Dramas escolares. Capítulo 1: Relaciones.
Jared es un chico ordinario, tiene amigos, familia y una linda novia, pero todo su mundo dará una vuelta de 180° al conocer a una chica misteriosa, en la que no podrá dejar de pensar..
Entro al estacionamiento de la uni y busco un lugar para estacionar. Es tan de madrugada que el cielo sigue envuelto en la oscuridad, suspiro, comenzar las clases no es algo que sea del agrado de nadie, incluyéndome.
-¡Ah, maldición!, ¿Por qué tenemos que entrar a la escuela tan temprano?, ¿No puede ser más tarde? Es ridículo entrar a las 6 A.M.- Me quejé, conversando con la pasajera que estaba en los asientos traseros. -¿Sabías que en países de primer mundo las clases inician a las 9 porque es hasta esa hora que el cerebro funciona bien para aprender? Maldigo este sistema educativo…
Detengo un momento mis quejas, ha estado muy callado aquí y cuando estoy con Xóchitl eso no es normal. Logro estacionarme y volteo al asiento trasero solo para encontrarme con mi novia completamente envuelta por Morfeo, perdida en otro mundo, he estado quejándome y ella dormida, ¡Increíble!
-¡Ya hemos llegado, levántate!- Grite exasperado.
-¿Eh?… *Bostezo*… Buenos días Jared- Respondió la bella durmiente.
-Nada de buenos días, ¿No me escuchaste? Ya llegamos, si no nos apresuramos llegaremos tarde.
-¿Qué?, ¿Ya llegamos? Entonces no perdamos más el tiempo, démonos prisa.
-Es lo que acabo de decir…
-Menos cháchara más movimiento, en marcha- Ignorando mis comentarios, salió de mi auto en dirección a los edificios de carreras.
-*Puff*… Como sea…- La seguí guardándome mis comentarios.
Mi novia Xóchitl era una chica de una altura promedio, pelo corto y castaño, ojos ámbar y piel morena, era muy atlética, pasaba horas en el gimnasio y gracias a eso tiene un cuerpo que hacía babear a todo el mundo, en especial, mi parte favorita de ese tonificado cuerpo sin duda eran esos cachetes, esas grandes nalgas que obtuvo de tantas sentadillas. Vestía una blusa corta amarilla y unos jeans azules, por mi parte yo soy un tanto alto, 1:86 cm. moreno de pelo negro y al igual que ella bastante musculoso de tantas horas que pasamos juntos en el gym, ese día vestía una playera de manga larga blanca y unos vaqueros negros. Xóchitl y yo somos amigos de toda la vida, somos vecinos y siempre hemos ido a las mismas escuelas, ya ni siquiera recuerdo cuando nos hicimos novios, simplemente todos siempre decían que haríamos buena pareja y siempre se burlaban diciendo que éramos novios, se volvió algo tan común que no luchamos contra eso, simplemente ya éramos novios, y no es que me moleste, juntos hemos explorado tanto, nos complementamos a la perfección y la verdad no me imagino saliendo con alguien más que no sea Xóchitl.
Pasamos por los pasillos de entre los edificios, cada camino estaba lleno de gente, una ola de seres vivos rodeaba cada mínima parte del complejo, era todo un reto poder caminar entre tanto alboroto, los de nuevo ingreso dificultaban poder llegar a nuestras respectivas salas, ver a tantos chicos perdidos sin saber qué hacer en su primer día me traía recuerdos de mí hace un año, afortunadamente yo ya pasé eso, por mí parte y la de mi compañera, solo teníamos que ir a nuestros edificios y entrar en la sala 2 de nuestro grupo, en mi caso yo debía ir al edificio D hasta el tercer piso que es donde están los salones de diseño gráfico y arquitectura, y en el caso de Xóchitl creo recordar que es el edificio F aunque no sé a qué piso pero si se la carrera, comunicación. De pronto un profesor apareció e hizo saber que todos los de nuevo ingreso debían dirigirse al auditorio de la escuela para recibir instrucciones, y así como en un momento todos los pasillos estaban a reventar de gente, solo unos momentos después estaban casi vacíos, salvo por uno que otro estudiante.
-Al fin se puede respirar- Mencioné feliz de ya no estar tan rodeado de tanta gente.
-Parece que nosotros también tenemos que ir al auditorio para la charla de bienvenida- Comentó Xóchitl mirando su teléfono.
-¿Por qué?, ¿Qué no eso es solo para los de nuevo ingreso?
-No, me dice una amiga que todos deben de ir, que ella a esta allí junto con los de los demás años.
-¡Ah! No otra vez, el año pasado fueron como 50 minutos hablando de la escuela y otros 50 hablando de Dios.
-Es lo malo de asistir a una escuela religiosa.
-Que fastidio… Bien vayamos- Para nada contentos nos dirigimos al igual que el resto de los nuevos al auditorio-gimnasio.
Al llegar al edificio pasamos la puerta pero no continuamos de allí, Xóchitl y yo preferíamos mirarlo todo desde un punto lejano, desde la puerta podíamos ver el centro del gimnasio y al mismo tiempo nos permitía estar fuera de las miradas de la mayoría de personas en el recinto, podíamos ver las gradas del publicó repletas de estudiantes, tanto de los que iban a cursar su primer año, como de los que estaban ya cursando su último año. Unos minutos después en el centro se colocó un podio que sería utilizado por el director quien al posicionarse comenzó saludando a todo los presentes, el director era un hombre en sus 50, canoso y con un clásico bigote mexicano, estaba un poco gordo y tenía una cara de bonachón y una sonrisa que te alegraba solo verla. Bostecé aburrido, era una pérdida de tiempo hacer que los de segundo año en adelante también asistieran a esta presentación, de pronto volteo a ver a Xóchitl, para mi sorpresa la relajada y divertida chica esta con el ceño fruncido y con una clara molestia, casi ira en su cara, a mí también me molestaba estar allí presente pero no tanto para estar con una ira asesina como ella. Le pregunte:
-¿Estas bien?
-¿Eh?- Respondió sorprendida, como si al hablarle la hubiera sacado de un trance. -¡Ah, sí! Es solo que… Tu sabes, es aburrida esta estúpida presentación, ya la escuchamos el año pasado- Comenzó hablando como cautelosa pero a medida que decía más palabras se fue relajando como para hacer parecer que no pasaba nada, aun así yo sabía que algo la estaba molestando. –Me gustaría estar en otro lugar que no sea aquí, haciendo alguna otra cosa, ¿A ti no?.
-A mí también pero no podemos, debemos estar aquí, aunque no nos guste.
-¿Seguro?- Preguntó con un tono juguetón y un poco pícaro.
-Si estoy seguro.
-¿Seguro?- Volvió a preguntar ahora con un tono seductor, la verdad no sabía que se traía entre manos.
