De madres e hijos (parte 2)
Juro que mi primo me las va a pagar en grande..
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Miguel que así se llama el cuñado de mi tía, se espanto al vernos.
Yo entre de forma brusca, acelerado por haber visto a mi madre y mi primo.
No esperaba encontrarlos así, con lo cual casi le da un infarto al viejo.
Un poco espantado por el asunto, es que me retire inmediatamente del lugar.
Volví a mi casa. Obviamente, mi madre y mi primo aun no regresaban.
Con el estomago revuelto por todo lo sucedido, fui directo al balo en donde vomite lo poco que había comido en la tarde.
Luego, me fui a mi habitación en donde me acosté.
Entre lagrimas de impotencia por todo lo ocurrido, puteando a estos chilenos por sus conductas perversas, me quede dormido.
Los días siguientes, lo pase mal, enfermo.
Me ataco una fiebre, y claro, mi madre estuvo atendiéndome.
Jamás menciono algo del tema, ni antes ni después. Igualmente yo estaba medio ido. Mi consciencia iba y venia.
Eventualmente mejore a lo largo de una semana mas. No del todo, pero lo suficiente como para estar mas despierto.
Resulto que con mi organismo debilitado, contraje una gripe.
No el bicho, sino una gripo común y corriente.
Tras una semana después, estuve en mejores condiciones y poco a poco fui volviendo a lo mío.
Por mi propia salud mental decidí sellar lo que vi.
No pensaba en el asunto. De hecho, no pensaba en sexo en lo absoluto.
Tras dos semanas de todo el asunto, mi mente seguía siendo un desastre, estaba apagado, consumido, pero activo.
Todo el mundo me tenia algo de lastima, incluso mi jefa quien quiso darme mas días, pero me negué.
Prefería ocupar mi mente en el trabajo que estar en mi casa con esos raros sueños húmedos que me hacían despertar con la pija parada.
Eventualmente, mi tía Liliana vino de visita. Una de tantas a las que había venido antes.
Esa tarde, yo me encontraba solo, ya que mi madre y mi primo, se habían ido a una de sus “coginatas”, y mi hermanito estaba en la casa de la novia.
En ese punto, mi caos era tal que había olvidado por completo que vi a mi tía desnuda siendo culeada, como dicen acá.
Y había ido especialmente a enfrentarme, intentar hablar conmigo, por todo lo ocurrido.
Con el otro idiota, estaban espantados de que yo hable.
Mi tio Bruno, el marido de mi tia, es uno de esos camioneros fieros, jodidos.
Que si llegaba a enterar lo de su mujer, era capaz de cualquier locura.
Ya una vez se enfrento a unos delincuentes que intentaron asaltarlo, y termino acuchillando a uno, que lo mando al hospital.
– Mijo… lo que usted vio es un tema delicado. Lo mejor es que se calle la boca, no le diga nada a su tio, a nadie, por que mi marido se pone muy violento con estas cosas, vio?
Así que prométame que va a mantener su boca sellada.
– Por eso no hay problema tia, quédese tranquila.
Pero si tengo que decirle algo, algo muy feo. Sientese, que es fuerte.
Mi mamá y el Matias, no salen solo a caminar. La otra vez los segui y los pille haciendo cosas en el monte.
– Si, mijo, lo se. Se que para usted es fuerte es mucho, pero es la manera que tiene su mamá de calmarlo al Mati, poh.
Yo lo hable con ella y las dos estuvimos deacuerdo.
Aquello exploto mi cabeza.
No podía ser que mi tia sabia del asunto y encima lo permitia!
Yo tenia que hacer algo.
Queria denunciar a todos estos degenerados incestuosos… pero mi tia me calmo.
– Mire, mijo. Las cosas son como son. O las acepta y se deja de webear, o se aleja de nosotros y se va a vivir solo.
Que piensa usted que le va a hacer todo esto a su madre, al Mati, a su hermano Pato? Les va a arruinar la vida y se va a arruinar la suya, por que todos lo van a ver mal. Y todo para que? Para nada? Por que le molesta que su madre haga sus cosas?
En ese momento, me dieron ganas de abofetear a la vieja.
No podía creer lo que escuchaba.
Mi tia se levanto como para irse.
Al darse vuelta, me dejo el culo en la cara. No es parado como el de mi madre, pero lindo igual, especialmente para sui edad.
