Disfrutando las pertenencias de Aron
continuando el relato previo de Samuel deleitándose la tía de aron, su prima de 10, su cuñadita de 13 ahora le tocaba a su novia.
Con el pasar del tiempo disfrutaba los momentos que pasaba con Daniela no solo porque disfrutaba mojarme los dedos en aquel lugar sagrado sino porque siendo así de pervertida mantenía una fachada de niña inocente, incluso Amelia siendo su madre que era tremenda puta desconocía el lado oscuro de Daniela sin embargo aquella niña si conocía los secretos de esa casa. Sabía muy bien lo que hacía su madre sin contar que viviana solía jugar mucho con ella, pero ahora era su hermano quien jugaba demasiado con Viviana.
Pasando unos meses Emilio se graduó por fin de la preparatoria y eso significa, una cosa segura: Fiesta. Era algo más que obvio sobre todo conociendo a Amelia.
Ya en la noche todo estaba bien prendido, algunos bailando otros bebiendo. Lo típico que se suele ver en una fiesta.
Emilio se desapareció un par de veces en medio de la fiesta y el morbo se respiraba en algunos jóvenes mientras bailaban recostado unos a los otros y no fueron los únicos ya que a altas horas de la noche para cuando solo se quedaron los que dormirían allí terminé arrastrado por Amelia que andaba algo ebria y me cabalgó como solo una madura adoradora de verga podía hacerlo, para cuando por fin se calmó me quede un rato dormido y al despertarme vi que había uno de los amigos de Emilio jalándosela mientras aún tenía a Amelia encima y nos quedando viendo a los ojos por un breve momento sin embargo este no parecía tener la intención de irse así que hice a Amelia a un lado.
—¿tienes condón? —, le pregunto y este hace un rápido gesto afirmativo con la cabeza. Entonces voltee a Amelia que estaba totalmente tumbada y abro sus piernas —¿quieres probar? —, le pregunto al chico.
Este no tardo ni un segundo en estar preparado entre las piernas de Amelia y el pobre puberto pareció un conejito por lo rápido que le daba y lo rápido que acabado
—¿primera vez? —, le pregunté mientras veía su cara de vergüenza, —no te preocupes men, todos pasamos por lo mismo además se nota que le aguantas otra ronda—.
y así fue, le fui aconsejando un poco en cómo debía hacerlo. Una situación bastante estimulante escucharla gemir mientras era penetrada por otro a la vez que yo masajeaba sus tetas luego le pedí que se recostara en la cama y le encimé a Amelia que aparentemente aun andaba dormida, pero eso no impedía que la puta moviera sus caderas porm era innercia entretanto cuando yo estaba por acomodarme para darle por la retaguardia veo que otro nos estaba mirando.
—¿Qué también quieres? —, le digo a aquel miron.
—si me invitas, yo le doy—, responde aquel chico.
—¿saben qué?, disfrútenlo. Yo me largo a mi cama, déjenle el culo bien abierto que también le gusta—.
cuando salí de esa habitación ya todos dormían excepto un par de calenturientos que se les escuchaban sus gemidos. Dije para mí mismo, (—no me extraña que esos dos weones estuvieran despierto con el ruido que hacen—).
En mi caso aún tenía ganas, pero no de jalármela así que me acosté así. Unas horas después estando aun oscuro me levanto con sed, así que tomo un vaso de agua, pero al regresar veo que alguien iba despacio por el pasillo arropada con una sábana mientras se iba apoyando de la pared. Era Bárbara que había salido del baño.
—¿estás bien? —, le pregunto con voz baja.
—no sé, estoy mareada—, con voz casi susurrante y algo aquejada.
así que para ayudarla hago que se apoye en mí, pero apenas lo hiso de manera inmediata sentí que no había prenda alguna bajo esas sábanas, saber que la tenía desnuda solo me provocaba morbo por lo que con cada paso que dábamos mi mano derecha la acariciaba sutilmente sobre aquellas sábanas hasta que incluso en un momento las pase sobre su pecho sin embargo esta no me dijo nada así que se las acaricié con mayor confianza ya con el morbo que le tenía encima le pise la sabana y esta quedo al descubierto.
—ay perdón, ya te lo levanto—, me agacho para recogerlo, pero me levanto despacio tratando de admirar, mi nariz roza su abdomen y al momento que pasé por sus pechos le rocé el pezón con mi lengua.
—no… ¿Qué haces?, déjame—, sin embargo, lo dijo de manera débil y sentía sus manos con intención de apartarme, pero sin nada de fuerza y para cuando llegué a la altura de sus labios este giro su cara., pero yo sé la giré y la besé. Ella decía “no” sin embargo también metía su lengua en mi boca mientras que con una mano hice que sostuviera mi verga. Luego de unos momentos besándonos sentí como su pierna derecha me abrazó e inerte me acomodé y comencé a penetrarla.
No sé qué tenía de mojigata porque a pesar de que estaba bastante floja para moverse si que le diera duro y sin ningún cuidado me corrí dentro de ella no obstante pareció haberlo disfrutado, que incluso me la chupó hasta parármela de nuevo para terminar recibiendo otra carga y ahí estaba ella tirada frente la puerta del cuarto de Aron sin fuerza alguna mientras acariciaba su coño y de pronto abren la puerta. Yo no estaba seguro cómo reaccionar.
—ayúdame a ponerla en la cama—, lo dice con un tono serio.
—¿estas molesto? —.
—no—, con un tono seco.
—pues no parece que este normal—.
—no sé, el que te hayas cogido a mi mujer sin avisar no es algo que me agrade. Pero sabes que, estoy cansado y me duele la cabeza así que mejor dejemos esto para mañana—.
Tras salir de su habitación me fui a la mía a dormir.
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