Dulce o Truco XXX 7
Nueva historia ambientada en Halloween, donde un bravucón sera parte de una historia paranormal muy excitante….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Una Historia de Terror
Chad era el clásico bravucón, hijo de un borracho con una mujer lamentable, quien justificaba todas las malas acciones de su marido para estar bien, aunque ese miserable no fuera su padre, en realidad era el “mejor amigo”, ambos eran fueron vagos sin remedio, peleándose por cualquier cosa o haciendo cada trabajo sucio por unas monedas y justamente ese era el detalle, que al hacerla de burros fueron baleados, al menos su padre biológico, por lo que su amigo se quedó cuidando a la familia los últimos años, aunque eso no quitaba que fuera un cretino difícil de tragar, y que antes de meterse con su madre, esta intentara hacer vida con otros hombres, teniendo como dicen: bendiciones de diferentes padres; siendo Chad el mayor con unos 15 años, luego le seguía Lucy de 11, después estaba Marisela de 9, Janet de unos 6 y finalmente el bebe Oscarito de solo 3 años, quien era el hijo de su actual padrastro.
Chad era un chico criado en las calles, de buena talla, físico reconocible, su padre era un matón famoso, enorme de puños duros, y el parecía haber heredado todo aquello, por su parte Lucy a pesar de su edad era una niña preciosa, rubia de ojos verdes, y se le notaban unas tetillas muy desarrolladas para el gusto de muchos pervertidos cerca, no faltaban tipos que dijeran que “esta en edad de merecer” apuntando a su pequeño culito respingón que se asomaba por la falda cuando esta caminaba, Marisela por otra parte era más morenita, con el cabello rizado, pero de preciosa boquita, que muchos viejos decían que era perfecta para meterle verga, aparte era culoncita, aunque no se le marcaban las tetas por la edad, pero se le iban notando unas puntitas en la camisa que delataban un fervor sexual que resultaba inquietante, pues su madre era bastante chichona, una hembra preciosa, lista para ser cogida en verdaderas faenas sexuales, finalmente estaba Janet, quien no es que fuera gordita, más bien era de complexión gruesa, de piel acaramelada con cabello castaño, una preciosidad, que al caminar sin cuidado era objeto de algunas miradas indiscretas, no solo de los hombres, también de algunas tipas mañosas que se lamian los labios al verlas pasar. Si bien su madre era toda una belleza, parecía que tomó rasgos de sus amantes para hacer a sus niñas, las cuales eran una tentación para todos, pues cada que pasaban de la escuela no faltaban los imbéciles que decían cosas, o incluso algunos de sus vecinos de la edad no dudaban en preguntarle a Chad: ¿cuándo nos las prestas? O ¿Cuánto por una hora?; palabras que no terminaban muy bien, si muchas veces el hermano mayor les rompió las caras ha esos idiotas por lo mismo, pues no es que no pensara en romperles el coño a las niñas, pero sabía que su madre lo tenía entre ojos si algo les pasaba.
Cabe decir que Chad no era nada inocente en esos temas, tuvo muchas oportunidades para disfrutar de buenas putillas de la zona, como aparte creció bastante desde chico, su primera vez sería con una vecina de buen cuerpo, morena curvilínea que le pidió un favor, escusa para meterlo y quitarle lo casto, sentándose en su cara para dejarle a su alcance su tremendo culo, también teniendo así una corrida monumental que en varias veces creyó que la había dejado preñada. Pues a días después, la mujer enseñaba un pequeño bulto en su vientre que fue un hijo, que por suerte se parecía mas a ella que al cornudo del vecino, aparte de ello, también se cogió a una madre soltera, y esta era una delicia, aunque un poco odiosa, pero su primer coñito tierno sería con una vecinita de solo 7 años, quien parecía estar enamorada de él, una niña morenita como chocolate, que siempre jugaba usando licras o ropita ajustadas, a quien se cogió en una oportunidad, clavándosela hasta el fondo, lo cual ella gozaría como si fuera toda una putita moviéndose torpe, pero dándole el gusto que ambos querrían, cuando usaba su uniforme escolar, y quizás se hubieran vuelto novios, si ella luego no se hubiera mudado.
