De que le gusta … ¡Sí que le gusta!
—Acomódate, tesoro … ahora es mi turno … déjame gozar a mi … quiero limpiarte el culo y la panocha … no debo dejar rastros de ese maldito que acaba de follarte ….
Me casé con una bellísima puta, tetas grandes y duras, cómplice de mis correrías, me acompaña en todas y jamás se echa para atrás. Me excita sobre manera cada vez que me pone los cuernos. Su nombre es Luisa.
Pero es su naturaleza. Sus deseos de verga son naturales, jamás rehúsa una mega polla. Sus ansias y apetito sexual son irrefrenables, incontrolables, incontenibles e irreprimibles. La sorpresa en nuestra mayor pasión.
Muchas veces encuentro sus tangas en baño puestas bien en evidencia con la partecita donde apoyan sus estrechos labios vaginales, llenos de esperma. Otras veces me deja sus panties rotos en la parte delantera de su coño. Probablemente después de haber accedido a que algún buen pasante se lo metiera en su panocha hasta el fondo y se corriera en sus muslos mojando sus panties y sus calzoncitos. Para mi esto es fuente de inagotable pasión y amor por ella.
Una tarde que regresé a casa más temprano, encontré su celular sobre el sofá, justo le estaba llegando un mensaje, lo mire y vi que era de Marco. Él es el vendedor de la pastelería de la esquina donde ella va a comprar helados y dulces para la casa; el mensaje decía más o menos así:
—Tesoro … mi mujer se ha ido a cuidar a su madre por un par de días … ve si puedes venir a eso de las 19:30 …???
Inmediatamente agarré el teléfono y le respondí:
—Cariño … mi marido va a llegar tarde … me pondré linda para ti y vengo …
Me fui a buscarla y la encontré en el baño, le di el mensaje de Marco y ella quedó encantada con la respuesta que le había mandado y me contó algunos detalles de él:
—Amor mío … me encanta encontrarme con Marco … él ensancha mi panocha a tal punto, qué cuando me pongo mi tanga, esta no se la puede a cubrir el agujero que él deja en mi coño y mi ropa interior se enfila entre mis labios hinchados y abiertos … Marco me vuelve loca … tiene una super polla … dura, gruesa y muy larga … cabezona … tan grueso que mi mano no logra cerrarse a su alrededor … Marco es único …
Con estas pocas, pero claras palabras, mi excitación creció desmesuradamente. Escuchar decir a mi mujer que le gusta el pene gigantesco de nuestro maestro pastelero, me colocaba al séptimo cielo. No me importaba el hecho de que lo tuviera más grande que el mío, me excitaba que ella fuera a encontrarse con otro hombre. Un hombre que la follaría y llenaría su panocha con su semen caliente. Me di cuenta de que la mujer con la que me había casado era muy capaz de hacerse follar por cualquiera que tuviera una imponente verga entre las piernas. Antes de irse me dijo:
—Su mujer se ha ido … pero la hija regresa como a las nueve … así que creo que tendremos solo un poco más de una hora para nuestro encuentro … será una cosa rápida … me puse la lencería que a él le gusta … lo hare enloquecer … me gusta hacerlo feliz … espérame despierto … nos vemos luego … te amo …
Me gustó verla prepararse para otro hombre. Vi su sostén a balconcito que apenas contenían sus hinchadas tetas, su tanga negra con ese hilito obsceno perdido entre sus glúteos, medias negras con liguero del mismo color. Había elegido un hermoso completo. Antes de salir me beso y se aseguró que mi pene estuviese duro pensándola a follar con una verga diferente a la mía.