-Si estoy muy seguro- Puso su mano en mi pene y recién allí entendí que quería.
-¿Seguro?- Me dijo en el oído con una voz muy sexi mientras apretaba mi pene.
-Tal vez… Tal vez a los profes no les importe si nos desaparecemos unos pocos minutos.
-Espero que no sean solo unos poco minutos…- Menciono mordiendo sus labios, yo solo pude tragar saliva ante sus flirteos.
Salimos del gimnasio encontrando la escuela completamente desierta, todos estaban dentro del auditorio a excepción nuestra, Xóchitl tomo mi mano y me guió a donde tantas veces fuimos el año pasado a “pasar el rato”; fuimos al edificio de profesores, que como su nombre lo dice, está diseñado para los maestros, tiene salas para almorzar, estudiar y “relajarse”, en el segundo piso hay una sala diseñada para que los maestros se relajen después de varias clases seguidas, hay unos sillones muy cómodos, una televisión con cable, una cafetera y algunos snacks, incluso tiene un aire acondicionado para cuando haya calor, lo divertido de esa sala es que los maestros nunca la usan, la mayoría esta tan ocupados que nunca tienen tiempo para usarla y los que no tienen muchas clases prefieren irse temprano de la escuela que pasar el tiempo allí, durante el primer año me hice buen amigo de la maestra de historia de la escuela, quien me llego a comentar eso e incluso me mostró las llaves, en los días siguientes aproveché cuando se despistaba para tomar la llave y en su lugar poner en el llavero una de la misma marca para que ella no se diera cuenta, después saque una copia de la llave original y tras eso la devolví quedándome con la copia, una vez tuve la llave esta sala se volvió el lugar favorito tanto de Xóchitl como de mí, de todo el colegio.
Llegamos a la sala, otra de las genialidades de la habitación y de la escuela en general es que las paredes eran gruesas y el sonido no corría mucho de salón en salón, y eso sumado a que no era normal que los profesores estuvieran tanto tiempo en el edificio significaba que podíamos levantar la voz y ser salvajes sin temor a ser descubiertos. Abrí la puerta, que debo decir no fue tan fácil teniendo a Xóchitl besándome el cuello, con su respiración caliente y su mano jugando con mi verga, entramos en la sala y rápidamente me dispongo a cerrar con llave la puerta, nunca se está lo suficientemente seguro, tal vez ese era el día en que un profesor entraría en la habitación, volteo para encontrar a Xóchitl tirada en el sillón sin su blusa amarilla, mirándome con unos ojos hambrientos y con sus tetas al aire.
-¿A que estas esperando “jaguar”?, ¿Una invitación?
No necesitaba escuchar más, me acerque a ella y nuestros labios se unieron, mis manos tomaron sus caderas mientras ella seguía tumbada en el sofá y yo agachado para alcanzarla, sus grandes labios ardían en pasión, su lengua jugueteaba de un lado a otro contra la mía, su brazo rodeaba mi cuello impidiéndome abandonarla, los besos se volvían cada vez más intensos y ardientes, ella mordió un labio inferior y yo le devolví el favor igual, tomándola de las caderas la obligue a levantarse aún sin dejar nuestra unión oral, ahora con los dos de pie, me fue más fácil explorar su cuerpo, mi mano izquierda apretaba su cadera y mi mano derecha buscaba con deseo su pecho, sus tetas no eran muy grandes, de hecho podrían calificar como pequeñas, ¿Pero a quién le importaban las tetas cuando había un culo enorme a su disposición? Pellizqué su pezón y ella me respondió sacando mi pene y comenzando a jalarlo, mis manos se dirigieron a su duro y sexy abdomen fruto de sus largas horas en el gimnasio y su estricta dieta, apreté su abdomen, quería sentirlo, quería sentir esa dureza de su zona central acompañada de la delicadeza de su suave piel morena bronce. Nuestras bocas se separaron, solo para que ella lamiera y mordiera mi cuello, yo continué explorando su cuerpo, por fin llegue a mi parte favorita, mi mano derecha apretaba con fuerzas una de sus nalgas mientras la mano izquierda le dio una nalgada a la otra, Xóchitl gimió a ese fuerte estallido en su trasero, levante su pierna izquierda, sus muslos eran grandes y duros, el gimnasio realmente los hizo crecer, ella era tan sexi, no podía tener suficiente de su cuerpo, mis manos volvieron a sus nalgas con las cuales comenzaron a jugar, apretando, azotando, jalando. Xóchitl se detuvo al sentirme totalmente erecto, como no estarlo con una chica como ella frente a mí, por uno momentos nuestros ojos se miraron, sus bellos ojos ámbar eran como gotas de miel en un infinito universo de bolsillo, me sonrió y yo correspondí.
-Parece que alguien ya está preparado.
-Podría decir lo mismo.
Toqué su vagina, empapada, bella, sin ninguna muestra de bello en la zona, sus labios carnosos resbalaban gracias a las corrientes que emanaban de allí, su interior palpitaba deseoso de mi miembro, mis dedos entraban y salían, Xóchitl cerró los ojos disfrutando de mi tacto, dos, tres dedos eran devorados por su raja, uno dos, adentro afuera, la fricción hacía sonar un ruido lascivo proveniente de su coño y gotas de su dulce esencia recorrían mis manos hasta caer al piso, sus gemidos eran cada vez mayores, sus piernas temblaban, me abrazó para poder sostenerse de mí, disfrutando por completo mi arremetida, sus jeans habían caído hasta sus rodillas y yo había movido su ropa interior roja lo suficiente para darme una vista clara de su zona genital. Mientras tres de mis dedos se divertían con su coño, mi pulgar cortejaba su clítoris, los paseaba de un lado a otro, la uña lo rascaba y la yema lo expandía, mi boca buscó con desesperación su cuello, era hora de devolverle el favor por toda la atención que me dio a mí en esa zona, Xóchitl no podía contenerse, gritaba y gemía, decía mi nombre una y otra vez: “Jared, Jared”, un minuto después soltó un grito que se cortó en seguida, sus pantorrillas no soportaron el placer y calló en sus rodillas, la dejé descansar, 25 segundos estuvo respirando pesado, tratando de volver en sí, recuperándose de su orgasmo.
-¡Ah, ah, ah…! Eso estuvo intenso…- Respondió con dificultad.
-Ya lo creo- Dije entre risas, regodeándome en mi buen trabajo.
-Pero que buen novio tengo, siempre dispuesto a complacer a su chica.
-¿Qué puedo decir? Me encanta hacer a mi chica disfrutar.
-Creo que alguien merece una recompensa.
Ella miro mi pene duro como roca, venoso y listo para la acción, sus ojos me mostraban un gran deseo y su lengua saboreo sus labios, lista para complacer a su pareja.
