Doña juana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al mirarme se quedó pálida y me pregunto que hacia ahí y le contesté qué iba por un trago y le hice la misma pregunta que hacia ahí y se soltó a llorar y me dijo que era su primera vez que iba ahí, pero que no le fuese a decirle así hijo pues le dejaría de hablar y en vivo a mi silencio se dejaría coger por mi las veces que yo quisiera y cómo yo quisiera y sonreí y le dije que mi se preocupara pues yo no le diría nada a su hijo.
Me tomó de la mano y nós fuimos a un cuarto y entramos y le desabroche los botones de su vestido y quedo en panty y brasier, ambos de color rojo.
Y se los quite y wow tenía una panocha súper peluda y de pensar que por años la vi cómo toda una señora casada y dedicada a su esposo y a sus hijos.
Me sorprendió pues me desnude y agarró mi venga y se la llevó a la boca y me dio una mamada de verga de campeonato y la verdad nunca imagine que la mamá de mi amigo supiera mamar verga tan bien y muy limpia para hacerlo.
Se acomodó en 4 patas y tallè mi verga en los pelos de su panocha y se la metí toda y pegó un gemido y con fuerzas la agarré de sus caderas y la embestí con fuerza, solo dure unos 15 minutos y terminé dentro de su panocha peluda.
Rápido se levantó y me recosté y se montó en mi venga y despacito se fue sentando hasta que entro toda y me cabalgó de una forma tan exquisita que me hizo terminar otra vez y se bajo y se acostó y puse sus piernas en mis hombros y la volví a penetrar por unos 10 minutos hasta vaciarme otra vez adentro de su concha.
Sin perder el tiempo se acomodó de la posición del misionero y así lo hicimos mientras nós besábamos y me comenzó a decir mi amor, papacito, mi niño hermoso que rica verga tienes unmmmm y es sólo mía, aceleré y tuvo varios orgasmos y terminé otra vez y la verdad estaba sorprendido pues siempre la vi cómo la típica ama de casa callada y sin voz ni voto frente a su esposo y la vida te da sorpresas y me confesó que no lo hacia por dinero pues ya tenía 4 meses que su esposo no la cogía y que era su primera vez que iba a ese lugar y yo fui su primer cliente entre comillas.
Le dije, ya no necesitas venir aquí pues yo te voy a dar verga hasta por los hoyos de los oídos, entendiste juana y me dijo que jamás volvería a ir ahí.
Nós besamos y se vistió y sólo se puso su vestido, sin calzón pues se me quedó de trofeo y nós fuimos al pueblo donde vivimos y ella se fue así a casa y ni su marido ni mi amigo estaban, los dos andaban de borrachos.
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