Desnudos en la secundaria

Como un juego hizo que dos amigas y yo nos masturbáramos.
Esto sucedió cuando cursaba tercero de secundaria, yo tenia aproximadamente 15 años al igual que las otras dos participes de esta historia.

Yo siempre era de los que llegaba primero a la escuela y ese día Paulina; que es una chica rubia con unos muy buenos atributos también llego temprano, cosa rara de ella ya que siempre llegaba algo tarde, ella y yo nos tirabamos la onda y ese día no seria la excepción hasta que llego su mejor amiga, María; chica un poco chaparra y con menos atributos que su amiga, nos cacho en la movida y nos dijo que nos fuéramos a otro lugar y así lo hicimos, como nuestra secundaria era muy grande nos fuimos a unos salones que estaban en el patio de atrás y que nadie utilizaba y había unas escaleras con un pequeño balcón y ahí fue donde se puso mas caliente el asunto ya que ese día era de uniforme formal (falda para las mujeres y pantalón los hombres), ellas se sentaron frente a mi de forma que les podía ver sus calzones y las dos se sonrojaron porque se dieron cuenta de mis actos, ellas para no quedarse atrás me retaron a que yo también les mostrara los míos y yo acepte pero con la condición de que ellas se quitaran la falda y yo el pantalón y quedarnos así, aceptaron y cuando nos quedamos en calzones ninguna quitaba la vista de mi pene así que me lo tocaba por encima y eso hizo que se les empezara a mojar su calzón y en un acto rápido Paulina se los quito y se empezó a tocar hasta que una de sus manos fue a la vagina de María e hizo lo mismo con ella, yo por mi parte me deshice de mis calzones y me masturbe en frente de sus caras y María de lo caliente que estaba se desnudo completamente y se toco sus tetas y acaricio mis bolas, Paulina también hizo lo mismo que su amiga y al momento de dejar sus tetas al descubierto me empecé a masturbar mas rápido para poder venirme en esos pechos que tanto había fantaseado y que por fin los veía , cuando me vine les ayude a ambas a que también terminaran porque ya estábamos a punto de entrar a clases y así fue las dos se sincronizaron para terminar al mismo tiempo y se quedaron tumbadas un par de minutos hasta que sonó el timbre y nos tuvimos que ir a clases.

Ese día transcurrió normal y ya no volvimos a repetirlo hasta que Paulina nos invito a su casa pero ese será otro relato.