Dulce o Truco XXX 5
De nuevo llega Halloween, así que vuelve la saga de historias ambientadas en la fiesta, espero les guste….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
El Pueblo 4
Habían pasado 3 años desde que Raul llegó al pueblo donde su tío trabajaba como director de una escuela rural, y prácticamente se decidió quedar ahí, aunque tuvo la oportunidad de irse, este no tomó la propuesta, pues aparte quiso realizar cursos para estudiar didáctica en medio de aquella comunidad, se fue informando, aunque tendría que ir un par de veces a la ciudad para hacer algunos diplomados o papeleos, así, pese a tener solo 20 años, casi 21, se estaba formando como educador, lo que en las oficinas centrales les gustaba, pues creían mañosamente que podrían dejarlo en ese miserable lugar para no tener que mandar a otro maestro, ya que nadie quería quedarse en esa pocilga. Ese detalle no era tan extraño, en su tiempo Raul pudo ver a un par de tipas llegar, un par de idiotas que no cayeron bien a nadie, tratando a los chicos como si fueran poco más que criminales, y las niñas siendo influenciadas para incluso pelearse con sus padres, lo cual les saldría caro, porque gracias al tío, hasta perderían sus cedulas profesionales, siendo expulsadas de sus trabajos, aparte que las lincharon en el pueblo por causar tantos problemas, pero eso era lo de menos, el joven estaba contento, pues gracias al tiempo ya era un vecino de la localidad, lo saludaban con gusto entre todos, se había ganado la confianza así como el aprecio de todos y lo más importante, hasta tenía a sus noviecitas fijas, las cuales si se daba la situación las iba a terminar preñando.
Había sido un largo tiempo en ese pequeño y hasta un poco desagradable pueblo, todo parecía solo avejentarse, aunque no le importaba, las pocas familias que quedaban eran numerosas, aparte que se hallaba en un extraño equilibrio lo cual le permitía pasarlo muy bien gozando con las chiquillas que le gustaban, esas linduras que se dejaban penetrar de manera constante cada vez que quería, aunque recordaba como hace un año había ocurrido algo desagradable. Fue durante una fiesta de Halloween, uno de los pocos eventos que podrían disfrutarse en general, como todos festejaban en la escuela, puesto que era de las pocas construcciones de concreto aprovecharon, sin embargo, para el muchacho, era una delicia, casi todo el pueblo estaba ahí disfrutando de una sana convivencia, moviéndose a sus anchas y un poco perdidos en la bebida, mientras él se encargaba de la fiesta con los niños, era su gusto, aunque no podía hacer mucho, por ideas de algunos padres, pues se habían dado cuenta que traía sus cosas con las niñas, le impusieron un disfraz bastante molesto, iba de botarga de dinosaurio, lo cual era casi un fastidio, sino fuera porque se las ingenio para saber sacárselo pronto en caso de acción, y claro que lo había logrado, si apenas al llegar cuando se lo iba a acomodar, tuvo la oportunidad de que la pequeña Cesilia disfrutara de su macho, y es que la nena iba como siempre con un vestido viejo, de hace años, pero que este gozaría sacárselo para sentir sus preciosas formas, y entre besos apasionados, la estaría cogiendo en un aula separada.
Era exquisito, mandó llamar a una niña, llegando una de sus noviecitas, la cual no dudaría en sentarse, pero sobre el regazo de su amante, quien solo vistiendo calzoncillos, y las botas de la botarga se acomodaría para metérsela, la nena se subiría la falda, dejando que alcanzaran su vulva jugosa apenas cubierta por un calzoncito viejo, pero que le sacaba con facilidad dejando oler su aroma de lujuria, una fragancia deliciosa que dejaba saber cuánto le deseaba, lo cual le encantaba al chico, era un delirio sentir como esa vulvita que en apariencia estaba tan apretada, se abría sin problemas a esa verga que iba entrando lentamente, sintiendo como los pliegues internos le dejaban entrar, hasta un punto conocido, pues seguía siendo muy nena, aunque debían aceptar, que ya no tanto, aparte que estaba hecha a su medida, los pechitos empezaban a crecerle, sus piernas eran más torneadas, su culito crecía, y una pelusilla se asomaba en su vulvita, que iba acariciando aquel miembro con una facilidad que le volvia loco, en verdad era un deleite, en especial por las caritas de placer que hacia al irse adentrando, eso antes de que se comenzaran a mover en un ritmo conocido, incluso Raul recordaba.
