primero femenino que me atrajo realmente. Sus senos eran perfectos, duritos, bien acomodados; su abdomen estaba bien definido y en su espalda baja se le hacían esos hoyuelos tan sexys que madre mía, se antojaba muchísimo tenerla en 4 con esa vista, pero sobre todo por sus nalgas tan perfectas. Desde antes me llamaban la atención las escenas lésbicas que veía pero con ella se me ocurrían otras tantas fantasías y es que aproveché mi calidad de “la nueva integrante” de la familia (nota especial para contarles que nunca, ninguno de mis primos se sintieron ofendidos o desplazados por mí presencia, al contrario pareciera que no era su prima sino su hermanita menor, desafortunadamente su hermanita estaba por convertirse en una ninfómana y ni ellos se escaparían de tener una experiencia conmigo, pero ese, es otro relato en otro momento), para estar con ella en momentos específicos que me permitían ver su precioso cuerpo, obviamente no se imaginaba que su primita a esa edad tendría pensamientos tan excitantes y a veces le hacía preguntas de mujercitas para que me explicara hasta en vivo algunas; por ejemplo, cuando íbamos a compra ropa, me metía en el mismo cubículo que ella, así es que pude ver varias veces cómo usaba tangas, cacheteros, ropa de encaje y por supuesto como se desnudaba en cada cambio completo de ropa. Sus pezones eran pequeños y de un tono cafecito, no saben cuántas masturbaciones le dediqué cada que me acordaba de algo así.
Por otro lado, estaba mi primo, del cual no puedo expresar tanto porque me trataba bien y me quería mucho pero para mi relato en realidad no es relevante, así es que si me lo permiten continuaré con lo mejor de esta parte de mi historia.
Con mi papá fuera del cuadro, tuve que centrar mi interés sexual en la siguiente figura que tenía a la mano, sí, mi tío y con él fue que experimenté muchísimas cosas, algunas que parecerían irreales pero que al menos en mi caso, las experimenté, supongo que gracias a toda la serie de eventos que fortuitamente sucedieron en toda mi vida pero también porque yo las busqué gracias a mi deseo sexual desarrollado y a mi curiosidad natural por experimentar toda clase de cosas en la vida.
La historia con mi tío fue durante al menos 3 años y platicarles eso requerirá mucho tiempo que les contaré en mis siguientes relatos, pero al menos en este (sé que ya está siendo muy largo y a veces cuesta leer tanto, pero era importante el contexto) les contaré mi primer experiencia para que no se vayan sin una buena dosis sexual.
Mi tío no salió con nadie después de la muerte de mi tía y por más que mis primos le decían que conociera a alguien a él no le importaba eso y prefería vivir con su soledad. Como yo ya había determinado que él sería mi siguiente objetivo (como ya podrán darse cuenta, me encantan los hombres mayores), me propuse dejar a un lado las masturbaciones y que me cogieran de una vez por todas.
Por su trabajo allá, mi papá casi no estaba en casa, era súper raro que lo hiciera y cuando sucedía avisaba como relojito suizo y mi tío con su cantidad de dinero y a pesar de que no tenía la necesidad de trabajar, tenía ya su propia inmobiliaria y tenía a su disposición a mucha por lo que siendo dueño, se pasaba la mayor parte de su tiempo en la casa. Mis primos por su parte ya siendo adolescentes/adultos, se la pasaban también con sus amigos, con sus novios y lo que querían era evitar al máximo estar en casa, además y como tenían chofer cada uno pues ni se preocupaban y eso hacía que también se le avisara a mi tío con mucha anticipación que ya iban camino a casa. Yo por mi parte, como dejé mis estudios en México, acordaron que el año restante se me iba a contratar un maestro particular por lo que yo al contrario lo que de repente quería era salir de la casa cada que podía.
