Doña Amelia 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
"No entiendo Amelia, como pudiste terminar con un tipo como tu marido siendo una mujer tan agradable?", le decía mientras Amelia se vestía, "hay hijo, hace 40 años atrás la mujer no valía nada, era solo para la cama, criar hijos y atender al marido, mi familia era muy pobre, y mi marido, que trabajaba en las minas ganaba bien y mis padres me obligaron a casarme con él", me contaba, mientras terminaba de vestirse, "entonces mañana nos vemos donde siempre?", le decía acompañando a Amelia hasta la puerta de casa, "vale, venga", me dijo, besando mis labios.
Al otro día, cuando salgo estaba Amelia esperando donde siempre, nos dimos los buenos días y nos fuimos caminando, hablando de cualquier cosa, y volvimos a ir para el mismo monte donde habíamos iniciado nuestra relación, "como estas Amelia, pasaste bien ayer conmigo?", le dije, ya entablando otro tipo de conversación, "mejor que nunca, aunque me duele un poco el culo", me dijo, siempre con esa sonrisa en sus labios, "lo que no puedo creer, que una mujer de 65 años como yo, este con un chico tan guapo y 20 años menos que yo", me decía, saliendo de la ruta y entrando por uno de los senderos que nos lleva al río, "es que sos una mujer muy atractiva", le dije, pasando mis manos por sus nalgas y riendo los dos
A medida que íbamos caminando, tanto Amelia como yo no dejábamos de jugar entre nosotros, nos empujábamos, nos dábamos besos en los labios, yo la corría entre los árboles, parecíamos una pareja de enamorados, hasta que la abrazo, nos miramos a los ojos y nos besamos, restregando nuestros cuerpos, las lenguas se buscaban, le empecé a sacar la camiseta, aunque ella no me dejó, "levantada sí, para que juegues con mis tetas, pero no me desnudes", me dijo, desabrochando su sujetador y dejando que le chupe sus tetas, "me vas a enseñar a chupar tu polla?", me dijo, entre suspiros y gemidos de placer, sus manos acariciaban mi pija, "que dura que esta", me decía, bajando mi pantalón y subiendo y bajando el prepucio, "quien me iba a decir que yo a mis 65 años, le iba a estar acariciando la polla a mi amante", me decía, dejando que le siga chupando sus tetas, "ponte de rodillas y dale besitos", le dije, notando como Amelia se ponía de rodillas y me empezaba a besar toda la pija, yo me movía haciendo que me bese la cabeza de la pija, el tronco, "ahora pasa la lengua, lame toda la pija", le seguía diciendo, notando su lengua, húmeda, caliente, pasar por toda la pija, "te gusta mi vida?", le decía, pasando mis manos por su cabeza y disfrutando como lamía mi pija, "si cariño, me encanta", me dijo, sonriendo y abriendo ella sola su boca y metiendo mi pija dentro, "huy, que adelantada va mi alumna", le dije, moviendo mi pija dentro de su boca, "Amelia, bájate el pantalón, que te la voy a meter, me quiero acabar", le decía, con verdaderas ganas de acabar, pero no quería hacerlo en su boca, quería que primero le tome el gusto de chuparla y después si, la leche, "no quieres correrte en mi boca?", me dijo, sacando mi pija y pasaba su lengua por toda la cabeza, yo se la volví a meter en la boca y la seguí moviendo, hasta que realmente grite de placer al empezar a acabarme en su boca, sentía los chorros de leche salir con fuerza, escuchaba los sonidos que Amelia hacía con su garganta tragando la leche, "aggggg, que asco", dijo, sacando mi pija de su boca, y escupiendo al suelo, "prefiero que me vuelvas a romper el culo, que volver a tragar eso", dijo, escupiendo de nuevo, yo me reía a carcajadas y ella hacía que me pegaba jugando, entre risas y caricias en sus tetas, "nos vamos cariño?", me dijo, acomodando sus tetas en el sujetador, "mañana volvemos y seguimos con las clases de chupar tu polla, pero te corres en mi coño", me dijo, riendo, y acomodando su mochila en su espalda, mientras yo acomodaba la mía.
Salimos del monte entre besos y caricias, nos íbamos comiendo una manzana, "en dos días me haz echo disfrutar mas de lo que disfrute en los 40 años de matrimonio, ni en sueños me veía chupando la polla de mi esposo y menos que me rompa el culo", me comentaba mientras caminábamos por el costado de la ruta, "y si mañana volvemos a casa en vez de venir al monte?", le dije, "y que vamos a hacer, un día a caminar y otro día a tu casa?", me dijo, caminando delante mio, "hasta que quieras ir todos los días", le dije, riendo, "claro, y si cada vez que voy me follas el culo, me voy a terminar haciendo caca sin darme cuenta, de lo abierto que me vas a dejar el ojete", me dijo riendo, a carcajadas, haciendo que yo me contagie de su risa, de su simpatía, nos despedimos y cada uno a su casa.
