¿Dulce o travesura? 01
La noche de la brujita y su gatito Pinky….
Hola nuevamente, esta es la primera parte de esta serie que hare, pues tengo pensado hacer otras series reñacionadas entre sí.
Pronto subire la continuación de mis anteriores relatos…
______________Morboverso________________
Capítulo 1: La brujita Sofía
31/10/2008
Esta tarde iba a ser muy especial para mí, pues no solo por que esta noche se celebraría Halloween, sino que tambien seria el primer Halloween en donde iba a poner a prueba mi plan.
Yo para pasar desapercibido esta noche de Halloween, me puse un disfraz de mago que consistia en una tunica y un sombrero de mago, ademas de ponerme un antifaz para tapar una parte de mi rostro por si algo salia mal y nadie me reconociera.
Ya eran las 20:00 p.m. y ya se estaba oscureciendo, por lo que decidí salir a cazar a mi primera presa. Decidí ir al un barrio que esta a kilometros del mio a probar suerte.
Me dirigí en mi auto y lo puse a andar para ir buscar a mi victima, mientras manejaba veia como las niñas y niños acampañados de un familiar pedian dulces de casa en casa.
Iba manejando mientras en mi mente iba repasando mi plan<span;>, hasta que me quede mirando una casa, en donde al parecer habia un evento de Halloween. Podía ver a varios niños de entre 5 y 12 años, por lo que no me la pense dos veces y estacioné mi auto en la esquina y esperé, mientras revisaba que todo estuviera en orden.
Repase cada detalle, desde la marca y numero de tablillas de mi auto, así como cualquier detalle que pudiera servir para ser identificado, a mi auto lo cubrían unas sogas que cree simulando unas telarañas, tenía suficiente combustible y también tenia unos dulces para mi victima.
Ahora solo tenía que encontrar a una niña, y a mi alrededor habian muchas pequeñas, el problema era que muchas de ellas estaban acompañadas de un adulto. Yo lo que quiero es llevarme a una niña de entre 4 a 10 años.
En mí vida siempre he creido que era una persona con mala suerte por diversos sucesos, pero al parecer hoy me sentía el hombre más afortunado, pues cerca del evento habia un parque en donde habian muchos niños jugando. Me acerque al parque y pude ver a 4 niños jugando, sus edades calculo que serían de entre 5 a 7 años, era tres niños y una niña, toda mi atención se fue hacia la niña.
Esta niña llevaba puesto un disfraz de brujita, que consistía en: una túnica negra, debajo llevaba una camisa naranja, un sombrero de copa alta y terminado en pico, una faldita negra que le llegaba a la altura de las rodillas, unas medias con rayas negras y naranjas, unos zapatos negros de charol, en su mano derecha tenia una calabaza naranja plástica y en la otra mano tenia atado de un cordel a un pequeño gatito negro de cartón, en su carita no llevaba ninguna máscara pero si llevaba los labios pintados con un color negro o morado oscuro.
Entonces supe que tenía que esperar una oportunidad, pues todos los adultos estaban preocupados de ver el show de Halloween que ni se preocuparon de los niños que jugaban en el parque.
Hasta que entonces llegó mi oportunidad…
La brujita que estaba jugando con los niños, hasta que un niño disfrazado de diablito rojo con cola que hizo honor a su disfraz, pues se acercó muy despacito a la brujita y con unas tijeras cortó el cordel que sujetaba al gatito que en el momento de ser cortado el cordel, este salio volando debido al viento.
No lo podia creer, ¡la suerte continuaba de mi lado! pues el gatito volo en dirección hacia donde yo estaba y se quedo atascado en la rama de un árbol cerca de mí.
El pequeño diablillo se comenzo a reir de la brujita, la cual salió en persecución de su gatito “Pinky… Pinky… ven acá…” gritaba la brujita, mientras esto ocurría, los niños siguieron jugando en los juegos incluyendo el pequeño diablillo causante de la captura de mi victima de esa noche.
Al estar jugando los niños, no le prestaron más atención a la brujita, la cúal llegó hasta unos metros de mí, sin percatarse de mi presencia comenzó a mirar a los alrededores buscando su gatito, desconcertada volteo hacia todos lados, su gatito había desaparecido.
Yo fui a rescatar el gatito del árbol, una vez lo tenía en mi mano, me acerque a la niña y entonces le hablé:
“Hola nena, ¿buscabas a un lindo gatito?” le dije mientras señalaba su gatito que tenia en mi mano.
“¡¡¡Pinky!!! ¿Por qué te escapaste?” dijo la brujita.
“No lo regañes pequeña” dije en un tono amable para darle confianza. “Lo que pasó es que tu gatito quiere que tu te comas unos deliciosos dulces que tengo aca, míralos” dije mientras le mostraba una bolsa llena de dulces “Toma todos los que más te gusten”.
La niña quedó fascinada al ver los ricos y variados dulces que le ofrecía, mientras ella elegía le dije:
“Oye, ¿y cual es tu nombre?” dije mientra ella se echaba un caramelo a su boquita.
