Deseos Profundos 2° – Problemas a la vista
Después de que Jeremías paso por el dolor, y casi vergüenza con su madre, se apresura a llegar a la universidad para platicar con su mejor amigo y pasar por situaciones mas personales.
Pasado el susto que tuve por la mañana debido a la situación con mi madre, después de que esta ultima fue a su trabajo, terminé por cambiarme mientras aquel dolor en las bolas se me iba quitando, abrí la puerta de mi habitación y me dirigí a la cocina para probar el desayuno que mi querida madre había hecho con antelación
- Muy bien, veamos que fue lo que preparo mi madre como desayuno –
Un par de huevos estrellados con sus respectivas tiras de tocino y una gran jarra de jugo de naranja era lo que me esperaba en la mesa del comedor, sonreí mientras el dolor poco a poco desaparecía de mis partes nobles y me senté para degustar ese platillo
- ¿Debería preocuparme por esa rara punzada que me dio? (me lo preguntaba en la mente)
Los minutos pasaron y y de aquel desayuno que se encontraba en la mesa un poco quedaba, hoy terminé de recoger el plato y lo puse en el área de los trastes sucios, al mismo tiempo revisé la hora y me percaté que faltaban 40 minutos para que iniciaran las clases de la universidad, fui a buscar mi bicicleta debido a que sólo tenemos un auto y mi madre lo utiliza para poder viajar a su trabajo, salí del departamento y llegando a la calle y me subí en mi bicicleta y tome rumbo a la universidad y de aquellos 40 minutos faltaban 15 para que el timbre sonara, en esta ocasión sentí que el camino se me hizo más corto cuando pude ver el portón de la entrada, bajé de mi bici y seguí caminando junto con ella hasta el área de las bicicletas donde se estaciona
- Oliver: – Como estas amigo? –
- ¡Qué onda Oliver! –
En una pequeña banca se encontraba mi mejor amigo Oliver, del cual lo conozco desde hace varios años, le gano con un año de edad y también ambos estamos en diferentes carreras
- Oliver: – Que tal te la pasaste ayer con tu sexi mami? –
- ¿Sigues con lo mismo? –
- Oliver: – Jaja una disculpa Jeremy, pero sabes que digo la verdad –
- Lo mismo me preguntaba yo en el caso tuyo con tu mamita –
- Oliver: – Veeez tu tambien te habías tardado –
La señora “”, quien es la madre de Oliver tiene las mismas dimensiones que mi madre, con la única diferencia que sus pechos son un poco mas grandes y tiene un poco más de trasero también
- ¿A quién esperabas en esta banca?
- Oliver: – ¡Hasta la pregunta ofende, pues a ti idiota! –
- Bueno pues ya estoy aquí, pero debo estar mejor allá dentro en mi clase, mejor seguimos platicando en el camino –
Ambos nos dirigimos a nuestros salones mientras nos contábamos nuestras situaciones
- Oliver: – ¿Y dime, como has estado de tu “mástil”? –
- Jaja buen chiste, pues la verdad no muy bien, tuve un problemita hoy por la mañana antes de venir –
- Oliver: – Que fue lo que paso? –
- Prefiero no hablar sobre eso, es algo que quiero olvidar –
- Oliver: – Mmm bueno, si algún día quieres hablar, te escucho… para eso estamos –
- Gracias, pero por ahorita lo que quiero es ir a mi clase y seguir con mi vida ordinaria
- Oliver: – Muy bien, nos vemos en el receso –
Cada quien se dirigió a su salón y las dudas seguían resonando en mi cabeza mientras me dirigía a mi clase, entre a mi salón y me senté en un banco esperando a que la maestra comenzar a la clase, físicamente me encontraba en ese lugar pero mentalmente mi cabeza todavía seguía en mi departamento, la maestra había iniciado la clase y ya tenía unos cuantos minutos en estar explicando el tema pero yo sólo escuchaba las voces a lo lejos mientras mi vista perdida en el pizarrón del salón hacía que los minutos pasarán lentamente, aquello que me preocupaba antes de salir del departamento volvía a resurgir y esta vez frente al público
- ¿No me jodas en enserio? – (Mentalmente me dije)
Aquel dolor que surgió hace unas cuantas horas en el departamento de mi madre volvía hacer acto de presencia, pero ahora a mitad de clases
- Okey, tal ves si me concentro en otra cosa se pueda ir el dolor –
Me concentre mas detalladamente en la conversación que tenían algunos compañeros y en el tema que explicaba la maestra, pero el dolor siguiendo insoportable, a tal punto que mi verga comenzaba a crecer de apoco y a palpitar, no pude aguantar mas y tuve que salir directo al baño
- ¿Maestra disculpe, puedo ir al baño? –
- Maestra: – ¡Se me hace muy temprano para ir jovencito, pero adelante! –
No lo pensé dos veces y medio inclinado me fui al baño tratando de evitar que mis compañeros vieran el bulto en mis pantalones, abrí la puerta del salón de clases y al salir al pasillo volteé a ver hacia los dos lados a ver si no había alguien más, por ventaja, los baños no se encuentran tan alejados del salón así que pude llegar más rápido, entre como rayo y para mi fortuna se encontraban solos, entre a uno de los cubículos y me senté en el inodoro
