Despertar sexual
Desde que empecé mi adolescencia pensé que no podría sentir placer, ya que nada me calentaba, hasta que un «amigo» de 45 años despertó mi deseo.
Hola a todos… después de mucho pensarlo decidí compartir mi historia.
Actualmente, tengo 26 años, pero lo que voy a contar pasó cuando tenía 14 años aproximadamente.
Desde muy joven me ha gustado trabajar y tener dinero para mí o para ayudar en casa. Lo bueno es que el lugar en donde vivía todos me conocían y conocían a mi familia que siempre había vivido ahí.
Vivíamos en un sitio muy comercial, con muchos negocios y emprendimientos, por lo tanto, con frecuencia, los dueños hablaban con mi mamá para saber si me permitía trabajar haciendo encargos, o atendiendo sus negocios. Mi mamá siempre me preguntaba antes de aceptar cualquier cosa, aunque sabía que me gustaba trabajar.
Un día un caballero, a quién llamaremos Charlie (de 45 años y yo teniendo 14 mas o menos), habló conmigo y con mi mamá para saber si me gustaría atender su negocio con él durante unos días, ya que a veces él tenía que salir a realizar compras y alguien debía quedar en el pequeño local. Yo claramente dije que sí y comencé a ir seguido, llegaba a eso de las 10 de la mañana, tomábamos café y luego yo ordenada, limpiaba, etc. Cuando entraban clientes a comprar yo iba detrás del mesón y muy amablemente los atendía. Para que tengan una idea el mesón me llegaba a la altura del ombligo y detrás de mí había una puerta que daba a un cuarto muy pequeño y totalmente cerrado, la única luz que llegaba era por la delgada puerta en la que se unía con el negocio.
Los días pasaban y comenzaron a pasar cosas raras… Cuando estábamos detrás del mesón, él a veces se encontraba contando el dinero de la caja registradora y yo ordenando, y si tenía que ir a buscar algo, pasaba por detrás agarrando mis caderas y rozando todo su pene contra mi culo, al principio no me di cuenta de sus intenciones, pero después fueron evidentes.
Cuando estos roces sucedían yo me ponía tiesa, nerviosa y me sentía culpable, pero después de unos días lo empecé a disfrutar y esa fue mi perdición.
Hubo un día en particular en donde estábamos hablando de la vida, sobre trabajos, profesiones, deportes, etc, hasta que llegamos al punto de hablar sobre novios. Yo le comenté que no me importaba mucho ponerme de novia con nadie, y él me respondió que eso era lo más sano, ya que los hombres sólo piensan en una cosa cuando son adolescentes y yo le dije, ¿y qué es eso que piensan? y él me respondió tocando mi vagina por encima de la ropa y diciendo «sólo piensan en tocar el cuerpo y otras cosas»
Yo quedé helada pero no me moví, el siguió tocando mi vagina por encima de la ropa y con la otra mano comenzó a masajear mi culo, yo estaba ardiendo de calentura pero intenté disimular y le dije «por favor, no solo piensan en eso, además yo ni tengo trasero» y me fui a limpiar para poner distancia.
Así empezaron a pasar los días, él encontraba una excusa para tocarme, siempre diciendo cosas como: que lindo cuerpo tienes, tienes una mancha en la blusa (aprovechaba de masajear mis tetas), a veces tocaba mi culo y decía que tenía que cuidarlo y cuidarme de los hombres, etc.
Un día ya fueron tantas las ganas que en la hora de almuerzo, él cerro la cortina del negocio para que pudieramos almorzar tranquilos y luego de un rato me invitó a descansar al cuarto de atrás. Yo acepte nerviosa. Nos acostamos en un pequeño sofa cama que había y comenzamos a charlar, hasta que nuevamente él saco el tema de mi cuerpo y comenzó a tocarme descaradamente.
