Desde que mi hermana mayor salió embarazada, yo le hago el favor…
Un joven va a la casa de su hermana, para acompañarla, ya que ella está embarazada, y su cuñado tenía que salir de viaje, por lo que ella le dice por el embarazo, refiriéndose a su esposo, él no se atreve a tocarme, y tú no sabes la mucha falta que eso me hace..
Cuando llegue a casa de mi hermana mayor, que estaba embarazada en esos momentos, mi cuñado salía de viaje, debido a su trabajo, la idea era que yo me quedase acompañándola, hasta que él regresara.
No bien él se montó en el taxi con rumbo al aeropuerto, mi hermana que se encontraba vestida con una larga bata de maternidad, me dijo que se iba a dar un baño para refrescarse, mientras que yo colocaba mis cosas en la habitación que habían arreglado para mí.
Pero una vez que coloqué mi ropa en el closet, salí de la habitación, con la idea de ponerme a ver algo de TV, fue cuando pasé frente al cuarto de baño en el que mi hermana se estaba duchando.
Casualmente la puerta se encontraba completamente abierta, por lo que de momento me encontraba viendo a mi hermana dentro de la ducha, desde luego que completamente desnuda.
Ella se encontraba de espaldas, a la puerta, por lo que pensé que no se daría cuenta de mi presencia, así que la vi cómo se fue enjabonando, todo su cuerpo. hasta que volvió a abrir la pluma de la ducha, yo estaba embelesado viendo sus paradas nalgas.
Cuando ella de golpe, se volteó, me quedé sin saber que hacer, pensé en decirle que le iba a cerrar la puerta, pero una picara sonrisa en su rostro, me dio a entender que no tenía que decirle nada.
Yo seguí para la sala prendí la TV, al poco rato escuché a mi hermana llamándome desde su habitación, por lo que subí de inmediato, ella se encontraba recostada sobre su cama, con una corta y transparente batita de dormir, pero antes de que yo fuera a decirle algo, mi hermana me pidió que me sentase a su lado, que quería que yo le diera un masaje en la espalda.
Para ser más preciso a la altura de sus caderas, ya que según ella me dijo le estaban doliendo un poco, sin más ni más mi hermana se despojó de la pequeña bata de dormir quedando en sostén y unos pequeños pantis, que para colmo eran casi transparentes.
Y aunque me llamaba mucho la atención el ver sus enormes seños, seguramente repletos de leche materna, procuré concentrarme en lo que iba hacer, por lo que comencé a masajear sus caderas, y para no manchar sus pantis ella me dijo que se los bajase un poco.
A medida que comencé a masajear sus caderas y parte de su espalda, también me pido que le siguiera masajeando sus bien formadas nalgas, al poco rato fue cuando ella me pidió que comenzara a darles los masajes por sus senos, que también le molestaban un poco, o por lo menos eso fue lo que ella me dijo.
Pero a medida que yo continuaba acariciando su piel, o mejor dicho dándole el masaje por donde ella me lo pedía, mi verga se fue poniendo bien dura, tanto que hasta mi hermana se dio cuenta.
Pensé en retirarme, con la excusa de no hacerla sentir mal, lo cierto era que tenía unas tremendas ganas de masturbarme, pero mi hermana agarrándome por las manos y llevándolas directamente hasta su caliente coño, me dijo. “Hermanito, tengo un antojo, que ahora y aquí tú eres el único que me lo puede calmar.”
Yo abrí mis ojos desmesuradamente, por lo asombrado que me encontraba, cuando ella al soltarme las manos justo sobre su depilado coño, de inmediato comenzó por ir quitándome toda la ropa, sin que yo se lo llegase a impedir, en ningún momento.
Ya cuando estuve tan desnudo como lo estaba ella, mi hermana acercó su rostro a mi verga, diciéndome. “Desde que salí embarazada, él, refiriéndose a mi cuñado, no se atreve a tocarme, y tú no sabes la mucha falta que eso me hace.”
Yo no dije nada, sencillamente dejé que mi hermana continuase haciendo lo que estaba haciendo, así que cuando sentí como su boca iba cubriendo toda mi verga, la verdad es que me tuve que concentrar, y bastante para no venirme de inmediato.
Ella al poco rato de estar mama que mama toda mi verga, se la sacó de la boca, y algo desesperada, sencillamente la agarró entre sus dedos, y la dirigió a su depilado coño.
Enterrándose la bien profundamente, así medio sentada en cuclillas sobre mí, mi hermana me hizo disfrutar de un sexo, increíble, yo le acariciaba su vientre al igual que sus grandes tetas.
Mi hermana y yo mientras estuve en su casa, prácticamente a diario manteníamos relaciones, hasta que prácticamente el mismo día del parto, tuvimos que salir corriendo para la clínica, después de haber estado acostados juntos.
Mi cuñado regresó, me dio la gracias, por haberme quedado acompañando a mi hermana, y me comentó que próximamente él iba a volver a salir de viaje, y que si yo no tenía inconvenientes en volver a quedarme en su casa cuidando a mi hermana, desde luego que le dije que sí….
Las embarazadas son lo máximo,me fascinan..
Tuve varias buenas experiencias y muy calientes con algunas barrigonas