dia a dia con mami 2
El segundo encuentro sexual con mi madre, una semana después…Nos fuimos a cenar a un restaurante lejos de casa, al regresar me sorprendió su erotismo desbordado y fuerte..
Les sigo contando como me va con mi madre.
El pasado jueves fuimos a cenar fuera de casa. En el restaurante parecíamos dos enamorados, obvio nos fuimos a un lugar distante. Hablamos mucho, durante la cena eso fue lo que más hicimos. Su preocupación fundamental no era por haber aceptado tener sexo conmigo, digamos eso lo superó desde que abrió sus piernas y me dejo entrar en su intimidad. Su problema era la gente. Tenía especial interés en que eso tenía que ser el mayor secreto de nuestras vidas que ella no iba a soportar que alguien supiera, aunque no se lo dijeran. Eso lo dejamos claro, pues esa era mi intención también.
Cuando regresamos a casa ella entró y bebimos agua y comenzó a comportarse con toda iniciativa, yo observaba y admiraba el erotismo que estaba descubriendo en ella y que antes solo veía vagamente cuando ella estaba con sus parejas. Entró al baño y salió con una bata de esas que son completamente abiertas por delante… yo estaba sentado en un butacón y una vez frente a mí se lo abrió y me preguntó.
– ¿Cuántas veces soñaste con este cuerpo? -La observé de arriba abajo y le dije…
-eres una diosa, desde antes de nacer ya soñaba contigo, madre …
Me extendió la mano, la halé y cayo sentada encima de mí. Nos besamos como dos locos, sus tetas quedaron a una altura perfecta para mi boca y chupé sus pezones con ganas. Ella se fue bajando hasta el piso y quedó de rodillas entre mis pernas… me bajó el pantalón y sacó mi pinga que ya estaba a mil. Y me la mamó por primera vez.
Lo que senti con mi pinga dentro de la boca de mi madre es indescriptible, me la chupaba con pasión y ternura a la vez. Se movía como si fuera a sacarla de la boca pero se la volvía a meter hasta la garganta, por momentos lamia la cabeza, y la chupaba, respiraba con agitación…
La primera noche eso no ocurrió, pero al parecer se quedó con las ganas de mamar.
Mi madre me la chupa soberanamente exquisito. A veces subia la mirada y se cruzaba con mis ojos. La expresión de su cara me excitaba, se lo repito una y otra vez…
-madre eres una diosa del erotismo, me encantas.
Esas palabras la animaban y seguía mamando como si no hubiera un mañana. Hizo una pausa, yo creía que nos íbamos a la cama, pero no.
Allí mismo ella se puso de espaldas a mí, yo me corrí hacia el borde del butacón y vi como empinaba sus nalgas mientras se iba sentando en mis muslos. Con su mano cogió mi pinga y se la acomodó a la entrada de su vagina, y se deslizó sobre ella….
Que penetración deliciosa y especial, lenta pero ardiente y abrumadora. Mami se movía encima de mí y apoyada en mis rodillas, pero en ocasiones se incorporaba y se recostaba con las manos libres y se masturbaba. Yo acariciaba sus nalgas y sus caderas, y disfrutaba el momento en el que ella me “gobernaba” …
Frente a nosotros había un televisor apagado y en la pantalla se reflejaba la escena, ella me tapaba casi por completo, algo se veía de mi cara tratando de observar, por un lado, ella lo notó y con un ligero movimiento se apartó un poco para dejarme ver bien. Sus piernas abiertas encima de mi eran el mismísimo edén…
Cuando ella alcanzo el máximo de excitación, se movía poderosa e intensa, sus movimientos se hicieron más rápidos y enérgicos, empujaba hacia abajo buscando una penetración profunda y extrema… mi pinga se deslizaba resbalosa en el bollo de mi madre, y así en varias envestidas y masturbándose se vino entre gritos y contracciones… yo le regalé mi leche también con gemidos que la alborotaban… poco a poco fue bajando la intensidad, se recostó a mí y yo me tiré hacia atrás en el butacón. y me dijo…
-estamos verdaderamente locos… -esa noche me quedé a dormir con ella … ya en cama para que voy a contar lo que pasó… ustedes se lo imaginan…
Continuará
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