“Me llamo Sofía” dijo ella con el dulce en la boca.
“Que lindo nombre, ¿y que edad tienes Sofía?” le dije mientras la miraba de los pies a la cabeza.
“Tengo 6 años” dijo mientras le quitaba el envoltorio a otro dulce.
Entonces ahi pude verla mejor fisicamente, ella debía medir 1.15 de altura, tenia el cabello rubio que le llegaba hasta la mitad de su espalda, sus brillantes ojos verdes brillaban en esta noche de Halloween, un nariz fina y respingada, sus labios eran carnosos y rojos.
Entonces al verla más de cerca sin duda me dije a mi mismo «Debo llevarmela para mí casa». Así que comence con mi plan de convenser a la nena de seguirme.
“Oye Sofía, tu gatito dice que ya se quiere ir a dormir, vamos a llevarlo a tu casa y luego regresamos ¿Te parece?” dije mientras abrazaba a su gatito de cartón
“Pero mi mama está allá” dijo la niña señalando a la multitud.
“Si pero ella está entretenida viendo el show, ademas de que nosotros no tardaremos, por que tu gatito tiene mucho frío y me dijo que se quiere ir a un lugar calido” le dije sonando triste abrazando su gatito de carton.
“¿Pero a donde podemos llevarlo?” Dijo la niña pensando.
“Podriamos llevarlo a mi cueva oculta, ahi esta calido y tambien tengo más dulces para tí y para tu gatito Pinky” le dije para intentar convenserla.
La niña se lo pensó, mientras yo miraba a mis alrededores para ver si alguien nos estaba mirando, para mí suerte todos los adultos estaban entretenidos con el show que ni se preocupaban por los niños.
“Y que dices Sofía, ¿Vienes conmigo?” Le dije estirando mi mano.
La niña me miró, aún dudando.
“Vamos responde, Pinky se enfermara si sigue más tiempo acá afuera” dije sonando triste.
Pero entonces la niña habló…
“Esta bien, llevemos a Pinky a un lugar más calido” dijo la niña sonriendo.
Yo ya estaba que saltaba de alegria, una niña ya había mordido el anzuelo.
“Bien, vamos” dije tomando la mano de la pequeña.
Ella sin oponer resistencia alguna, permitio que tomará su mano, rapidamente la conduje hasta mi auto, sin dejar de mirar a mis alrededores por si alguien nos veía.
Subí a Sofía a mi auto junto con su gatiro Pinky, luego me subí yo al asiento del conductor y aseguré las puertas de mu auto. Encendi mi auto y de inmediato me retiré de ese lugar, la pequeña quiso decirme algo pero la calmé al ofrecerle una muñequita «Barbie» que había comprado aquella misma tarde, por lo que ella guardo silencio todo el viaje.
Con rapidez conduje por calles poco transitadas y bastante obscuras, mientras la niña se entretenía con la muñequita y comia los dulces que le habia dado, yo mientras conducia le decía lo inteligente que era su gato, lo bonito que estaba su traje de brujita y que en mi casa tenía otros trajes igual de bonitos que quizás le podría regalar, a lo que ella acepto.
Realmente no me costó ningún trabajo convencerla de que me acompañara a mi casa, ya que a lo largo de los años he desarrollado la facultad de actuar como un niño, por lo que las niñas se olvidan que soy uno de esos adultos de los que les dicen que se tienen que cuidar.
Ya imagino las recomendaciones de sus padres: «nena, no dejes que ningún viejo feo te baje los calzones, ni dejes que te toquen tu cosita o te agarren el popo», pero yo para ellas no soy un viejo feo, yo para ellas solo soy un niño grande y nada mas.
“Oye, pero si Pinky no habla, ¿cómo es que sabes que se quiere ir?” me dijo repentinamente mientras me miraba.
“Es que yo soy un mago y entiendo lo que dicen los gatitos, ¿lo vez? Ahora dice que nos vamos a divertir mucho hoy” le dije para engañarla, y lo mejor… es que ella se lo creyo.
“¡¡¡¿”Eres un mago?!!!” dijo ella asombrada.
“¡Si! ¿quieres que te lo demuestre? ¡mira!” y diciendo esto, realicé un pase mágico y aparecí ante sus ojos una rebanada de pastel de chocolate.
“¡Que genial!” dijo la pequeña asombrada.
“Verdad que si, ahora cuando lleguemos a mi casa jugaremos un juego muy divertido, ¿Te parece?” le dije a Sofía antes de que llegaramos a mi casa.
“¡Siii! Me agrada la idea” dijo ella emocionada sin saber lo que le haria esa noche.
Una vez que estabamos cerca de mi casa, saque la venda para los ojos que necesitaba para que no viera como era mi casa desde fuera y asi no reconociera la casa si llegaban a buscarme por el delito que haria.
“Sofía ahora iremos a mi cueva secreta, pero para entrar debes ponerte esto en los ojos” dije entregandole la venda.