Ah, Raul, entonces se va a quedar aquí para jugar con nosotras siempre, haremos lo de la casita hasta viejitos – fueron las palabras de Cesilia cuando se enteró que sería maestro.
Un beso le daría el joven a la preciosa niña, dejándola sonrojada, era obvio que esas eran sus intenciones, para que volver a casa donde nadie lo quería, siendo visto como un perdedor o criminal, cuando una nena de 11 años estaba recibiendo su verga hasta el fondo con una sonrisa delicada, entre suspiros cargados de deseo, dándose un gusto, entregando sus pequeñas tetitas que apenas crecían, unas puntitas traviesas café claro que apuntaban al frente de manera preciosa, las cuales fueron mimadas con la lengua, haciendo que dejara salir un par de gemidos, mientras su miembro se tomaba un descanso, aunque a la niña eso le impacientaba, quería sentirse de su macho.
Sabes, como mis papas tienen vacas, no falta que digan que las mujeres necesitan de un buen macho, ese eres tú, verdad, profe Raul – decía con ánimos Cesilia moviendo sus caderitas con una suavidad bastante seductora.
Nuevamente no le respondería con palabras, sino con mimos y caricias, dándole muchos gustitos por lo largo de su piel, que causaban una especie de tormenta eléctrica en su interior, que iba desatando la pasión de la bella criatura, hasta que no pudo contenerse, verla tan entregada a su verga era delirante, empezaría a embestirla con fuerza, aumentando el ritmo de una manera un tanto ruda, apenas controlada, lo cual hizo que la nena gimiera más fuerte, hasta que se corrió, aunque en su momento se le quedaría viendo, era una nena preciosa de menos de 1.5m, estaba casi penetrada por su verga sus piernas rodeando su cintura, sus tetillas expuestas, ella lo miraba enamorada, le daba una sensación que le encantaba, sintiéndose tan poderoso, y potente, pues su leche escurría de su vulvita, así que le dijo:
Claro, pero ahora eres una becerrita que quiere mi leche, cuando seas vaquita ya veré como tenerte en mi corral para que me des crías, pero silencio, que no cualquiera puede venir – le decía juguetón Raul a la niña quien sonreía y se dejaba querer, dejando ver que era más cariñoso o algo mas bruto que su tío.
Por su parte el viejo director seguía siendo el mismo guarro, teniendo a sus putitas fijas, quienes lo buscaban para coger de manera constante, siempre ofreciéndose para tener algún gustito, como vestidos o dulces, aunque ya no había desvirgado a ninguna nena, pero no hacía falta, pues se estaba poniendo viejo, las fuerzas se le acababan, aún así se ponía contento de ver como sus ex alumnas llegaban a visitarle, lo cual era seguido, teniendo encuentros bastante buenos, si mas de una vez Raul encontró al viejo con alguna de estas, siendo la más joven alguna chica de 15 años, quien después sabría que quedó preñada. Continuando con la fiesta, luego de pasarla bien con Cesilia, se quedaría jugando con los niños, disfrazado de botarga, como parte de los juegos, ante la vista de muchos padres que se iban calmado, pues a esa fecha no terminaba de agradarles, pero tras las sospechas, y viéndole vestido de dinosaurio pasándolo bien, todo se relajaba, dejando que el joven se quedara más tranquilo, mirando como llegaban luego Larita y Eva, quienes se hacían muy amigas, aunque cavia decir algo, desde que se puso a estudiar para ser maestro, este comenzó a ayudar a los tutores en sus clases, o a la mayoría, lo cual le permitió acercarse más a las nenas, incluso pudiendo darles clase de repaso, en especial a ese dúo, quienes contentas estaban disfrutando de algunos encuentros cercanos durante las jornadas estudiantiles.