Mi tío era súper cariñoso conmigo, creo que al principio, el tener una “hija” de mi edad le recordaba a mi prima de chiquita y se le despertó el instinto paternal. Me consentía en absolutamente todo lo que quería y la verdad es que nunca fui de querer (muchas) cosas materiales, siempre he preferido tener un teléfono que me sirva para lo básico a tener el más nuevo del mercado y como era medio ñoña (si me lees de otro país significa que me gustaba demasiado estudiar) prefería libros o eso sí, ropa, mucha ropa pero pues con su frase de “eres como mi hija y a mis hijos los tengo con lo mejor” tenía un chingo de cosas que luego ni ocupaba. Como pasábamos casi todo el día juntos y solitos, veía cualquier oportunidad para decirle que si nos acostábamos a ver una película o que si me ayudaba con mi tarea y como sabía perfectamente que para él en ese momento no había morbo, me vestía lo más provocadora posible y como mi prima siempre andaba de mini falda, pantalones entallados, blusas pegadas y con escotes, mucha de mi ropa comenzó a ser igual y así andaba en la casa. Cuando veíamos películas me acostaba en su pecho y me empezaba a abrazar, como aquella vez con mi papá, comenzaba a moverme para generar fricción y ver si su verga se ponía dura pero las primeras veces fueron en vano…hasta que una vez mi papá estaba de viaje de trabajo y mis primos se habían ido de vacaciones con sus amigos por lo que era ese momento o nunca y ya tenía forzar un poquito más las cosas. Mi tío estaba en su cuarto y le toqué, me dijo que podía pasar y empecé a hacerle la plática de qué estaba haciendo, me dijo que se disponía ya a dormir pues al otro día tenía que salir temprano y le dije que estaba aburrida que si veíamos una peli, me dijo que sí, que la fuera escogiendo y que él salía en un momento, a lo que le dije que no, que mejor la viéramos en su cuarto y que si me quedaba dormida que por favor no me llevara a mi cuarto y que me dejara dormir con él pues también me sentía sola, a lo cual accedió sin problema.
Empezó la película y de inmediato me acerqué a él para que me abrazara por detrás, yo traía un camisón morado con tirantes, comprado un par de tallas menos a propósito para que se viera más la forma de mi cuerpo; me abrazó y le dije “acaríciame mi brazo tío” y empezó a hacerlo, no tardé nada para sentirme súper excitada por sentir sus caricias, había escogido ponerme de ropa interior una tanga y ya sentía como empezaba a mojarse poco a poco. Empecé a buscar su verga con mis nalgas y cuando sentí su bulto hice un movimiento de aventar hacía atrás mis nalgas para que él sintiera justo lo que intentaba hacer. A pesar de que tenía planeado todo, de repente cambiaba de opinión a lo siguiente que iba a hacer y en esta ocasión dejé que las cosas fluyeran para ver si reaccionaba y sobre todo ver qué hacía, si tenía que dar un paso yo, así lo haría en el momento.
Volví a hacer un movimiento de mis nalgas para que el roce fuera un poco más fuerte, y en ese momento, uff, sentí como su verga comenzaba a erectarse poco a poco; el comenzó a toser como cuando uno está nervioso o intenta llamar la atención y socarronamente le pregunté si estaba bien, a lo que contestó que sí. Sabía que ya había ganado prácticamente la guerra ahora solo era cuestión de saber qué pasos dar para no regarla. Creo que él también sabía que era inevitable lo que iba a pasar, pero también creo que de él no iba a salir el siguiente paso y como su erección no bajaba y seguía acariciando mi brazo, me decidí (aunque yo también temblaba de miedo) y empecé a acariciar también su brazo, después de un tiempo que pasó mi temor inicial, pasé mi mano hacía atrás y tímidamente comencé a frotar su verga durísima encima de su pijama, yo solo escuchaba su rápida respiración que en algunos momentos se mezclaba con la mía y de pronto sus manos ya no acariciaban mis brazos sino mis tetas, tanto él como yo, aún lo hacíamos por encima de la ropa. No puedo describir la excitación que sentí en esos momentos, me sentía súper mojada pero mis ganas de seguir eran aún más así es que me decidí nuevamente a dar el siguiente paso y metí mi mano por debajo de su pantalón, también me excitó demasiado sentir su verga en mi mano, para mí era grandísima y a pesar de que estaba durísima sentía la suavidad de su piel y sus venas parecían reventar; como si lo que yo hacía se tratara de una guía para sus actos, bajó los tirantes de mi camisón dejando mis tetas al aire, con mis pezones rositas bien parados y empezó a masajearlos, sus manos se sentían deliciosas y de vez en cuando le ganaba la ansiedad y apretaba de más mis tetas, eso lejos de molestarme me prendía aún más y no sentí dolor sino un placer súper rico; agarré una de sus manos para que siguiera agarrando mis tetas y la otra se la llevé poco a poco a mi parte, me alzó el camisón y