De música a sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Küyen.
Compañeros músicos desde hace ya algunos meses.
Diana y Chino se conocieron en una escuela de arte donde eran parte del mismo grupo, su conversación inició intercambiando gustos musicales, encontrando similitudes y diferencias, lo bueno y mágico de aquel encuentro fue la comodidad que ambos sintieron al dialogar.
Luego de varios ensayos casi todos los días, la cercanía entre ellos se hizo notar, los abrazos y caricias era un trato normal sin embargo ninguno de los dos imaginó que aquellas tiernas e inocentes caricias terminarían en un apasionado y placentero encuentro.
Última semana de ensayo antes de una presentación ambos jóvenes responsables se encuentran en la escuela, al finalizar y sin más que hacer esa tarde de verano Chino y Diana deciden caminar juntos sin un rumbo determinado, sin embargo caminaron en dirección a casa de ella.
En pocos minutos se ven a solo cuadras de la casa.
– Estamos muy cerca de mi casa ¿Quieres pasar un ratito? – propone Diana
– Bueno!! – acepta entusiasta él
Diana se encontraba sola en casa, pues sus padres se habían ido de viaje, al llegar dejan sus instrumentos sobre el sillón y ambos se dirigen a la habitación, él se recuesta en la cama mientras ella enciende la computadora seleccionando varios temas para no estar pendiente de cambiar la música a cada rato.
Se toman un momento para ir por algo de comida a la cocina y vuelven a la habitación para continuar conversando sobre música y la vida y así pasaron las horas y sin darse cuenta ya era bastante tarde, la muchacha soluciona aquel problema…
– ¿Por qué no te quedas a dormir? –
Chino ríe pero acepta
– Oye voy a ducharme, acomódate donde quieras – Dice ella
– Ok, voy a ocupar el computador por mientras-
Diana al salir de la ducha pone en seguida su pijama, un short y una playera algo holgada, se dirige a su habitación y su compañero estaba sobre la cama aparentemente dormido.
Se seca el cabello y luego se recuesta al lado de él afirmando su cabeza en su pecho, este movimiento lo hizo despertar, sorprendido observó el gran trasero de Diana que con ese pantalón tentaba a sus manos a recorrerlo por completo, cierra sus ojos intentado desviar su atención pero como si sus manos tuvieran un imán poco a poco los dedos comienzan a deslizarse por la espalda de ella bajando y pasando débilmente por el trasero, levantando su pantalón y dejándolo caer, introduce su mano derecha bajo el pantalón y amasa con deseo esas nalgas
– Chino, deja eso y duerme- dice Diana aguantando la risa y restándole importancia a los actos.
El joven aún más excitado al saber que ella recibe de buena forma estas caricias, sus manos sin control amasan las nalgas provocando ese delicioso hormigueo y humedeciendo la vagina de Diana en pocos segundos.
En un movimiento rápido él quita del lado de ella y se posiciona a la altura del trasero para quitarle el short ,con total delicadeza lo quita y se queda observando sus piernas ascendiendo en caricias desde el tobillo a sus muslos posicionando sus pulgares en el borde interno de las piernas, y acerca su rostro mordisqueando el trasero de diana a la misma vez que comienza a abrir sus nalgas , deseando encontrar los delicioso fluidos que emana el sexo femenino, su lengua a cm de encontrar la vagina pero ella se mueve, se gira y se sienta frente a Chino abrazándolo y quitándole la playera ambos sonríen sonrojados, juntan sus frentes, cruzan miradas y por fin sus labios se encuentran en un fogoso beso.
Sin despegar sus labios, él poco a poco se deja caer sobre Diana mientras una de sus piernas busca meterse entre las de ella así mismo la otra, dejándola totalmente expuesta, descubriendo lo excitada que estaba ella pues sus fluidos habían recorrido gran parte de su entrepierna.
Diana forcejea para liberarse, lográndolo en breve, nuevamente sus miradas se cruzan y sonríen, ella lentamente se acerca besa su mejilla, desliza su lengua por el cuello, desciende dando húmedos besos por el abdomen de Chino, mientras el solo se deja llevar y se recuesta.