Y pareciera que les encantan las calzas por que ella también llevaba una ajustada que su culo se lo comía.
Al darse vuelta mientras se ponía la campera, veo que su sapo, su vulva, también se le marcaba bastante.
Y recordé lo mucho que mi tia gemía desesperadamente esa tarde que la pille.
Como si fuera un flash, todo vino a mi con lujo de detalles: ella quería mas, pero su cuñado no daba a basto para culearsela.
Ya si como paso ese recuerdo fugaz por mi cabeza, también paso la idea de cogerme a mi tia.
Fue un click rápido en mi cabeza.
Era justicia.
Si todos en esta familia, eran una manga de degenerados incestuosos, esto no era diferente.
Intente agarrarla del brazo para que no se vaya, pero accidentalmente termine metiendo mi mano en su entrepierna.
No desaproveche el momento y acomode mi mano y mis dedos para calar hondo en esa raja.
Ambos, mi tia Liliana y yo, podíamos sentir como mi dedo mayor se metía entre sus nalgas, buscando el orto, para luego acariciarla hacia delante pasando el mismo dedo por todo el centro de su raja vaginal…
– Pero que hace, pendejo!!
Me quito la mano de un golpe.
Hubo un silencio incomodo.
La vieja, luego del discursito de aceptar toda su degeneración familiar, ahora se hacia la fina, la moralmente adulta.
– No voy a hacer ninguna denuncia ni le voy a contar a nadie…- una brutal erección se despertaba en mis pantalones.- pero tampoco me voy a callar por nada.
– Estais loco, poh. Que te hace creer que te voy a dair algo, mocoso?
– Yo te puedo dar el placer que tu cuñado no te da. Mi silencio hay que comprarlo, no sea cosa que el tio Bruno se entere, no?
Mi tia se quedo en silencio.
Yo me acomode en el sillon, abri mi pantalón, y le mostre la enormidad monolítica de mi verga.
Sus ojos se abrieron enormes, y se le hizo agua la boca.
Luego hizo un gesto tratando de recobrar la cordura y dijo:
– Tengo que pensarlo, poh.
– Te doy hasta pasado mañana, cuando Maty y mamá se van a lo suyo. Podes venir aca, o yo puedo ir a tu casa. El tio llega el lunes, no? Tenemos todo el sábado y quizás el domingo también.
Mi tia se abrocho la campera, y salió enérgicamente hacia la puerta.
Yo rápidamente me incorpore, y la ataje, trabando la puerta con mi mano.
Mi tia se asusto un poco, pero yo acerque mi cara y le plante un beso de lengua, a lo cual ella intento resistirse un poco.
Tome una de sus manos, y la dirigi a mi miembro.
Luego, meti mi mano izquierda dentro de su calza, y escarbe por toda su zorra peludita, hasta llegar a la raja mojada, en donde mi dedo mayor, se deslizo suavemente entre sus labios vaginales. Mi idea era acariciar su raja al desnudo e ir atrás con mi dedo a su orto, para sorprenderla, pero la sorpresa me la lleve yo cuando mi dedo comenzó a entrarle en el sapo todo mojado.
Mi tia luchaba tratando de retirar su boca de la mia, y cerrando con sus dientes, pero yo con mi mano derecha le retenia la cabeza, al tiempo que invadía su boca con mi lengua.
Todo eso duro unos 5 minutos, en que poco a poco la fui aflojando para aceptar mi lengua y que ella comience a usar la suya. También la afloje de abajo en donde ya le tenia metidos tres de mis dedos.
Nos interrumpio el sonido de su celular. Ahí aprovecho para retirarse de mi, al tiempo que sin dejar de mirarla, y que ella también me mire, tome mis dedos mojados en sus jugos y los chupe como un manjar.
– Que rica concha tenes, tía.
Ella se avergonzó.
Acto seguido, yo me agache para bajarle la calza y poderle chupar la concha como Dios manda.
Ella se resistió un poco, pero mi fuerza e insistencia pudo mas.
Mi cara acaricio sus vellos púbicos, mientras mi lengua buscaba desesperadamente su raja.
Un intenso olor a hembra invadió mis sentidos cuando sentí el aroma de su concha, y procedí a hundir mi cara en su entrepierna.
De un solo bocado pude saborear esos jugos intensos, haciendo que a mi tia se le escape un par de gemidos.
