Doña Amparo y el coronel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscareduardo.
El coronel estaba dichoso y así se lo comentó a Hugo su chofer, su esposa doña Amparo iba a ser operada de la vista para eliminar algunas cataratas incipientes en sus ojos, la operación no era tan problemática pero sí el periodo postoperatorio que exigía un cuidado exigente.
Para garantizar la operación doña Amparo debía estar completamente protegida de la luz y para ello debía permanecer en su habitación a oscuras y fuera de eso completamente vendada.
El coronel vio en esas exigencias una oportunidad para pegarse una escapadita con una amiga que había conocido.
Con un comportamiento frío y premeditado urdió un plan para escaparse de su mujer.
Aprovechando algunas características físicas similares con su chofer decidió que la acompañara en la convalecencia haciéndose pasar por él.
Rápidamente instruyó a su chofer Hugo en los comportamientos rutinarios de la pareja tratando de que su mujer no lo fuera a descubrir , Hugo prestó mucha atención pues además de hacerle un favor a su patrón vio la oportunidad de desquitarse un poco de doña Amparo que a veces le hacía la vida imposible.
La operación fue un éxito y doña Amparo fue trasladada a su casa.
Desde el momento que quedó vendada,Hugo el chofer empezó a reemplazar al coronel, ese tiempo fue aprovechado al máximo para completar el entrenamiento y corregir cualquier ademán o comportamiento que lo pudiera delatar.
Doña Amparo quedó instalada en su recamara.
Hugo de un rápido vistazo memorizó la alcoba conyugal y acumuló una serie de interrogantes para formulárselos al coronel , detalles aparentemente bobos pero necesarios tales como a qué lado se acostaba el coronel, posición de las almohadas, si usaban sábanas o no, tipo de piyamas, en fin hasta que Hugo no quedó satisfecho no dejó ir al coronel.
A la hora convenida Hugo se fue a acostar con doña Amparo, él antes de acostarse debía acompañarla a tomar una breve ducha con agua caliente, le llevó antes un té con galletas y procedió a sacarla a tomar la ducha.
Doña Amparo haciendo alarde de autosuficiencia procedió a desvestirse, Hugo se llevó la primera sorpresa, doña Amparo a pesar de sus años conservaba un cuerpo bien cuidado, su piel era tersa , sus senos ligeramente caídos eran grandes y bien formados, aunque su estatura era baja su cintura era pequeña y resaltaba ampliamente sus caderas, un trasero pequeño pero firme todavía era muy provocativo, las múltiples cremas y tratamientos que a diario utilizaba le conservaban su silueta como una joven, sin quererlo su patrona lo había incitado sexualmente.
Estaba extasiado contemplándola cuando doña Amparo le pidió el favor que la secara, Hugo procedió a cumplir la orden pero la excitación que le había producido su patrona hizo que esa operación se convirtiera en un masaje relajante.
Doña Amparo aunque extrañada se quedó parada disfrutando ese masaje sobre su cuerpo, luego se acostó sobre la cama y le pidió a su “marido” que le aplicara una loción corporal, Hugo estaba cada vez más excitado y sus manos temblaban cuando empezó a aplicar la loción corporal en el cuerpo de doña Amparo, empezó por el cuello bajando a sus senos que acarició con suavidad, Hugo vio que los pezones de doña Amparo se paraban provocativos, con morbosidad premeditada se deleitó masajeando sus senos hasta que los pezones erectos quedaron erguidos completamente , luego bajó por el estómago hasta su bajo vientre, doña Amparo sentía una sensación muy placentera y tomando la mano de Hugo la fue llevando a su entrepierna, Hugo con un movimiento muy suave le dio a entender a su patrona que se volteara para masajear su espalda, ella lo entendió y se acostó boca bajo, las manos de Hugo empezaron a masajear su espalda no sin antes fijarse en esas nalgas pequeñas pero bien puestas, un estremecimiento recorrió su cuerpo y sintió como su verga empezaba a erguirse .