-¿Puedo?- Preguntó sensual y tiernamente.
-Es todo tuyo.
Sus ojos miraban mi pene de unos 17 cm. con lujuria, su lengua fue la primera en atacar, comenzó lamiendo mi vara de arriba a abajo, sus dedos jugaban con mis huevos, saboreaba mi verga con gusto y sus ojos buscaban los míos, no había fotografía, imagen o dibujo más erótico en todo el mundo que lo que estaba viendo en ese momento, mi chica jugando con mi pene mientras sus ojos me mostraban placer y gusto, ella disfrutaba complaciendo y yo claro que también lo disfrutaba, mi respiración se complicaba, me esforzaba por mantener la compostura pero sabía que eso no duraría mucho, Xóchitl dejo los juegos y con gran experiencia trago mi miembro, no pude evitar soltar un gemido al sentirme presionado por su garganta, podía sentir la humedad y calor de su boca en mi verga mientras su lengua jugaba allí dentro con mi vara, sus labios eran la cosa más dulce que haya sentido y su aliento quemaba mi glande pero al mismo tiempo lo disfrutaba demasiado, su boca probaba mi verga, la saboreaba y levemente la mordía, se sacó mi verga de su boca y la escupió, bajo su boca a una zona inferior y ahora tragaba mis testículos, primero los dos juntos y luego cada uno por separado, los mamaba y lamia, incluso los besaba, ella sabía que si había algo que no podía soportar era eso, solo con que ella jugara con mis huevos unos momentos era suficiente para llevarme al límite, mis gemidos eran cada vez más fuertes, volvió a mamar mi verga, los ruidos de su garganta haciendo fricción con su saliva, mi liquido pre seminal y mi verga eran como música para mis oídos, todo eso hizo que ya no pudiera soportar ni un minuto más, se lo hice saber.
-Xóchitl, yo… ¡Aquí viene!- Aplaste mis dientes con fuerza mientras me liberaba.
A pesar de mi advertencia Xóchitl no se detenía, es más, embestía cada vez con más fuerza hasta que ya no pude soportar y solté todo dentro de su boca, 3 descargas solté de la excitación, ella dejó caer mi semen sobre su palma, mostrándome todo lo que tire dentro suyo, y ambos miramos mi semilla, ella esbozo una sonrisa hacía mí y en un segundo lamio toda mi corrida de su mano tragándoselo, mierda, si había algo que me lograba poner duro justo después de correrme era verla a ella tragándose mis mecos, y ella lo sabía muy bien, eso significaba que quería llevar esta sesión al clímax.
-Santo cielo…- Respondí asombrado y excitado al verla tomarse mi semen.
-¿Te gustó?
-Ya sabes la respuesta- Ella termino de bajarme los pantalones para poder quitármelos, después de eso también me quite mi playera, ella también se quitó sus jeans.
-¿Estás listo para el evento central?- Preguntó tirándose al sofá y abriendo sus piernas para mí.
-Dame un momento.
Estaba jalándome la verga para volverla a poner del todo dura, no podía dejar de ver su raja, brillante, hermosa, morena por fuera, rosa por dentro, completamente empapada, y emanaba un delicioso olor, me arrodille para apreciarla mejor, estaba a unos centímetros de su tesoro, el olor a mujer era tan embriagador, mi nariz no pudo evitarlo y se colocó encima de su sexo para olerlo, mis labios también tocaron su más preciado lugar, fue imposible evitar sacar mi lengua y probarlo, y hablando seriamente dudo que ella no quisiera que la comiera, busqué su rostro el cual se veía sumamente complacido y a la espera de mi siguiente movimiento. Saboree su coño, sus labios carnosos y su interior, mis dedos se volvieron a deslizar dentro de su raja y mi lengua busco su clítoris, Xóchitl soltó un fuerte gemido, mis labios chupaban y jalaban sus labios interiores, mordí levemente su clítoris y eso hizo que mi chica soltara un gran grito.
-¡Espera, espera, espera!- Dijo con gran velocidad, como si se le fuera el aire. –Ya no lo soporto más, quiero que me la des- Mi verga ya había vuelto a su estado de dureza, estaba listo para darle lo que me pedía.
-Con gusto.
Me levante lo suficiente para poner mi entrepierna a la altura de la suya, sus ojos estaban llenos de fuego, su boca babeaba y mi pene ardía con deseo, puse la cabeza en la entrada y esta se fue haciendo paso en el interior de la chica. Xóchitl dio un gran y sexi gemido al tiempo que mi asta la penetraba, lento pero seguro, mi pene se fue abriendo paso por su húmeda cueva, podía sentir como lava ardientes sus jugos de amor envolviendo mi verga y las paredes de su coño sujetándola con fuerza y lujuria, comenzó el mete y saca, nuestras caderas se movían juntas, nuestras entrepiernas y sus órganos se besaban, nuestras miradas se cruzaron y por un momento sentimos lo que el otro sentía, estuvimos cogiendo de misionero unos pocos minutos, hasta que ella me pidió que me detuviera.
-¡Espera, espera! Dame un momento.
-¿Qué pasa?- Pregunté separándome.
Ella se dio la vuelta dándome una vista perfecta de su trasero y de su espalda. Se puso de rodillas sobre el sofá y apuntó con su raja a mí miembro.
-Me gusta más así- Dijo ella dándome la indicación de que continuara ahora en esa posición.
No tardé nada en cumplir, tomé mi pene en mi mano y lo regrese a los adentros de ella, nuevamente volvió a su lugar favorito, el mete y saca inicio de nuevo, sus gemidos y los míos se fusionaron, metí mi mano derecha entre sus piernas para buscar su clítoris mientras mi mano derecha la sujetaba con fuerzas, la arremetía cada vez con más fuerza, el impacto de nuestros sexos retumbaba en toda la sala, cada vez más fuerte, cada vez más bestia, mi velocidad escalaba proporcional a la velocidad que crecía mi éxtasis, estaba al borde del orgasmo, mi mente se ponía en blanco.
-¡Jared, ah!, ¡Ya, ya, ya, ya! No pares, no pares…- Xóchitl al igual que yo estaba a punto de llegar, sus gritos y su respiración cada vez más profundas me lo decían. –Me vengo… ¡ME VENGO!- Grito con todas sus fuerzas, si alguien estuviera en el edificio sin duda la hubiera escuchado.
-¡Yo también!, ¡Tómalo, tómalo todo!- Exprese al soltar toda mi carga dentro de su concha.