No fueron pocas las veces que Raul acariciaría el culito de Lara en un descuido, sintiendo esas masas de carne que se iban volviendo tan grandes y suaves, lo cual sorprendía a la niña, o también comenzaba a acariciar las tetillas de Eva, quien suspiraba contenta, se notaba muy contenta de recibir aquel trato tan pícaro, aparte llego a besarlas, en fajes muy intensos, metiendo su lengua hasta dentro, llegando a sobarlas con libertad, reconociendo aquellas formas en desarrollo, las cuales iban creciendo de manera tan sugestiva que pocas veces podía resistirse, su verga estaba bien hinchada durante gran parte del tiempo, y se le notaba al caminar frente a las nenas, quienes se saboreaban eso con un gesto que se volvía evidente, muchas veces buscando oportunidad de tenerla dentro, si bien pudieron estar juntos, incluso en las casas de las nenas, mientras estaban sus padres y hermanos trabajando en los campos o con los animales, cogiéndolas con sus uniformes de escuela, que eran hechos a lado mientras la verga entraba y salía en un ritmo acelerado por la prisa, logrando que disfrutaran enormemente de ese encuentro, chupando las tetillas, o jugando con sus lenguas en luchitas sexuales, mientras se dejaban llevar por un gusto tan vicioso, pues las niñas se habían adaptado a los placeres del sexo hasta ser esclavas de esa pasión tan precoz, y siendo casi descubiertos en varias ocasiones (por eso tendría que aguantar aquel trato de botarga para evitar malos entendidos).
Ahora vería llegar a las niñas abrazándose a él mientras estaba de dinosaurio, deseando poder tocarlas directamente, pero eso no era posible, pues las sospechas estaban firmes sobre él, pero no había nada claro, aunque a las familias de las niñas no les importaba tanto, sino que eran los vecinos chismosos, o un par de viejos mañosos, quienes querían darles verga, quizás lo habían logrado, solo que las nenas preferían a un macho joven a gallo anciano, que hasta les salía la polilla, lo cual le gustaba, pues notaba la fidelidad de esas niñas, por ello Raul se había enamorado de cierta forma del lugar, y pretendía quedarse. Además otras nenas lo empezaban a rondar, esperando recibir un poco de aquel traro tan apasionado, entre ellas estaba una preciosa niña de ojos claros, de piel como la leche y cabello castaño, Magda, era la hija de una de las golfas, parecía venir de familia de putas, pues su abuela lo fue, su madre también, y ahora esta nena seguía sus pasos, si bien que algunos chicos le llamaban pagándole algunas monedas por que se dejara ver sus calzones, o enseñara las tetillas, pocos llegaban a pagarle lo suficiente para llegar a tocarla, aunque no eraba contenta, pues le llegaron a pellizcar feo, las cuales como estaban en desarrollo eran tan sensibles, pero no había nada bueno todavía, sin embargo la cría era linda, y el mañoso de Raul quería darle verga, si bien que pudo notar que no le era indiferente, mas no sabía cómo abordarla, aunque en sus coqueteos ella respondía, mas no dejaba nada en claro, aún así sabía que tenía que tenerla en su cama, era su delirio, pues una vez le pudo ver orinando y su conchita le resultó deliciosa.