Diana juguetona roza su cara sobre el enorme bulto que provocaba la erección de su joven amante, baja rápidamente el pantalón junto con la ropa interior dejando el pene totalmente libre, por un momento Diana sorprendida se queda observando el tamaño de aquel miembro, sin perder más tiempo lo toma y comienza a masturbarlo lentamente pasea sus dedos por los testículos, asciende hasta el glande todo muy despacio, al mismo tiempo sube a la altura de su rostro para besarlo, se posiciona sobre Chino a la altura de su sexo y comienza a mover su trasero de manera que este roce su vagina y su clítoris , provocando esa deliciosa sensación en ambos.
– Vamos siéntate en mí, por favor! Siéntate – susurra Chino.
Pero Diana continua jugando solo con el roce entre su vagina y el pene, pronto comienza a bajar y con una sonrisa en su rostro se detiene frente al miembro de Chino, su lengua moja primeramente sus labios, y sin más espera la boca de Diana se encuentra saboreando el pene lubricado con los fluidos de ella, su lengua se desliza por todo el largo de este, de arriba-abajo, sus labios atrapan el glande, se aleja, su lengua dibuja círculos alrededor y nuevamente lo envuelve entre sus labios, succiona poco a poco a medida que lo introduce por completo en su boca llegando hasta la garganta, Chino totalmente extasiado cierra los ojos pronto la toma por el cabello dirigiendo él la felación, sus manos se alternan entre caricias a la espalda y al tomarla por el cabello.
Pronto él la aleja aún la tiene por el cabello, la afirma contra la almohada mientras él se sienta al borde de la cama, Diana de forma inconsciente levanta su trasero con las piernas semi abiertas, dejando expuesta su jugosa y acalorada vagina, el muchacho se levanta, su diestra continua afirmando la cabeza de su compañera mientras su mano izquierda recorre la espalda de ella, acaricia su trasero y sus dedos pronto encuentran el sexo roza débilmente el clítoris provocándole escalofríos, una y otra vez pasa sus dedos desde la entrada de la vagina hasta el clítoris suavemente, Diana desesperada se mueve buscando la penetración de los dedos pero él pronto quita su mano , dirige a la boca de ella quien chupa y saborea sus fluidos.
Chino da pequeñas palmadas al trasero de Diana, nuevamente sus dedos masajean su sexo sobre encima hasta que sus dedos índice y medio encuentran la entrada y la penetran haciendo que ella gima de placer, sus dedos lentamente entran y salen provocando que ella cierre los ojos y solo disfrute, al sacar sus dedos los lleva de nuevo a la boca, ella los limpia y saborea alocadamente.
Él ahora se arrodilla detrás de Diana recorre su cuerpo desde las nalgas hasta sus hombros, despojándola de su playera y arrojándola al suelo, sus manos acarician los pequeños senos aprisiona los pezones entre sus dedos, mientras afirma su cabeza sobre la espalda de ella, suelta los pezones y vuelva a apretar los senos por completo provocando que los dulces labios de ella emitan aquellos excitantes gemidos de placer, Chino no aguanta más, se levanta abre esas nalgas, y en un segundo él se topa con la húmeda cavidad de ella e introduce su pene de una rápida y fuerte estocada provocando que Diana ahogara sus gemidos en la almohada, ya dentro Chino se mueve en un lento vaivén afirmando ese gran trasero con ambas manos, Diana dirige su mano a su clítoris pero él la detiene, toma ambos brazos desde el codo y detiene el vaivén, solo para embestirla con fuertes estocadas.
– Umm … aaahhh-La joven no pudo ya contener sus agudos gemidos.
– Te gusta? – pregunta Chino antes de embestir nuevamente a Diana
– Aaahhhhhhh … ahhh … mmmm siiii – Diana totalmente excitada al recibir cada estocada más fuerte que la anterior.
Chino se detiene suelta a Diana ella se voltea y sonríe, él se acerca hacia la pared acomoda las almohadas y se afirma en ellas, la joven gatea sobre la cama, va desde abajo pasa su lengua por el pene de Chino y asciende besando su torso su lengua juguetea en el cuello, se miran.
– Jamás pensé que pasaría esto – susurra ella.
– Yo tampoco, pero si lo deseaba con ansias- ríe- mientras acerca una de sus manos al rostro de Diana y la lleva hacia él para besarla tiernamente.