Venas aparecían en mi frente y una expresión de liberación, junto con una de gran esfuerzo se apoderaban de mi rostro, solté a Xóchitl y esta cayó sobre el sofá, nos quedamos un minuto en silencio, tratando de recuperar nuestro aliento después de magnifico polvo. Mi respiración era cortada y la de ella era profunda, como si quisiera respirar todo el aire del mundo. Yo estaba recargado sobre una pared mirando la figura tan seductora de su cuerpo tumbado sobre ese sillón, su espalda sudorosa, sus caderas rojas por mi duro apretón y mi semilla emanando de su raja, ella voltio su cabeza sin mover su cuerpo, buscándome, nuestros ojos se encontraron y por un minuto no dijimos nada, solo nos miramos; ella rompió el silencio con su alegre y divertida risa.
-Ja, ja, eso fue salvaje, ¿No crees?
-Así es como me gusta, no me digas que a ti no.
-Por supuesto que me encanta, pero ahora hay un gran problema.
-¿Cuál?
-Pasar el resto del día escolar así, todo sudados y con nuestros jugos sobre nuestros cuerpos.
-Tu puedes pasar a las duchas, yo solo debo limpiar mi pene y tu labial de mi cuello, un poco de perfume y listo.
-Creo que sería más divertido si los dos vamos a las duchas.
-No lo dudo, pero si eso pasara no saldríamos nunca de allí.
-Cierto ja, ja…- Ella me voltio a ver con su mirada llena de amor. –Ven…- Me dijo asiendo un pequeño gesto con su mano para que me acercara.
Camine a donde estaba ella, al estar junto al sofá decidí ponerme de rodillas para estar más cerca de su rostro, cuando estuvimos a unos centímetros de distancia, ella me miró con sus ojos cariñosos y puso su mano en mi mejilla, nuestros labios se volvieron a unir, pero esta vez no había pasión o fuego en ellos, eran movimientos lentos y suaves, llenos de amor, llenos de éxtasis.
Nos dimos un beso de despedida mientras ella se dirigía a las duchas, aprovechando que no había nadie porque aún no terminaban de darle la bienvenida a todos, justo que yo estaba por volver al auditorio para fingir que siempre estuve allí, escuche como los maestros encargados, se despedían de los estudiantes para que ya fueran a sus respectivas aulas, una enorme multitud de gente salió por la puerta, arrasando con cualquiera que estuviera en el paso, incluyéndome, después de que la estampida se disipo sabía que no había razón para seguir allí, volví hasta esta parte del colegio para nada, di medía vuelta, listo para ir a mi salón pero para mi sorpresa choque con alguien, ambos caímos al piso, su cabeza impacto contra mi pecho, me estaba sobando esa parte mientras me volvía a levantar, abrí los ojos listo para ver al idiota con el que me golpee, pero lo que vi me sorprendió más de lo que imagine.
Una bella chica, blanca como la seda y de un absoluto negro y largo cabello era la persona con la que me choque, ella se levantó sobando su cabeza que fue la que se golpeó con mi cuerpo, abrió los ojos y me miro, pude ver como unos profundos ojos azules no me perdían de vista, ninguno dijo nada, solos nos contemplamos, y por un momento no existía nada, el universo entero solo era habitado por nosotros dos, era pequeña, tal vez 1.63 cm. y sorprendentemente poseía unas grandes razones, sus pechos eran de un tamaño bastante impresionante para el tamaño que ella tenía. De pronto un profesor también saliendo del auditorio llamo nuestra atención.
-Muchachos, ya deben de ir a sus salones- Sus palabras nos sacaron del trance en el que estábamos.
-¡Ah, sí!- Dijo ella, su voz era tan dulce. –Lo-lo siento mucho- Se dirigió a mí.
-No, no te disculpes, fue mi culpa, no me fijé que había alguien detrás de mí.
-Aun así te choqué, lamento los inconvenientes.
-De veras, no es nada.
Ambos nos volvimos a quedar callados, en parte porque estábamos apenados de nuestro mal encuentro y en parte porque no podíamos dejar de mirarnos.
-Bien, creo que deben de ir a sus salón- Comento el profesor.
-Espere, olvide mi mochila en las gradas, estaba volviendo por ella.
-Bien jovencita, apresúrese- Dijo permitiéndole volver, ella se dirigió a los adentro del edificio, no antes de darme una última mirada que yo regrese. –Y usted joven, diríjase a su aula- Diablos, no quería, debía hablar con esa chica.
-Pero profe, yo…
-¿Se le olvido algo adentro a usted también?
-No pero…
-Entonces retírese por favor.
-Pero yo…
-Pero nada, por favor, es hora de ir a clase.
-Si profe…- Derrotado por el maestro, no me quedo de otra que continuar mi camino hacía mi aula.
Llegué al edificio D y subí hasta su tercer piso, el salón de hasta el fondo decía: “Diseño 2-B”, ese era mi salón. Entré observando la nueva aula en la que estaría estudiando un año más, mire escritorios de los alumnos, que se podían convertir en restiradores para cuando dibujáramos, busque un asiento vacío para tomarlo como mi asiento, casi al final del salón lo encontré, al lado de la ventana había un buen lugar, los asientos estaban segmentados en filas de dos, yo tenía a un compañero a mi derecha, dos compañeros adelante y dos atrás, no sabía quién se pudo haber sentado a mi alrededor pero no era algo que me intrigara de más, tenía una relación cordial con todos mis compañeros, no me preocupaba quien estuviera a mi lado.
-¡Jared!
Escuché un grito en frente mío, la persona que se sentó en frente de mí era alguien a quien conocía muy bien.
-¡Hey! ¿Qué onda Javi?
Javier era uno de los amigos que hice el año pasado en la escuela, era un chico, un poco más bajo que yo, de cabello corto y con una personalidad alegre… Y es gay.
-Eh estado muy bien, hice muchas cosas en las vacaciones, viaje por muchos lugares.
-Ah si…- Dije sin prestarle mucha atención, la verdad Javi es alguien agradable pero aburre muy rápido.
-¿Y cuantas vergas te metiste en vacaciones Javi?- Preguntó una voz femenina que se sentó a mi lado.
-Más que tú, sí querida.
Era Lola, otra amiga, ella era una chica bastante alta, más alta que yo de hecho, de unos 1.89 cm. tenía un cabello negro que combinaban con sus ojos del mismo color, estaba bastante tatuada, sus tatuajes eran de colores y no solo negros como la mayoría de tatuajes, esto para que resaltaran en su piel morena, tenía todo el brazo izquierdo y el antebrazo tatuados, incluso tenía uno en la pantorrilla. Ella a diferencia de Javi no era muy amigable, se podría decir que es un poco mala, pero solo es su forma de comportarse, realmente es muy agradable si te acostumbras a que te esté llamando por nombres o burlándose de ti.
-¿Qué hay perdedores?
-Te pusiste persings- Le comente.
-Sí, en el labio, la ceja derecha, los oídos y en otros lugares que nunca verás.
-¿Me estas retando?