Por suerte las cosas mejorarían, al cabo de los últimos meses un proyecto de gobierno, empezaba a hacer que la zona se viera mejor al insertar algunas tiendas o nuevas obras públicas, por lo que su madre y padrastro se hicieron de buenos trabajos, y la presencia de más gente, hizo que los maleantes se fueran alejando, vendiendo sus propiedades más caras, para sacarles dinero y partiendo a nuevos rumbos más baratos donde pudieran seguir haciendo de las suyas, aunque en eso iban quedando algunas propiedades deshabitadas, casi como si fueran casas encantadas, en especial una que llamaba la atención de muchos. Se trataba de una casona muy vieja que intentaban hacerla ver como patrimonio del barrio, estaba hecha en una arquitectura gótica, y mucho borrachines la aprovechaban para meter a rameras, donde les hacían cada cosa, desde mamadas, cogidas a verdaderas faenas de varios con sola una, donde terminaban bañadas en leche de macho, aunque pese a eso querían convertirla en atracción turística. Aquella nota se la mencionaría su madre, aunque no le dio importancia hasta que le dijeron que para Halloween harían algunas visitas como negocio, tours de terror, sacando dinero y lo ofrecieron a él como ayudante dentro de una casa embrujada (misma ya mencionada), eso le arruinaba los planes, o eso pensó Chad, aunque sacar un dinero fácil no le disgustaba, pero lo ofrecieron sin preguntarle, y peor aún le dijeron que tendría que llevar a sus hermanas, al menos el ultimo día, porque ambos padres tendría que trabajar un poco más, así que estaría a cargo de las pequeñas por al menos 5 horas, lo que fue un fastidio, pues ellas querían pedir sus dulces.
No sería tan desagradable el trabajar, solo le tocaba operar una maquina, se metía dentro, era como una marioneta de un espanto, y él era de la talla perfecta, así que podía divertirse, se burlaba de los tontos, pero aparte llegaba a manosear a algunas chicas haciendo sustos sutiles, además que se divertía de mas al ver ciertos detalles, muchos turistas llegaban al lugar, viendo a muchas tipas preciosas asomarse, desde su lugar podría ver tetas bastante grandes que apenas cabían en sus escotes, algunas muy calientes se besuqueaban con idiotas, viendo algunos fajes interesantes, además de terminaba sacando dinero, no podía pedir más, aunque en una de esas ocasiones, podría ver llegar a una preciosa rubia de ojos azules, una de esas putillas ricas de su edad, que llegaban con sus amigos por curiosidad, un grupo de cretinos que no dejaban de molestar a todos. Resultaría bastante odioso verlos entrar y hacer desastres, rompían las cosas porque les parecía mas divertido, de hecho las cámaras de vigilancia lo graban todo, y con un auricular le pidieron a Chad que les diera una lección, con gusto Chad en cuanto llegaron a su lugar, respondería, aunque este se enojaría, pues uno de esos bobos patearía su equipo de trabajo, dándole en la espinilla, por eso este respondería agarrándole con la mano mecánica, apretando un poco, espantándole hasta orinarse del miedo y sus amigos saldrían corriendo, solo para ser alcanzados por las autoridades, quienes se los llevarían por daño a propiedad privada, todos menos una, la rubia que traía un short y una ombliguera que dejaba poco a la imaginación, se veía realmente deliciosa, sus carnes apenas eran contenidas, era una preciosa bomba sexy.