- Puta madre, el dolor esta insoportable –
Abrí mi pantalón y saqué mi verga semi erecta de adentro, me sorprendió muchísimo ver que estaba algo hinchada y mis venas se marcaban más de lo común
- ¿Mierda… que diablos me está pasando? –
Toqué mis bolas y pude ver que estaban más duras e hinchadas igual que mi verga, comencé a darme un masaje para ver si podía bajar el dolor, pero fue solo perdida de tiempo, mientras masajeaba mis pelotas, cerraba los ojos y más imágenes del sostén de mi madre volvían de igual manera a mi cabeza, de inmediato mi verga alcanzo su tamaño máximo y las palpitaciones eran mayores
- Uff bueno creo que lo mejor es que me haga una puñeta si no queda de otra… –
Tenía mucho que no me jalaba la verga para liberar mi tensión, pero debido a las circunstancias que estaban pasando tuve que hacerlo, me recosté sobre el recipiente de agua del inodoro y comencé a subir y bajar el prepucio de mi verga
- Mmm… tenia tanto de no sentir un masaje así –
Seguía machacando mi berenjena mas y más, mi respiración se hizo mas fuerte y la aceleración en mi mano no se hizo esperar, imaginaba a algunas de mis compañeras del salón que se caen de buenas, fantasee con la madre de mi amigo Oliver y son sus enormes ubres que tal vez contengan leche
- Oh mierda siiii… –
Sentía como mi verga se hacia mas gruesa y era inminente la eyaculación, me la cascaba más y más rápido, pero sentía como si algo se atoro a mitad de la venida, otra vez la punzada volvía a aparecer y abrí mis ojos
- Putizima madre! –
Mi verga esta roja y las venas bien saltadas, se veía como si fuera un dildo de esos que usan las chicas en formas de alíen o dragones por el color, al ver ese tamaño me sentí algo orgulloso de saber que ostento una buena herramienta, y al delirar de esa manera mi mente me envió una imagen de mi madre hincada enfrente de mis bolas contemplando la vergota de macho que tienen su bebe, eso fue la gota que derramo el vaso y lo que puso fin a mi trabajo en ese momento
- Mierdaaaaa siiii –
Fue lo que pude llegar a decir mientras mi verga se tensaba y soltaba largos, gruesos y espesos chorros se semen, me sujeté de la taza mientras mi verga parecía manguera expulsando toda esa ponzoña que albergaba mis pelotas, me sentía en el cielo era una sensación que ya había olvidado como se sentía, me mordí los labios para no volver a gritar mientras mi verga seguir soltando leche, al final conté 8 chorros, pero bien servidos de pura lefa de meses almacenada que mi “amiguito” libero
- Mmmm sii que sabroso de sintió eso –
Quede exhausto después de eso que hasta sentí quedarme dormido en la taza de baño, mis ojos se comenzaban a cerra, pero un golpe en la puerta del baño me hizo reaccionar, recobre la postura y me comencé a vestir de nuevo, algunas partes de mis pantalones y la playera se habían manchado de semen cuando me levante
- Me lleva el diablo – (Mentalmente me dije)
No pude terminar de limpiar el desastre que había hecho con mi semen, el tiempo se me pasaba y no quería llegar tarde otra ves a mis clases y sufrir un regaño de la maestra, así que opte por abrir poco a poco la puerta del cubículo y me di cuenta que la persona que había entrado al baño era una de los conserjes de la escuela, de hecho la única mujer y se le da permiso solo de entrar a limpiar el baño de hombres cuando no se encuentra nadie, debido a que se hace rumor que se le ha encontrado haciendo sexo oral a varios chicos de la universidad, en pocas palabras, mi única opción era tratar de salir corriendo rumbo al salón de clases mientras la conserje me daba la espalda, así que seguí esperando un poco mas hasta que mi momento llego y se agacho a remojar un trapeador que traía para lavar el piso
- ¡Es mi oportunidad ahora! –
Abrir rápido el cubículo y llegue a la puerta del baño donde jale hacia dentro para poder salir al pasillo, la conserje se tuvo que haber percatado el ruido que hice, sin embargo, eso era lo de menos con tal de que no me viera y así no supiera quien dejo los grumosos y cuajozos litros de semen en la taza del baño
- Ahora sí, a regresar a mis….. clases –
La vista se me puso borrosa y la cabeza me daba vueltas, mientras un zumbido aparecía en mis odios y poco a poco perdia la noción del entorno, coloque una de mis manos sobre mi frente y con la otra busque apoyarme contra la pared, sentía como iba perdiendo las fuerzas en mi cuerpo y termine viendo una oscuridad cayendo en un sueño profundo
- Mijo… mijo… – (Voz débil)
Podía escuchar una ligera voz a lo lejos mientras trataba de recobrar la memoria