-Por favor Jared, como si pudieras manejar a alguien como yo.
-Te sorprendería saber lo que puedo manejar Lola- Le dije guiñándole el ojo.
-A mí sí me gustaría saber lo que puedes manejar Jared- Dijo Javi pasando sus dedos sobre mi pecho regresándome el gesto que le hice a ella.
-Ja, ja, creo que ya encontraste a alguien a quien puedes manejar Jared.
-No, Javi ya te dije que no.
-Tenía que intentarlo, ¿Sabes?
Nuestro profesor aparece e iniciamos las clases, nuestra charla termina e iniciamos el ciclo escolar.
Pasan algunas horas, ya hemos cambiado de clase y si bien anoto lo que los profesores dicen, mi mente está perdida en otro lugar, no dejo de pensar en ella, esa chica con la que choqué, es como si todo hubiera cambiado cuando la vi, algo hizo clic en mí. *Suspiro*… ¿Cómo se llama?, ¿De dónde es?, ¿Qué carrera estudia?, ¿Qué le gusta hacer? No podía dejar de pensar en ella; sin darme cuenta las horas pasan y cuando vuelvo a tener sentido del tiempo ya es hora del receso.
-Vamos, apresúrate Jared, debemos aprovechar todo el tiempo que tengamos- Me dijo Lola levantándose de su asiento.
-Vamos niña, es hora de comer- Ahora me dijo Javier saliendo del salón con Lola.
-Si ya voy- Sin decir más los acompañé.
Justo saliendo del aula nos encontramos con otros amigos, Cuetlachtli y Elena, quienes van en la clase de al lado, arquitectura 2-C, Cue era un muchacho muy alto, el más alto de nuestro grupito de amigos, era robusto, poseyendo una gran musculatura, sus facciones eran indígenas y su color de piel de un café cobre típico de su gente, por el contrario, Elena era una chica bajita y un poco gordita, de una piel blanca y cabello castaño, los conocimos porque nuestros salones están juntos y cada vez que Lola, Javi y yo salíamos ellos también estaban afuera, nos hicimos buenos amigos.
-Mira nada más quienes andan aquí- Dijo Cue al acercarse a nosotros.
Nos dimos la manos saludándonos.
-Mucho tiempo sin vernos viejo- Le respondí.
-Solo como un mes, Javier, ¿Cómo andas?- Su atención ahora fue a Javi.
-Jared, que gusto volver a verte- Me saluda Elena.
-Igualmente Elly- Nos saludamos de beso en la mejilla.
-Espero que estés listo para otro año de intenso trabajo.
-Ni me lo recuerdes.
-Oigan, está muy bonito el reencuentro y todo, pero debemos apresurarnos para tener suficiente tiempo para comer y fumar- Lola era fumadora, cada pequeño descanso que teníamos ella lo aprovechaba para fumar y cuando no podía, se ponía de un muy mal humor.
-Bien, continuemos porque si no esta chica estará todo el día enojada, y yo no quiero sufrir por eso.
Ya decididos salimos a la cafetería.
Teníamos nuestro lugar especial, afuera de la cafetería, justo en frente de esta, había un pequeño jardín el cual tenía mesas y sillas, era un lugar muy agradable, y como la mayoría de los estudiantes preferían comer dentro de la amplia cafetería, estábamos solos, más tranquilos. Los muchachos empezaron a conversar, compartiendo lo que hicieron en las vacaciones y de lo que esperan hacer en este año, Cue comento cuanto fue lo máximo que levanto la última vez en el gimnasio, Lola hablaba del comic que estaba haciendo, Javi nos contaba con cuantos chicos se acostó y Elena solo escuchaba, las conversaciones estaban bien, pero aún con eso no podía sacar a la chica de mi mente, ¿Por qué estoy pensando en esa chica?, ¿Acaso me gustó? Eso era imposible, yo ya estaba en una relación, es por eso que yo no entendía, ¿Por qué no puedo pensar en otra cosa que no sea ella?. El zumbido de mi teléfono me volvió a la realidad, había recibido un mensaje, ¿Quién podía ser? Era Xóchitl, no la había visto desde que se fue a las duchas.
-Holis!!!
-Que hay?
-Nada, solo quería saber cómo estas <3
-Bien, estoy comiendo con mis amigos
-Yo igual
-Aunque preferiría comer otra cosa…
-Como que ;)?
-Algo que comí hace un rato, era comida de mar, una rica concha húmeda B)
-Jared!!!!!!!
-Tu preguntaste ja, ja.
Conversé con Xóchitl sobre diversos temas, le llegué a preguntar cómo le fue después de separarnos, me dijo que no hubo ningún problema, afortunadamente para ella, entró y salió de las duchas sin ser vista y solo llego un poco tarde a su primera clase, el maestro no se quejó, mientras conversaba con ella, mis amigos se dirigieron a mí.
-Oye Jared, ¿Le entras?- Preguntó Cue.
-¿Eh, qué?
-¿No estas poniendo atención? Preguntamos si quieres acompañarnos a la plaza.
-¿Cuándo?
-Este fin.
-Claro.
-Estupendo, ya estamos todos.
A pesar de sus pláticas, yo seguía conversando con Xóchitl. Me había estado hablando de sus amigas y de los problemas en los que se metían.
-Pero así son estas estúpidas UwU
-Creo que deberías conseguir un mejor grupo de amigas :/
-No son tan malas, además ni siquiera las conoces bien T_T
-Eso es cierto
-Y yo tampoco conozco bien a tus amigos… Solo los he visto como unas dos veces
-Es que nunca hay la oportunidad de que se conozcan bien, cuando estoy con ellos tú estás ocupada, y cuando estoy contigo ellos están en otra casa, como por ejemplo este fin, voy a salir con ellos y tú vas a estar con tus amigas
-Saldrás con tus amigos?
-Si
-Pues no se diga más, voy contigo.
-Espera, que? Y que tu no ibas a salir con tus amigas?
-Salgo con ellas casi todos los días, puedo decirles que no una vez, además quiero salir más contigo y conocer a tus amigos
-Pues déjame preguntarles que les parece.
-Va
Dejo mi celular y me dirijo al grupo.
-Oigan chicos, pregunta mi novia si puede acompañarnos, ¿Están bien con eso?
-Sí, yo digo que sí- Respondió asertivamente Cue.
-¡Ay sí! Tu tráete a la comadre- Respondió Javi.
-Me da igual- Dijo Lola.
-No hay problema- Terminó comentando Elena.
-Bien, le hare saber que está dentro.
Volví a tomar mi teléfono, para otra vez, mensajearme con ella.
-Oye, dicen ellos que no hay problema en que vengas con nosotros.