Un segundo y tercer bocado, hizo que mi tia cerrara los ojos en placer y algunos gemidos.
Un cuarto y largo bocado de su vulva, me abrió el apetito para penetrarla.
Me incorpore, me agache un poco para estar a su misma altura, y mande mi verga en su entrepierna.
No hubo penetración, solo un hermoso roce de mi glande enrojecido entre los pliegues de su vulva y el beso con su clítoris.
Tristemente, su celular volvió a sonar, rompiendo la magia.
– Ya poh, me tengo que ir, por favor.
Desesperado, y mientras ella intentaba subirse la calza nuevamente, le agarre el rostro y le di un hermoso beso de lengua que ella acepto encantada ya.
– Cuando me sientas dentro tuyo, tia, no vas a querer a nadie mas. Te gusta ser una puta degenerada? Vas a tener mi pija y mi leche dentro tuyo. No te vas a escapar.
Ya sabes, sino coges conmigo varias veces, Bruno se va a enterar.
Y se fue corriendo, atendiendo el teléfono toda agitada.
Parece que era una amiga o algo así por lo que entendí. Nada importante, pero si molesto.
Y fue mejor de esa manera, por que a los pocos minutos, llego mi madre, agotada por la “caminata”.
Yo me reí en mis adentros, de forma un tanto cínica.
Mi mente estaba mas calmada ahora.
Tenia un propósito.
Pero por lo pronto, me metí a bañarme luego de que mi madre lo hiciera.
Ya en el baño, pude observar como mi madre dejo sus calzones recién usados en el cesto de la ropa sucia.
Los había intentado ocultar con otra ropa, pero uno de los bordes floreados rosados, asomaba invitándome a verlos.
Yo ya me encontraba con mi motor sexual muy prendido por la interacción con mi tía. Como que mis inhibiciones y mi razonamiento, salieron por la puerta grande, dejando sola a la lujuria a sus anchas.
Tome los calzones de mi madre y pude notarlos mojados en la parte de la concha.
Por un momento, pensé que seria la mezcla de los jugos de mi madre y el semen de mi primo, pero recordé que usaban preservativos.
Los acerque a mi cara y los olfatee: un aroma intenso a hembra alzada con un poco de olor a látex, se dejaba notar.
Me puse los calzones sobre mi cabeza, dejando el lado mojado justo en mi nariz y mi boca.
Con mi lengua comencé a saborear los jugos calientes de hembra de mi madre.
El olor intenso a hembra invadió mi sistema, y lo mismo hizo el sabor salado y acido intenso.
Esto seria lo mas cercano a chuparle la concha a mi madre.
Y ahí en el baño, deje salir mis fantasías de como me cogía a mi tía y a mi madre en un terrible trio.
Mis gemidos fueron ahogados con los calzones de mi madre, los cuales ya chupaba desesperado, pero que me hicieron explotar con una eyaculación enorme contra la pared de la ducha.
Cuando termine, deje los calzones en donde estaban, y procedí a ducharme.
Todo el caos y contradicciones que sentía los días pasados, se habían ido casi mágicamente.
Estaba mas relajado, mas centrado, esperando el día sábado.
A mi madre, ya no pude verla como una madre, pero tampoco podía verla como una mujer, o respetarla, a pesar de mantenerme a raya.
Para mi, era una puta degenerada igual que mi tía y el resto de esa familia. Y yo les iba a demostrar cuan degenerado podía ser yo.
Llego el sábado, y la hora en que mi primo y mi mamá se iban a coger al monte se acercaba, le envié un mensaje a mi tía Lily: o se decidía ya lo que iba a hacer, o el tipo Bruno se enteraría de su hermano. Incluso la amenace con fotos, fotos que no tenía realmente, pero quería asustarla.
Cuando mi madre se dirigió a la puerta para irse, yo le mire el culo parado en esas calzas, sin ningún disimulo. Lo disfrute. No me importaba que se diera cuenta, ya no me importaba nada.
Pasaron 5 minutos desde su salida, y no había respuesta. Luego 10, y seguía sin haber respuesta.
Ciertamente el teléfono marcaba los puntos azules, señal de que había recibido el mensaje y lo había leído.
Así que tome una camperita, y me fui hasta su casa.
Llegue casi inmediatamente la casa de mi tía, ya que estaba apenas a menos de una cuadra.