- Mijo, puedes escucharme – (Voz débil)
La voz seguía sonando muy lejos de donde me encontraba, mis sentidos volvían a iniciarse y comenzaba a sentir los brazos y las piernas
- Tranquila señora, no paso a mayores, el se encuentra bien – (Voz a lo lejos)
Otra voz diferente se escuchaba por mismo lugar mientras yo comenzaba a mover la cabeza y un poco los brazos
- Todo esto es muy extraño para mí, no se el porque llego en ese estado al hospital – (La voz se hacía más fuerte)
Al escuchar la palabra hospital me desperté muy rápido y terminé por abrir los ojos
- Oliver: – Mama, señora, Jeremy ya despertó! –
Pude ver a Oliver a un lado de donde me encontraba, miré hacia todos los lados y pude ver que estaba en un cuarto del hospital y me encontraba sobre una camilla, se abrió la puerta del cuarto y entro mi madre y la mamá de mi amigo, la Doctora Carmen, mi madre corrió a abrazarme y unas cuantas lagrimas salían de sus ojos
- Dalia: – Mi bebe, pensé que jamás ibas a despertar –
- Carmen: Señora Dalia, dele un poco de espacio a su hijo para que respire, no sabemos bien cuál fue el motivo de su desmayo –
Desmayo, eso es, mi memoria se volvió a conectar al servidor de mi cerebro y me volví a acordar de todo y por qué terminé en el hospital
- ¿Díganme, como fue que llegue aquí? –
- Oliver: – Veras, todo se debió a que la conserje de la universidad salió del baño de los hombres donde estaba limpiando y se dio cuenta de que estabas tirado sobre el suelo del pasillo, se acerco a ti y se dio cuenta que estabas desmayado, le hablo a la maestra de tu salón y la mayoría de tus compañeros salieron lo que hizo que alertaran a los demás y entre ellos estaba yo, que le pase la noticia al director y el le hablo a la ambulancia para que fueran por ti, por eso es que estas en este lugar –
- Entiendo, entonces te agradezco Oliver por haber notificado al director –
- Oliver: – No hay de que, para eso estamos amigo –
- Dalia: – Pero mi amor, que fue lo que te paso, ¿porque te desmayaste? –
- La verdad mamá había ido al baño porque comencé a sentirme mal, ya después que salí de ahí y me dirigía al salón, la vista se me puso borrosa y la cabeza me daba vueltas –
Mi madre me volvió a abrazar y pude sentir como mi brazo izquierdo se iba hundiendo entre sus enormes tetas, yo me puse algo nervioso y mejor tome a mi madre de su hombro y le hable bien
- Tranquila mamá, ya estoy mejor, enserio –
- Dalia: – Ay mi niño, tú sabes cuanto te quiero y te amo, ya me separé de tu padre y fue un dolor muy grande la verdad, no puedo ni imaginarme si me llego a enterar que te llegara a pasar algo, sería mi fin –
Esas palabras me hicieron sentir bien, y con una sonrisa le dije a mi madre
- Jamás nos podrán alejar mamá, quédate tranquila que siempre estaremos juntos
- Dalia: – Muchas gracias, mi amor –
- Carmen: – Muy bien, dejemos que su hijo se recupere mejor dejándolo un rato solo, debe reposar un poco más, necesito que me acompañe señora para unas firmas, y tú también hijo, deja que Jeremías se reponga –
Mi madre me sonrió con lágrimas en los ojos y se dispuso a seguir a la doctora hacia afuera, Oliver también las seguía casi al último, sin embargo, había algo que necesitaba de el antes de que se fuera
- Oliver puedes venir un momento, por favor –
Oliver se quedo a nada de salir del cuarto mientras me volteaba a ver a mí y después a su mama la doctora
- Carmen: – Muy bien, pero que sea rápido, no pueden estar mucho tiempo las visitas, cuando termine de decirte lo que tenga que decirte Jeremías, sales y me esperas en la sala de estar hijo, te amo –
- Oliver: – Claro mamá –
Cerró la puerta de la habitación y se acerco a la orilla de la camilla
- Oliver: – Dime amigo, que es lo que necesitas? –
- Oliver, recuerdas que hoy por la mañana me dijiste que cualquier cosa que necesitaba, tú me podías ayudar? –
- Oliver: – Claro que me acuerdo, ¿qué sucede con eso? –
- Lo pensé mejor y … –
- Oliver: – Quieres que agende una cita con mi madre para que te puedas revisar el porque tienes un monstruo en las piernas? –
- Nooo tonto, sabes que no puedo hacer eso, se que tu mamá es la mejor doctora de la ciudad, pero no puedo llegar así y enseñarle mi verga como si fuera cosa X de todos los días, me moriría de vergüenza, y mas si se llega a enterar mi madre del tamaño del pito de su hijo, me colgaría de la pena –
- Oliver: – Esta bien, está bien no te enojes, ¿para qué me necesitas? –
- Se que tienes la opción y la facilidad para poder sacar cualquier cosa de la farmacia que se encuentra al lado del hospital –
- Oliver: – ¿Así es, pero que hay con eso? –
- Bueno… necesito que me apoyes con una caja de condones… –
- Oliver: – Que… pero que mierda? –
— CONTINUARA —
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!