La niña le hizo gracia todo esto, y volvio a creerme, al parecer la niña era bastante ingenua. Entonces ella acepto gustosa, le puse la venda en sus ojos y puse mi auto en marcha, verificando que no hubieran ni niños ni adultos cerca de mi casa. Mi suerte al parecer seguia ya que en mi calle ya no había niños pidiendo dulces ni adultos.
Una vez llegue a mi casa, detuve el auto.
“Llegamos a mi cueva, ahora debes manrener la venda hasta que yo te diga para que puedas entrar a en ella” le dije abriendo mi puerta.
Me baje de mi auto mirando hacia todos lados en busca de alguien que me estuviera viendo, pero no habia nadie a simple vista.
Me baje del auto y fui a abrirle la puerta a la niña.
“Bien, dame la mano para guiarte hacia mi cueva secrera” le dije sonando chistoso.
Sofía solto una carcajada que me hizo pomerme nervioso, pues su risa podía hacer que algún vecino se asomara por la ventana a ver que pasaba.
Entonces rapidamente cerre la puerta del auto y de la mano lleve a la niña caminando a ciegas hasta mi casa, la niña en su mano derecha llevaba su gatito de cartón «Pinky» y en su mano izquierda llevaba su calabaza con dulces.
Ya erán las 20:30 p.m. y en los alrededores no se veia a nadie por mi calle al menos, pues seguramente todos estaban celebrando Halloween en alguna fiesta, pues mis vecinos para celebraciones como Halloween se dedican a beber.
Una vez entramos en mi casa, yo cerre con seguro la puerta, para que no hubiera forma de que ella escapara de mis manos.
Una vez dentro de la casa le.dije a Sofía que le quitaría la venda, Sofía quedo asombrada con lo que vio, pues no lo mencione pero para Halloween me gusta decorar mu casa por fuera y por dentro tambien. Mi casa por dentro tenia de esas lices navideñas decorando las paredes de la casa y muchos dibujos de arañas y telarañas habian colgando. La niña quedo maravillada con lo que vio, sin más le dije que me siguiera para que viera toda mi casa y tambien para darle más dulces.
Tras unos minutos Sofía y yo nos pusimos a jugar durante una hora, «Perseguimos al gatito» «Jugamos a las escondidas» «Contamos cuentos de terror» y «Comimos dulces hasta satisfacernos»
Ya eran las 10:00 p.m. de la noche, en ese momento pense, «¿La policia ya estará buscando a la niña?» Pensar esot me puso algo nervioso, pero eso no importaba ahora, lo que en verdad importaba era divertirme con esta brujita que tenia en mi casa.
Entonces se me ocurrio un juego perverso en mente… le pedí a Sofía que nuevamente se dejara cubrir los ojos con la venda, ya que ahora ibamos a jugar un juego donde ella debia adivinar los objetos usando todos sus sentidos, a excepción de la vista.
Sofía acepto gustosa, asi que le puse la venda y de inmediato empezamos a jugar.
Empecé dándole su muñeca, la cual adivinó fácilmente, después le di a probar un LIQUIDO SECRETO, ¡acertó! era una gaseosa sabor limón, luego siguió con una cuchara y unas monedas, hasta que seguimos con las partes del cuerpo: primero un dedo, después la mano y siguió un pie, hasta que finalmente dije lo que se me vino en mente al momento de decidir este juego… ahora iba a usar mi pene aprovechando que ella no podia ver nada.
De manera lenta y silenciosa me baje el cierre de mi pantalon y me los bajo hasta las rodillas. Luego hago lo mismo con mi boxer liberando asi mi pene de 18cm de largo y 5cm de ancho, que ya estaba erecta al ver la criaturita que se la comeria hoy.
Lleve la mano de Sofía hacia mi verga tocando algo duro, largo, grueso y suave, pero no supo identificar que era.
“¿Es tu nariz?” me pregunto inocentemente, quizás porque en uno de los extremos, tocó algo que identificó a los cabellos.
“Bueno, si no adivinas con las manos, usa el oído” le dije riendo.
La niña colocó su oreja junto a mi pene.
“¿Ya sabes que es?” le pregunté, ella dio una respuesta negativa. “Le toca el turno a tu nariz ahora, dime ¿a que huele?” le pregunte.
Ella acerco su nariz y aspiró mi aroma de macho sin lograr definir que era…
“No se que es…” dijo la niña pensando
“Bien, si no lo sabes, pues te queda usar tu boquita para saber el sabor, así quizas logres adivinar que es” le dije riendome maliciosamente de la niña, ella no sabia lo que estaba a punto de meterse a su boca. “Bien ahora abre la boquita y prueba el sabor, estoy seguro de que ahora si adivinarás que es” dije sintiendo como mi placer aumentó.
Sofía abrió su boquita un poco y aquello que no identificaba chocó contra sus dientes.
“Abre más tu boquita, para que te la metas a la boca y lo pruebes para que adivines que es” le ordené jadeante.