A la mañana siguiente estaba saliendo y escucho el timbre del portal, era Amelia, le abrí y subió, nos saludamos y cerré la puerta, "que grata sorpresa", le dije, besando sus labios, ayudando a que se quite su mochila, la invité un café, y nos pusimos a hablar, siempre con esa soltura de dos amigos, "quería estar antes para estar contigo", me dijo, bebiendo café, "esto es como un sueño para mi, un hombre joven, guapo, que me esta enseñando, tal vez un poco tarde, el arte de ser mujer y quiero aprovechar hasta el último minuto de tu compañía", me dijo, yo la mire, y agarrando su cara, le di un beso, pasando mi lengua por sus labios, "sos una delicia de mujer, como te desperdició todos estos años tu marido", le dije, volviendo a besar su boca, los ojos de Amelia brillaban, me miraban con una ternura, como dándome las gracias.
Terminamos de tomar el café, y ella me agarra de la mano y nos fuimos al dormitorio, "quiero que me hagas sentir tu mujer, y si tengo que sufrir de nuevo por el culo, morderé las sábanas para que disfrutes", me decía besando mis labios y acariciando mi pija, "el otro día te dolió porque te lo rompí", le dije, besando sus labios y acariciando sus tetas, empezando a desnudárla, a escuchar sus gemidos, entre besos, caricias, el placer de ir quitándole su ropa, Amelia me bajó el pantalón, y sola se arrodillo frente mío y me empezó a chupar la pija, gemía a medida que la chupaba, la lamía, le daba besos, yo movía mi cuerpo, haciendo que mi pija entre y salga de su boca, la hice poner de pie, le acosté en la cama, terminé de desnudar, y le abro las piernas, metiendo mi cara en esa mata de pelos, y le empecé a chupar la concha, ella se arqueó de placer, gemía, yo le lamía toda la concha, su clítoris, le levantaba mas sus piernas y pasaba mi lengua por su ojete, ella gritaba, me agarraba de los pelos y me restregaba la cara contra su concha disfrutando, "cariño, mete tu polla en mi coño, necesito que me folles", gritaba Amelia, tirando de mi, de los pelos, para que me suba sobre ella, estaba con sus piernas bien abiertas y levantadas, "follame, follame", me gritaba, tirando de mis pelos y abrazando mi cuerpo, haciendo que me acueste sobre ella y empezando a meterle la pija, entre gritos y suspiros de placer a medida que le entraba
Me besaba como desesperada, me envolvía entre sus piernas, "así, toda adentro, mete bien adentro tu polla, folla mi coño, fóllalo, hazme disfrutar de tu polla", me pedía a gritos, clavando sus uñas en mi espalda, yo no dejaba de besar su boca, de chupar sus pezones, de meter y sacar mi pija de su concha, "nunca disfrute tanto follando", me decía sin dejar de mover su cuerpo, "quieres seguir follando mi coño, o la quieres meter en mi culo cariño?", me decía sin dejar de besarme, "mañana en el monte te la meto por el culo, ahora estoy disfrutando mucho de tu concha", le dije, sin dejar de moverme, "gracias cariño, gracias, quería sentir tu leche de nuevo en mi coño", me decía sin dejar de moverse, yo me puse de rodillas entre sus piernas, sin sacar mi pija de su concha, ella pasaba su pies por mi cara, mientras hacía que mi pija entre y salga de la concha de Amelia, mi dedo, acariciaba si clítoris, inflamado, "no pares cariño, no pares, no pares que estoy a punto de llegar", me decía, entre gritos y gemidos, retorciendo su cuerpo, pidiendo que siga y siga, "no pares de follarme por favor, no pares, que me corrooooooooooooo", gritó y empezó a temblar, a sacudir su cuerpo, yo la empecé a coger mas y mas fuerte, hasta que tampoco aguanté, sintiendo como explotaba en un mar de leche, llenando la concha de Amelia, "toma mi leche, mira como te lleno la concha de leche", le decía yo, agarrando sus piernas y metiendo lo mas adentro que podía mi pija, "si, si cariño, siento tu leche en mi coño, si, llena bien mi coño", me gritaba Amelia mientras temblábamos los dos de placer, ella no dejaba de pasar sus pies por mi cara, mientras no dejábamos de temblar de placer.
Yo estaba gozando tanto de esa mujer mayor, de esos 65 años mal aprovechados, me tendí en la cama a su lado, nos besamos, ella me hizo acostar boca arriba en la cama, y bajo su cabeza a mi pija, metiéndola en su boca, lamiendo, sacando hasta la última gota de leche, "no me gusta el sabor de la leche, pero en agradecimiento a lo que me haces disfrutar", me dijo, volviendo a meter mi pija en su boca.
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