Entre sin golpear ni nada, como si fuera mi casa, y encontré a mi tía, en la cocina, sentada con el celular en la mano.
Aun estaba indecisa sobre como actuar. Estaba nerviosa además.
– Aun estas indecisa, tía? Le envió la foto al tío Bruno?
– No! Ni se te ocurra…! – alzo la voz.
Aun a pesar de todo se resistía, ante lo cual decidí actuar.
Me di la vuelta y fui hasta la entrada. Cerré, con llave, y volví a la cocina.
Ahí fui hasta la puerta trasera en donde también le puse llave. Luego la mire. Seguía sentada en su lugar, nerviosa.
Me abalance sobre ella como bestia en celo. La tome del pelo y la jale suavemente hacia atrás, plantándole un beso al cual intento resistirse.
– Noo… por favor no…
No le hice caso y comencé a manosearla. La aleje con silla y todo de la mesa para tener mejor acceso a su cuerpo.
Con una mano seguía forzándola a que me bese, y con la otra comencé a apretujar sus tetas por dentro del suéter que traía puesto. Como pude, metí mano dentro de su corpiño, y le saque una de las tetas afuera, para bajar un poco y comenzar a chuparle el pezón.
Ya con su boca liberada, seguía pidiéndome que por favor, no lo haga, que era un error.
Hipocresía total, que luego de engañar a su esposo con su cuñado, y de conocer las acciones degeneradas de su hermana y su propio hijo, ahora se ponga en plan moralista.
Pero nada de eso me detuvo, solo me hizo gracia y comencé a chuparle las tetas con mas saña.
Los sonidos de mi boca haciendo sopapa con sus pezones, era mas alto que sus negaciones.
Habiendo podido obtener todo el sabor a teta que podía, quería mas.
Así es como baje a su entre pierna.
Opuso algo de resistencia, pero igualmente la hice parar, para luego bajarle el pantalón de jean, los calzones y acceder al premio gordo, su vulva.
Como la vez anterior, su sapo despedía un olor a hembra alzada terrible. Aspire el olor y fue un golpe a mis sentidos salvajes.
Le baje los pantalones por completo, para poder abrirle las piernas. Deslice mi mano por su zorra peluda, acaricie esos hermosos y abundante bellos púbicos con algo de canas, y luego dos de mis dedos se metieron en la raja.
Inmediatamente pude sentir la intensa humedad de su vulva.
No eran ni orines, ni sudor, eran los jugos pegajosos de una vagina lubricando previo a la penetración.
La senté, le abrí las piernas todo lo que pude, y a pesar de sus quejas, sumergí mi cara en su concha.
Mi boca fue directo al dulce manjar.
Sus jugos eran mas espesos y olían mas fuerte que la vez anterior, al punto que me hicieron toser un poco.
Dios, dulce néctar de los dioses… jugo de hembra…
Mientras devoraba salvajemente su vulva e intentaba cogerla con mi lengua, podía escuchar como sus quejas iban cambiando. Ya no era tan agresiva y claramente se le escapaban gemidos de pasión, así como jadeos.
Su quejidos pasaron de negación a calentura en un momento.
Ya no salían palabras de su boca, sino solo gemidos.
La yegua de mi tía Liliana, estaba lista para el siguiente paso.
Me incorporé, la alce en mis brazos, lo que me costó un poco, pero pude. Eso la sorprendió, con lo cual abrió los ojos.
Y así en mis brazos, la lleve a la habitación.
– Ahora, tía, vas a sentir a un macho de verdad, que te va a hacer gozar como te mereces.
Ahí, ya estuvo mas colaborativa, al ayudarme a desvestirla.
Una vez la tenia completamente desnuda de pies a cabeza, procedí a quitarme la ropa yo mismo.
Ella solo me miraba expectante sentada en la cama.
Cuando me saque los calzoncillos, mi enorme bulto salto por los aires, apuntando en su dirección, cerca de su cara.
– Ay, pero que cosa que tiene, mijo…eso es mucho para mi. Noo… me va a partir.
– Esa es la idea, tía…
No deje que se siga espantando por mi tamaño, y me abalance sobre ella.
Me puse encima suyo, entre sus piernas.
Ella trato de subirse un poco mas sobre la cama, mientras yo tomaba la punta de mi verga, y punteaba buscando su entrada.
Pensé que seria fácil, pero al estar ambos muy lubricados, todo parecía igual.