Cada vez que ella sale a encontrarse con otro hombre, la espera de volver a verla es un tormento, tengo ansias y deseos de ella. Trato de calmarme mirando algunos videos porno de muchachitas jóvenes follando con tremendas pollas negras. Pero mi pensamiento esta siempre dirigido a mi esposa que estará con las piernas abiertas a recibir las embestidas de un desconocido. Me pajeo pensando a ella con una mezcla de celos y depravación. Para un cornudo los momentos más intensos son esos de la espera; eso de no poder hacer nada; de no saber nada; el solo imaginar; el solo pensar a la propia mujer montando la polla de otro; una potente verga de otro hombre. Son momentos únicos e indescriptibles. Por amor se puede hacer todo. Y yo la amo. La amo porque es puta. Haría cualquier cosa para que ella esté satisfecha y tenga decenas de orgasmos.
Pasan un par de horas y ella regresa. Se sienta a mi lado en el sofá, me sonríe maliciosamente, la veo feliz. Me acerco a ella para besarla y percibo el característico olor a semen, de seguro le ha hecho una buena mamada al pastelero ese. La beso ardorosamente, meto mi lengua en su boca y trato de sentir el sabor a la esperma de ese otro hombre, lo busco dentro de su boca y ella envuelve mi lengua con su lengua brindándome el sabor del semen del otro abriéndome bien sus labios e invitándome a saborearlo junto a ella; es como chupar la verga del otro. Me abraza fuerte y me susurra al oído:
—Ven, amor … vamos a nuestro dormitorio … te contaré todo lo que hice con Marco …
Mi pene está duro como piedra. Se sienta al borde de la cama para quitarse los zapatos y yo aprovecho para acercarle mi polla, ella abre su boca y comienza a chuparme, tomo su cabeza y follo su boca. Luisa acaricia mi bolas y uno de sus dedos se enfila fácilmente en mi culo, ella sabe que me gusta ser estimulado de ese modo y sé que intenta hacerme feliz, o quizás en su subconsciente de puta prueba a hacerse perdonar.
Luego se alza e improvisa una danza mientras se desnuda para mí. Está contenta, al parecer Marco la hizo muy feliz. Se detiene al borde de la cama y sugestivamente se acuesta metiendo en evidencia su tanga negra. Puedo ver la macha húmeda en la convergencia de sus piernas, al parecer rezuma el semen de Marco de su panocha recién follada, es una mancha extensa y me parece adivinar la acuosa esperma del otro hombre todavía goteando de su coño. Me inclino para lamer y sentir la humedad y frescura del semen del otro hombre, pero ella me detiene diciéndome:
—¡Espera! … ¡No tan rápido! … Te quiero contar cómo ha sido todo … Quiero que sepas bien como te he puesto los cuernos con otro hombre …
Este es el momento mágico y sublime para un cornudo; el detallado recuento que hará mi mujer de como se ha hecho follar por la verga gruesa de otro hombre, hará casi explotar mi propio pene, me excitará al máximo. La amo, ¡Oh, Dios … como la amo!
—Bueno … lo primero que me dijo es que no teníamos mucho tiempo … fue a cerrar el negocio porque era la hora de cerrar y luego me llevó a la parte de atrás … estábamos de pie fuera de la vista de ojos indiscretos … comenzó a besarme por todas partes … me subió el vestido y vio que estaba vestida con la lencería que a él le gusta … se arrodilló frente a mí y comenzó a besarme la panocha … estaba tan caliente que casi me corro con sus lamidas …
—¿Y tú? … y tú ¿Qué le hiciste? …
—Lo hice alzarse y lo tire estrecho a mí … le solté el cinturón y bajé la cremallera de sus pantalones … rápidamente tiré fuera su enorme polla dura como el granito … pasé mis dedos por su cabezona pija y me di cuenta de que estaban saliendo las primeras gotitas de leche … lo acerqué a mi panocha y restregué la dura cabezota sobre los labios mojados de mi chocho …
—¿Qué te hizo él? …
