Descubrí que mi esposo me era infiel, pero de la manera menos pensada por mí.
Una mujer recien casada, sospecha que su esposo le es infiel, va donde su abogado para que la oriente, a los pocos días él la llama y le muestra un video en el que al principio ve a una mujer con otro hombre teniendo sexo, pero luego se da cuenta que es su esposo vestido de mujer..
Descubrí que mi esposo me era infiel, pero de la manera menos pensada por mí.
Realmente cuando comencé a sospechar que mi esposo me engañaba, sospechaba que él me podía estar siendo infiel con alguna empleada, o hasta con alguna amiga mía, me imaginé de todo menos eso.
Debido a eso hablé con mi abogado para que me orientase en cuanto a las acciones a tomar, lo primero que me dijo, fue. “Debes salir de dudas, si me lo autorizas, me encargo de hablar con un detective muy discreto, que uso para este tipo de situaciones.”
Desde luego que lo autoricé, ya que yo ni tan siquiera tenía idea, de cómo contactar a un detective, y mucho menos que decirle, porque me moría de la vergüenza.
Como a los quince días, mi abogado me llamó, diciéndome. “Ya tengo el informe, y algo más cuando puedas pasa por mi oficina para que hablemos.”
Al él decirme que eso, de inmediato cerré mi tienda, y rápidamente me dirigí a su bufete, al llegar me recibió con el rostro algo acongojado, pero al mismo tiempo, me dio la impresión también de que, como que trataba de ocultar su risa.
Viéndome a los ojos, y agarrándome ambas manos, me llevó hasta un gran sofá en el cual nos sentamos juntos, sin soltarme las manos, de inmediato dijo. “Te voy a mostrar un video crudo, es decir no ha sido editado, te advierto que tiene escenas muy fuertes, sin importar la razón que sea, espero y te recomiendo que lo veas hasta el final.”
Las palabras del licenciado me preocuparon, pero de inmediato continuó diciéndome. “Mientras que dure el video, no voy a hacer comentario alguno, a menos que me pidas que te aclare algo.”
Al finalizar de decir esas palabras, tomo un control remoto, con el que encendió la Tv y otro aparato o computadora, pasaron unos cuantos segundos, y apareció la imagen de lo que por lo visto era la habitación de un motel.
O por lo menos así lo supuse, de inmediato el Licenciado adelantó el video, al tiempo que me decía. “Disculpa esta parte es casi de una hora sin que pase nada, por eso lo estoy adelantando hasta que aparezca lo que entiendo debes ver, con tus propios ojos.”
Cuando el video en la plana pantalla del televisor continuó corriendo, pero a velocidad normal, de inmediato apareció una mujer, alta, delgada, pero con unas caderas más o menos como las mías, a diferencia de sus senos que en ese momento pensé que eran algo pequeños.
Ella era blanca, de cabellera abundante de color negro, y de momento le comenté al Licenciado, “Seguramente esa tipa debe ir pensando ya en ponerse un buen par de implantes de senos.”
Él por su parte no dijo nada, casi de inmediato entró un hombre negro bastante alto a la habitación, y por lo visto algo le dijo a la mujer, ya que ella reaccionó de inmediato.
Sin dejar de verme, el Licenciado comentó. “El audio al principio no es de primera, pero como ya te dije el video es bien explicito.”
En ese momento le pregunté. “Y mi esposo que tiene que ver con esa pareja.” el Licenciado solamente me dijo. “Está relacionado.”
Yo seguí viendo el video, la mujer y el hombre se besaban salvajemente, al tiempo que él tipo subiéndole el vestido le agarraba las nalgas a ella.
Fue cuando me di cuenta de que la mujer estaba usando un vestido igual a uno que yo tenía, y así se lo comenté al Licenciado, sin que él me diera ninguna respuesta.
La tipa además estaba muy maquillada, y aun dentro de la habitación, estaba usando unas gafas de sol bien grandes y oscuras.
La pareja continuó besándose, hasta que ella de espaldas a la cámara se arrodilló frente a su pareja, y le ayudó a soltarse el pantalón.
Los pantalones del negro ella los bajó hasta las rodillas del, y casi de inmediato los interiores tipo bóxer, dejando ver que el miembro del negro era lago descomunal.