– Espere, mijo, no se desespere, que me va a lastimar…
Tomo la punta de mi verga, y la dirigió a la entrada de su vagina.
– Es que usted la tiene demasiado grande, me da miedo. Sea gentil, poh.
Mi tía apretó mi verga con su mano, tratando de disminuir la penetración, pero sus propios jugos la traicionaron, haciendo que mi verga resbale de su mano y se meta por el conducto vaginal sin resistencia, y hasta el fondo.
Mi tamaño no es monstruoso, pero si tengo una cabeza de verga grande. Y si entra la punta, entra fácilmente el resto.
Y así ocurrió.
– AAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY!!!!!!!!!- grito fuerte mi tía cuando se la mande completa.
Intento en vano zafarse, quitarme de encima, incluso me pegaba en la espalda para que yo me saliera.
Nada funciono.
Yo comencé a bombearla casi enseguida.
Sus quejidos de dolor continuaron un poco más, y luego dieron paso a gemidos. Y gemidos fuertes.
No estaba seguro de si escucharían los vecinos, pero no me importaba.
Yo estaba disfrutando como nunca antes, el sabor del tabú, de lo prohibido, del incesto.
No voy a mentir, en un par de momentos, vi a mi tía como si fuera mi madre (por aquello de que son hermanas y se parecen), y eso encendió aun mas mi lujuria.
También pensé en que en este momento, mi madre y mi primo estarían cogiendo en el monte.
Mi s embestidas eran salvajes, al igual que los gritos de placer de mi tía quien ahora, ya volvía a hablar ya con palabras obscenas y calientes, disfrutando la terrible cogida.
– Siii, aaaassiii métemela toda, rompemeaa, paaartimeee… lléname de tu leeecheeee…culeameeeeeeeee…
Un enorme orgasmo vino por parte de los dos, en donde ambos eyaculamos fuertemente.
Mi tía largo densos chorros de su leche de hembra, bañando mi panza, mientras yo la llene por dentro con mi leche.
Caímos rendidos por un momento.
Paso un rato en que fuimos recuperando fuerzas. Había pasado apenas media hora.
Ahí, mientras estábamos recostados uno al lado del otro, acariciándonos, comenzamos a charlar.
– Viste, tía Lily? Te dije que te iba a encantar.
– Cabro de mierda, me partiste en dos… mañana me va a doler todo el sapo.
– Pero te encanto, no mientas.
– Si, mucho. Nunca me habían culeado así. Ni siquiera tu tío, cuando viene caliente luego de un viaje.
– Ya no te coge como antes, y por eso asumo que le metes los cuernos.
– Si, los matrimonios no son fáciles. Sé que se coge alguna puta en sus viajes, y por eso no me molesta culear con alguien mas, pero aun así es muy celoso.
– Tranquila, no se va a enterar de esta cogida, ni de las que te voy a dar de ahora en adelante.
– Ah, míramelo al mono, ya se cree mi dueño.
– Preferías coger con tu cuñado de vuelta? O preferís que te haga ver las estrellas como hace un rato?
– …
– Por eso te digo tía. Yo no tengo con quien coger, y vos necesitas una buena verga.
– Bueno, pero métamela mas suave la próxima, poh. Me hizo doler mucho al comienzo. Tienes una bestia ahí.- me decía mientras me acariciaba la verga.
– Vamos por otro polvo, mas calmados, ti?
No respondió y en su lugar me abrazo y comenzó a darme un beso de lengua.
Su boca se abría para mi ahora y nuestras lenguas se abrazaban.
Mientras mas ideas de incesto pasaban por mi cabeza, le pregunte.
– Tía, una pregunta. Cogiste con el Matías?
– Como se te ocurre preguntarme eso?
– Vamos tía… sabes que se coge a mi mamá… que lo hablaste con ella. Por algo es, no?
– …
Ya la tenia en 4, a punto de penetrarla de nuevo, cuando al no querer responderme la amenace:
– Tía, si no me decís la verdad, te la voy a meter por el orto, te voy a romper el culo.
– Usted no se atrevería..
– Respóndeme, tía…
– …
– Va entrando…
– Ya, ya. Pero no quiero que piense mal, poh… – comencé a cambiar de agujero, y a puntearla en su concha.
– Todo empezó cuando el Maty era adolescente. Como era inexperto, tuve que ayudarlo a pajearse.