Esta se habría escondido detrás de unas cortinas, se puso lista, y cuando notó que era descubierta por el operado de la marioneta, no dudo en enseñar sus redondas tetas, de pezones claros para conseguir que le dejaran irse, lo cual fue bastante gratificante, pues no siempre se veían chichis de ese tamaño, no cabían en su mano, la chica estaba bien rica, así que apenas tuvo oportunidad. Chad le bajo la tanga con todo y short, descubriendo un coño afeitado con un pequeño cuadrito, se notaba que la tipa era bien caliente, ofrecía el culo sin dudarlo y le comería el coño con unas ansias bestiales, saboreando de aquel manjar que se ofrecía sin problemas, mismo que escurría al sentir aquella lengua, se notaba que esta era una guarrilla que le encantaban los chicos rudos, no como los tontos maleantes con los que llegó, dejándole su fragancia en su nariz mientras le comía el delicado coñito, luego de ello Chad no lo pensaría, se sacaría su verga, comenzaría a bombearla tras jugar un poco, aunque la chica se veía poseída por el calor del sexo, mirándole como si quisiera todo de este, mordiéndose el labio mientras este restregaba su miembro en aquella figura sensual que por segundos era como si anhelara ser abierta de un golpe, el cual se tardaba, haciéndola suplicar por un poco de pasión, aferrando sus torneadas piernas que llegaban a un culo redondo alrededor de la cintura de su pareja, para que ya se la clavara, notando que su coño estaba bien jugoso, sintiendo como su interior era suave, delicado, aunque no era virgen, pero eso no le importó, por el contrario, le dio oportunidad de darle con más fuerza, escuchando de ella:
Uy, papi, que rico coges, pensé que solo serias un vaguito cualquiera, pero lo haces muy bien, mm, dame con todo, ah, eres todo un semental, ha – dijo la rubia fina cuando le agarrarían del cabello jalándola para verlo mejor.
Claro, hay diferencia entre tus putitos finos y los perros de la calle – advertía Chad antes de seguir, besándola metiéndole la lengua como si le enseñara a besar.
No se lo esperaría, pero el chico la sometería completamente, besándola mientras le daba con todo, incluso con su dedo, al sujetarla del culo, se le encajaría dentro, pues antes la sometía con el ritmo, solo que cambiaria para darle más fuerte e imitar una penetración doble, que era más de lo que ella esperaba, sintiendo una reacción en cadena, una pasión explotar en sus entrañas que la enloquecía de gusto, pues todo su cuerpo vibraba de tal forma que su orgasmo fue fatal, desfalleciendo, y quedando extasiada, en un encuentro tan duro como breve.
Al final la rubia le dejaría su número, y se marcharía contenta, esperaría al siguiente paseo para no ser descubierta, y afuera llegarían sus padres, Melany, dijo llamarse, y quería volver a verse con Chad, eso no le importó, aunque le encanto verla marcharse sabiendo que su coño estaba lleno de su leche, se sentía orgulloso de eso.
Los siguientes días serían más de lo mismo, una pérdida de tiempo que no le gustaba, sentirse atrapado en una actividad ridícula, aunque le estaban pagando bien, se divertía un poco, y por eso aguantaba, aunque debía aceptar algo, el ambiente no era tan molesto como creyó, conoció a un viejo, Jeremias, era muy trabajador, le ayudaba con algunas cosas, iba de un lado a otro, evitando desastres, aparte contaba cada historia sexual que le hacía hervir la sangre, como hizo cosas bien calientes como cogerse a una sirvienta en un jardín, casi estampando sus chichis contra la ventana o cogerse a la hija de un ama de llaves cuando nadie le veía , se volvió un buen amigo o eso pensó, nunca lo veía al terminar su turno, parece que se quedaba a limpiar después, le debía hacer falta el dinero más que a otras personas. Como fuera el caso, llegaría el Halloween y con gusto vieron como todos se prepararon, a él no le tocaba hacer nada, solo debía seguir haciendo lo suyo, a fin de cuentas usaba a “Bruno” el enorme monstruo marioneta que salía de un ropero para espantar a todos, y vería como algunas colegas se habían arreglado con disfraces versión golfa, por lo que tenía ganas de tocar de mas, por desgracia le tocaba cuidar a sus hermanitas, quienes llegaron disfrazadas de fantasma, brujita y calabaza (Lucy, Marisela y Janet respectivamente), aunque llamarían la atención, porque sus trajes parecían diferentes, la tela de los vestidos parecían pegarse a sus cuerpitos, dándoles un aire seductor, aparte las maquillaron, labiales, sombras en los ojos, se veían preciosas, muchos desearían probar esas boquitas, aparte que se notaban sus piernitas bastante sabrosas, como para querer sentirlas, aunque las iban con dulces de sus bolsitas, no eran muchos, pues tuvieron que dejar el juego antes y no estaban contentas, por lo que hacían gestos de desagrado, que invitaban a mimarlas un poco.