En esta ocasión, yo me entregué simplemente. Al verme tan entregada, el aprovechó para sacarme la blusa y el sujetador y comenzó a chupar mis senos, yo lo hice sentarse y me puse a koala sobre él para poder moverme sobre su pene. Se sentía tan rico!!!! nunca había sentido placer, de hecho pensé que yo era asexual o algo así. Sin embargo en ese momento sentía de todo y estaba como loca. Mientras el chupaba mis tetas, comenzó a tocar mi culo por debajo de la ropa y me preguntó si quería probar cosas nuevas y yo obvio le dije que si!! estaba en llamas. Él se puso de pie y se bajó el pantalon, quedando con boxer. Me pidió que me acostara y me saco mi pantalon y calzoncito (yo quedé desnuda y el con camisa y boxer), luego se puso encima mío como misionera y comenzó a rozar su paquete con mi vagina, fue delicioso, yo estaba vuelta loca apretando su culo con mis pies para que me masajeara mas duro, mientras el mordisqueaba mi cuello, hasta que tanto roce me hizo tener un rico orgasmo. Cuando me tranquilice me dí cuenta que el seguía duro asíque me ofrecí a masturbarlo. Él se puso de pie y yo me arrodillé en el suelo. Él me guió, me dijo que tirara el cuerito hacia atras, escupiera sobre el glande y masturbara solo la cabeza, así hice y terminó eyaculando sobre mis tetas.
Luego de esto nos limpiamos, me vestí y él me dio unos ricos besos y me dijo que era nuestro secreto.
Luego de unos días de roces por encima de la ropa supe que se acercaba el día de hacer algo más…Un día en particular el decidió cerrar la reja del negocio y colocar el cartel de «vuelvo pronto» para que no molestaran.
Nos fuimos hacia el cuarto de atrás y yo me lancé sobre él de inmediato, con las hormonas revueltas y le pedi que me lo metiera por favor, ya no aguantaba más, y él gustosamente me hizo caso. Nos besamos, tocamos y calentamos durante un rato hasta estar bien prendidos. Él me puso en 4 en el sofa cama, se puso un condon y me lo fue metiendo de a poco, dios que rico se sentía, el placer era mayor que el dolor, hasta que ya no sentí mas dolor y todo fue placer. Él se intentaba contener e ir despacio, pero yo quería fuerte, duro y rudo para sacarme todas las ganas acumuladas, así que se lo pedí. Aunque al principio el no quiso, luego cedió y comenzó a moverse cada vez más rapido. Con una mano se apoyó en el sofa y con la otra rodeo mi cuerpo y comenzó a tocar mis senos, apoyando su pecho en mi espalda y dándome como cajón que no cierra. Que rico el placer que sentía, con una de mis manos comencé a estimularme para poder acabar y lo hice, me corrí demasiado fuerte, tanto que sentí que flotaba jajaja. Luego de eso, él se enderezó y con una mano agarro mi cintura y con la otra se afirmo en mi hombró y comenzó a buscar su propio orgasmo.
Cuando nos recompusimos, nos limpiamos, vestimos y fuimos a abrir el local para trabajar el resto del día.
Así pasaron días y empezamos a inventar juegos. Mis juegos favoritos eran cuando jugabamos al tío y la sobrina inocente o cuando jugabamos a la «muñequita obligada», en donde yo debía fingir que no tenía ganas y él me obligaba a tener sexo (en ese entonces él me desvestía a la fuerza en el juego y me metía su pene de un solo empujon)
Las cosas se acabaron cuando comenzó el período de escuela y ya no fui más a trabajar. Después de un tiempo él cerró el negocio y se fue, así que deje de verlo.
Lo recuerdo con cariño y le agradezco, porque me ayudó a descubrir que a esas edad me calentaban mucho más los maduros.
Me gustó tu primer relato. Espero que coloques más relatos asi de ricos
Buen relato, una adolescente caliente es deliciosa para un maduro, seguro los disfrutas al máximo.