Devorando mis Instintos – Parte1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Mi nombre es Nicole, tengo 19 años.
Mi historia empezó cuando tenía 9 años, en la que todo para mí era un despertar.
Mi cuerpo es de mediana estatura (1,68 mts), tengo buenas tetas, un cintura noldeada por el ejercicio, un culo operado, unas piernas formadas debido a que siempre voy al gym. Tengo cabello Negro castaño oscuro, ojos castaño claro, piel trigeña.
De por si, mi curiosidad es muy grande, por que me gusta saber cómo son las cosas.
Recuerdo que miraba a mi padre follarse a mi madre. Ella gemía de placer pero yo no entendía, hasta que un día mi madre descubrio a mi padre engañandola con otra. Mi madre lo mando al carajo, y desde entonces ha estado sola.
Luego de mi cumpleaños número 9, mi madre se restableció un poco y consiguió pareja.
Cuando mi madre lo presenta a mí y a mi hermano, yo de mi parte me quedo impactada de lo bello que es ese hombre. En verdad que me gusta, es como yo lo imaginaba para mí, sólo que mi madre lo tenía. Aun así no sé porque pero desde allí empezó mi coqueteo hacía él.
Él era cariñoso, siempre un caballero, y hasta los momentos se ha comportado bien.
Siempre que podía trataba de verlo para estar con él, pero mi madre siempre interrumpía, ya que ella se iba a hacer ejercicio con él al paseo aeróbico. Yo no tenía otra opción que ir también.
Debido a mis circunstancias, aprendí a masturbarme viendo vídeos porno de los que tenía mi padrastro.
Cada vez que mi madre y mi padrastro follaban, yo los escuchaba desde la puerta, yo pars ese entonces usaba falda. Lo único que hacía era bajar mi mano hasta mi sexo, apartaba mi bragita y me daba placer imaginando, aquél hombre junto a mí.
Un día Fernando (mi padrastro), fue a buscarnos a mi hermano y a mí a la escuela, porque a mi madre se le había presentado un inconveniente en el trabajo, por lo tanto debía quedarse más tiempo.
Estando en casa me pongo cómoda, usando mi usual minifalda con mi blusa blanca. Mi hermano se había ido a su habitación.
Por lo tanto tenía una excusa de ver a mi padrastro.
Al acercarme a la habitación de mis padres. Como es de costumbre, antes de entrar toco la puerta. Nadie responde. Vuelvo a tocar y nada. Así decido entrar.
Estando adentro oigo la ducha del baño. Dentro de mí digo "Con razón no me escuchó". No me escuchó por el ruido que hace el agua a causa de la presión con la que sale.
Decido esperar a que salga.
Al salir, simplemente me quedo hipnotizada al ver su hermoso cuerpo. Un cuerpo esculpido, un cuerpo de un Dios mitológico.
Él se da cuenta de que estoy ahí, por lo que rápidamente toma una camisa y se tapa. Yo simplemente no puedo articular mis palabras.
—Caramba Nikki. No sabías que estabas aquí.
Aún no puedo hablar.
—Oye, disculpa si no te oí entrar. Es que el agua de la ducha hace mucho ruido por la presión.
¡Si! Eso lo sé. Lo que no sé es cómo responder o que hacer ante éste momento incómodo.
—¿Quieres que te ayude en algo?
—Eh… Yo…
Simplemente salgo corriendo de la habitación.
No pude soportar estar en aquella situación. Luego decido ir a mi habitación.
Al rato entra mi padrastro.
—Nicole, lamento lo ocurrido. ¿Estás bien?
—Descuida. Estoy bien.
—¿Porqué habías entrado a la habitación? ¿Necesitabas algo?
— Quería verte.
Y si que te vi.
—¿Me querías ver?, ¿Eso para qué?
Trato de inventarme una.
—Lo que pasa es que la maestra, nos mandó a descubrir las partes del cuerpo humano.
—¿Y cuál es el problema?
—Me falta describir lo que es un pene.
Él me mira un poco incrédulo.
—¿No sabes lo que es?
—Bueno… Si. Es… Eso que tienes los hombres.
—Cierto. ¿Y cuál es el problema?
—Quisiera saber más de él. Ya sabes, para poder completar mi tarea.
—Ya has visto el mío.
Eso me sonrja mucho.
—Bueno… Si. Pero quiero saber más.
Él tiende a mirarme pícaramente por un momento. Luego se recompone y me mira normal.
Me pongo super nerviosa.
—Sabes. Me… Gustó verte desnudo.
Mi padrastro se queda perplejo.