– Ya veo… y tanto agarrarle la verga te gusto, no?
– No diga eso… Con el tiempo, hubo que enseñarle mas. Una amiga mía lo desvirgo, y ahí comenzó a ser mas activo y mas demandante.
Vi que dejándolo manosearme, se calmaba. Una cosa llevo a la otra y cada tanto lo calmaba chupándosela, o culeando. Mi marido de esto no sabe nada, ojo, eh?
– Ok, ok…- se la fui metiendo entera, pero suavemente.
– Ooohhh… tiene una pija grande dura y caliente, mijooo… me encantaaaaa…
Ambos disfrutábamos de todo el placer de una penetración justa, por todo lo largo de mi verga y su cancha.
Podía sentir como mi glande rozaba sus paredes vaginales.
Aquella se sentía a la gloria.
Ahí, mas pensamientos pasaron por mi cabeza.
– Tía, que dirías si te dijera que me estoy celoso de Matias?
– Aaaaah…oooh… es lo normal, mijo… es tu mami.
– No, no es por eso…aaah… quiero cogerme a mi mamá…
– En serio? Que degenerado que salió.
Se la saque de una, la gire, la abrí de piernas, y comencé a cogérmela en misionero de nuevo.
– Mire quien habla, tia…la que es una completa puta siendo ensartada por su sobrino… usted es mi puta, tía… mi putita linda…
– Aaaaaaaahh…sobrino…aaaaahhhhahahahahhahahaaaa…
Decirle aquello la encendió.
Me acerque a su boca y comenzamos a besarnos apasionadamente.
Mi verga ya resbalaba suavemente en las entrañas de mi tía, lo cual la volvía loca, la volvía mi hembra, mi puta.
– Que pensas? Me la puedo coger? Se va a dejar? Es tan puta como sos vos, tía?
– AAaahh… nooo seee…capaz no se dejaaa…aaaa…aaaay….aaaahhhh… vaaaas a tener…queeee… aaaaah,,, oooh….aaaayyyyaaaa aaaay que duele ricoooooo….
– Voooy a tener que hacer queeee…ooh…
– La vas a…aaaaaaaaah… aaaaay…. Vas aaaahh… ooooooooooh…. que ricooo, soobrinoooo… aaaah….violalaaaaa…violaaaaa a la putaaaaaaaaaaa de tu madreeee, aaaaaahhh….
Mi tía tuvo un hermoso orgasmo que pude sentir como me aprisiono la verga dentro suyo.
Pero yo aun no acababa… quería mas… y quería volver a escuchar lo que me dijo, por que eso me prendió sexualmente.
– Aaay, mi amor, usted si que sabe culiarme…aaahh… me estas matando, pero me encanta, mijo.
– Aaah… que me decías antes, putita?
– Aaah, siii… queee… tu madreee, mi hermanaaa, es tan putaaa como yo… necesita una buena pijaaa… como la suyaaah sobrinooo… pero es remilgadaaaa… se te va a negar… te va a rechazaaaar… pero en el fondo le gustaaa… como a mi… amabas somos putas incestuosas, unas degeneradaaaas… aaaay… que duele… deme mas, sobrinooo…
– Entonceeees…? Oooh….
– Entonces… vas a tener que obligaaaaaaarlaaaaaah… aaaaay…siii… asi, papitoooo….
– Que hagooo…?
– Violalaaaa AAAAAAAYYYYYYYYY!!!…. siiii, aaaaasiiii…. Soy tu putaaa… culiame, sobrino, méteme tu enorme pija, rompeme la zorraaa…aaaaahhhh aaaaayyyaaaaa….
– Aaaah….ooooh….
– Violaaaaa a tu madreeeee, forzalaaa, obligalaaaaaa… culiatela a la fuerzaaaa… violaaaa a tu mami, sobrinooooooohhh…
– Aaaaaahhh. Ooooooh….sii…. mi puta…sos mi puta, tiaaaaahh…. Tomaaaa. Cometelaaa todaaaaa….
– AAAAAAAAAAAAAAAH…SOBRINOOOOOOOOOOOOOO!!!! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYY!!!
– OOOOOOHHH……!!!!
El mejor polvo, la mejor cogida que había tenido en mi vida, había tenido lugar.
O al menos eso creí en ese momento, ya que nuevas experiencias me aguardaban con la ayuda de mi tía Liliana.
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