Sus piernas se acomodan y rodean el cuerpo de él, toma el pene y lo acerca a su cavidad poco a poco deja caer su cuerpo, disfrutando cada cm del miembro dentro de ella, en esta posición la boca de chino queda a la altura de los senos de Diana por lo que él no pierde tiempo y enseguida lleva uno de estos a su boca para mordisquearlo, chuparlo y lengüetearlo a su antojo mientras ella lleva el lento pero delicioso ritmo de la penetración.
La delicadeza de ella enciende la pasión y descontrol de él.
Ahora él detiene a Diana tomándola por los muslos y el comienza el rápido movimiento de la penetración.
Aprieta y nuevamente da alguna palmadas enrojeciendo débil aquella zona.
Chino nuevamente se detiene saca su pene y baja, quedando con la vagina en la boca, mueve su lengua de arriba- abajo entra y saborea donde abunda la humedad, atrapa el clítoris entre sus labios, lo suelta y su lengua dura se pasea por los labios vaginales.
– Chino , no aguantaré much….
Uhmmm… aaahh- Dice ella
Diana rápidamente se gira y se acuesta con la respiración sumamente agitada.
Él la observa se siente tan excitado como ella y sus rostros son la clara evidencia de aquello, Chino le abre las piernas, pasa su lengua por su vagina y asciende hasta quedar frente a frente, con su mano izquierda acarició el rostro de su amante al mismo tiempo que acomodo su pene en la vagina de ella, ambos cierran los ojos uniendo sus labios en un fogoso beso ya dentro él comienza un lento vaivén que hace que el calor de sus cuerpos aumente.
Diana rodea le cuello de él, sin dejar de besarse y el movimiento que va en aumento, todo tan rápido e intenso que el sudor en sus cuerpos de hace sentir.
– Mmm uuhhmm mm – Chino a poco de acabar gime
Pero antes piensa en Diana y se quita de ahí, se posiciona al lado de ella con su boca a la altura de los pechos y diestra enseguida se enreda entre las piernas, su dedo medio recorre los labios vaginales entra y sale, pasea de arriba abajo, se detiene en el clítoris a masajear en forma de círculos de manera tan lenta y delicada que Diana sumergida en la sensaciones deja salir sus agudos pero dulces gemidos.
En un impulso bruto por conseguir más placer ella lo toma por el cabello
– Chupa , por favor chupa – y dirige la cabeza de Chino hacia sus senos
Sin más que hacer él obedece, complace a la mujer que deseo por tantos meses, lleva su boca a uno de los pezones de ella para aprisionarlo entre sus labios, chuparlo y lengüetearlo, así mismo con el otro, sin dejar de mover su mano en el sexo de la joven, sus ojos observan a Diana totalmente excitada con esos cariños.
Su boca y su mano activos en el cuerpo de ella a una velocidad que aumenta poco a poco .
– Ahhh ahhhh….
– agitada respiración de ella- aahhh .
Chino …uhhm un poco….
mas rápi-
Aaaahhh AAaHH aaammmm AAAAAAAHHHH-
Un delicioso escalofrió recorre el cuerpo de Diana provocando que ella arquee su espalda en señal de que ha llegado al tan anhelado orgasmo.
Chino sonríe y lleva su mano a la boca de la muchacha ambos disfrutan aquel delicioso sabor del orgasmo femenino.
Ella sonríe y sabe que su compañero aun no acaba.
– Diana… quiero … acabar en….
tu cara –pide él y besa las mejillas de ella
Sin recibir una respuesta verbal, ambos se bajan de la cama ella se arrodilla y comienza a chupar el enorme miembro de Chino, él la agarra con las dos manos haciendo que su pene llega hasta lo más profundo de la garganta, y dirigiendo el ritmo a una velocidad intensa.
Los graves gemidos de él, anuncian una prominente eyaculación, se detiene saca el pene de la boca de Diana y comienza a masturbarse frente a su rostro.
– Mmmmmm uhhmmm uhmmmm OOOHHHHH –
Chino acaba, y su semen salta en gran parte sobre la cara de Diana, ella abre los ojos con su dedo índice toma un poco de este y lo prueba, sonríe y encoje sus hombros.
La música continuaba sonando y ellos sonrojados, ninguno creía lo que había sucedido.
Riendo se dirigen al baño, juntos se meten a la ducha, las caricias continúan y las sonrisas no se borran de sus rostro.
Al salir se secan van derecho a la cama para acurrucarse entre las sabanas un último beso cierra aquel episodio acontecido esa noche de verano.
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