—Si?, bueno. Sabes que tenemos confianza. Además sabes que te quiero mucho.
—Pero… Es que me gusta todo de ti. Me gustas mucho y yo quiero más.
—Bueno… Yo también te quiero Nicole. Te quiero como una hija.
—No hablo de ese querer, sino el otro.
—Nicole, pero no puedes. Técnicamente eres mi hija.
—Yo te quiero y me gustas mucho.
Empiezo a llorar.
—Vamos… Nicole.
—No me quieres, ¿cierto?
—Como a una hija.
—¡No me quieres!
—Por favor, no digas eso.
Me volteo para darle la espalda. Él se queda un rato y luego se va. Me deja llorando desconsoladamente.
Como puede ser posible que me halla rechazado. ¡No soy su hija! ¡No lo soy!.
Al caer la noche, decido vengarme.
Son las diez de la noche. Voy hacia la habitación de mis padres.
Veo que mi padrastro está durmiendo durmiendo a igual que mi madre.
Con cuidado quito la sábana donde está él, luego lo observo un momento.
A continuación, me acerco y le bajo el boxer. Cuando lo hago, puedo ver aquel gran instrumento, que está flacido y débil.
Con mucho cuidado lo tomo y empiezo a chuparselo.
En verdad que su verga sabe rico. ¡Hmmm! ¡Me gusta Su sabor!.
Veo que se va despertando su paquete, hasta que se pone al tope. Por lo que ahora me cuesta chuparselo.
Paso mi lengua, por toda su verga. Luego chupo su glande. Con mucho cuidado, abro bien la boca y trato de meterlo completamente en mi pequeña boquita.
Cuando lo hago, no puedo evitar toser, y allí es cuando el se despierta y se espanta.
—¿Pero qué?
—Te dije que me gustas mucho.
Sigo chupando su verga.
—Oye… No. Para, tu mamá nos puede ver.
—A mi no me importa.
—¡Uuuff! Pára, que me vas hacer correrme.
—Adelante.
En un movimiento ágil, se zafa fe mí y me carga en su hombro.
Me lleva a mi habitación.
—Dime, ¿porqué lo haces?
—Ya te dije que me gustas. Y quiero que seas el primero en mi vida.
—Eres muy chiquita. Debes esperas a que seas grande.
—Claro que no. Según yo oí que la vagina se adapta a cualquier tamaño.
—Bueno… Es verdad.
—Adelante. Hazmelo.
Él se queda pensandolo. Hasta que acepta.
—Bueno. ¿Sabes que follo duro no?
—Sólo hazme tuya.
Me coloca en posición misioneros. De manera que estoy totalmente abierta a él. Rápidamente me quita la falda y nota que estoy húmeda y deseosa.
—Vaya que estás deseosa.
Él me da un suave beso en mi sexo haciendome suspirar. Luego, aparta a un lado y toca mi rajita. El húmedece sus dedos con saliva y vuelve a pasar sus dedos por mi rajita, lo cual hace acelerar mis latidos.
Luego, poco a poco introduce un dedo en mi interior, lo cual me hace gemir de placer al sentir su cálido dedo dentro de mí.
Él lo mete y lo saca Luego me hace chuparlo.
En verdad que mi sabor es divino. Chupo su dedo una y otra vez, luego vuelve a meterlo en mi vagina.
Empieza moverlo rápidamente en mí interior, haciendome hadear una y otra vez.
—Me gusta. Sigue así. —Le digo mientras disfruto del placer que me da.
Él continúa hasta que, comienzo a gemir ya que siento que viene mi orgasmo.
Cuando no puedo más, exploto. Manchando la cama y la mano de mí padrastro. Él sigue moviéndose, haciendome jadear y gemir ya que estoy muy sensible y cualquier roce a mi sexo, producirá otros orgasmos.
Me corro tres veces más. Él saca sus dedos y vuelve a meterlos en mi boca.
—Ahora te toca a ti.
Yo obedientemente agarro su verga y me la meto en mi boca. La chupo y lamo por un buen rato. La meto completamente hasta donde da mi garganta. Se chupo una y otra vez. Luego el me agarra por la cabeza y empieza a follarme la boca.
A los minutos el se corre en mi boca. Yo me trago su semen, ya que tiene un sabor algo salado, pero nada que no sea desagradable.
Luego de que se recupera un poco, se levanta y me hace seña de que ya vuelve.
—¡Oye! ¿A donde vas?
—Ya vengo Cariño. Así que preparate.
Continuará…
Si quieren la segunda parte sólo avísenme, y con mucho gusto la escribiré.
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