De hecho se veía muy metido en esos juegos el joven, pues en esos años lograría igual cogerse a un par de crías mas, una de ellas era la Angelita, niña rubia delgadita, pero de bonitos rasgos, se notaba picara, y no tuvo problemas en seducirla, siendo algo inocente, fácil llegó a convencerla de ser su noviecita secreta, con cartitas y regalitos, que la emocionaron, hasta que al final se la terminaría cogiendo en una tarde de lluvia, mientras esperaban a sus papis, pero no llegaban, lo que le dejaría al profe, poder llevarla a un cuartito para entre besos apasionados, donde la desnudaría lentamente, sin dejarle pensar por la presión de esas manos, hasta acabar por metérsela hasta el fondo, dándole una suave nalgada con gusto cuando se descuido, empezando un juego que sería oculto por una música que marcaba el ritmo de la pasión, moviéndose con un cuidado mientras descubría que seguía siendo virgen, dejando una manchita de sangre, la cual no traería dolor, pues en medio de todas esas caricias evitaría que Angelita sufriera, quedando impactada por el gusto que recibiría, y acabaría tal faena en un fuerte besuqueo, y en una deliciosa penetración donde sus fluidos se mezclarían, en un orgasmo compartido, puesto que Raul había ganado cierta maña con las nenas, sabiendo hasta donde debía llegar, un punto donde ambos pudieran pasarlo bien, pues sabía perfectamente que si las lastimaba, se metería en graves problemas, si prácticamente esa parecía la regla, no hacerles daño.
De igual forma parecía estar gozando con una muchachita mayor, ya tenía sus 16 años, estaba bien rica, Anne, también de pelo castaño oscuro, ligeramente morenita, la conoció mientras llevaba a una nena de 6 a su casa, su hermana menor, a quien poco le importó, la chiquilla lloraba mucho, sus padres se tardaron en llegar, la fue a llevar a su casa, donde descubriría a la hermana mayor, que tenía una figura seductora, quien sonriendo por la presencia del hombre no perdió tiempo en coquetearle, y esta casi ofreció el coño mientras mandaba a la pequeña a bañarse, así al quedar solos Raul pudo darle duro, sintiendo que no era virgen, de hecho era una golfilla que se entregaba fácil, con la cual no tendría problemas para buscar en su momento, pasando noches con ella, dándole verga con una pasión desenfrenada, pues aguantaba mejor, su vulva escurría mieles, aparte que se besaban con locura, dándose a sentir como su cuerpo, su verga, se perdía en cada una de las embestidas, era un placer sin igual, tan cargado de electricidad que sentía que explotaba en cada choque de sus huevos con las nalgas de ella, aunque era mejor cuando comenzó a meterle la verga en el culo, siendo este grande y carnoso, el mejor que había visto nunca, sentía unas ganas tremendas por hacerla suya, que no se pudo contener, y así lo gozó por un tiempo, hasta que un primo la dejó preñada.
Además de ella también se toparía con una preciosa nena de nombre Valeria, una niña rubia, con cara inocentona, esta se terminaría arrepintiendo, pues por ser habladora no fue a la fiesta secreta (Dulce o truco el Pueblo 2), así que ahora parecía haber aprendido su lección y se mantenía mas calladita para que el profesor le diera su ración de buena verga en su coñito, pasando buenos momentos, y es que la niña, aunque un poco alta, también se dejaba hacer, pareciendo que estaba hecha para disfrutar del juego de las vaquitas, que usaron en su momento para mantener las apariencias de sus escapadas sexuales, aunque cambiaban el nombre a menudo para no llamar la atención de sus mamis, quienes se daban cuenta, si muchas veces llegaban con sus calzoncitos llenos de leche de macho, y una sonrisita picara que aseguraba todo.