-Estupendo, está decidido entonces 😀
Seguimos conversando, todos terminaron de comer y se dispusieron a hacer otras cosas, Lola y Cue fumaban, Javi y Elly hablaban de moda y yo seguía al teléfono con Xóchitl, ella siempre era muy alegre, estaba mandándome memes cuando de la nada me mando una foto de su boca, le pregunte para qué era eso y solo respondió mandándome otra foto más de lo mismo, ahora con su boca abierta y babeando, podía ver hasta el fondo, era una imagen inquietante pero por alguna razón, también erótica.
-Te llegué a decir que preferiría para comer?
-No, solo te comente lo que yo quería comer, tú no me dijiste 😉
-Bueno, al igual que contigo, se me antojo algo que ya comí hoy, una rica polla, dura, gruesa, cilíndrica y venuda, y claro, sin olvidar su jugosa lechita.
Tras decir todo eso me mando otra foto, pero esta no era de su boca, sino de sus tetas al aire libre.
–De casualidad no tendrás esa comida que tanto deseo ¿)
Era oficial, estaba duro como roca.
-Tal vez tengo lo que buscas… Donde te gustaría “comer”?
-Búscame en el edificio A…
El edificio A era el de recepción, allí es donde iban a dejar sus papeles las personas que querían entrar a la escuela, o también donde se paga la colegiatura, además de que el tercer piso del edificio es donde radica el director de la escuela, y en su piso inferior hay una habitación que sirve para guardar todo producto de limpieza o herramienta para la misma, como escobas o trapeadores, esa sala siempre estaba limpia y abierta para todo el público, perfecto para algo rápido, además está cerca. Me levanté de la mesa, era hora de ir a alimentar a mi chica.
-Disculpen muchachos, pero debo llevar unas cosas al A.
-¿Qué clase de cosas?- Preguntó Lola.
-Eh…- Mi verga, pensé. –Cosas…
-Dale pues, apúrate que ya casi se acaba el receso- Me dijo Cue.
-Si, lo sé.
Terminé lo más rápido que pude esa conversación y corrí al edificio, a la sala de limpieza, tratando de ocultar mi erección, entro al edificio y busco la sala, trato de pasar desapercibido por las personas que están allí, que no sospechen nada de mí, abrí la puerta y la encontré, esa bella diosa marrón, ella me volteo a ver y rió.
-Vaya, vaya, llegaste muy rápido.
-Por supuesto, no creerías que caminaría sin emoción hasta aquí después de tus mensajes.
-No, no lo creería, entonces… ¿Trajiste lo que te pedí?
-No lo sé, ¿No lo ves aquí?
-La verdad es que no lo veo- Ella se acercó cada vez más a mí.
-Si no lo vez, tal vez podrías sentirlo.
-¿Sentirlo?, ¿Te refieres a esto?- Dijo poniendo su mano sobre mi asta.
-Exacto.
Dejando los juegos previos, ella se puso de rodillas lista para tragarse toda mi verga, me abrió mis pantalones y la sacó, aún no estaba del todo dura, ella la empezó a jalar, pude sentir como sus suaves manos tomaban el control de mi pene, parecía que se divertía jalándomela, después de unos momentos detuvo su mano, ya estaba un poco más dura y lista para ordeñar, metió mi verga en su boca y comenzó a mamar, inició con la puntita, la lamia y chupaba, después se pasó hasta la mitad de mi pene y allí fue donde siguió mamando, entraba y salía de su boca, su cálida boca era perfecta, su aliento hirviente y su saliva tan pegajosa eran el mejor acompañamiento que podía pedir mi pene, su lengua dentro de su boca daba vueltas alrededor de mi palo, sus ojos me miraban directo, me veían disfrutar de sus grandes habilidades, me pregunto sí esa chica la mamará tan bien como Xóchitl, ¡Espera no!, ¿Por qué estoy pensando en una chica que solo vi una vez mientras mi novia se está comiendo mi verga? Me sacudí la cabeza intentando sacar esos pensamientos; después de eso se sacó un momento mi verga solo para volver a lamerla de arriba abajo, le daba besitos por todas partes, incluso a mis huevos, sus ojos me buscaban, estos lucían grandes y lindos, como los de un perrito tierno, como si intentara lucir como una chica pequeña e inocente la muy putita.
-¿Lo estoy haciendo bien?- Preguntó con un tono tierno como imitando a una niña pequeña.
-¡Mierda sí!
-¿Te gusta?- Volvió a mamármela, ahora llevando mi glande contra el interior de sus mejillas.
-¡Así, sigue así!
Gemía con un placer inimaginable, ella lo chupaba como toda una campeona, tomé su cabeza para tenerla sujeta y seguir con mis manos sus movimientos, ella cada vez aumentaba la velocidad, miré mi reloj de muñeca, ya pasaban dos minutos que debíamos volver a clases pero me importaba una mierda, estoy seguro que a los dos nos importaba una mierda en ese punto, otra vez se detuvo, sacó mi verga y después de chuparla un poco más, se la pasó por la cara cubriéndole la mitad derecha de su rostro, su saliva y mi liquido pre seminal se expandían por toda su cara mientras me mostraba una sonrisa de placer.
-¿Soy una niña buena?- Ella seguía con esa voz y pantomima de niña dulce y pequeña.
-No, eres una niña muy mala.
-¿Qué tan mala soy?
-Eres tan mala que mereces un castigo.
Levante mi pene y con mi mano agarre lo más que pude de líquidos de mi pene y los comencé a esparcir por toda su cara, frente, barbilla, mejilla, ojos, pasé por su boca y dos de mis dedos cayeron por sus fauces, los intente sacar pero ella no me lo permitió, su boca se volvió una trampa mortal que no dejaba escapar mis dedos, su lengua los acarició y lamió, sus tragaderas cada vez los succionaba más, era excitante sentir su lengua alrededor de mis dedos pero no había tiempo, ella seguía siendo una niña mala y requería castigo, con determinación logré sacar mis dedos de su agujero y me referí a ella.
-No creas que con hacer eso te salvas, aún no he terminado con tu castigo.
-Por favor, no seas tan severo conmigo, seré una niña buena a partir de ahora, lo juro.
-Te creo… ¡Pero mi verga no!- Acto seguido le metí mi pene hasta el fondo.