—Cómo había bañado acuciosamente mi coño con su saliva … su gruesa verga apartó mi labia vaginal y se incrustó en mi panocha … abriéndola y haciéndose espacio hacia adentro de mí … casi me desmayo de goce por la forzosa dilatación de mi cuquita … ensanchó mi coño a limites insospechables … me sentía completamente llena con su polla cuando comenzó a embestirme como un animal … levantó una de mis piernas para poder metérmelo lo más adentro posible … ya casi no podía moverme … me tenía empalada en su polla y me daba con todo … creí morir … luego me levantó la otra pierna y yo me colgué de su cuello … sentí su polla tocándome el útero y sus cojones golpeando mis glúteos … me tenía ensartada completamente y me folló con fogosidad …
—¿Entonces te corriste? …
—Dos veces, amor … me corrí dos veces cuando cómo pude tiré mi sostén hacia arriba y liberé mis tetas para hacérselas sentir en su peludo pecho … restregando mis pezones en ese colchón de vellos hizo que me corriera una vez más … él continuaba a follarme con ímpetu y yo chillaba y gritaba abrazada a él para no caer … me hizo probar un infinito placer …
—¿Entonces él se corrió? …
—¡No, claro que no! … Marco sabe follar muy bien … solo se detenía por algunos lapsos de tiempo y luego reprendía a follarme con todas sus fuerzas … Marco me hace enloquecer con su modo de darme su polla en lo profundo de mi coño … además, me dice que soy una grandísima puta … hermosa, pero muy puta … me dice que busco vergas grandes porque tú lo debes tener pequeño y no puedes darme lo que él me da con su enorme polla …
—Y tú me has defendido, ¿no? …
—¡Por supuesto que no! … tenía que hacerlo sentir bien … además, decía la verdad … tu pene es más pequeño que el de él … luego me lo sacó de mi chocho en forma repentina … teniéndome en el aire con una sola mano … con la otra presento la hinchada y cabezona polla a la entrada de mi culito … lo empujó con tal fuerza que pensé que me iba a partir en dos … mis glúteos se separaron y mi esfínter cedió ante la potencia de su embestida … me taladró el culo con su gigantesca polla haciéndome dar alaridos de goce y dolor …
—¿Te hizo mucho mal? …
—Bastante … pero solo al principio y no duró mucho … Marco se puso a gritar como loco … “Puta” … “Puta” … “Te voy a llenar el culo con mi leche” … “Me corro” … “Me corro en tu culo de puta” … y sentí la tibieza de su esperma vertiéndose en mis vísceras … su semen colmaba mi esfínter y tu sabes cuanto me gusta cuando me llenan el culo de leche … hizo que me corriera otra vez …
—¿Y el dolor? …
—¿Cuál dolor? … Ahora sentía solo placer … el calor de su semen se extendió por todo mi cuerpo … me hizo sentir más caliente que cualquier puta … parecía no terminar jamás de lanzar cálidos chorros en mi recto … sabes que adoro que eyaculen en mi culo … me hacen enloquecer esos borbotones potentes explotando dentro de mí … ¡Mmmmmm! …
—¿Entonces te viniste para la casa? …
—¿Estás loco? … ¡Marco es una potencia de macho! … me lo saco del culo todavía goteando y me lo metió en mi panocha totalmente lubricada … su verga estaba todavía durísima … de un solo golpe la cabezona verga chocó con mi útero … chillé como una puta y me corrí una vez más … me folló … me follo y me folló mordiéndome la tetas y gritándome insultos de puta madre …
—¡Pero qué hombre! …
—¡Oh, sí! … uno de verdad … con mucha energía y una inmensa polla … mientras me gritaba un montón de cosas soeces que me hicieron enloquecer otra vez … me corrí tan fuerte que mi coño estrujó su polla e hice que él se corriera conmigo … ahora tengo la panocha y el culo llenos de semen de otro hombre y te los daré para que me lamas y me limpies como a ti te gusta …
—¿Entonces te viniste para la casa? …