Por suerte Raul se salvaba de muchos problemas porque la mayoría de los viejos eran mañosos o los chicos unos pelmazos a la hora de coger, se fue dando cuenta, también los jóvenes no servían mucho, estaban como potros broncos, si se contaban entre la gente de una niña de nombre Jacinta la descubrieron con su tío cogiendo en los establos, la verga mediana, aunque el tipo se creía un superdotado, pero no era tan grande, se la dejó venir toda para disfrutarla, no le paso nada por la falta de talla, aunque el tipo era brusco, por lo que solo le prohibieron volver a juntarse. Por otra parte una preciosa nena negrita de cuerpo precoz, más bien mulata la fueron cogiendo entre los hermanos, todos potros mal paridos, que saciaron sus ganas de sexo con un salvajismo difícil de aguantar, siendo mejor dotados, dándole tan duro como pudieron, tratando de llenarle la concha o chuparle las tetas que eran como medias naranjas, mordidas por bocas ansiosa, en medio de un juego morboso lleno de lujuria donde incluso la obligarían a satisfacerlos a todos juntos a la vez, pero que aparte con su piel haría contraste cuando se corrieran sobre ella, pero esos bobos quedarían en la mina cercana porque fueron demasiado brutos, lastimando su pequeña vulva. Llegaba a recordar cómo incluso a su tío lo descubrirían con una cría de solo 8 años, a quien penetro por su coñito, el cual supo abrir, la desvirgó, siendo cuidadoso, la trató lindo, pero su padre los halló en pleno acto, con la verga enterrada hasta el fondo, y por suerte no le destrozó la cara, porque el tipo quería darle a la niña desde hace años, solo que quería dejarla crecer un poco, alegrándose que este hiciera el trabajo sucio, por lo que se alejaría el tío, evitando problemas, pero el papá era tan tosco que luego la nena faltó, porque este no supo tratarla, quedando el director a salvo de cualquier queja, en especial del médico local, incluso semanas después la nena iría a repetir con él, volviéndose la ultima que desvirgó.
Estaba en esos pensamientos, mientras miraba a todas partes, viendo como las niñas jugaban, era un circo de bellezas, casi todas las nenas usaban largos vestidos viejos, o los manchaban de sangre para aparentar ser espantos, era lo mejor que podían hacer en esa comunidad pobre, los chiquillos hacían algo parecido, aunque se notaba como estos eran más inquietos, y destructivos, por lo que tenía que prestarles más atención, aunque Raul quería ver a las nenas, además que faltaban las gemelitas, quienes eran las preferidas. Siendo tan parecidas, y aparte tan lindas no fueron pocas las veces que las disfrutó, buscando las oportunidades para gozarlas en los descuidos posibles, dándoles duro a sus conchitas, esos tiernos coñitos que se notaban tan apretados, aferrándose a su verga como si fueran a medida, pues los disfrutó tanto irlos amoldando a su gusto, besándose, incluso una vez se la mamaron juntas, sintiendo como sus lengüitas rozaron su verga con una delicadeza que le hizo hervir la sangre, eso antes de que usaran sus crecientes tetillas, heredadas desde su abuela, para darle un masaje suculento que le provocó que se descargaran totalmente en sus caritas, aunque en esa ocasión estaban en un recreo, quería darles duro cada vez que las veía, en especial cuando estaban con sus uniformes, le gustaban demasiado, casi podía olerlas en su imaginación, deseosas de recibir su verga, las recordaba como jugaban al sube y baja sobre su verga, cuando las estaba disfrutando, viendo como sus tetillas se agitaban de manera casi hipnótica, disfrutando de caricias, rosones sensuales, besos apasionados, llenos de una pasión que solo una nenita era capaz de entregar, sin embargo eso ya no sería posible.
En medio de toda esa fiesta, si las había visto, cuando estaba con Evita y Larita, quienes no dudaron en buscar una oportunidad de besarse o dejarse tentar por su “marido” (así les gustaba llamarlo), detalle que le encantaba pues las hacía sentirse de su propiedad, lo cual las entregaba más a cada una de sus fantasías, como para coger en un rio o en medio del campo, aunque desvariaba, ahora buscaba a sus queridas Mariana y Alejandra, quienes no se habían dejado ver libres, quería hacer algo, pero era imposible, después de cierto momento cuando la preciosa Valeria se dejó tocar un poco, ya no las pudo verlas jugar, aunque no le faltaba compañía, Larita y Evita eran las principales, aunque no se quedaba atrás Cesilia, quien se mostraba muy celosa, sin embargo al estar buscando encontraría algo inesperado, un grupo de niños fisgoneando.