La brujita Sofía obedeció, mi pene se fue introduciendo lentamente en su cavidad bucal.
Como era de esperarse, no le cabía toda en su boquita, solo se metio 5cm de los 20cm que tengo a su su boquita, pero si fue lo suficiente como para hacerme sentir un terremoto de placer en mis venas.
Inicié movimientos suaves de mete y saca en su boquita que me apretaba deliciosamente. ¡Si! ¡Mi sueño empezaba a materializarse! ¡Me la estaba cogiendo por la boca! ¡Estaba cogiendome a una niña de 6 años por su boquita!
La nena se puso tensa, y yo con palabras entrecortadas, le pregunté: “¿Ya… sabes… lo que es?”.
“¡Nog!” dijo negando la niña con la cabeza de mi pene dentro de su boquita.
“Pues te lo voy a decir, pero con la condición que te lo vas a sacar de la boca solo hasta que yo te lo diga ¿esta bien?”.
“Mmjjm” acintio Sofía moviendo su cabeza de arriba a abajo con mi pene aún en su boca.
“Pues es un pedazo de carne relleno de crema, es como un dulce, pero de carne, ¿quieres probar lo que tiene dentro?” dije aguantando las.ganas de correrme, pues esto ya me estaba superando
“Sighh” dijo emocionada la nena con mi pene aún en su boca.
“¡Pues ahí te vaaaaaa…!” grité al tiempo que un chorro de mi semen salía disparado en dirección a su garganta.
En ese mismo momento le saqué de la boca el miembro para evitar que se ahogara y fuera a asustarse, por lo que el resto de mi leche le mojó parte de su cara, le llene la boca con mi semen haciendo que este se le escurrierá en hilos viscosos desde los labios hasta el pecho.
Tras unos momentos guardé en su sitio mi recién deslechada verga y le quité la venda a la niña, quien estaba estupefacta, sin pronunciar ninguna palabra, como sorprendida, pero no asustada. Después de eso me dijo: “Tiene un sabor raro, es como amargo”.
Tuve que explicarle a Sofía que ese sabor no era amargo, sino un sabor que ella no había probado antes, pero que a las mujeres les encanta. Su única pregunta fue: “¿En donde está el dulce de carne?”
“Te lo acabaste de comer Sofía, pero si te sigues portando bien en un ratito más te doy otro” le dije aguantandome la risa.
Al parecer ella no estaba notando que el tiempo pasaba y que sus padres debian estarla buscando por toda la ciudad como desesperados, pero ella en su inocencia no parecia tomarle importancia.
Ella acepto y seguimos jugando, ahora jugabamos a tirar dardos con las pistolas de juguete contra figuritas plásticas de animalitos, de indios y de vaqueros.
“¿Cual es el premio si les doy a todos?” Pregunto Sofía inocentemente.
“El ganador podía ordenar cualquier cosa al perdedor y este debería de obedecer y el que no obedece tendra un castigo” dije mirandola con una cara pervertida.
“¿Y cual es el castigo?” pregunto curiosamente la pequeña Sofía.
“El perdedor recibira unas nalgadas a calzón quitado por el ganador” dije sonriendo.
Es increíble como una niña, supuestamente tierna e inocente, puede ser todo eso, pero también puede ser cruel y pícara. Yo perdí muchas veces ante Sofía y sus ordenes fueron desde tomar un vaso de agua con sal, pasando por darle un beso en la trompa a su gato, hasta besarle a ella los pies y ¡tirarme un pedo!
Por supuesto esto último me negué ha hacerlo y ella me castigó, me tuve que bajar los pantalones, ella misma me bajó mi boxer y me dio varias nalgadas.
Después, al subirme mi boxer me miraba de reojo, como con vergüenza, y yo disimuladamente, permití que me viera el trozo de carne que momentos antes había tenido en su boca. No estoy seguro, pero creo que en ese momento supo cual era el dulce de carne relleno de crema que se había comido hace unos minutos atras.
Cuando a ella le tocó perder, mis ordenes fueron por el estilo de las de ella, menos la última. ¡Sabía que ella no iba a permitir la humillación de ser nalgueada, por lo que estaba seguro que me obedecería, así que dije:
“Quiero que te quites tu disfraz de brujita” le dije con una sonrisa perversa.
«Pero no debo desnudarme frente a un adulto, eso dijo mi madre» dijo ella dudando.
“Pero no te preocupes, recuerda que tu madre no sabrá nada de esto, ademas por el juego debes obedecer mi orden como yo lo hixe contigo” le dije para hacerle cambiar de parecer.
“Si, tienes razón, entonces lo hare” dijo ella aceptando de manera pícara y ahí delante de mi comenzo a quitarse su disfraz.
Comenzo quitandose su sombrero, para luego quitase su túnica negra dejando ver su camisa naranja, la cual tambien se quito dejando su pecho plano a la vista. Luego comenzo a desabrocharse su faldita negra la cual rapidamente cayo al suelo, y para terminar se quito sus medias rayadas junto a sus zapatitos negros.