Chad estaba en sus actividades, no podía revisarlas mucho, aunque se daba cuenta que muchos de sus amigos las miraban con ganas de jugar con las 3, pues todos eran unos guarros, dispuestos a romper un coñito virgen, lo cual prefería hacerlo el mismo, si es que no era indiferente a las 3 chiquillas, aunque jamás se atrevería a decirlo abiertamente, de hecho era una molestia que se guardaba Chad, muchas veces miraba a las niñas tras escuchar a los vecinos mañosos hablar de ellas, diciendo como les romperían los culitos, abriéndoles las nalgas hasta hacerlas chillar, llenarles las entrañas de su leche hasta hacerlas vomitar semen, si bien que muchos eran unos degenerados, incluso su padrastro, diciendo cada cosa cuando nadie le miraba, si una vez lo vio usar un calzoncito de ella para sobarse la verga, acción que el también hizo, lo que le enloquecía, pero por suerte Jeremias parecía libre, así que le encargó a las niñas, alejándole de las tentaciones, pues al menos ese día no quería tentaciones para sacar un bono extra, y las nenas no se molestaron en seguir al “abuelito” para que se la pasaran mas contentas, de hecho este aseguró tener muchos dulces en el desván, por lo que las niñas se emocionaron, tendrían su fiesta privada, así mientras el muchacho estaban en la marioneta de gárgola dando sustos, las nenas fueron al desván donde vieron con gusto que era cierto, un pequeño cofre lleno de dulces caros aparecía frente a ellas, pero antes de tomarlos el viejo Jeremias les diría:
El tesoro es para quien se lo gane, y solo yo puedo entregarlo a niñas valientes, si hacen lo que yo les diga se lo ganaran, entendieron – decía con una voz que ganaba otro tono con cada palabra.
Como si fuera un conjuro aquello estaba funcionando, el hombre ganaba poder sobre las niñas, quienes se acercaban a él sumisas totalmente, la primera sería Lucy, quien prácticamente vería como su disfraz caería completamente, como si fuera jalado al suelo, dejan ver su pequeño cuerpo moldeado por la lujuria, el cual empezaría a ser tentado por los dedos del viejo, se veían esos pequeños pezones enormes empezar a ser sobados antes de ser lamidos con un apetito voraz, se notaba en la cara las ansias del viejo, quien aparecía desnudo súbitamente, pero con una verga enorme, casi tan grande como el brazo de la más pequeña, apuntando a la vulva de la nena, quien se dejaba besar plácidamente por aquella lengua hábil que parecía un tentáculo entrando en su boquita, mientras las manos iban sobando cada parte de la nena con un tacto impecable y su short de licra igual resbalo súbitamente para dejar ver su coñito al que apenas se le iban marcando con una tenue línea de bellos finos, lo cual encantó al viejo que comenzó a comerle la conchita con un gusto bastante delicado, saboreando sus partes intimas mientras la nena se perdía en el placer, todo eso mientras sus hermanitas le miraban en silencio, no harían nada, menos cuando vieran como se acomodaba la mayor para sentir aquel monstruoso miembro entrar, abriendo de golpe su interior, entrando en un impulso sexual que rompería su interior.