La chica, sin perder tiempo lo agarró entre sus dedos, lo manipuló por un corto rato, mientras que con la otra mano se arreglaba su larga y oscura cabellera, echándola hacia atrás.
Yo en medio de todo estaba algo asustada, pero no podía dejar de ver lo que pasaba en esa habitación.
Y como me lo temía vi como ella dirigió el miembro de ese tipo, hasta sus rojos labios, al principio me dio la impresión de que se dedicó a lamer el glande, pero al poco rato ya se lo estaba mamando.
Yo no es que sea una santa puritana, pero en mi vida había hecho algo así, como eso.
Sin soltarme las manos el Licenciado, ocasionalmente me dirigía una mirada, mientras que yo ensimismada, no podía creer lo que mis ojos veían.
Nuevamente le pregunté al Licenciado por mi esposo, y se limitó a decirme. “Ten paciencia ya aparecerá.”
Fue cuando pensé que quizás, el muy sucio había estado haciendo lo que llaman un trio, y que en cualquier momento aparecería en la pantalla.
De repente, al parecer el negro le dijo algo a la tipa y ella dejó de mamar su verga, él se le colocó por detrás de ella, y levantándole la corta falda del vestido, y bajándole los pantis, no me quedó la menor duda de que él se lo estaba introduciendo a ella por el culo.
Cosa que tampoco había hecho yo nunca, digo dejar que mi esposo me lo metiera de esa forma y por ese lugar.
Yo estaba de lo más concentrada, cuando a la tipa debido a las fuertes envestidas que le daba el negro por el culo, se le han caído las oscuras gafas de sol que estaba usando.
A cada empellón que le daba su pareja, ella chillaba de placer o felicidad, y yo le apretaba con fuerza las manos a mi abogado, cuando de momento, cambiaron de posición, y para mi gran sorpresa, al ver la mujer sin las gafas de sol puestas, reconocí el rostro de mi esposo.
Me quedé como petrificada, no podía creer lo que estaba viendo, la mujer del video era mi esposo, que aparte de haber estado mamando la verga a su pareja, ahora chillaba como perra en celo, evidentemente disfrutando de todo lo que el tipo ese le estaba haciendo.
Yo avergonzadísima, vi de reojo a mi abogado, y este me preguntó. “Deseas que lo apagué.”
A lo que sin salir de mi sorpresa, le respondí que no, ya que al mismo tiempo descubrir que mi marido era transexual.
Sentí un sofocón por todo mi cuerpo, al grado que casi sin darme cuenta, yo misma había abierto mi blusa y muerta de calor separé mis piernas, perdiendo toda la compostura.
Mi abogado soltándome una de mis manos la colocó sobre mi rodilla, lo que a su vez me produjo un agradable escalofrió.
No podía quitar mis ojos de la pantalla, y al sentir su mano sobre mi rodilla, mi mente como que se me nubló, ya que separé más mis piernas de manera bien descarada, dejando prácticamente al aire mi coño, apenas cubierto.
Es mano del licenciado se fue corriendo, poco a poco por todos mis muslos, mientras que el negro y mi marido cambiaron otra vez de posición quedando mi esposo, prácticamente con su rostro frente a la cámara.
Fue cuando su pareja, en un arranque de fogosidad le arrancó la negra y frondosa peluca, por lo que ya no me quedaba la menor duda de que era mi esposo.
En el rostro del podía notar lo feliz que era mientras su pareja le estaba haciendo todo eso, mientras que yo, sentía un revoltijo de emociones dentro de mi cabeza, ya que por una parte me encontraba sumamente avergonzada, e indignada.
Pero a la vez tremendamente excitada, quizás sería por la manera en que mi abogado me estaba viendo, como sujetaba mi mano, mientras que con la otra lentamente me comenzó acariciar mi coño.
Apenas sentí sus dedos contra la tela de mis pantis, dejé de ver la televisión, y como impulsada por una fuerza mayor a las mías propias, me abalancé sobre mi abogado, y de inmediato salvajemente nos comenzamos a besar.
Al tiempo que yo misma me quité las pantis, y prácticamente me arranqué la falda, quedando medio desnuda ante él.
Sin perder tiempo, él se separó ligeramente de mí, colocó sus rodillas sobre la alfombra, separó mis piernas con suavidad, al tiempo que dirigió su rostro sobre mi coño.