metió su mano por debajo de mi tanguita, no saben la sensación tan placentera fue el sentir otras manos que no fueran las mías. Para ese entonces estaba muy pero muy mojada y sus dedos recorrían (tal como lo imaginaba y esperaba) de manera magistral mi vagina y encontraron un punto que yo no conocía y que hace que casi me desmayara de placer -sí, mi clítoris-, ya todo estaba listo para lo siguiente y así como estaba me deslicé poco a poco hacia abajo y cuando al fin hube llegado al punto que quería me voltee para al fin tener esa verga grande y dura frente a mí. Sin dudarlo me la metí completa a mi boquita pues ya me ganaba la ansiedad, y tal vez por ese ímpetu lo lastimé un poco con mis dientes pues sentí como se retraía un poco pero cuando me la iba a sacar él me empujó con su mano para mamársela nuevamente y esta vez con más cuidado comencé a chupársela con todas las ganas que veía hacerlo a las actrices porno y recordando que me había prometido que cuando chupara mi primer verga lo tenía que hacer lo mejor posible; me imaginé que estaba chupando una paleta de hielo y creo que se la estaba mamando muy bien porque ya gemía con cada chupada, también había visto y tenía una fijación por la saliva y cuando había suficiente en mi boca me sacaba tantito su verga para escupirle todo eso que había acumulado. Supongo que ya no podía más o estaba muy excitado pero de pronto me tomó de mis brazos e hizo que mi panochita quedara en su boca. Yo tenía un chingo de excitación pero nada se comparaba con lo que me empezaba a hacer, con esa misma intensidad y forma en la que yo le mamaba a él, él comenzó a mamarme igual, ¡qué deliciosa sensación el tener su lengua entrando y saliendo por mi vagina! Cuando pasaba su lengua por mi clítoris, todos mis sentidos se agudizaban de manera brutal y sentía un hormigueo en mi parte pero agradable y no quería parar. Hasta el momento ninguno de los dos había mediado ni una sola palabra pero para lo siguiente me dijo “no tengo condones, ¿quieres que siga como ahorita?”, «no tío, por favor métemela así, me compras si quieres una pastilla”. Creo que esta primera vez lo dominé completamente pues no volvió a decir nada y siguió un poco más chupándome mi panochita tal vez pensando que yo iba a desistir, pero en lugar de eso y como ya no podía más, yo misma fui bajándome hasta que sentí por primera vez en mi corta vida, una verga en mi vagina. Cada nueva sensación era distinta a la anterior pero igual o de mayor satisfacción. Mi vagina estaba muy estrecha y le costó un poquito poder metérmela, pero cuando por fin lo logró yo sentí brevemente dolor que enseguida se sustituyó por placer, pues sentía perfectamente cómo entraba su verga, ayudado por supuesto por lo mojada que estaba. Creo que mi tío ya no aguantaba más y cuando yo comencé a brincarle con su verga aún dentro, él me la sacó abruptamente y me aventó en la cama y antes de que empezara a mamarme de nuevo mi puchita sacó algo de su cajón que se llevó a la boca (después supe que era una pastilla para “aguantar”) y fue como siguió mamando un poco. “Ponme como quieras y hazme lo que quieras” le dije, pero olvidé decirle que lo único que no quería era que me la metiera por el ano y aunque en esta vez no lo hizo, cuando me puso de perrito y me empezó a chupar por atrás, su lengua de pronto pasaba por mi ano y contrario a lo que pensaba, al menos eso, era rico. Después de un rato en esa posición lamiéndome, me penetró así y fue súper delicioso sentir como se me dejaba ir con todas sus fuerzas, yo tenía muchas ganas de hacer del baño pero me aguantaba porque no quería que acabara pero algo dentro de mí era ya incontrolable y sentí que por un instante se me paraba el corazón (hola Sr. Orgasmo), agradezco a la vida que no haya habido alguien porque mis gemidos eran fuertes e incontrolables y cuando por fin pasaba ese sentimiento, mi tío sacó su verga de mí, me volteó y me llenó mi carita con su leche aún caliente. No era nada desagradable su sabor por lo que en un típico cliché porno, comencé a comerme todo lo que me había echado, no sin antes untar mis tetas de su semen.
Él seguía con la verga parada y con lechita que aún le escurría por lo que me la llevé de nuevo a la boca y le limpié todo.
Ya no hubo necesidad ese día de decir más palabras, pues por el cansancio del acto y empapados en sudor, nos quedamos dormidos hasta el siguiente día.
Que buenos relatos me encantaron en verdad me gustaría seguir leyendo tus relatos son bastante buenos …me gustaría poder conversar contigo si tu quieres podríamos compartir experiencias
Que lástima que uno en esta página no pueda seguir a los autores. Yo tambien he tenido vivencias con mi sobrina que no han llegado a la relación sexual, sino a puro morbosearnos.
Dios, qué delicia! cuéntanos más!
Gracias Jesús ☺️ ya he subido la siguiente parte.