—¡Por supuesto que no! … me arrodillé ante él y comencé a lamer su pija enorme … me lo metí casi entero en mi boca … chupé todos los restos de semen hasta la última gota … creo que me he convertido en una verdadera puta … excúsame, amor si he hecho la puta otra vez … no me puedo contener … se lo chupé y se lo chupé hasta que descargo una exigua cantidad de chorritos en mi boca caliente … entonces me levanté y me vine para la casa … tratando de no perder ni una gota del semen de Marco … es todo para ti, amor … haz tu deber de esposo cornudo ahora …
Mi rostro está enrojecido de rabia, celos y excitación. Mi mujer es la mejor puta que haya nunca conocido. Mi corazón palpitaba hinchando mi pecho, también estoy orgulloso de ella y le digo con firmeza:
—Acomódate, tesoro … ahora es mi turno … déjame gozar a mi … quiero limpiarte el culo y la panocha … no debo dejar rastros de ese maldito que acaba de follarte … te dejare limpia y purificada … mi lengua barrerá tu pecado …
Delicadamente le meto dos dedos en la panocha y descubro que ahora pueden entrar fácilmente mis cuatro dedos, realmente Marco la ha dejado más ancha, su coño esta inundado de semen fresquito, le bajo un poco su tanga y la maravillosa hendidura de Luisa se muestra en todo su esplendor y chorreante de esperma. Suavemente lamo esa rajita mojada de espeso semen y lo voy juntando poco a poco en mi boca, cuando siento de tener bastante me enderezo y la beso compartiendo sus fluidos y el esperma de Marco con ella, mi amor eterno, Luisa abre su boca y recibe todo en su famélica boca.
Luego de un rato la monto en la clásica posición del misionero y la penetro, inmediatamente me doy cuenta de lo ancha que está su vagina, mi pene es realmente más pequeño que el de ese bastardo que acaba de follarla. Ha dejado su panocha buena solo para su medida XXL. Está dilatada y mi pija resbala dentro de ella casi sin fricción, pero todavía es agradable follar su coño caliente lleno de leche de otro hombre. Pienso que Luisa no sienta mucho mi polla debido a la diferencia entre el mío y el de Marco, por lo mismo comienzo a dedear su clítoris, juego con su botoncito, así como he aprendido con los años, sé que de este modo la puedo llevar rápidamente al orgasmo.
Su panocha es ancha y jugosa como una sopa, mi pene se siente bañado con los residuos del semen de Marco; pensando a como ese inmenso pene a follado a mi esposa me excito mucho. Ella goza y gime sintiendo mi dedo que no ceja de masturbar su clítoris. Entre afanosos respiros de excitación no puede permanecer silente y me espeta:
—¡Cornudo! … ¡siente como me han dejado desbocada mi vagina! … ¡Cornudo! … ¿eres feliz ahora pensando en como me han bombeado hasta dejarme llena de semen? … ¡Cornudo! … ¿te gusta follar a tu mujercita después de otro hombre? … ¡Cornudo! … ¿sabes que hasta el culo me lo han dejado amplio y bien follado? … ¡Cornudo! … ¡Eres dos veces cornudo porque me ha follado el culo y la panocha! …
Su soliloquio es como un viagra para mí, mi verga se entiesa cada vez más, no puede crecer más, pero lo mismo la follo con todas mis fuerzas y trato de meterlo lo más profundamente posible; estoy follando al amor de mi vida. No me importa si se ha hecho follar por otro o muchos más, la abrazo fuerte y la amo, ella es mía, es mi mujer … mía … solo mía.
Al cabo de un instante ella me aferra con fuerza y se estremece toda, puedo sentir levemente las contracciones de su vagina y terminamos juntos, casi al mismo tiempo. Ella goza y me hace gozar a mí. Ella es mi esposa, es una puta y yo soy el marido … cornudo y felizmente casado con ella.
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El regalo más preciado de quien escribe es saber que alguien está leyendo sus historias. Un correo electrónico, a favor o en contra, ¡Tiene la magia de alegrar el día de quien construye con palabras, una sensación y un placer!
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Delicioso como siempre , tu estilo impecable , muchas gracias .