Solo una vez ella se tragó completa mi verga y no la pasó bien, el calor del momento me hizo creer que era una buena oportunidad para darle un segundo intento, su cara al principio era de terror al sentir todo mi miembro dentro de su garganta, intentó sacarla pero se lo impedí, me daba golpes con sus palmas en mis piernas como para decirme que la dejara pero la ignoré, así como ella no dejaba sacar mis dedos de su boca, ahora yo no la dejaba sacar mi pene de su boca, sus ojos estaban llenos de miedo y comenzaban lagrimar al sentir que le faltaba el aire, con mis manos aún sujetas a su cabeza la liberé, ella escupió un poco y tosió, por fin podía respirar, pero su alegría no le duró mucho, volví a hacer que se comiera mi verga y ahora tomando su cabeza como si fuera un trasero o unas caderas, procedí a fornicar su boca por completo, al principio opuso resistencia pero al darse cuenta que no podría liberarse se rindió, arremetía cada vez con más fuerzas mientras escuchaba esos sonidos de fricción de mi pene golpeando lo más profundo de su garganta, mi imaginación volaba y por un segundo vi a Xóchitl como si fuera esa chica, ¡No otra vez!, ¿Por qué no podía dejar de pensar en ella incluso en momentos así?, mi vista se nubló y ya no pude soportarlo más, descargué toda mi corrida dentro de ella, con mi pene completamente dentro, por fin la solté. Ella cayó al suelo y escupió mi semen, tosió muy fuerte, lagrimas salían de sus ojos y juraría que incluso mocos salían de su nariz, lo acepto, tal vez me pasé un poco… Xóchitl se sobó la garganta mientras seguí en el piso con la vista al suelo, en ese punto realmente me asuste, temía haberla lastimado de verdad o haberla hecho enojar mucho, me acerque asustado.
-O-oye, ¿Estas bien?, ¿Te lastime?- Pregunté con preocupación.
-Si… Estoy bien…- Su voz era apenas audible. –Ayu *Coff… Coff…* Ayúdame a levantarme.
-¡Ah! Si.
Accedí en seguida a su petición, la mire con temor, me daba miedo pensar en que la había lastimado, o peor, pensar que ahora me despreciaba.
-Jared…- Dijo con su voz tan baja que apenas la logre escuchar.
-Dime.
-Ven…
Me acerque, a la espera de que es lo que quería, por mi mente pasaban muchas posibilidades, antes de que pudiera pensar detalladamente en ellas, un golpe fuete impactó contra mi hombro asiendo me retroceder y quejarme.
-¡Ay!
-¡Eso te pasa por pendejo!, ¿Quién te dijo que podías hacer que te hiciera una “Garganta profunda”?
-Fue por la intensidad del momento, no lo pensé mucho- Me disculpe.
-Sí, ya me di cuenta de que no lo pensaste… Oh Jared, has sido un niño muy malo…
-¿Qué?- Respondí confundido.
-Haz sido malo Jared, ¿Sabes lo que le pasa a los niños malos Jared?
-¿Qué?
-Le tienen que comprar algo caro a su novia, tal vez algo de unos 4 ceros…
-… ¡¿QUÉ?! ¡No!
-No te pregunte que opinabas.
-Pero eso es injusto, no quiero hacer eso.
-¿Tú me preguntaste lo que yo quería?
-…- No pude hablar.
-Exacto. Más te vale que lleves tu dinero este fin, querido.
-Pues ya que…
-No te deprimas, estoy segura que te gustara lo que tengo en mente.
Volviendo a clases el profesor no me regaño del todo por llegar tarde, continué mi día como si nada, aunque como antes de receso, no podía dejar de pensar en esa chica, ¿Quién era ella?, ¿Cuáles eran sus aficiones?, ¿Qué es lo que detesta? Por alguna razón, quería saberlo todo de ella. Después de acabar las clases los muchachos y yo nos separamos, fui al estacionamiento a esperar en mi carro a que llegara Xóchitl para irnos, como somos vecinos yo la llevo y la traigo de la escuela pues es lo mismo que ir a mi casa, esperé cerca de 4 minutos hasta que me llego un whats de ella, decía que le surgió un compromiso en la escuela y que debía quedarse, me pidió disculpas y me dijo que me fuera, que ella iría a su casa más tarde cuando se desocupara, por un segundo pensé en decirle que la esperaría hasta que terminara, no es como que tuviera mucho que hacer, pero antes de poder decirle algo me llegó otro whats de mi tía, ella me decía que estaría hasta tarde en su trabajo y no le daba el tiempo de ir por su hija, mi prima, a su preparatoria, como ella sabía que yo tenía carro y que para estas horas ya estaba libre, me pidió si podía recoger a mí prima, yo le dije que sí, tuve que irme.
Unos minutos después estoy llegando a la escuela preparatoria de mi prima, entro a la zona donde se ponen los carros y ella enseguida reconoce el mío, se despide de sus amigas y se acerca a mí, entre en el carro y se sienta en el asiento del copiloto.
-Hola Jared, ¿Qué haces aquí?- Dijo saludándome de beso en la mejilla.
-Tu mamá dijo que no iba a poder llegar a recogerte y me pidió que lo hiciera por ella.
-No te hubieras molestado, podía irme sola caminando.
-Claro que no es molestia, me encanta ayudarte en lo que necesites Sofía- Ella me sonrió.
Sofía y yo somos hijos únicos, nuestras madres son hermanas y es de allí de donde viene nuestra unión sanguínea, como éramos hijos únicos y solo de una diferencia de edad de dos años, siempre nos llevamos bien, yo la miraba como a una hermana menor y ella a mí como a un hermano mayor, de pequeños éramos muy unidos, no es que ahora nos llevemos mal, es solo que ahora tenemos varias responsabilidades y cada quien está en su rollo, ella está todo el tiempo ocupada estudiando, es la persona más inteligente que conozco, y pues yo estoy con la escuela, el deporte y Xóchitl, que por cierto, Sofía siempre a odiado a Xóchitl, aún de pequeños no la soportaba, y desde que se hizo mi novia no puede verla ni en pintura, siempre pensé que era su instinto de “hermana pequeña” buscando lo mejor para su “hermano mayor”, pero ahora creo que simplemente no se llevan bien. Sofía es una chica de 17 años, es pequeña, de unos 1.60 cm. es de un color moreno claro, ojos color avellana, tiene un hermoso cabello marrón que siempre tiene atado en dos coletas largas a sus espaldas, usa lentes muy grandes, de botella, y tiene brackets, su cuerpo a diferencia de las chicas de su edad no está muy desarrollado, ni pechos, ni trasero, ni caderas, pero lo compensa teniendo una cara hermosa y una personalidad que enamoraría a cualquiera, cualquiera que conquiste su corazón sería muy afortunado.
Llegamos a su casa y la acompañe hasta la puerta para bajarle la mochila, no estaba tan pesada pero me gusta ser caballeroso.
-No tenías que hacerlo, en serio.
-Tonterías, si existe la posibilidad de ayudarte, ¿Por qué no hacerlo?
Abrió las puertas de su casa y ambos entramos, deje la mochila en el sofá que estaba cerca de la entrada.
-Gracias por traerme Jared, ¿No quieres que te ofrezca algo?
No gracias, estoy bien.
-¿Seguro? Puedo prepararte algo de comer, estoy segura que tu novia es tan tonta que no podría hacerte de comer.