Las manos de Hugo empezaron a deslizarse por la espalda de la patrona, sin embargo lejos de ser un masaje rutinario empezó a tomar la característica de una caricia firme pero excitante, Doña Amparo sin hablar empezó a sentir emociones encontradas que ya estaban olvidadas, se acordó de sus primeros años de matrimonio y algo inusual a su años sintió una lubricación vaginal que empezó a humedecer su vagina, las manos que aplicaban el masaje estaban llegando a su nalgas y un deseo impúdico empezó a rondar su cabeza, con sus manos agarró las manos de Hugo y las direccionó hacia abajo de sus nalgas, Hugo casi termina arropando su vagina pero se detuvo, quería prolongar esa caricia y volvió a masajear las delicadas nalgas imprimiéndoles una presión excitante.
Doña Amparo quería ser acariciada intensamente, por un momento olvidándose esa excitación que le producía el masaje pensó en forma lúcida y un temblor la hizo estremecer, sería que el coronel no era el coronel ?, pero recapacitó enseguida , esas caricias eran tan estremecedoras que fuera de quien fueran las iba a aprovechar, estaba volviendo a vivir … se acostó boca arriba y las manos llegaron a su vagina, unos dedos trémulos de la emoción buscaban la entrada a esa gruta ahora anegada de efluvios vaginales, dos dedos penetraron en su ardiente vagina buscando con avidez las grutas internas recorriéndolas suave pero firmemente, después de unos breves momentos volvieron a salir empapados de sus jugos lubricantes no sin antes acariciar un clítoris que había revivido y hora estaba erecto, una boca desconocida empezó a acariciar su pequeño miembro que emergió erguido de una somnolencia que había durado muchos años, una lengua ávida empezó a succionarlo y besarlo arrancando emociones intensas e incontrolables, después algo se coló en medio de sus piernas, era un pene erecto que taladraba su conducto vaginal, fue una emoción muy intensa, doña Amparo sintió algo tan maravilloso que abrió sus piernas al máximo para alojar ese cilindro de carne…un movimiento vigoroso empezó a meter y sacar ese enorme miembro , su vagina parecía quemarse , un fuego uterino parecía consumirla y de pronto un orgasmo intenso la sacudió, una nube de luces multicolores pasaron por su cerebro y una descarga emocional la sacudió llevándola hacer un movimiento casi espasmódico.
Hugo se dio cuenta que doña Amparo había sentido un orgasmo intenso, pero él todavía estaba intacto y una erección descomunal acompañada de un deseo intenso lo tenían desesperado, metió nuevamente sus dedos en esa vagina hambrienta, recorrió sus grutas tersas, con su boca lamió ese clítoris y sus paredes vaginales, doña Amparo nuevamente sintió que necesitaba más placer, que deseaba ser penetrada intensamente, pero esta vez Hugo quiso desquitarse y deslizó sus dedos por el perineo hasta llegar a ese culito apretado y virgen que nunca nadie había tocado, doña Amparo al sentir ese dedo inquieto aproximarse a su esfínter anal se timbró, pero Hugo con suaves caricias empezó a vencer el rechazo inicial y permitió que doña Amparo buscando una nueva emoción se relajara para que su esfínter no opusiera resistencia, el dedo de Hugo empezó a penetrar por la estrecha gruta provocando un tsunami de emociones nunca antes sentidas , doña Amparo sintió que llegaba al cielo, Hugo lentamente y con mucho cuidado recorrió esas paredes rectales llenando de emociones a su patrona que se revolcaba de pasión en la cama, Hugo no perdió tiempo y colocando una almohadón bajo su cadera elevó ese culo ansioso a un nivel que facilitara una penetración total, la vieja sin saber por qué con sus propias manos apartó sus nalgas para que su culito se convirtiera en un receptor perfecto, Hugo empezó a horadar la estrecha gruta haciendo gemir de placer la descontrolada hembra, su pene erecto fue deslizando por su recto hasta llegar al fondo, ahí doña Amparo se sintió morir de la emoción, Hugo empezó a sacar lentamente su pene para darle más emoción a su patrona, Doña Amparo se aferraba de las sábanas y dejaba escapar gritos de lujuria y pasión, Hugo deseoso de llegar a su orgasmo empezó una frenética cabalgata sobre ese culito que ya estaba más abierto y ofrecía una presión sobre la verga de Hugo que rápidamente lo fue llevando al orgasmo…luego todo fue intenso y una eyaculación intensa llenó el recto de doña Amparo , una copiosa cantidad de semen caliente y lechoso le brindó una lubricación anal adicional.
