Denisse, Yoga y Semen
Un oportuno reencuentro con Denisse, la esposa de mi vecino sin pene (Ver “Vecino, culéese a mi esposa”), me permitió celebrar el día del Trabajo como se debe….
Además de ser un viejo morboso, follador y súper pajero, soy empresario y cada cierto tiempo debo visitar a mis clientes, empresas que trabajan en zonas de la selva amazónica, en lugares sin electricidad, sin Internet, casi sin mujeres, porque en los tres bares trabajan putas gordas y viejas y jovencitos convertidos en homosexuales a la fuerza…esos días me convierto en un santo varón…respeto mucho a las esposas e hijas de mis clientes porque hay historias de antecesores míos que osaron tirarse a alguna y terminaron quemados vivos…
Ayer, Día del Trabajo, temprano, llegué a mi pueblo en bus, como lobo a zona de corderos, con las bolas llenas de leche, esperando encontrar a alguien, no a Mayra, que los domingos se va fuera del pueblo a casa de sus abuelos…o, por último revisar mi email, Telegram o videos publicados, buscando las fotos o videos que me envían lectores y visitantes de mi rincón porno, de sus esposas, hermanas, hijas y hasta madres, pidiéndome que les haga tributos…pensé que si no encontraba a alguien, me dedicaría a hacer tributos todo el día, usando mis amantes manos y todo lo que estuviera a mi alcance y que se pueda penetrar…
En el momento en que me disponía a abrir la puerta del edificio en el que vivo, escuché: -¡Ricky, Ricky!. Volteé y vi a Denisse, con la que tuve varias sesiones de sexo salvaje y a la que dejé de frecuentar porque sentí que, con sus 24 años, era muy vieja, según mi experiencia actual…abrí la puerta, ingresé, coloqué mi maletín en la escalera…ella me siguió, entró, cerró la puerta, levantó los brazos, se colgó de mi cuello y con sus piernas abrazó mi cintura:
– Vi a Mayra hacerte esto en la calle el otro día y me dieron ganas de imitarla.
Nos besamos en la boca, la pinga se endureció inmediatamente, la cogí de las nalgas…
- Feliz Día del Trabajo, querido Ricky, te debería odiar por haberme abandonado, pero te amo, deseo y necesito…
- Feliz día para ti también, amorcito…
- Pero yo no trabajo.
- Te aseguro que hoy vas a trabajar jornada completa y hasta horas extras. Anda, deja la bolsa que llevas y ven de inmediato. Voy a dejar la puerta abierta y me encuentras en la ducha. No demores…
Me apretó muy fuerte, me besó, bajó y salió corriendo, diciendo que regresaba de inmediato.
Subí, me desnudé y fui a la ducha. Me estaba jabonando cuando la sentí entrar, desvestirse y acompañarme bajo el agua. Nos jabonamos mutuamente, con especial énfasis en la vagina, la pinga, las tetas, su culo y mis huevos, nos enjuagamos rápido, nos secamos, la cargué y fuimos a mi dormitorio.
Se arrodilló en el borde de la cama, mirándome. me acerqué nos comenzamos a manosear, lamer morder y besar todo el cuerpo. Cuando ella llegó a mi cintura, me dijo:
- Ahora vas a ver lo que me obligaste a aprender…
Se echó boca arriba con la cabeza en el borde de la cama. Me acerqué y puse mis huevos sobre su cara, la pinga quedó sobre la boca y el cuello. Ella comenzó a chupar mis huevos, a levantar sus pies, a traerlos hacia mí, los puso a los lados de mi cuello y su culo y vagina, quedaron frente a mi cara. Me sorprendí…ella me dijo:
- Una amiga me contó que se había divorciado y que, como extrañaba las lamidas de concha del esposo, se metió a un curso de Yoga y pudo lamerse ella misma. Me inscribí en su club…y aquí estoy…pero ahora, mi concha es tuya…cómetela, viejo pervertido…
Le mordí la vulva, los labios, le abrí la conchita y me comí su clítoris, mientras ella me mamaba la pinga, allá, abajo…era una sensación y una posición totalmente nueva y excitante para mi…estaba tan arrecho que la leche se quería salir. Le pedí que se volteara, que se ponga en cuatro para penetrarla…lo que hizo fue bajar sus pies por los costados de mi cuerpo e ir bajando su cintura hasta que sus huecos quedaron a la altura de mi pinga… ¡Espectacular!
La penetré por la vagina, mientras que con mis dedos le hacía cosquillas en la entrada del ano y comencé a meter uno, dos y hasta tres dedos…ella chupaba mis huevos y lamía la zona de encuentro de su vagina con mi pinga. Mi pinga entraba y salía, cada vez más fuerte y rápido…no duré mucho, el semen, la leche ingresó caliente y pegajoso al fondo de su ser…ambos gritamos de placer. Ella retiró levemente su concha y la mezcla de semen y sus fluidos comenzaron a chorrear sobre su boca, ella lamía, tragaba, gemía…yo no pude más, salí, la hice estirarse totalmente, me eché en la cama y ella se puso encima de mí en posición 69… ¡Qué delicia tragar la mezcla de nuestro deseo desbordado, mientras nos comíamos mutuamente! Minutos después volví a vaciarme, en su boca y ella me llenó de su viscoso fluido…
Mientras nos lamíamos todo el cuerpo sudoroso, lleno de morbo, le pregunté si me podía matricular en la academia de yoga a ver si algún día puedo hacer realidad mi fantasía de mamarme la pinga, para que mis manos descansen…creo que eso excitaría más a las chicas que me piden tributos o a sus maridos, padres, hermanos o hijos…ver que me mamo la pinga y, de pronto, mi semen salta sobre las fotos de sus arrechas caras…ufff. Me dijo que para qué iba a gastar, que ella me puede enseñar…es un trato…
Ricky
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