Desde afuera se escucharía un alarido de dolor, acentuando la horrenda atmosfera de terror, pero dentro de aquel cuarto el viejo hacia de las suyas con la rubia lolita, dándole tan duro como podía, haciendo agitar su cuerpo, mientras enterraba su verga con un ritmo bestial, un poseso de la locura carnal que invadía ese pequeño cuerpo, la nena apenas sentiría como le chupaban las tetas en un arranque de lujuria, deseando que todo eso continuara por siempre, pues aquella sensación era adictiva, no dejaba de estremecer el delicado cuerpo de nena hasta el punto de volverse loco por la oleada de calor que iba llenando cada célula de su ser con una sensación casi eléctrica, que sometía a la niña a un deseo que jamás experimento, sus tetillas se estremecían mientras sus piernas se abrían, era como una muñequita bajo el control de aquel hombre quien la iba ensartando de manera deliciosa, hasta que finalmente un orgasmo la venció en una oleada sexual, dejando ver como se corría entre gemidos cortos, que la obligaban a respirar profundamente, haciendo con esto que sus tetillas se vieran más grandes.
Luego de ello seguiría Maricela, quien se acercó temerosa, sin embargo igual que con su hermana mayor la prenda caería sin que el viejo la tocara, incluso el calzoncito que tenía unos gatitos negros pintados saldría prácticamente arrancado, dejando un tremendo culito bastante redondo, el cual llamaba la atención de cualquiera, pero antes de que esta fuera empalada, el anciano comenzaría a sobarla con cuidado, tentando las tetillas que pronto se volvieron duras, tomando una forma seductora e irresistible, mientras la niña comenzaba a gemir, como si un conjuro la tomar bajo su control, desatando un erotismo que no comprendía, dejándola sonriendo complacida con aquel contacto tan vicioso, como si se convirtiera en una esclava de una pasión de la cual no tenia forma de salvarse, una perversión que la hacía respirar profundamente, mientras e su verdugo, lleno de morbo sometía a la nena a todos esos fetiches, los cuales adoptaba con una gesto irresistible, que era lo que estaba buscando el viejo que no tardaría en metérsela por ahí, dándole con fuerza, abriendo sus pliegues anales.
La niña gritaría de dolor al sentir como su culo era abierto con fuerza, y afuera nadie se daría cuenta, solo pensaban que era parte de la ambientación, incluso su hermano ni reconocería nada, pues Melany volvía a aparecer, iba vestida de diablita, se veían muy caliente, como si algo dentro de ella se hubiera roto, llegaba con alguien más, un par de chiquillas de algunos 12 y 13 años que iban de vampiresas coquetas, pero eso no valía, pues en medio de todo, durante un descanso ella le diría: mm, tengo ganas de mas; cosa que le gustó a Chad para llevarla a un cuarto de lado, parte de las habitaciones que no fueron usadas, donde la besuqueo, si bien que le habia gustado esa sensual rubia, una chica pija como de su edad que seguro necesitaba uyn buen macho que le hiciera sentir lo que era un macho, por lo que le acomodó su verga, y sin previo aviso se la fue a meter, dándole un morbo increíble, porque las hermanas o primas de esta se estaban dando la visión de su vida, pues el chico se ensartaba a la mayor con una fuerza bastante dura, abriéndole el coño logrando que esta diera otro alarido que se confundiría, mientras bombeaba duro tratando de romperle la conchita, la cual escurría de manera viciosa, mientras las piernas adornadas con un liguero rojo, se aferraban a la cintura del muchacho, quien no dejaba de penetrar, chupar los pechos o besar a la deliciosa chica, quien se entregaba al deseo como una perra en celo, disfrutando de aquel encuentro tan delicioso, sobando cada parte de su cuerpo con una necesidad casi enfermiza, ensartando a la Melanie que iba escurriendo, sin imaginar que en otra parte también gozaban.