¡Ella quedó casi desnuda ante mis ojos! Pues solo le quedaba su calzoncito de color rosa pálido que cubría su intimidad.
“Pues bien, ¿ahora puedo ponerme de nuevo mi disfraz?” me pregunto ella tomando su disfraz.
“No aún, mi orden es que sigas jugando así conmigo” le dije de manera picara.
“No quiero, me da vergüenza” dijo ella sonrojandose.
“Entonces te voy a bajar tus calzoncitos y te daré unas nalgadas y de paso te voy a ver tu cosita” le dije sonriendo.
Eso le hizo gracia al parecer, ya que empezó a correr por la sala mientras aplaudía y gritaba, “A que no me la ve-es, a que no me la ve-es” y yo tras ella, “a que si te la ve-o, a que si te la ve-o”, después de unos minutos corriendo tras ella la alcancé y le baje su calzoncito quedando expuestos ante mi sus nalguitas gordas y redondas que conforman su culito.
La acosté sobre mis piernas y le di solo un par de nalgaditas, después la voltee, le abrí las piernas y hundí mi rostro en su deliciosa entrepierna. Le hice cosquillitas con mi nariz y sin esperar reacciones le lamí su conchita. ¡Que delicia! ¡Que exquisito sabor el que tienen las conchitas de las niñas! Mi lengua barrió con todas las impurezas del área: restos de orines, calor y humedad natural combinados con el característico sabor agridulce que todas las mujeres tienen cuando son pequeñas.
Sofía reía mientras mi lengua avanzaba hacia su culito y retrocedía a su pequeño coñito, y ella reía cuando mis dedos le acariciaban la espalda y despeinaban su cabello.
Ella no detuvo su risa hasta que comence a desnudarme quitandome mi disfraz a excepción del antifaz, entonces ella tuvo ante sus ojos mi propia desnudez, sus ojos se abrieron sorprendidos a ver que casi pegado a sus labios estaba mi pedazo de carne cubierto de venas, y con unos pelos en la base, que elevaba y bajaba la cabeza como en un respetuoso y pícaro saludo.
“Aquí está el dulce de carne que te prometí, puedes comértelo si quieres” le dije tomandolo por su base.
Ya la tenía a mi merced, ahora era cuestión de lubricarla bien y cogersela, estaba a punto de cogerme a una niña de 6 años. Pero aún había mucho tiempo para didfrutar de ella y su pequeño cuerpo, esa noche ella era toda mía y la noche aún era joven.
Probablemente a esas horas de la noche la policía ya la estaría buscando por toda la ciudad, pero ella y yo estábamos en la seguridad de mi casa y nadie la había visto subir a mi auto, por lo que por esta noche Sofía era mía ¡Y sería mía!.
Continuamos jugando un buen rato, ahora los dos desnudos, ella no quiso probar “el dulce de carne” y yo no la obligué, pero a cambio pude seguir acariciándola y manoseandola, mientras ella también me acariciaba a mí.
La locura aumentó cuando ella me preguntó porque tenía pelos en mi “cosota” y yo le dije que porque me había portado mal, pero que esta noche, me iban a levantar el castigo, entonces fua buscar mi maquina de rasurar delante de ella acabé con mis largos y rizados pelos púbicos.
Después de terminar mi afeitada, decidí que había llegado el momento tan esperado.
“Sofía” le dije, “A ti te gustan las muñecas, ¿verdad?.
“Pues si me encantan” dijo mientras estaba sentada en el suelo.
“Yo te voy a regalar esa muñecota grande que ves ahí arriba” dije señalando una muñeca que compre el año pasado. “Pero para ganartela debes dejarte hacer todo lo que yo quiera y creeme que lo que te hare te va a gustar” le dije pasando mi lengua por mis labios.
“Bueno pero si no me gusta lo que me haras ¿me la regalaras de todos modos?” me preguntó levantandose del suelo.
“¡Tienes mi palabra, muñequita!” dije totalmente excitado.
“Bueno, pues entonces ¡si!, pero quiero la muñeca ahora” me dijo señalandola.
Yo le baje la muñeca de su sitio, mientras ella la revisaba y la abrazaba, yo también comence a revisar y abrazar a mi propia muñeca, ella misma.
Mi lengua comenzo a recorrer todo su cuerpo, mientras mis manos acariciaban cada centímetro de su piel y mi verga no podia esperar a penetrarla.
Entonces con mi dedo índice derecho comence a tocar su suave y calvo monte venus, mis dedos se resbalaron hacia sus gordos labios mayores, me detuve un poquito para encontrar su clítoris. Ella se estremeció, por un momento sus risas se detuvieron, me miró seria y confusa.
“Me haces cosquillas” me dijo respirando forzosamente.
“¿Pero te gusta, no?” le dije pero ella no me contestó y solo cerro sus ojos.
