Descubrí que mi novio era todo un cabrón, cuando me dijo. “Eso es para que veas que yo no soy celoso…”
Una chica descubre que su novio es todo un cabrón, al darse cuenta que la comparte con sus amigos, y conocidos aun después de casados..
Descubrí que mi novio era todo un cabrón, cuando me dijo. “Eso es para que veas que yo no soy celoso…”
Desde que mi esposo y yo éramos novios tenemos la costumbre de salir a beber todos los fines de semana, y posteriormente terminamos revolcándonos en la cama.
Pero en una de esas ocasiones, a medida que fuimos bebiendo, y conversando, él tocó el tema de los celos, y la infidelidad.
Al principio no lo tomé en serio, pero como él insistió tanto en ese tema, le comenté que como yo no era celosa, me incomodaría mucho que él lo fuera.
Y así seguimos bebiendo, bailando, y charlando, sin cambiar de tema, en cierto momento me preguntó si yo podría a llegar a serle infiel, y tras pensarlo un poco le respondí que eso dependía de varios factores, como en qué estado emocional yo me encontrase.
Si yo supiera que él me había sido infiel, además de si estaba borracha, ya que como yo misma se lo recordé, cuando bebo demasiado, hago alguna que otra locura.
Pero que, en condiciones normales, no le pondría los cuernos nunca, además en más de una ocasión, hemos compartido con otras parejas.
Y hasta hemos disfrutado de uno que otro ardiente intercambio, sin que nos llegásemos a sentirnos traicionados, o en mi caso de que me haya sentido que le haya sido infiel a él.
A todas estas mi novio continuó sirviéndome trago tras trago, los que yo seguía bebiendo de lo más confiada.
En eso llegó un conocido de él, a quien yo no conocía, tras mi novio presentarme a su amigo, este tomó asiento en nuestra mesa, y nos invitó varios tragos los que yo me tomé sin preocupación alguna.
De momento mi novio me sacó a bailar, aprovechándose de acariciar todo mi cuerpo, y de besarme de manera super excitante, yo estaba que disfrutando placenteramente de todo lo que él me estaba haciendo a medida que bailábamos, cuando me susurró al oído que si me gustaría bailar con su amigo.
No sé si fue lo mucho que yo había bebido, y riéndome maliciosamente le respondí que sí, sin dejar de agarrarme las nalgas de manera descarada, me condujo a la mesa, y sin más ni más le dijo a su amigo que me invitase a bailar, de inmediato su amigo se puso de pie, tomó mi mano, y me llevó a bailar.
Apenas comenzamos a bailar, me apretó sabrosamente contra su cuerpo, y a medida que fuimos bailando, fui sintiendo como sus manos fueron recorriendo lujuriosamente todo mi cuerpo, incluso comenzó a besarme sin que yo me opusiera.
Yo no lo podía creer que, frente a mi novio, su amigo se tomase esas libertades, lo que fue produciendo en mí, un raro sentimiento de morboso placer, ya que además mi novio, nos observaba alegremente, como si eso lo divirtiera.
Apenas terminamos de bailar, y regresamos a la mesa, mi novio pagó la cuenta, y le dijo a su amigo que nos siguiera hasta nuestro apartamento.
Yo la verdad es que, aunque me pareció algo raro, no le di la menor importancia, además, en el auto, introdujo su mano derecha bajo mi falda, y se dio a la tarea de ir agarrando sabrosamente mi coño, a medida que conducía, hasta que llegamos al edificio donde vivimos.
Su amigo por lo visto venía tras nosotros, pisándonos los talones, en el ascensor, mi novio me siguió besando de manera ardiente, mientras que su amigo nos observaba.
Yo ni atención le puse, hasta que entramos a nuestro apartamento, fue cuando en el medio de la misma sala, mi novio frente a su amigo me quitó toda la ropa, y me condujo a nuestra habitación.
Fue en ese instante cuando yo me comencé a recostar en la cama, que me preguntó frente a su amigo que no se había separado de nosotros. “Te gustaría acostarte ahora con él.” Ni lo pensé, y separando mis piernas le respondí que sí.
El amigo de mi novio casi de inmediato se quitó toda la ropa, y sin más ni más se subió a la cama, colocándose sobre mí cuerpo, a medida que comenzó a besarme de manera salvaje.
Yo estaba tan deseosa de tener sexo, en esos momentos, que no opuse la menor resistencia, y fui sintiendo como su erecto miembro, se fue deslizando dentro de mi caliente y húmeda vulva.
Mientras que mi novio nos observaba de manera complaciente, lo que para mí era algo bien loco, pero que a la vez me producía un infinito placer, al ser vista por mi novio, mientras que su amigo me penetraba una y otra vez, salvajemente.
Yo gemía y movía mis caderas, restregándolas con fuerza contra su cuerpo, hasta que después de un buen rato, quizás por lo mucho que había bebido, finalmente disfruté de un tremendo orgasmo.
Pero eso no se quedó ahí, apenas terminó conmigo, mi novio me puso a mamar su miembro, y al poco rato le dejó el espacio libre a su amigo, a quien sin detenerme a pensar también me dediqué a mamar su verga, hasta que se le puso nuevamente bien dura.
Para luego clavármela por el culo, cuando me desperté al día siguiente, con la cabeza bastante adolorida por lo mucho que había bebido, mi novio me tenía preparado un buen desayuno, y antes de que yo le dijera algo, descubrí que mi novio era todo un cabrón, cuando me dijo. “Eso es para que veas que yo no soy celoso…”
Cosa que ha seguido demostrándome durante todos los años que llevamos de casados, invitando a algunos de sus amigos, y en ocasiones hasta dos.
Para que después de que nos emborrachamos, mi esposo toma asiento frente a nuestra cama, y observa como sus amigos gustosamente me hacen de todo.
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