Una vez que Jeremias se corrió en el culito de Marisela, quien fue bombeada frente a un espejo, revelando como la verga le había abierto su cuevita, dejándole una sensación de hormigueo que no deseaba que se detuviera, aunque el viejo termino dejándola a un lado, vería a Janet con cuidado, le quitaría la ropa un especie de viento fantasmal, o quizás esta caería como si pesara mucho, dejando ver su pequeño cuerpo apenas con unas mallas infantiles y sus zapatitos, mientras el calzón era arrancado para dejarla más irresistible, siendo vista por el viejo que reconocía que estaba muy bien formado pese a lo pequeña que era, dándole una tentación bastante seductora, en especial al ver como su coñito era regordete, cargado de un olor a orines con crema de bebe, que le causó una lujuria bastante poderosa, pues al contrario de sus hermanas, este la jalaría para que abriera sus piernas por instinto, ofreciendo su vulva de manera instintiva, sabiendo lo que iba a pasar en cualquier instante, y se la clavaria de una sola estocada, logrando que gimiera desesperada, siendo justo cuando un grupo de visitantes entraban, dando un susto divertido, pero lejanos a todo eso el viejo comenzaba a bombear en el pequeño coño de la nena, viéndose con un gesto casi salvaje que se perdía en tratar de darle con todo a la niña, logrando que esta comenzara a respirar intensamente, su cuerpo se ahogaba en una sensación de placer total, una explosión sexual que dejaba fuera de sí a la tierna niña que se veía como una zorra, pues sus mallas fueron destrozadas sin que se diera, dejando su coñito expuesto, abierto por la verga del viejo, quien la tenia totalmente sometida, así la nena se iba entregando al dolor de aquel encuentro, aunque pronto ese ardor desaparecería dejando solo una sensación de placer que era bastante adictiva, pues la nena se iba aferrando con sus deditos a los brazos del viejo, que iba bombeando con una intensidad inesperada, similar a la de su hermano Chad, quien terminaba por llenarle el coño a la Melany, quien gemía contenta mientras era llenada por la verga, que le dejaba toda su carga en el caliente coño que parecía devorarlo todo.
Nadie se daría cuenta de nada, durante las siguientes horas, pero se escucharían alaridos, de dolor que hacían más convincente todo el ambiente de terror, pues Lucy, Marisela y Janet serian desvirgadas tanto de coños como de culos, el siniestro viejo no dejaría que ninguno de sus agujeritos se le fueran vivos, las haría tragar su semen por debajo hasta casi ahogarlas, sin embargo, para mal sería descubierto por Chad, quien acabado su momento llegaría por ellas para ver como estuvo a punto de darles de beber su leche, pero cuando subiera, este desaparecería, dándole una sensación de espanto, y morbo, pues las 3 nenas seguían desnudas, cubiertas de semen, que tuvo que limpiar, aunque al pobre muchacho le daría una sensación de ansiedad verlas así, pues querría darles con todo, pero no tenía tiempo, lo esperaban abajo, y curiosamente las nenas estaban mirándole de manera viciosa, como si quisieran seguir con aquel juego sexual que habían descubierto, si olían a su hermano y decían que tenía el mismo olor como el viejo.
Luego de eso Chad algo molesto preguntaría por el viejo Jeremias recibiendo una espeluznante respuesta: no hay nadie que trabaje con ese nombre, pero esta era la casa del maldito «J», ya sabes de donde salió el nombre, y era un viejo mañoso que abusaba de mujeres preciosas, no importaba la edad, raza o formas, por eso al final lo mataron unos vecinos después de que lo encontraran violando a la hija de un trabajador, la baño de semen y la volvió loca de placer, adicta a las pollas, por eso lo golpearon y amarraron, quemando la casa, eso es lo que cuenta la historia…
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