Lentamente la recoste sobre el sillón, colocandola boca arriba, a lo que ella se estiró relajada y adoptó la actitud de una gatita que se deja querer. Mi dedo llegó por fin a su agujerito, entonces lentamente y con calma, disfrutando cada milímetro mi dedo empezó a desaparecer en aquel pequeño orificio caliente y húmedo de su coñito de solamente 6 años.
Ella estaba boca arriba, entonces yo levanté y separé sus piernitas, y lentamente apoye mi verga dura y totalmente erecta, que casi estalla al sentir por fin aquella textura tierna y suave tan largamente esperada por mí, la comence a pasar de arriba abajo por sus labios vaginales.
Pero no la penetré por su conchita, me satisfice con el hecho de ponérsela en su entrada virginal, me satisfice con rozarla, con mirar su rostro angelical con una especie de felicidad y de gozo desconocido para ella, pero para mi se convertía en un éxtasis enloquecedor.
Segui rozando mi verga hasta que se me venia el orgasmo, lanzando 3 cargas de leche al pecho de Sofía, mientras aulle de gozó, mientras Sofía con su cuerpecito sonrosado quedo toda llena de semen que escurría desde su pecho a su coñito.
Entonces me salgo y pude darme cuenta de que en su entrepierna, su vagina, esa vaginita tan pequeñita, tan gordita, estaba dilatada y que en su centro aún virgen se abría un agujerito con bordes rojos, era su himen intacto que se contraía y que temblaba mientras Sofía jadeaba suavemente.
Si no me la cogeria por su coñito, era obvio que si lo haria por su culito, entonces tomo su cuerpo y la volteo dejandola boca abajo. La doblé sobre el sillón dejando a mi vista su pequeño y sonrosado orificio anal, ¡Que delicia!, no podia aguantar las ganar de romper ese culito paradito que tenia Sofía, se veia tan pequeño su esfinter que pense que no le entraria mi verga, pero el pensar lo apretado que debia de estar su pequeño y virgen esfinter que a mí me solo me excitaba,
Antes de seguir con esto fui rapidamente a mi cuarto a buscar una crema lubricante, entonces volvi a donde habia dejado a Sofía boca abajo y con su culito levantado. Abri el lubricante y le comence a untar en su pequeño esfinter anal, mientras la niña parecía relajada con lo que sucedía, claro que aún no se la metía.
Luego decidí empezar por introducirle un dedo, quería que se fuera acostumbrando a sentir algo dentro de su cuerpo, para que luego recibiera mi pedazo en su pequeño orificio. Deposité un poco mas de crema en mi mano y embarré toda el área que va desde el ano hasta la abertura vulvar, mientras embarraba el área de su anito con crema frotandole alrededor de su esfinter, la frotación se hacía cada vez más decidida, mas fuerte y sin temores.
La niña tenía la mirada nublada, su boca abierta y su ceño fruncido, mientras yo comenzaba a meter un dedo, a lo que Sofía comenzo a quejarse, puso una cara de dolor y abrió sus ojitos como platos.
“¡Ayyy! me duele… no sigas por favor” dijo ella mirandome y poniendo muecas de dolor.
“Debes relajarte y no apretar tu colita, por que por eso te duele” lo dije sacando mi dedo de su esfinter.
Ella entonces relajo su anito y yo volvi a meter mi dedo, a lo que ella se quejo dolor, pero esta vez, al parecer no le dolio tanto.
Yo le eche un poco más de lubricante en su anito y con mi dedo índice segui con la dificil tarea de dilatar el culito de Sofía, la cual se quedó quieta con algo de miedo y dolor soportando como yo profanaba el pequeño hoyito de su culito.
Sofía ya tenía la mirada perdida, estaba relajada, gracias al «LIQUIDO SECRETO» que había dentro de la gaseosa que le dí cuando llegamos a mi casa. Esta gaseosa tenía algunas drogas y relajantes que tardaría unas horas en hacer efecto, y al parecer ya le estaba haciendo efecto a la niña, por lo que Sofía ahora no podría moverse ni escapar de mis manos
Mi dedo entraba y salia de la colita de Sofía, mientras ella se quejaba de dolor en voz baja, pues su culito estaba siendo penetrado por mi dedo, y si mi dedo la hacia sufrir, no queria ni pensar como sufriria con verga dentro de su culito.
Ya llevaba como 20 minutos en esa posición, siendo dedeada por mi dedo en su culito infantil. Entonces saque mi dedo y vi que su culito ya estaba bien dilatado como para intentar ser penetrado
Yo la tomé por la cintura y procedí a intentar introducir mi garrote que estaba como el acero nuevamente, entonces yo levanto un poco sus caderas de modo que sus rodillas y su pecho quedaran al mismo nivel. Yo tome un poco de lubricante y me lo aplique en mi verga, mientras Sofía estaba empinada y lista para que le rompiera su pequeño culito virgen.
Ella desde su posición no lograba ver lo que estaba haciendo y mucho menos sabia lo que le iba a hacerle, yo sabia que esto a ella le dolería mucho, pero tambien sabia que a mi esto me iba ha excitar tanto.