Apenas sentí su húmeda lengua rosando mi clítoris, tuve un estallido de gran placer, jamás en mi vida mi marido me había hecho algo similar, ni tan siquiera parecido.
A los pocos segundos, yo disfrutaba placenteramente de todo lo que el licenciado me estaba haciendo con su boca sobre mi coño, mientras que sus manos no se quedaban quietas.
No sé cómo se las arregló, para que al mismo tiempo que me estaba dando tremenda mamada de coño, fue terminando de desabotonarme la blusa, y yo por mi parte, en un dos por tres me quité el sostén.
Sus dedos me apretaban los pezones divinamente, hasta que en medio de la tremenda excitación que estaba disfrutando alcancé por primera vez en mi vida de un húmedo orgasmo.
De mi coño salió despedido un considerable chorro, no era orine, más bien era algo así como agua, pero de olor excitante y penetrante.
En esos momentos mi amante, lejos de incomodarse por prácticamente haberle orinado la cara, con muchas más fuerzas continuó mamado mi depilado coño, al grado que comencé a pedirle a viva voz que me metiera toda su verga.
Por unos segundos separó su rostro de mi coño, se quitó lo que aún tenía puesto, y parándose ante mí con su verga bien erecta la dirigió inmediatamente contra mi coño.
En mi corta vida de casada, jamás le había sido infiel a mi marido, y no fue por falta de oportunidades, hasta esos momentos yo le amaba y respetaba.
Pero al verlo tirado sobre esa alfombra, portándose como una puta indecente, cualquier sentimiento de amor que pude tener hacia él despareció.
En su lugar sentí un odio, y una sed de venganza que ignoraba que yo pudiera albergar dentro de mi corazón, no por lo que estaba haciendo, sino más bien, por no confiar en mí.
Pero la manera en que el Licenciado me estaba haciendo el amor, era algo única, yo restregaba mi coño contra su cuerpo, buscando sentir una mayor satisfacción.
No conforme con eso, él me chupaba mis parados e inflamados pezones, arrancándome fuertes chillidos de placer, con decirles que disfruté por primera vez en mi vida de un sin número de orgasmos seguidos, y tanto él como yo prácticamente quedamos completamente empapados en mis líquidos vaginales.
Yo sé que llegué a su oficina a eso de las cuatro de la tarde, ya eran las ocho de la noche, y aun continuábamos satisfaciéndonos mutuamente, en el frenesí hasta le mamé su verga cuando él al mismo tiempo me volvió a mamar mi coño divinamente.
Al terminar ambos quedamos explotados, pero tremendamente satisfechos, ya era bien tarde, y a medida que nos fuimos vistiendo, le dije que deseaba divorciarme lo más pronto posible.
Fue cuando lo escuche preguntarme. “¿Podrías dejar eso del divorcio, hasta que te pueda asegurar por lo menos unos cuantos miles?”
Yo me quedé bruta como quien dice, no entendía lo que el licenciado me había dicho, fue cuando con toda su calma me explicó que, si me divorciaba de mi marido inmediatamente, de seguro podría sacarme una buena cantidad de dinero, pero no mayor a una cifra de seis dígitos.
Pero si esperaba a que él me lo indicase, la cifra podía aumentar cuantiosamente a una de siete y quizás hasta ocho dígitos, ya que el maricón de mi marido estaba por cerrar una gran negociación de la que le quedaría un buen porcentaje.
Yo me sigo viendo con el licenciado, y con otros hombres, hace poco al entrar a nuestro dormitorio, encontré a mi esposo, midiéndose no tan solo un vestido mío, sino que también mi ropa íntima.
Claro que me hice la indignada, pero él me vino con el cuento de que la empresa va a montar una obra de teatro, en la que a él le toca hacer un pequeño papel de mujer.
Yo en medio de todo le hice creer que me había tragado ese cuento, y por joder un rato, le dije que me excitaba mucho el verlo así vestido, y actuando como si yo fuera una lesbiana, nos metimos a la cama, en la que por primera vez en su vida me ha dado una magnifica mamada de coño.
Yo sé que es un cuento lo de la obra de teatro, pero si él es feliz de esa manera, quien soy yo para quitarle la oportunidad de que después de divorciarnos, le pueda quitar casi todo.
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