Casi los mandó a volar del susto, haciendo que escaparan y al tiempo que se marchaban corriendo, Raul pensó que alguna parejita se estaría besuqueando, no se equivocaba del todo, aunque al ver por accidente, podría notar como un chico estaba recibiendo una buena mamada, era algo escandaloso, diciendo cuanta mala razón, lo cual le hizo quedarse para llamarle la atención, y es que al ver todo estaba oscuro, pero podía darse a una idea.
El chico estaba de goloso recibiendo una mamada de lujo, no podía verlo bien Raul, aunque se daba cuenta, era Javier, el primo de las gemelas, y podía adivinarlo, estaba con ellas, era una molestia, él deseaba hacer eso, recibir las boquitas de ambas nenas preciosas, pero no se podía hacer nada, entre los vecinos no se interrumpían cuando tenían a las nenas, por lo que se quedaría viendo, en su momento el chico se descargó, dejándole las caras llenas de semen, luego las levantó para a una darle por el coño, mientras a otra la jalaba, casi parecía hacer malabares con ambas, porque se acomodaba para enterrarle la verga al tiempo que le comía el coño, cogiéndoselas juntas. Estaba eufórico, dándoles con todo, disfrutando de un momento de locura, se notaba que les tenía ganas, jalaba de los cabellos a una mientras la ensartaba, y antes que se diera cuenta, o será que se perdía en esa acción, es que todo eran tan irreal, les daba con ganas, y se corría, hacía un cambio para darle en una especie de sentón y clavársela de golpe a la otra, era una serie de acciones morbosas, donde él tenía control de ambos coñitos, disfrutándolos con la lengua o la verga, lo cual gozó más que nada el primo, pero hizo chillar a las hermanas, empezando su faena con esta, se veía perdido dándole, cogiéndoselas, tan fuerte aunque diría:
Ahora sí, ya me harte, solo con ese idiota del dinosaurio se dejan, yo estaba desde antes, y nada, ya fue suficiente, me van a dar sus coños aunque sea a la fuerza, par de putas – fueron las palabras de Javier molesto.
En eso Raul se quedaría helado, pues recordaba como varias veces le tocó darse cuenta que algo no estaba bien cuando se divertía con las gemelas, cogiendo dándoles con todo, pero cuidando de no lastimarlas, una vez se los hizo en su casa, pensando que estaban solos, les dio con unas ganas difíciles de contener, cuantas veces se corrió, sabiendo que los padres se tardarían en el campo o trabajando en el aserradero. Raul recordaba cómo es que al llegar, estas lo llevaron hasta su cuarto, ahí ellas se sacaron los uniformes, quedando desnuditas, en su camita las estuve cogiendo con cuidado, dándoles tan duro como podía, pero sin llegar a nada rudo, solo disfrutando de sentir como abría sus coñitos, mientras se besaban, dejándome sentir sus tetas chocando contra su cuerpo, frotándonos de tal manera que nuestros olores se mesclaban, llenando el lugar de un aroma tan excitante, igual que cuando estaban gimiendo, formaban un especie de eco tan sensual que lograba que su verga sintiera un calor inexplicable, mientras penetraba a una, viendo a su hermanita al lado esperando su turno, pues con ella lo haría de espaldas, dejándome sentir sus tetillas con las manos, mientras la mimaba, era un gusto, pero Raul sentía como que algo sucedía, al salir pensó que solo era el gato, pues tenían uno grande de color blanco, que salió corriendo, pero en verdad era el primo Javier, quien vio todo.
El año pasado sería horrible, pues las gemelas dejarían de ir a la escuela, el muy bruto del chico acabaría en la cárcel, lastimo a las niñas en sus ansias sexuales, ellas fueron llevadas a un hospital por los abusos, seguro no las volvería a ver, o eso se daría cuenta el profesor novato, aunque ya eso quedaba atrás, y un nuevo halloween se acercaba.
Muy buen relato me alegro poder leer nuevamente la continuación de la saga gracias y espero que continúes con estos relatos pues estoy seguro de que en esa escuela y pueblo hay muchas mas putitas para follar saludos
gracias por tu comentario, veré que puedo arreglar, no pensé que la escuela les agradara tanto, pero descuida que luego les daré gusto…