Yo mientras me aplicaba lubricante en mi verga con una mano, con la otra le acariciaba las nalgas pensando en como disfrutaria cogiendome este culo virgen.
Yo apoye mi verga en su culito y lentamentente intente introducir mi verga, Sofía al sentir mi verga se asusto, ya que quizas entendio lo que intentaba hacer.
“¿Me vas a meter tu dulce de carne con crema en mi colita?” pregunto ella asustada y con voz somnolienta.
“Pues si, eso hare” dije intentando meter mi verga.
“Pero es demaciado grande, ya no quiero seguir jugando, quiero irme” dijo ella al borde de las lagrimas.
“Pero ¿la muñeca? ¿Acaso ya no la quieres?” le dije intentando convencerla.
“¡No, ya no la quiero!” dijo intentando debilmente pararse del sillón y dispuesta a irse, pero gracias a las drogas su movimientos eran casi inexistentes.
Yo no podia dejar que se fuera, por lo que esa es la razón por la quise drogarla.
“Que lastima…” le dije.
Yo tome una almohada que puse en el suelo, para luego tomar el cuerpo debil de Sofía y lo puse sobre la almohada, quedande esta debajo de su pancita, la acomodo para que sus rodillas y su pecho quedaran al mismo nivel, quedando con su culito bien empinado y listo para ser estrenado.
Sofía hasta este punto comenzó a sollozar silenciosamente, quizas por el miedo de lo que le iba a hacer o por que su cuerpo no respondía o quizas por ambas.
Yo tome lubricante y le aplique en su hoyito pues este se habia comenzado a cerrar tras haberlo dilatado y al no haberle metido mi verga, entonces le comence a pasar mi dedo por su esfinter y luego introduci mi dedo nuevamente en su anito.
Mientras mi dedo índice seguia entrando y saliendo de su culito, Sofía por su parte solo aguantaba el dolor que le producia mi dedo estirando su esfinter, pues la voz con suerte le salía, gracias a la droga, no podría gritar solo gemir y sollozar silenciosamente.
Hasta que no aguante más y decidi meterle mi verga, entonces le separe las nalguitas exponiendo su hoyito virgen de niña y apuntó mi pedazo hacia su pequeño agujerito, lentamente comienzo a hacer presión en su esfinter.
Pero no entraba, entonces le aplique más lubricante a mi verga y al hoyito de Sofía, la cual apretó sus ojitos y las sábanas con sus manos al sentir mi pedazo.
Una vez aplique el lubricante en su anito comence meter mi verga lentamente, Sofía comenzo a quejarse de dolor pero no me detuve hasta lograr meter la cabeza de mi verga.
“Auchh me duele” gimió silenciosamente mientras le abria su pequeño culito virgen.
Lentamente mi verga comenzo a avanzar por el estrecho y virgen culito, ya llevaba la mitad de mi pedazo dentro de su intestino.
“¡Ahuuu! No sigas por… favor… me duele… ya no quiero más…” decia Sofía mientras se quejaba de dolor y su respiración se agitada.
“Aguanta pequeña… ufff… ya pasará el dolor y sentirás delicioso” le dije gimiendo.
“No por favor… me dolió mucho” dijo ella entre quejidos de dolor que poco a poco se fueron convirtiendo en sollozos.
A medida que mi verga ingresaba en su esfinter. Sofía lloraba a medida que su culito estaba siendo destrozado por mi verga que entraba en su apretadisimo esfinter.
Hasta que no aguante más y de una sola embestida le meti toda mi verga en su apretado culito. A lo que Sofía quiso gritar al sentir la totalidad de mi verga dentro de su culito, pero su grito fue ahogado por mi mano, mientras yo le comenzaba a penetrar su esfinter.
La pequeña Sofía comenzaba a gritar debilmente, mientras mi mano silenciaba sus gritos. Yo seguía embistiendo mis caderas contra su culito gordo, estaba sintiendo tanto placer que ni siquiera me detuve ante las súplicas de la nalgona Sofía.
“¡¡¡Ahuuu!!! por favor… de verdad me duele mucho… sáquemela… por favorrrr…” me dijo debilmente aun con mi mano en su boca.
Al ver que no me detenia, la niña hizo el intento de levantarse pero con mi mano la mantengo empinada. La pequeña estaba tan asustada que empezó a llorar y volvió a gritar cuando inicie con un mete y saca de mi verga en su pequeño hoyito.
A estas alturas Sofía sollozaba por el dolor, mientras yo veia como tenía metida mi verga en su culito, la saco un poco pero solo para volver a meterla, la niña aulló como un loba cuando mi verga se volvio a introducir en su agujerito.
“Ahuuu ahuuu ay ay ay” se quejaba Sofía
La pequeña solo gritaba y pujaba intentando aguantar el dolor de su culito, ademas de que ella no podía defenderse.
Yo al sentir su culito más relajado inició con un mete-saca rapido y continuo, por lo que la pequeña Sofía no pudo aguantar más el dolor y se desmayo. Pero eso no me detuvo y segui introduciendo mi miembro moviendo mis caderas, aumentaba la velocidad de mis embestidas y de sus caderitas.