Doña Amparo estaba al borde del orgasmo y Hugo en un esfuerzo volvió a enfilar su verga hasta que la patrona en medio de alaridos descansó.
Hugo nunca imaginó un polvo tan espectacular, se fue a duchar y bajó a la sala a tomarse una cerveza.
Cuando regresó al cuarto doña Amparo estaba dormida, el cansancio y el esfuerzo la habían vencido.
Se acostó a un lado y muy temprano se levantó.
El coronel llegó al amanecer , venía extenuado, Hugo apenas le comentó que su esposa dormía plácidamente , el coronel sigiloso se deslizó bajo las sábanas y se acostó a su lado, prendió la lámpara de su mesa de noche y contempló a su esposa Amparo, en su cara se notaba una alegría que hacía tiempos no veía.
Al tratar de levantar la sábana que cubría su cuerpo notó con sorpresa que estaba completamente desnuda, ella nunca dormía así ,inesperadamente doña Amparo trató de despertarse y buscando a tientas con su mano llegó al sexo de su esposo, inconscientemente empezó a acariciar el pene del coronel, su verga empezó a enderezarse rápidamente producto del efecto de la pastilla potenciadora, doña Amparo al sentir que ese miembro estaba rígido dio media vuelta sobre su cama dejando su trasero a la vista del coronel, quedó sorprendido de ver ese incitante ano, por un momento le pareció que se contraía y luego de dilataba, el coronel se excitó al máximo, llevaba más de 40 años de casado y nunca había pasado por su mente hacerle sexo anal a su mujer, pero esa tentación estaba allí, muy cerca de su verga erecta que ahora deseaba meterse en esa gruta esquiva , probó arrimarle se pene y doña Amparo al sentir el glande del coronel se arrimó más y con sus manos apartó las nalgas para que ese pequeño orificio se dilatara más y facilitar la penetración de su esposo, el coronel no lo pensó dos veces y lentamente empezó a comerse ese delicioso platillo, doña Amparo empezó a buscar una posición más adecuada que facilitara esa penetración, el coronel no pudo resistir más y se lo empujó al fondo , doña Amparo aullaba del placer, se movía con los alientos de una quinceañera, su movimiento de caderas estaba dándole un placer intenso ni siquiera comparable con su amiga con laque había acabado de tener sexo…no podía concebir que su mujer fuera mejor polvo que la amante que lo había hecho tan feliz…pero era cierto …esa manera de culear de su mujer no la conocía y el orgasmo que venía en camino sería intenso y copioso…
Doña Amparo mientras tanto se retorcía de la emoción mientras sus dedos acariciaban su lubricada vagina y sobre todo ese clítoris erecto qe estaba que estallaba de la pasión, el resultado fue el óptimo…sus orgasmos coincidieron y la eyaculación del coronel lubricó de esperma ese recto hasta hoy virgo…les pareció haber tocado el cielo por un momento…cansados se abrazaron y se quedaron dormidos.
El balance de la operación fue un éxito completo , el coronel pudo disfrutar de las caricias de su amante, doña Amparo volvió a vivir una experiencia sexual inolvidable y aunque racionalmente cuestionaba si su compañero en esa noche de locura era o no era el coronel lo importante era que había disfrutado la noche más feliz de su vida y Hugo había ganado el aprecio del coronel por ese favor recibido y de ñapa se había comido ese culito virginal de doña Amparo.
Doña Amparo se levantó descansada y feliz…no sabía si había sido un sueño o si un milagro se había producido…pero volvió a la realidad cuando un ardor en su culo desvirgado le recordó que había sido penetrado con fiera intensidad no una sino dos veces…sin embargo también evocó ese placer intenso que la hizo estremecer…una sonrisa afloró a sus labios…había sido operada de un ojo…pero faltaba el otro y desde ahora iba a pedir a su médico con urgencia que le hicieran la otra operación…ese postoperatorio lo quería recordar toda el resto de su vida y sobre todo repetir con toda intensidad…
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