-Sofía…
-Está bien, perdón, ¿Al menos te puedo ofrecer algo de beber?
-No, estoy bien.
-O podríamos estudiar juntos, ya sabes, tu y yo, como en los viejos tiempos, solo nosotros dos- Ella se puso ub poco roja al decir eso.
-Me gustaría pero no puedo hoy.
-¿No hay nada que pueda decir para que te quedes conmigo?… Digo, para pagarte por traerme- Escuche lo primero que dijo pero fingí que no, no sabía a qué se refería y no quería incomodarla preguntándole.
-De hecho podrías… ¿Te molesta si usó tu baño?
-No, para nada, ya sabes dónde está, mientras tanto yo iré a cambiarme.
-Bien.
Ambos subimos al segundo piso de la casa, ella a su cuarto y yo al baño, no me tomó mucho tiempo resolver mi asunto, me lavé las manos y me miré al espejo, reflexione mientras me miraba y después de unos momentos salí del baño, ya estaba listo para irme, planeaba despedirme de Sofía antes de irme, me preguntaba si ya había terminado de cambiarse y se había bajado o si seguía cambiándose, decidí bajar a buscarla en el primer piso, cuando estaba por llegar a las escaleras me di cuenta de algo, la puerta de su cuarto estaba entreabierta, solo era pequeña la abertura de su puerta, pero venía luz artificial de dentro; o a ella se le olvido apagar las luces o seguí ahí dentro, normalmente lo habría ignorado, habría seguido mi camino al piso de abajo, pero ese día no, ese día algo me decía que debía comprobarlo, con cuidado para no alertarla, mi ojo miro a través de esa pequeña abertura y quedo anonadado. Habían muchas cosas en el cuarto de Sofía pero solo una que llamo la atención lo suficiente a mi ojo, y eso era el cuerpo semidesnudo de mi prima, solo cubierta por unas pantis blancas que le cubrían todo su trasero, ella estaba de espaldas, asique no podía ver mucho, pero con lo que veía era más que suficiente para hacerme babear, podía ver la figura de su cuerpo, no tenía grandes pechos o nalgas, pero por alguna razón su figura era tan erótica, de pequeños nos bañamos muchas veces juntos, comparar su cuerpo con el que tenía en esos tiempos no tenía sentido, aún sin tener grandes “cualidades”, podía verse claramente que ese era el cuerpo de una mujer, sus manos se pusieron en su pantis y lentamente comenzó a bajarlas, quitarlas de su cuerpo y cuando se arqueo para sacarlas por completo pude ver una pequeña parte de su tesoro, la idea de espiar a mi prima a la que considero mi hermana era algo muy malo, pero por alguna razón me excitaba demasiado, mi pene se puso duro, sabía que nada bueno pasaría si seguía espiándola; con cuidado de no alertarla, me fui alejando cada vez más hasta bajar las escaleras he irme de su casa, no sé si ella notó que yo la veía pero por mi bien espero que no.
Por la noche estaba surfeando por Facebook, veía algunos memes y videos de gatitos, estaba cansado y listo para dormir, de hecho ya lo había intentado, pero no pude, mi mente me seguía llevando al mismo lugar, al mismo recuerdo, yo chocando, levantarme y encontrarme con esa chica, ¿Qué diablos pasa conmigo? Durante toda mi vida he visto chicas guapas, con las que me gustaría coger un par de veces, pero nunca me había pasado esto, no poder sacarme a esa chica de mi mente, lo más ridículo es que ni siquiera sé su nombre, no sé nada de ella y aún así, es como si estuviera hechizado…
Mi teléfono vibro, un whats de Xóchitl.
-Jey, holis 😀
-Hola
-Como te fue hoy?
-Bien, fui a recoger a mi prima a su escuela y luego la lleve a su casa, después de eso hice tarea, fui al gimnasio y jugué un par de videojuegos.
-Fuiste por esa prima ¬_¬
-Xóchitl no empieces…
-Yo no soy la que empieza, es ella, siempre ha sido una perra conmigo y yo no sé porque, tú me has visto intentar llevarme bien con ella pero por alguna razón me odia
-Ella no te odia
-Ella me odia, y tengo una teoría al respecto
-Qué?
-Me odia, porque está enamorada de ti!!!
Que ella haya presentado una teoría así me hace estremecer, al recordar lo que paso hoy, pensar que ella tenga sentimientos así por mí, o pensar que Xóchitl sepa lo que hice y quiera que yo escupa la sopa accidentalmente.
-En primera, no mames, no somos de Monterrey, y en segunda, no seas tonta, eso es imposible
-No vi que te molestara mi comentario…
-No creo que sea necesario decirte “Xóchitl, no hagas parecer que le gusto a mi prima porque eso me da asco”, creo que ya estaba implícito.
¿Es así como realmente pensaba?, ¿Creer que mi prima este enamorada de mí me da asco?
-Si tú lo dices…
-Mejor cuéntame cómo estuvo tu día, que tuviste que hacer en la escuela
-Ah, no fue nada, solo tenía que completar algunas hojas de estudiantes
-Hojas de estudiantes?
-Si, ya sabes
-Ok…
Estaba a punto de despedirme para ya acostarme a dormir cuando llegaron nuevos mensajes de ella.
-Sabes… He estado pensando
-Qué?
-Ya te llevaste la virginidad de aquí- Ella mando una foto de su coño. –Y la de aquí- Ahora mando una de su boca. –Qué te parece ahora llevarte la virginidad de aquí?- Por último, mando una foto de su ano…
Estaba en shock, si llegamos a bromear o comentar un poco con respecto al anal, pero ella nunca se mostró interesada, que ahora me ofrezca su trasero era algo impactante y excitante y mi pene lo sabía.
-Estas en casa? Voy para allá.
-Espera un momento, no dije que ahora, tal vez para un ocasión especial :3
-Qué? y entonces porque ilusionarme así ahora?
-Aún no has pagado por lo que me hiciste en la escuela >:D
-Mis disculpas no son suficientes?
-Nop
-Genial… Y ahora que se supone que haga con esto?- Le mandé una foto de mi pene duro.
-No sé tú, ya descubrirás que hacer, buenas noches amor. Besos.
Y así me quedé solo con mi pene erecto. *Suspiro*. Miré a mi mejor amiga, la primera novia y amante que tuvé en mi vida.
-Bueno amiga, parece que hoy te toca a ti.
Llevé mi mano derecha a mí pene, listo para liberar “presión”.
Nota: Para los que llegaron hasta aquí, este episodio fue bastante largo porque era el primero y las bases de los personajes además de presentar a los personajes que serán importantes en la serie, próximos episodios serán más cortos, lo digo porque sé que hay personas que no les gusta leer series o relatos largos.
Hola cuando subes la otra parte?