“Si… si mi putita, me encanta tu culito apretadito… uff que rico lo tiene” le decia a pesar de que Sofía se habia desmayado a causa del dolor.
Yo la embestia con movimientos bruscos y duro, haciendo que mis caderas al chocar contra sus nalguitas hicieran «Plaf plaf plaf» mientras la enculaba sin piedad. Ella parecía un muñequito de trapo, pues no se movia pero respiraba agitada aun, ademas de que en su cara se reflejaba el dolor que estaba sintiendo en su culito que era perforado por mi pedazo.
“Ahhh putita rica… mi putita… mi puta… me vengo… me vengo aaahhh es delicioso aaahhh aaaahhhh”
Entonces tuve un orgasmo como pocas veces lo he sentido, la sensación se inició en mi cerebro, recorrió mi espina dorsal y brotó en lechazos por mi verga empezando a inundar su culito con potentes chorros de semen. Yo cerré mis ojos y aullé de gozó a la vez que mi pene se estrellaba contra sus nalguitas.
Cuando los abrí nuevamente, miré su cuerpecito sonrosado, entonces comence a sacar mi verga ya algo flacida al expulsar la leche en su culito.
Al salir mi pene de su culito, vi que este habia quedado totalmente abierto y de este comenzo a escurrirse mi semen mezclado con algo de sangre, no exagero, de seguro es a causa de la desvirgación anal que le habia hecho a Sofía.
Yo quite de encima de ella y me acoste a su lado boca arriba, respiraba agitado y cansado, había sido la mejor cogida de mi vida. La niña seguia desmayada, entonces me levanto y me dirijo al culito de Sofía abriendole sus nalguitas para ver lo abierto que le habia quedado el culito, su esfinter parecia una «O», de donde salía la leche que recién le había eyaculado dentro.
Después de eso la cargue hasta el baño y me dispuse a asearla, luego le aplique una pomada para el dolor que presentaria en su culito.
Tras eso la seco con una toalla y la comienzo a vestir con su camisa naranja del disfraz.
Por otro lado le pongo el resto de su disfraz a excepción de su sombrero de brujita y su calzoncito rosa palido que me los quedare como recuerdo, así que los cuales guarde en una bolsa a la que le puse su nombre para recordarla.
Sofía siguia dormida, asi que aproveche de sacarla de mi casa, la subia al auto y la lleve de vuelta al parque de juegos en donde la encontre.
Ya eran las 11:40 p.m. cuando llegue al parque donde estaban los juegos y tambien el show de Halloween que ya habia terminado.
Me detuve, primero para verificar que no hubiera nadie en las cercanias, ni policias, lo que me parecio extraño.
Entonces al no haber nadie, sin despertarla la tomo en mis brazos y la cargo hasta un arbol en donde la dejo apoyada, y la cubro con una manta para que no le dé frio.
Antes de irme le di un beso de despedida y le deje a Pinky a su lado para que la cuidara.
“Adios mi brujita putita”
Entonces rapidamente me voy a mi auto dejandola sola con su gato de cartón y asi dejandola sola en el parque hasta que mañana alguien la encontrara.
01/11/2008
Al día siguiente me entere por las noticias de la televisión sobre Sofía, es que una señora la encontro tirada con una manta en el parque. Esta intento despertarla pero no reaccionaba, quizas aún estaba algo drogada, pero aún respiraba, por lo que la señora la llevo a un hospital.
Tras eso la policia llamo a sus padres los cuales la habia estado buscando toda la noche en los alrededores del parque y ellos fueron al hospital para luego enterarse de que ella fue violada analmente por un desconocido. Esto debe haber impactado a los padres de Sofía, y ella al despertar solo recordaria que un mago logro abrirle su colita…
Desde ahi hice un juramento, de que solo haría este delito las noches de Halloween, pues volverlos como rutina todos los dias seria muy peligro y podría meterme tras las rejas si me encontraban. Por lo que esto solo sería una vez al año, en cada Halloween…
Y asi fue como inicie con mis atentados a pequeñas niñas en las noches de Halloween…
Continuara…
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Para la siguiente parte decidí dejar que ustedes elijan la apariencia de la nena.
Edad:
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Esto pueden comentarlo, o pueden enviarme esto a mi Telegram
Saludos a todos
Excelente relato, ánimo y continua
Excellent
Este relato lo leí hace ya muchos años y estaba firmado por otro autor, en el relato original el gato es de verdad, a la niña la acompaña una niñera etc.
Debo decir que nunca me gustó mucho el final original pues el mago no tiene sexo con la brujita, sin embargo me gusta un poco el final que le diste aunque deberías darle el credito que se merece su autor.
Seguimos esperando tus otros relatos
Edad: 8
Color de cabello: Rubio
Color de ojos: Azul
Color de piel: Blanco
Estatura: 130 cms
Disfraz: